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Sin ti... por Shima_Suzuki

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Notas del fanfic:

-Limpiando el polvo y las telarañas-

hola xD

hace 4 meses que no publico nada xD

Lamento si tuvieron que esperar mucho, pero la universidad de a consumido tanto que no he tenido tiempo de publicar nada y mis ratos libres los ocupo para dormir x'D

pero bueno ¡aqui estoy! y con un nuevo regalo navideño.

Incluso si hay una dedicatoria en el resumen, saben que esto es para todas las personitas que amen el reituha uwu <3

Nos leemos en las notas finales~

Notas del capitulo:

Barahime, espero que te guste el fic, he de decir que me costo trabajo xD roce por muy poquito el limite de palabras y he de decir que siento que le falto desarrollarlo mas porque esta trama que escribi me daba para un fanfic de minimo unos 10 capítulos pero tuve que reducirlo a un OS, aun asi, espero que te guste <3

Sin mas que decir:
Solo me queda desearles a todos ¡Feliz navidad! nos leemos el proximo año <3

Kouyou estaba sentado en el sillón de la sala con las luces apagadas y la mirada perdida en la alfombra. Pasaban de las 2 de la madrugada y el seguía despierto por un único y sencillo motivo:

Yuu, su novio, no había llegado aún.

Y eso no era lo peor, porque con esta ya era la séptima vez en el mes que lo hacía.

Supuestamente la fiesta no iba a durar tanto, había prometido llegar temprano y pasar, aunque sea un rato juntos-porque su maldito trabajo tampoco es que le dejara mucho tiempo libre-.

Se estaba muriendo de sueño, pero no podía dormir sin Yuu a su lado, por muy cansado que estuviese, se había acostumbrado a dormir con alguien abrazándolo ¿y como no? Llevaban ya 3 años juntos.

Se quedo a lo mucho, otra media hora hasta que la puerta de la entrada sonó, alertándolo.

Yuu venia visiblemente borracho, se tambaleaba demasiado al caminar asi que Kouyou se levantó rápido para poder sostenerlo y evitar que se cayera.

— ¿Cuánto bebiste? —pregunto preocupado y tomando su rostro para que lo mirara.

— ¿Kou? —lo miro confundido— ¿Qué haces aquí?

—Cómo que ¿qué hago aquí? ¡Vivimos juntos!

— ¿Si llegue a la casa? —se rio—vaya suerte.

— ¿¡Manejaste asi!?

—Si—sonrió muy orgulloso de su hazaña.

—Dios…—suspiro y se lo llevo con él al baño para poder lavarle la cara, a ver si asi se le bajaba un poco el mareo.

Apenas entraron al baño Yuu prefirió vomitar primero antes de tratar de lavarse la cara, Kouyou se agacho con él, quitándole la chaqueta y sosteniéndole el cabello -para evitar que se ensuciara porque ya lo tenía bastante largo-, dio palmaditas en su espalda y se quedó con él.

Su celular comenzó a vibrar mucho, probablemente sería Yutaka pidiendo por favor que avisara si había llegado o estaba ya muerto -porque fue Yutaka el que lo convenció de dejarlo ir a esa estúpida fiesta-.

Primero se encargó de ayudarlo a terminar de vomitar, a enjuagarse e incluso a bañarse porque olía demasiado a cigarro, alcohol y sudor.

Una vez lo tuvo bien dormido en la cama tomo el teléfono que se quedó en el baño y volvió a la habitación. Tomo una de las manos de Yuu y desbloque el celular con su huella digital, no se equivocó, eran muchos mensajes de Yutaka casi rogando que estuviera vivo:

“Yuu.

¡Yuu!

¡Shiroyama contesta!

CONTESTAAAAAAAAAAAAA

MIERDAAAAAAAAAA RESPONDE IMBÉCIL

Si algo te paso Kouyou me mata, respondemeeeeeeeeeeeee

Imbécil te estoy hablandoooooooooo

YUUUUUUUUU

Dios, Kouyou me va a matar”

El castaño se burló un poco, pero se apresuró a responder.

“No me paso nada, llegue bien, ya puedes respirar”

Respondió asi ya que sabía que a Yuu no le gustaba que tomara su teléfono sin permiso, estaba tan borracho que seguro no recordaría que mando ese mensaje, salió de la conversación para apagar el teléfono y poder dormir al fin con él, porque lo había deseado desde que llego de trabajar y ahora lo tenía disponible.

Pero un chat llamo su atención, más que nada, el último mensaje de 7 de ese chat:

“Me dejaste con ganas de más, mucho peor que las veces anteriores, esperemos a la próxima fiesta para volver a hacerlo ;)”

Miro el nombre del chat y se le fue la respiración al ver que se trataba de Takanori, un amigo en común que conocieron por parte de Yutaka, Yuu convivía más con el que Kouyou ya que el castaño no era mucho de salir de fiesta, el prefería estar en casa y descansar a diferencia de Yuu.

No le quiso dar un mal significado a esas palabras tan pronto, ni siquiera quiso pensar en la posibilidad de que Yuu si quiera lo estuviera engañando con Takanori, pero no había un contexto sano en el que encajaran esas palabras...

Si no eran drogas-que de por si eso ya sería demasiado malo- seria sexo, era una o la otra no había más…

Salió de los mensajes y dejo el teléfono en la mesita de noche, no tenía la sufriente fuerza mental para abrirlo y leer los 6 mensajes restantes que seguramente le habían dado más respuestas, apago las luces y salió de la habitación, dejándolo dormir, fue a la cocina a prepararse un té, el sueño se le había espantado.

Una vez listo, se sentó en el comedor de la cocina y se quedó ahí el resto de la noche, o al menos las horas suficientes para que el sol comenzara a asomarse.

La única ventaja de que Yuu estuviera borracho era que se iba a levantar como hasta las 3 de la tarde, asi que cuando el sol comenzó a asomarse por la ventana, dejo la taza vacía en el fregadero, se dio una ducha rápida solo para quitarse el cansancio de encima y se cambió en silencio y rápido para salir de la casa, tomo sus llaves, su cartera y su celular.

Necesitaba un concejo y paz mental, solo había una persona en la tierra capaz de proporcionarle ambas cosas al mismo tiempo y ese sin duda era Akira, ser amigos desde los 10 años era muy ventajoso.

Nadie lo conocía mejor que Akira, nadie, ni siquiera Yuu.

Se tardo en llegar a lo mucho unos 10 minutos en su moto, era demasiado temprano pero no le importaba tener que despertarlo, toda la noche su mente se la paso generando más y más posibilidades -todas aún más terribles que las anteriores- y necesitaba despejarse.

Mas que nada, despejarse de Yuu.

7:30 de la mañana y ya estaba frente a la puerta de su departamento, tocando el timbre como desesperado, no había avisado que venía y probablemente Akira seguiría durmiendo -porque si o si él se despertaba a las 10 de la mañana en sus días de descanso-.

Pudo escuchar un grito diciendo “YA VOY” de una manera bastante molesta, probablemente Akira estaba preparado para matar a la persona detrás de su puerta, lo supo cuando abrió y vio esa cara de amargado, pero se volvió en una expresión suave al ver de quien se trataba.

—Shima ¿Qué paso? —y no solo lo dijo porque fueran las 7:38 de la mañana y sería imposible que Kouyou estuviera despierto tan temprano, sino más bien por la mirada tan destruida que tenía.

El castaño no dijo nada, solo avanzo un par de pasos y se apoyó en el hombro del rubio.

—Necesitamos hablar…

—Seguro.

El rubio abrazo a su amigo y cerró la puerta con el pie, se encamino sin soltarlo a la sala, se veía fatal, demasiado agotado, demasiado triste.

Lo dejo en el sofá y le preparo un té mientras buscaba algunas galletas, cereales o algún pan para que pudiera comer algo, a veces se quería golpear al llevar una dieta tan estricta que evitaba ese tipo de comidas.

Al no encontrar nada solo le llevo el té y se sentó a su lado.

— ¿Quieres que vaya a comprarte algo para que comas?

Kouyou negó y tomo el té para dar un sorbo pequeño y dejarlo en la mesita de centro.

—Yuu me es infiel.

Claramente no se esperaba esa información.

— ¿Estás seguro? —pregunto con completa seriedad, justo lo que Kouyou necesitaba ene se momento.

—No tanto, pero, ha estado saliendo mucho, regresa muy tarde y…sin querer vi un mensaje de…—cerro los ojos, aun no se lo podía creer.

— ¿De quién?

—De Takanori…

— ¿Diciendo?

Suspiro profundo y después hablo:

“Me dejaste con ganas de más, mucho peor que las veces anteriores, esperemos a la próxima fiesta para volver a hacerlo” —se cubrió el rostro y respiro, no quería alterarse. —Había más mensajes, pero no los abrí…Intenté por muchas horas tratar de darle un no sexual a esas palabras, pero si no hablan de eso ¿de qué más?

—Mierda…—Akira se quedó pensando un momento, todo indicaba a ello y si no era eso seguramente sería algo ilegal, porque las fiestas a las que Yuu iba no eran precisamente sanas.

Se quedaron en silencio por un largo rato, un suspiro salió de los labios de Kouyou, se terminó el té para después apoyarse en el hombro de su amigo, Akira lo abrazo por los hombros y apoyo la cabeza de su amigo.

—Estoy cansado Akira…No quiero verlo, no ahora por lo menos.

—Sabes que puedes quedarte aquí.

—Gracias…

— ¿Qué vas a hacer?

—No lo sé, no creo que se justifique, le di vueltas a esto toda la noche, según el mensaje ya ha pasado antes y varias veces, pero solo en fiestas, Yuu lleva saliendo mucho en todo el mes, asi que no se si esto sea reciente o de hace tiempo.

—Aun asi, te está engañando, engaño es engaño no importa si fue ayer o hace un mes. —comenzó a acariciar su cabello con suavidad.

—Lo se…—cerro los ojos—Tengo que darle tiempo, puede que me esté equivocando y sean drogas, lo que de por sí ya es malo.

—No puedo creer que esto esté pasando, Yuu te adora, me estuvo molestando por un año para que le ayudara a conquistarte.

— ¿Y lo ayudaste? —lo miro.

—No, pero a pesar de eso te conquisto—suspiro—ahora quiero golpearlo.

—Tal vez puedas, si al final de esto resulta que las cosas son como pienso, estas en tu derecho como mi mejor amigo.

—Bien—sonrió suave—ve a la cama, se nota que no has dormido nada.

—Sabes que no puedo dormir solo—dijo con bastante pena, por culpa de Yuu se había acostumbrado.

—Yo también voy a dormir tonto—sonrió y lo ayudo a levantarse, el llevo la taza a la cocina y Kouyou de encamino al cuarto.

Apenas Kouyou se recostó Akira llego y se acostó a su lado, paso sus brazos por su cintura y se apoyó en su nuca después de jalar las cobijas y cubrirlos a ambos.

—Duerme y apaga el teléfono.

—Creo que es la mejor opción—Kouyou saco su celular de su bolsillo y se lo dio al rubio, Akira se encargó de apagarlo y dejarlo en su mesita de noche.

Después de eso ninguno hablo, Kouyou se apegó un poco más a Akira y se relajó al punto de dormirse casi al instante, tenía demasiado sueño, a Akira le costó un poco pero después de unos 15 minutos por fin se pudo dormir.

~*~

3:15 pm y Yuu apenas se dignó a abrir los ojos.

Se sentó con cuidado en la cama, la cabeza le pesaba horrible y le estaba dando vueltas el mundo, se levantó con cuidado y se dirigió al baño a lavarse la cara y enjuagarse la boca, después camino a la cocina donde seguramente Kouyou ya lo estaba esperando con algo para aliviar su dolor de cabeza y algo de comida.

Pero no, y eso le desconcertó.

Porque el departamento estaba en un absoluto silencio, no había ningún olor agradable saliendo de la cocina ni siquiera un partido de futbol sintonizado a volumen bajo en la sala.

Todo estaba vacío.

— ¿Kou? —camino un poco más apurado por todo el departamento para buscarlo, pero no lo encontró, se regresó a la habitación para tomar el celular y llamarlo, pero entonces vio sus mensajes.

Se metió a la primera conversación-que era la de Yutaka-, leyó los mensajes y vio que había respondido, no recordaba haberlo hecho, pero sonaba como el, asi que lo más seguro es que siguiera igual de borracho cuando el contesto, salió de esa conversación y se metió a la siguiente, la de Takanori…

Abrió el chat y se encontró con un par de fotos que sin duda le hicieron despertar-de varias maneras- respondió rápido una respuesta positiva, pero después se olvidó de él y llamo a su novio.

Yuu era consiente que lo que estaba haciendo estaba mal, después de todo, lucho mucho para poder estar con Kouyou y la relación era genial, de hecho, iba de maravilla, pero Takanori era un caso aparte, era mucho más salvaje y pasional, algo que Kouyou definitivamente no era, con él no podía hacer muchas cosas que con Takanori sí.

Y esto no era tan reciente, tuvo sus encuentros con el rubio en el pasado, pequeñas sugerencias subidas de tono pero que solo hasta hace un mes se aventuró a aceptar.

Era un equilibro perfecto que se dispuso a tener.

Mientras que con Kouyou era amor y cosas bonitas, con Takanori era salvajismo y adrenalina.

Todo era perfecto asi, solo tenía que ser cuidadoso y menos obvio, sus salidas tenían que empezar a disminuir si no quería que Kouyou sospechara algo, aunque era una gran ventaja que el castaño no le revisara el celular porque si no, probablemente lo hubiera dejado ya.

El tono lo llevo directo a buzón por 3ª vez consecutiva y se extrañó muchísimo porque Kouyou nunca pagaba el celular.

Inmediatamente se preocupó porque las probabilidades de que algo le hubiera pasado eran altas, asi que se vistió lo más rápido que su dolor de cabeza le permitió, tomo una manzana y sus cosas para salir de la casa y buscarlo.

No había muchas opciones, Kouyou no era mucho de salir, y si lo hacía era con una única persona.

Akira.

Se apresuro a llamarlo antes de cometer la tontería de ir a dar vueltas a lo idiota. Espero los tonos y al fin atendieron.

— ¿Yuu?

—Hola, Akira ¿Kouyou está contigo? —fue al grano, no tenía tiempo de estar con rodeos.

Por otro lado, Akira estaba en casa con Kouyou a su lado mientras jugaban una partida de un juego de peleas, el castaño estaba costado en el sillón apoyando su cabeza en la pierna del rubio mientras que este estaba sentado con el teléfono entre la oreja y el hombro.

—No, vino en la mañana, pero se fue hace un buen rato ¿Por qué? ¿Aun no vuelve a casa?

Kouyou tuvo que morderse los labios para no reírse.

—Mierda, no, aun no vuelve. Avisame si te llama ¿vale?

—Claro—sonrió y pauso el juego para poder colgar y dejar el teléfono de lado, después volvió a poner play y siguieron. —Se escucha preocupado.

—Que se quede asi, volveré hasta muy tarde…

— ¿Por qué?

—La mejor manera de averiguar si te es infiel es imitar su comportamiento, eso lo hace sospechar y si me reclama yo puedo reclamar, averiguar y seguramente acertar.

—Que listo.

—Gracias—sonrió.

—Entonces vamos a comer algo.

—Pide algo a domicilio.

—Bien.

~*~

Kouyou llego por eso de las 7 pm al departamento, lo encontró vacío, pero no importo mucho, dejo sus cosas donde siempre y fue a la cocina por una cerveza, se preparó palomitas y encendió la televisión en el canal de deportes.

Todo tan común y cotidiano, como había sido su vida antes de conocer a Yuu.

Llevo todo a la sala junto con su computadora para revisar el trabajo y atender unos cuantos pendientes que tenía, asi se la paso como una hora y media, entre viendo los deportes, comiendo palomitas, tomando cerveza y en su computadora.

20 minutos más y la puerta del departamento fue abierta.

 — ¡Kouyou por buda! —se acercó rápido después de cerrar la puerta para poder abrazarlo, Kouyou tuvo que empujar su laptop a su lado para evitar que se cayera. —Me tenías tan preocupado.

—Lo siento, no me di cuenta que el celular se me apago…—dijo bastante serio.

— ¿Pero ¿dónde estabas? —no quiso sonar tan impulsivo, pero Kouyou no era de salir mucho, el prefería estar en casa y si no estaba con Akira ¿en dónde estaba?

Kouyou sonrió para sus adentros, era momento de empezar.

—Por ahí—respondió simple y retomando su computadora para terminar de trabajar.

—Pero ¿Por ahí donde? —insistió y esta vez un poco molesto.

—Por ahí—se encogió de hombros—simplemente quise salir a caminar ¿Cuál es el problema con eso?

—Pero ¿Por qué no me avisaste? —pregunto ya más calmado, Kouyou si era de los que salía a caminar…pero solo cuando le preocupaba algo. Inmediatamente se preocupó, de nuevo.

— ¿Ahora te tengo que avisar de todo lo que hago? —pregunto un poco molesto, pero sin despegar la mirada del computador.

—Mirame cuando me hablas. —exigió sintiéndose un poco amenazado, Kouyou no era mucho de hablar asi.

—No necesito verte para ponerte atención por si no lo sabias.

— ¿Qué mierdas te pasa Kouyou? ¡Llevo todo el puto día buscándote y tú te pones asi! ¿Qué no ves que estaba preocupado?

—No soy un niño pequeño como para que te preocupes tanto, soy un adulto, se cuidarme solo, no soy idiota—regreso sus ojos a la pantalla—ahora si es todo que me vas a decir mejor vete a dormir, estoy trabajando y solo me distraes.

Yuu se quedó de piedra, Kouyou jamás le había contestado asi, es más, a Kouyou ni siquiera le gustaba pelear.

—Ah, bueno, entonces a mí no me molestes cuando-…—iba a seguir, pero Kouyou interrumpió ya más molesto que antes.

— ¿¡Cuando que!? ¿Mmm? ¿Cuándo que Yuu? —lo miro fijo.

—Nada…—dijo y termino yéndose al cuarto.

Era la primera vez que pelaban, y se sentía fatal.

Para cuando Kouyou termino y se dirigió a dormir por el cansancio, se preparó y se recostó a un lado de Yuu, pero dándole la espalda.

El pelinegro no estaba dormido asi que se giró y abrazo al castaño por la cintura, apegándose y dando un besito en su cuello.

—Perdón, no quería actuar asi, solo estaba preocupado.

—Ya, ya dejalo asi Yuu, no digas nada—dijo un poco fastidiado.

Se quedaron en silencio, Kouyou estaba tratando de dormir, intento relajar su cuerpo y despejar su mente, pero las manos de Yuu comenzaron a colarse por su pijama, comenzando a acariciar más piel de la que estaba a la vista.

— ¿Qué estás haciendo? —giro un poco para verlo, Yuu le sonrió y dejo un besito en su hombro.

—Reconciliándome. —dijo soltando una risita y bajando una de sus manos a su miembro para comenzar a acariciarlo, Kouyou se removió incomodo, se mentalizo para evitar excitarse porque estaba enojado, no iba a permitir que Yuu siéndole-posiblemente- infiel se fuera acostar con él.

Pero para su desgracia, Yuu conocía demasiado su cuerpo, conocía donde tocar y el ritmo al que ir para dejarlo completamente excitado.

—Mm… Yuu—jadeo su nombre tratando de detener su mano, no quería caer tan fácil.

—Relajate—dijo dejando húmedos besos en su cuello, subiendo hasta llegar a su oreja y morderla—Sabes que siempre hago lo que te gusta.

—Si, pero—cubrió su boca, no quería escucharse a sí mismo gemir por el toque del pelinegro.

Yuu se aprovechó de ese estado para voltearlo y quedar encima para seguir con besos en su nuca y detrás de sus orejas, solo detuvo su mano cuando un gemido ahogado salió de Kouyou, ya se había corrido.

Fue entonces que decidió avanzar, se estiro hasta sacar el lubricante del cajón de la mesita de noche junto con un condón, Kouyou apenas se estaba recuperando del orgasmo, no noto cuando Yuu le bajo los pantalones y comenzó a acariciar la piel expuesta de su trasero.

—Yuu…—gimió al sentir el frio liquido contra sí.

—Ya voy bebé—dijo dejando un besito en su cabeza. Abrió el condón y se lo coloco rápido, ver a Kouyou con su rostro apoyado en la almohada y el trasero levantado era algo digno de ver que solo lo ponía más caliente.

Kouyou se permitió gemir fuerte al sentir como poco a poco los dedos de Yuu se abrina paso dentro de sí, no tardó mucho en encontrar su próstata, escondió su rostro contra la almohada para tratar de controlarse un poco, odiaba ser escandaloso en el sexo.

—Me gusta oírte, no te contengas—se inclinó lo suficiente para susurrar despacio en su oreja, logrando un mejor ángulo, haciendo más presión en ese punto sensible y asi consiguiendo sacar un gemido del menor, pero este solo negro con la cabeza y mantuvo su cabeza oculta aun cuando Yuu seguía dejando besitos en una de sus orejas.

Se concentro en dilatarlo lo más rápido posible, estaba algo ansioso, con Kouyou las cosas tenían que ser suaves, asegurarse de que no sufriera, Kouyou tenía un nivel de sensibilidad arriba del promedio, por lo que ser brusco no era una opción.

Cuando lo sintió listo, se introdujo lento, Kouyou se aferró a la almohada, levanto un poco más el trasero, tensándose cuando Yuu estuvo completamente dentro de él.

—Relaja el cuerpo mi amor.

Y ahí si no se pudo relajar, porque con todo lo que le estaba dando vueltas en la cabeza que le dijera “mi amor” lo ponía mal, tanto que comenzó a sentirse incómodo, muy incómodo.

Tenía dos opciones: Pedirle que parara y volver a pelear o dejarlo acabar y el fingir.

Ninguna de las dos le gustaba, asi que trato de concentrarse en el movimiento y en la estimulación, pero no podía, el pensamiento le estaba jodiendo todo hasta que Yuu volvió a tocar ese punto sensible y la mente se le desconecto sola, al menos el tiempo que duro el encuentro, porque al terminar ambos, volvieron a estar en silencio.

Kouyou no espero un beso o cariño, apenas Yuu salió de él, se levantó para bañarse y Yuu se levantó para tirar el condón usado, guardar el lubricante y cambiar las abanas para dormir limpios, después lo acompaño a la ducha donde si hubo cariñitos, al menos por parte de Yuu, Kouyou solo se dejó hacer.

Cuando ambos estuvieron limpios regresaron a la habitación, se vistieron de nuevo y se acostaron, Kouyou cerró los ojos y tembló cuando sintió al mayor aferrarse a su espalda, a pesar de eso pudo dormir tranquilo.

Claro que las cosas no se quedaron asi.

Oh por su puesto que no, la estrategia de Kouyou era simple, pero muy efectiva, cada día que pasaba evitaba estar en casa, se iba con Akira casi todo el día-está por demás decir que se la pasaba demasiado bien con su mejor amigo, tanto que por eso a veces llegaba mucho más tarde de lo que tenía planeado-, no contestaba menajes o llamadas y llegaba a casa muy tarde, lo que provocaba peleas que hacían que Yuu saliera del departamento para volver una hora y media después más tranquilo y pidiendo-suplicando- perdón.

Uno que cada día tardaba más en llegar.

Pero a pesar de todas esas peleas y comportamientos extraños, poco a poco la rutina de todos los días regreso a la normalidad-porque Yuu odiaba pelear y Kouyou se cansaba de eso- un beso de buenos días, un desayuno juntos y un “nos vemos en la tarde” que hizo que ambos se fueran por caminos separados uno a la empresa en la que trabajaba y el otro a la escuela de música donde enseñaba.

A veces los horarios coincidían, otros no tanto, justo como ese día, Kouyou sorprendentemente llego antes que Yuu-comúnmente era al revés-dejo sus cosas y se fue directo a la cocina, tenía mucha hambre ya que había tenido que saltarse la hora del almuerzo para poder ayudar a su jefe con un proyecto muy importante.

Comenzó a sacar algunas cosas, pero su teléfono lo distrajo, una llamada de Yuu.

— ¿Qué pasa? —pregunto dejando el teléfono entre su oreja y hombro para seguir cocinando.

—Mi amor, hay unos papeles en mi computadora que necesito ¿me los puedes mandar? Son mis planeaciones para las clases, la contraseña es tu cumpleaños.

—Seguro—Kouyou dejo la carne cociéndose y los vegetales a medio cortar, salió de la cocina rumbo a la habitación, saco la computadora de Yuu del mueble que tenían en la recamara y fue de regreso a la cocina, dejo la computadora cargando en el desayunador mientras él hacia su carne.

Cuando cargo, introdujo la contraseña y entro a los archivos, estaban en el escritorio asi que rápido abrió el correo y se los mando, Yuu le agradeció en un mensaje con muchos corazones y hasta ahí quedo.

Se sirvió de comer apenas terminó de preparar todo, miro la computadora cuando se sentó, pensó en apagarla y ya, pero la curiosidad le pudo más.

Comenzó a explorar por las imágenes, se encontró muchas fotos de ellos dos juntos y solo pudo sonreír al recordar las situaciones en las que fueron tomadas, aparentemente todo normal, pero mientras siguió explorando, encontró una carpeta que decía “teléfono”.

— ¿Sera…? —Abrió la carpeta.

Y se arrepintió de haberlo hecho…

120 fotografías que ojalá no hubiera visto, todas con fecha de 3 meses hasta hace 2 días… Todas de Takanori haciendo cosas que jamás espero.

No entro en pánico, no se alteró, no lloro, no dijo nada.

Saco capturas de toda la carpeta y se las mando a su teléfono, de ahí, cerro la computadora, termino de comer, lavo su plato y se encamino a la habitación, tomo una maleta que guardaba debajo de la cama y comenzó a guardar un par de mudas de ropa asi como su computadora, toalla, cepillo de dientes, cargadores y audífonos, cerro bien y guardo su teléfono, se colocó un suéter grueso, tomo sus llaves junto con su cartera y salió del lugar.

Llego al departamento de Akira luego e 10 minutos, el rubio abrió al escuchar los golpes en su puerta casi desesperados y se sintió terrible por haberse tardado tanto en abrir al ver la maleta de Kouyou en mano y sus ojos demasiado rojos solo produciendo lagrimas mojando sus mejillas hasta que sus lágrimas se juntaban en su barbilla y goteaban.

Lo hizo pasar, cerró la puerta y lo llevo hasta su habitación, dejo la maleta de lado y lo abrazo, Kouyou se aferró a su espalda y escondió su rostro en la curvatura de su cuello, respiro con fuerza tratando de calmarse, le dolía horrible la garganta solo por tartar de retener su sollozos, no quería sentirse asi, pero no podía, porque dolía, dolía mucho, tanto tiempo estando con Yuu, tantas cosas que pasaron y desde hace 3 meses le estaba viendo la cara de imbécil.

— ¿Puedo quedarme contigo un tiempo? —pidió con voz rota a lo que Akira solo acaricio su espalda y cabello.

—Sabes que sí, este sigue siendo tu hogar incluso si te fuiste—lo separo de su cuerpo y limpio sus lágrimas—Ve a darte un baño, debes de estar cansado…

Y lo estaba, estaba terriblemente agotado, al menos mentalmente, se limpió las traviesas lagrimas que volvieron a salir y respiro profundo asintiendo con la cabeza para tomar sus cosas de la maleta y dirigirse al baño.

Akira se quedó sentado en la cama, esperando a que saliera para que le contara lo que había pasado, aunque ya intuía que había pasado y está por demás decir que se sentía fúrico en ese momento.

NADIE podía jugar con los sentimientos de su mejor amigo, ABSOLUTAMENTE NADIE.

Porque Kouyou era frágil por todo lo que paso en su juventud, no confiaba en muchas personas y el hecho de que pasara esto justamente con la persona que supuestamente lo amaba lo habría dejado devastado…

Y no se equivocó, porque apenas salió del baño después de 2 horas de estar ahí metido se recostó en su cama haciéndose un ovillo y se quedó asi, no quiso cenar nada, simplemente se recostó y cerró los ojos para evitar seguir llorando mientras abrazaba una almohada.

Akira se recostó a su lado y lo abrazo, Kouyou se giró y se escondió en su pecho, se sentía tan mal, tan débil, tan inseguro y frágil como hace años no se sentía…

Se sentía horrible, odiaba sentirse asi, era una presión constante en su pecho que hacía que todo su cuerpo doliera.

— ¿Cómo te enteraste? —no quería interrogarlo ahora, pero sabía que, si no lo hacía en su momento vulnerable, mañana no podría sacarle ni siquiera un pio.

—Su computadora… tenía muchas fotos de Takanori… enviadas desde Line. De su teléfono a la computadora, todas con fecha de hace 3 meses, la más reciente es de hace dos días. —hablo despacio y sin mostrarle la cara, demasiado cómodo escondido en su pecho como para salir de ese pequeño refugio.

—Hijo de puta…

—No quiero hablar, quiero dormir. —pidió.

—Me quedare contigo—le aseguro acariciando su cabello con mucha suavidad sin dejar de abrazarlo, se sentía tan mal ahora, jamás debió de permitir que Yuu si quiera se acercara, nunca estuvo de acuerdo con que alguien si quiera intentara algo con Kouyou, jamás le agrado, pero bueno, Kouyou decidió confiar en él e intentarlo “no puedo dejar que me cuides para siempre Aki, no es sano ni para ti ni para mi” esas habían sido sus palabras cuando decidió mudarse del departamento de Akira para irse al de Yuu al año de novios.

Kouyou y Akira habían llegado de Kanagawa a Tokyo para estudiar en la universidad, de ahí consiguieron trabajo y con lo que fueron ahorrando se compraron el departamento, fueron casi 7 años para tener el departamento como actualmente estaba-aunque Akira modifico unas cosas desde que Kouyou se fue hace dos-pero al final, seguía siendo de ambos, y si Kouyou quería volver el rubio no se lo iba a negar.

¿Por qué?

Porque lo amaba demasiado como para negarle algo.

Porque estar juntos desde los 6 años hasta la universidad y de ahí parar a mudarse juntos a un departamento le hizo ver que había muchas cosas que le gustaban de Kouyou, pequeños detalles que la gente no notaba, pero que el sí y que solo lo hacían más encantador a sus ojos.

Kouyou nunca lo supo, Akira nunca lo dijo, pero él se enamoró desde el primer día en que lo vio, porque incluso siendo tan pequeño, se dio cuenta de que con “Shima” las cosas eran distintas, todo era más bonito, más tranquilo, más reconfortante, más de todo lo bueno si estaba con él.

Akira noto la respiración tranquila contra su cuello, acaricio su cabello y se separó con mucho cuidado para dejarlo dormir más cómodo, sabía que Kouyou no podía dormir bien sin alguien a su lado, pero tenía algo que hacer.

~*~

Yuu llego al departamento yo por eso de las 9 de la noche al departamento encontrándolo en completo silencio, se extrañó, no era muy tarde como para que Kouyou estuviera dormido ya, prendió las luces y noto que todo estaba en orden, lo único fuera de lugar esa su computadora.

Entro a la cocina y llamo a Kouyou, pero le mandaba directo a buzón asi que abrió su computadora notando que solo estaba suspendía asi que volvió a poner la contraseña.

Y lo que salió en su pantalla no se lo esperaba ni él.

Había quitado las imágenes de su celular por si en algún momento Kouyou quería revisarlo, incluso borro la conversación con Takanori para vitarse problemas. Jamás pensó que Kouyou revisaría la computadora y el de idiota le dio la contraseña…

Reviso el historial de navegación en los archivos, noto que el castaño realmente no estaba buscando nada malo, simplemente había entrado para ver las fotos que tenían juntos hasta que llego a esa carpeta…

Ahora se sentía de la mierda.

—No, no, no, no, mierda, mierda, mierda—salió de la cocina para ir a buscarlo, quizás si estaba dormido en el cuarto, pero no llego y la cama estaba hecha, pero el closet abierto, se acercó, faltaba ropa, el corazón solo le acelero más.

Kouyou se había ido, lo había dejado.

Y con justa razón.

Pero él no lo aceptaría, Kouyou era lo que le daba equilibrio a su vida, lo amaba.

¿entonces porque lo engaño?

Por imbécil.

Porque a veces quería hacer cosas que sabía que a Kouyou no el gustarían, pero en vez de hablarlo y tratar de buscarle una solución juntos prefirió tomar las insinuaciones de Takanori y revolverse como él quería en un hotel o incluso en la misma casa del rubio menor.

Para él era una estabilidad.

Para los demás sería una estupidez.

Salió del departamento cuando se dio cuenta que Kouyou solo podría haber ido a 2 posibles lugares:

De vuelta a Kanagawa con su madre o con Akira.

Y rogaba que fuera la segunda -aunque le convenia mucho menos- porque nunca supo donde vivía exactamente el castaño en su prefectura natal, nunca le dio muchos detalles, casi no hablaban de eso.

Pero a penas y lo logro salir del edificio cuando se topó con Akira, el cual lo recibió con un tremendo puñetazo que le dio de lleno a la cara, haciendo que su boca supiera a sangra casi de inmediato, le había partido el labio.

— ¿¡Que mierda te pasa!? —pregunto molesto levantándose del sueño porque incluso lo había tirado, aunque bueno, era normal, él iba corriendo y no freno más que cuando Akira lo golpeo.

— ¿A mí? No me pasa nada—sonrió leve—¿A TI que mierda te pasa? Tenía en claro que eras un imbécil desde el primer momento en que te vi, pero no creí que tanto…

— ¿De qué carajo estás hablando?

—No lo busques mas ¿esa claro? Si te atreves a si quiera en contactarlo juro que tu labio no será lo único roto.

—No puedes prohibirme ver a mi novio.

—Ex novio, imbécil ¿crees que después de ver todo lo que vio va a querer seguir contigo? ¿De verdad eres tan estúpido como para pensarlo?

—Lo amo, y él me ama estoy seguro.

—Si claro—respondió con sarcasmo—Mañana voy a venir por el resto de sus cosas, más te vale que cuando llegue no estés aquí.

— ¿Dónde está Kouyou? Necesito hablar con él.

—Tu no vas a hablar con nadie, ya dejaste todo muy claro, no quiere verte asi que mejor mantente lejos.

—No lo podrás esconder siempre Akira. —dijo muy seguro.

—Tal vez no, pero si el tiempo suficiente…

Dicho eso y dejando confundido al pelinegro se fue, Yuu ni siquiera trató de seguirlo, sabía dónde estaba Kouyou y a la vez no, es obvio que estaba con Akira, pero nunca supo donde vivía el rubio, en su tiempo de salidas Kouyou siempre era el que iba a verlo, no al revés.

Se regreso a su departamento y se sentó en el sillón completamente devastado, se sentía tan mal en ese momento que no tuvo ganas ni de mandarle mensaje a Takanori que era el que siempre resolvía todo su mal humor con buen sexo…

Miro su teléfono, una foto de Kouyou y él estaba de fondo de pantalla lo cual solo lo hizo suspirar, pero solo ese simple movimiento hizo que su labio doliera horrible, tal vez lo mejor era ir al hospital…

 

Para cunado Akira regreso al departamento, Kouyou estaba n la cocina, preparándose un té para relajar el cuerpo, el rubio se quitó el abrigo y lo dejo sobre el sillón para ir y abrazar a su mejor amigo.

— ¿A dónde fuiste? —pregunto con la taza ya cerca de los labios sintiendo el calor del cuerpo ajeno contra su espalda.

—A golpear a un imbécil—respondió. Kouyou dirigió sus ojos a las manos que descansaban sobre su abdomen, notando la derecha un poco roja de los nudillos.

—Gracias…

—Sabes que siempre te voy a cuidar Shima.

—Lo sé—dejo la taza y se giró para poder abrazarlo. —gracias…

—Termina de cenar, me daré un baño—dejo un beso en su frente y lo soltó para ir al baño, Kouyou se sentó para terminar su té.

Cuando ambos terminaron sus actividades regresaron para encontrarse en la cama, donde Akira abrió los brazos y Kouyou no tardo en acurrucarse entre ellos, ocultando su rostro en su cuello al modo en que su tibia respiración chocaba contra la piel, Akira comenzó a acariciar con mucho cariño el cabello corto de su nuca para relajarlo lo mejor posible, porque el rubio lo conocía, Kouyou se sentiría mal como mínimo una semana entera, pero no había problema él estaba más que encantado de cuidarlo, porque siempre estaría ahí para el castaño.

~*~

Pasaron 9 días en los que Kouyou trabajo desde casa por miedo a salir y toparse con Yuu, el pelinegro sabia donde trabaja y era tan aferrado que estaba seguro de que lo iría a buscar ahí, aun se sentía mal, de hecho estaba aún bastante decaído, aun no podía creer todo lo que había pasado y el cinismo de Takanori al mandarle mensaje preguntando si estaba bien y en donde estaba, obviamente lo mando a la mierda, cambio el nombre del contacto a “prohibido contestar” al igual que el de Yuu que ese ya estaba diario en su registro de llamadas perdidas.

No los quería bloquear debido a que podrán ocupar el número de otra persona para poder comunicarse o incluso un numero nuevo, asi que prefirió hacerlo asi.

Aunque la vida con Akira era buena, de hecho, estaba bastante cómodo viviendo con el rubio justo como antes de conocer a Yuu, todo tranquilo y en paz, Akira llegaba y él ya tenía la comida hecha u ordenada de algún lugar cercano, se saludaban con un abrazo como siempre y se sentaban a comer para contarse su día, de ahí, ambos continuaban trabajando un rato y después se relajaban jugando videojuegos o viendo la repetición de algún partido de futbol.

Todo era estable y cálido.

Justo lo que le faltaba a Kouyou en la vida y lo que Akira más le podía dar.

En ese momento se encontraban durmiendo, o bueno, Akira dormía, el seguía despierto, se sentía algo intranquilo, no por Yuu, ni por Akira, si no por el mismo.

Sus sentimientos estaban hechos un caos ahora, Akira era tan bueno con él desde siempre y más ahora que se encontraba herido emocionalmente, y eso mismo es lo que estaba haciéndole ver a su mejor amigo con otros ojos y eso no estaba bien, okey, Akira también era gay, pero era su mejor amigo, casi su hermano, no podía, o bueno, si podía, pero sentía que no era correcto, además de que acaba de terminar con Yuu hace poco, no quería hacerle eso Akira, no quería mandar todo a la mierda por intentar algo que para muchos, solo sería por despecho…

— ¿Por qué no es tas dormido? —hablo el rubio con voz rasposa, el menor dio un brinquito asustado.

— ¿Por qué tu no estas dormido? —separo un poco su cabeza para verlo.

—Puedo sentir la tensión en tu cuerpo, además, estas moviendo mucho el pie, eso quiere decir que estas intranquilo.

—Oh, lo siento—suspiro y volvió a esconderse en su cuello—tratare de estar quieto.

— ¿Ocurre algo malo?

—No, solo—suspiro—solo estaba pensando, en todo y en nada.

—Debes de relajarte, si te hace sentir mejor podríamos mudarnos a otro lado, a alguna otra zona residencial de Tokyo…

— ¿Y el trabajo?

—Puedes trabajar desde casa, a tu jefe no le molesta, digo, ya llevas 9 días trabajando desde aquí.

—Bueno, eso es verdad… pero ¿y tú?

—Tengo auto, tú también, no nos vamos a mudar al otro lado de Japón Shima—sonrió y comenzó a acariciar su cabello de nuevo, Kouyou sonrió y cerró los ojos.

—Me parece una buena idea… Pero ahora podemos dormir.

—Pero duérmete.

—Si…

Ambos se relajaron, la mano de Akira no dejo de moverse sobre el cabello corto cercano a su nuca, Kouyou soltó un suspiro cuando el sueño por fin lo venció, el rubio dejo un suave beso en su frente y se acomodó mejor para dormir, estaba cansado, asi que no tardó mucho en dormirse.

 

~*~

Estaban terminando de empacar las cajas con lo que quedaba de la vajilla, el personal de mudanzas ya se estaba llevando lo que quedaba de los muebles y las cajas con demás cosas. Un mes y medio basto para comprar otro departamento y 3 semanas más para vender el que estaban abandonando, en todo ese tiempo las cosas siguen igual, Yuu llamaba constantemente y mandaba muchos mensajes, pero Kouyou nunca contestaba, a veces lloraba y Akira siempre estaba ahí para consolarlo, lo cual solo lograba confundir más a Kouyou con respecto a sus sentimientos.

Akira era todo lo que alguna vez pidió, pero que no podía tomar, estaba prohibido una ley no escrita pero igual de valida, no podías enamorate de tu mejor amigo y Kouyou estaba dispuesto a cumplirlo por mucho que le costara.

—El edificio donde está el nuevo departamento tiene un jardín muy bonito en la terraza, te gustan las plantas asi que pensé en eso. —hablo Akira sacándolo de sus trágicos pensamientos.

—Gracias—sonrió y le entregó la caja ya sellada de la vajilla a otro de los ayudantes. —Me tendrás ahí gran parte del día.

—Si porque tiene un columpio con sombra, puedes estar ahí todo el tiempo que quieras. —más que nada porque habían comprado el último piso asi que la terraza estaba entera para su disposición.

—Eres el mejor—se acercó a abrazarlo y dejar su mejilla bien pegada con al de Akira, el rubio correspondió su abrazo girando se rostro para darle un sonoro beso en la mejilla, Kouyou sonrió contento y continuaron con lo poco que quedaba de la mudanza.

Eran esos pequeños gestos que hicieron que Kouyou se confundiera mucho más con sus sentimientos, llegando a la conclusión de que su mejor amigo era el hombre que quería para su vida, pero que no podía tener por completo porque era su mejor amigo.

Aun si no estaban juntos sentimentalmente era feliz de tenerlo a su lado.

Por eso de las 4 de la tarde llegaron al nuevo departamento, tomaron las llaves de la encargada y empezaron a acomodar todo, probablemente terminarían muy tarde, pero todo tenía que quedar ese mismo día.

Terminaron todo ya muy tarde, el camión de la mudanza se fue por eso de la 1 de la mañana y ellos pudieron respirar, estaban exhaustos, no todo estaba bien acomodado, pero al menos la cama estaba lista.

—Deberíamos comer algo…—dijo Akira tomando sus cosas para ir al baño y ducharse.

—Primero bañate, no sé si este algo abierto a esta hora…—dijo Kouyou tratando de evitar ver a Akira, en todo el día pudo apreciar los músculos de su mejor amigo en acción debido a que ayudo con mucho de la mudanza, al menos con las cosas pesadas.

Akira desapareció por la puerta del baño y Kouyou se quedó sentado en el piso mirando su celular, más específico, el registro de mensajes, al menos unos 80 de “prohibido contestar”, todos con palabras de arrepentimiento y disculpas, palabras de amor y promesas, pidiendo que se vieran y solucionaran todo.

No supo en qué momento empezó a llorar, pero se dio cuenta de que lo hacía cuando las lágrimas mojaron la pantalla del móvil, Yuu había sido la relación más duradera y bonita que había tenido, sus anteriores novios no duraban más de 2 meses porque querían ir demasiado rápido, menso Yuu, el pelinegro lo espero el tiempo necesario y por eso pensó que podía confiar en él, pero al final se equivocó y todo termino mal.

Los sollozos salieron por sí solos, dejo el teléfono de lado y cubrió su rostro.

Sabía que se estaba torturando al leer los mensajes, pero no podía evitarlo, odiaba ver la burbujita con el número de mensajes y en vez de solo abrirlos y ya, se ponía a leerlos.

Akira salió del baño ya vestido con un pijama cuando lo encontró asi, sentado en el piso y llorando a mares, pero tratando de ser silencioso. Se acerco con cuidado y loa yudo a levantarse.

—Ve a darte un baño ¿bien? —le sugirió preocupado, odiaba ver a Kouyou asi, el menor asintió dándole el teléfono y tomando sus cosas para bañarse, estaba tan preocupado ahora que el hambre se le quito, se sentó en la cama y miro los mensajes del celular, suspiro frustrado, Yuu había sido la relación más estable que Kouyou había tendió y sabía que le costaría mucho tiempo olvidarlo a menos de que llegara otra persona a borrar todo eso.

Él tenía en claro que el mismo tenía que ser esa persona, pero no sabía si a Kouyou el agradaría la idea, podía intentar algo hoy, algo muy mínimo, solo para comprobar la teoría o algo, dormir abrazados no significaba TANTO porque Kouyou siempre dormía abrazado a algo además de que tener a alguien a su lado para dormir ya era más que indispensable.

Kouyou salió poco después, se metió directo en la cama aun con los ojos rojos he hinchados de tanto llorar, Akira se acomodó a su lado, apago las luces y se acurrucaron, mañana podrían terminar de acomodar lo que les faltaba.

—No sufras Kou, por favor, ya no sufras por ese imbécil, no merece tus lágrimas.

—No puedo, aun duele…—sollozo contra su cuello, Akira lo apego más a su cuerpo, comenzando a acariciar su espalada para tratar de calmarlo.

—Lo sé, pero tienes que dejarlo ir, sé que tú lo amaste mucho, pero él te fue infiel, te engaño con un amigo de ambos. Se que duele, seguirá doliendo, pero ya pasaron meses.

—El sigue insistiendo—se despegó un poco para verlo.

—Ya no le hagas caso—lo alejo y limpio sus lágrimas, lo miro a los ojos, era ahora o nunca—Hay más personas en el mundo Kouyou, personas que estoy seguro que se sacarían la lotería si te tuviera como pareja. Eres una hermosa persona y sé que quien este contigo será inmensamente feliz, porque eres increíble y Yuu fue un completo idiota al traicionarte.

Kouyou lloro más fuerte tratando de ocultarse de nuevo en su cuello peor el rubio no lo dejo, lo miro fijo a los ojos y volvió a hablar.

—Si yo estuviera contigo nunca te traicionaría, jamás.

Y todo se quedó en silencio, Kouyou no se atrevió a sollozar de nuevo y Akira estaba seguro que incluso contuvo el aire.

—Tu… ¿Qué?

—Eres demasiado importante para mí Kouyou, nunca estuve de acuerdo con tu relación con Yuu porque me dolía verte con alguien que no fuera yo, pero lo acepté porque te veías feliz…

— ¿Te gusto?

—No solo eso, te amo.

Y ahí sí que no pudo evitar a soltarse a llorar otra vez, porque no podía creer que esto estuviera pasando.

—Nooo Shima no llores, lo siento, lo siento, olvida lo que dije, pero no llores. —dijo desesperado abrazándolo contra su pecho, era un idiota, un completo imbécil, debió de haberse quedado callado.

—No—sollozo y se alejó un poco de el para poder tomar su rostro y besarlo. Akira no se lo espero, pero apenas sintió los labios de Kouyou moverse sobre los suyos, le correspondió de inmediato, no duro mucho, pero si lo suficiente como para que las respiraciones de ambos se acompasaran. — ¿Cómo podría olvidarme de una confesión tan bonita?

—Shima…

—Oh no puedo dejar de llorar—se alejó un poco más para cubrir sus ojos y limpiarse las lágrimas, pero Akira lo acerco de nuevo para secarlas él.

— ¿No estas molesto?

—No—sonrió sorbiendo su nariz—estoy aliviado.

— ¿Por qué? —acaricio su rostro de nuevo, el castaño se acercó de nuevo para esconderse en su cuello.

—Porque me la pase semanas mortificándome a mí mismo por enamorarme de mi mejor amigo… no quería, porque no tiene mucho que termine con Yuu, pero siempre me trataste tan bien desde siempre y ahora…y… ya no voy a decir nada.

Akira soltó una suave risa y después un profundo suspiro, las caricias en el cuerpo del menor se reiniciaron, se quedaron en silencio, uno levemente incomodo porque ahora ninguno sabía que decir, creo que no habían pensado en la posibilidad de ser correspondidos, los dos se habían resignado a vivir con la persona que querían sin ser nada…

—Ahora ya no puedo dormir—dijo el castaño contra su cuello.

—Yo tampoco, estoy muy feliz y se me fue el sueño.

— ¿Qué hacemos?

—No sé, todavía tengo hambre…

—Mañana temprano vamos a buscar algo ¿bien? Tratemos de dormir.

—Shima…

— ¿Dime?

— ¿Estamos saliendo ahora?

—No sé, tu dime—sonrió levemente separándose para mirarlo—No me has pedido nada.

—Es verdad, disculpame—tomo sus manos, acariciándolas con los pulgares. Lo miro fijo a los ojos y sonrió—Takashima Kouyou, mi mejor amigo, compañero de travesuras y confidente desde los 10 años, la persona que más amo y que siempre cuidare ¿Quisieras ser mi novio?

—Ah…—bajo la cabeza, las ganas de llorar regresaron, solo asintió sin poder contestar porque tenía un nudo en la garganta, mariposas en el estómago y el corazón como loco.

Akira se rio de él, pero aun asi lo soltó para tomarlo del rostro y besarlo de nuevo, no fue una, fueron al menos unos 20 besos continuos que Kouyou no se negó a corresponder.

—Ya, ahora si vamos a dormir…

—Estoy de acuerdo.

 

Pasaron unos cuantos días en los que no se acostumbraban aun a la idea de estar juntos, a veces había cierta timidez por parte de ambos en cuestión de besos y carisias, algunas subidas de tono, pero no pasaban de ahí, aun se seguían algo inseguros con ese tema, primero querían disfrutarse y después podrían pasar a temas más íntimos solo cuando ambos se sintieran listos para hacerlo, ninguno de los dos era virgen, pero se tenían demasiado respeto entre ellos como para simplemente lanzarse e y hacerlo de la nada.

Justo como ese día, Akira había llegado temprano del trabajo y Kouyou ya había terminado el suyo asi que el rubio le sugirió ir y comprarle un nuevo teléfono porque ya estaba harto de las llamadas de madrugada de Yuu y los múltiples mensajes en el día.

 Se vistieron con ropa más adecuada para salir-puesto que Kouyou al no tener necesidad de salir al trabajo se la pasaba con ropa cómoda en casa como shorts y camisetas o suéteres delgados.

Se fueron en el auto de Akira, el castaño poso suavemente su mano en la pierna del rubio y la dejo todo el camino ahí, simplemente porque tenía ganas de tocarlo, de demostrarle de manera simple su cariño y a Akira no le molesto para nada, incluso en los semáforos acariciaba esa mano.

Llegaron al centro comercial, bobearon un rato por las tiendas, compraron unas cosas, comieron y al final fueron a comprar el nuevo celular. En todo el camino de regreso a casa Kouyou se la paso registrando solo los números importantes, sus padres, sus hermanas, la madre y abuela de Akira asi como su hermana, algunos amigos que estaba seguro que Yuu no contactaría, algunos compañeros de su trabajo, su jefe y algunos conocidos de su madre asi como familiares lejanos.

Llegaron al departamento y se relajaron en la sala mientras Kouyou configuraba su nuevo teléfono, pasaba música algunas imágenes e instalaba algunas aplicaciones, Akira se apoyó en su hombro, Kouyou sonrió y se apoyó en su cabeza.

— ¿Estas aburrido? —pregunto Kouyou aun mirando el teléfono.

—Algo…

— ¿Quieres que juguemos con la consola? ¿O ver televisión?

—Mmm no lo sé, no tengo ganas…

— ¿Entonces de que tienes ganas? —dejo el teléfono y lo miro.

—No se—dijo, pero en su cabeza vaya que tenía muy fija lo que quería.

Y Kouyou ya tenía claro lo que quería también.

—Vamos a la cama un rato ¿bien? En lo que se nos ocurre que hacer—dijo, insinuando muy sutilmente el estar en el cuarto.

—Bueno—aceto de inmediato, pero mostrando poco interés, no quería parecer urgido.

Ambos fueron a la habitación, Akira se acostó y Kouyou se acostó encima escondiéndose en su cuello, el rubio lo abrazo y cerró los ojos para comenzar a acariciar su cabello, le relajaba acariciar a Kouyou asi como al menor le hacía dormir si le tocaba el cabello.

Pero lo que menos quería Kouyou era dormirse y Akira tampoco.

El castaño comenzó a acariciar el cuello de Akira con su nariz, dejando cortos besos también en el proceso, el rubio abrió los ojos algo inquieto.

— ¿Qué haces?

—No hay mucho que hacer el día de hoy ¿Quieres hacerlo? —ya está, lo preguntó sin rodeos, directo al grano porque si le daba muchas vueltas se avergonzaría y ya no diría nada.

Hubo un silencio, se miraron a los ojos por unos cuantos segundos para después pasar a besarse, Akira le dio la vuelta, dejando a Kouyou acostado en la cama. Las manos del rubio bajaron por el cuerpo del menor metiéndose bajo su ropa, Kouyou hizo lo mismo, no quería quedarse quieto y dejar que Akira hiciera todo.

La ropa fue quitada bastante rápido, no es que estuvieran desesperados, o tal vez si ya que llevaban ya un buen tiempecito juntos y estaban bastante curiosos de como seria estar juntos de manera más íntima.

Los besos se detuvieron pues Akira comenzó a bajar por su cuerpo, lamidas y mordidas iban y venían por toda su lechosa piel dejando marcas bastante rápido debido a lo delicado que era, llego a sus piernas, llenándolas de mordidas y chupetones mientras lo masturbaba, los gemidos de Kouyou solo lo incitaban más a seguir.

Kouyou trato de estirar la mano hacia la mesita de noche, donde los condones y el lubricante estaban, pero sintió un fuerte escalofrió y un gemido fuerte salió de sus labios, giro su rostro, Akira no paraba de mover su mano mientras comenzaba a abusar uno de sus pezones, ese lugar siempre fue muy sensible aún más si lo mordían.

No tardó mucho en correrse, la estimulación fue demasiada.

El rubio sonrió y beso sus labios, fue el mismo el que alcanzo el lubricante y los condones-que compraron hace un par de días solo por precaución-, Kouyou abrió más las piernas para que Akira se acomodara mejor y comenzara a dilatarlo.

—Iré con cuidado, no te preocupes. —dijo el rubio para dejar un besito en sus labios y comenzar.

—E-Esta bien—dijo recobrando un poco el aliento debido a su primer orgasmo.

Akira abrió el lubricante, lo dejo caer en sus dedos y rápidamente los acerco a la entrada de su novio para comenzar, primero un dedo, luego dos, Kouyou gimió incomodo, pero le pidió que no parara, el rubio se acercó y lo beso mientras movía sus dedos para poder integrar un tercero.

Kouyou se abrazó a su cuello al tenerlo cerca, gimió en sus labios y los mordió con sensualidad porque Akira había encontrado su punto sensible y quería hacérselo saber, el rubio lo entendió asi que movió sus dedos con mayor énfasis logrando excitar al menor de nuevo-que además el seguía erecto desde que empezaron-.

Apenas lo sintió lo suficientemente dilatado, se separó para romper el envoltorio y colocarse el condón.

— ¿Estas listo, amor? —pregunto acomodándose mejor entre sus piernas, acercándose para poder besarlo.

—Si—se abrazó a su cuello y paso sus piernas alrededor de la cadera del rubio.

Akira se adentró lento en su novio, el gemido de Kouyou fue paulatino a la intromisión, se aferró con más fuerza al rubio, enterrándole las uñas en uno de sus hombros y mordiendo sus labios.

Apenas se acostumbró los movimientos comenzaron, primero lentos para asegurarse de que ya no le hacía daño, pero cuando sus labios chocaron de nuevo y Kouyou le gruño un “más rápido” la cordura se fue y dejo que su necesidad por piel ajena lo guiara.

El calor era sofocante, de hecho, les faltaba el aire, pero no podían parar, de hecho, no pudieron parar en mucho rato, el deseo, la pasión, el amor, todo era una combinación tan perfecta que les hizo rozar el cielo y las estrellas más de una vez.

Después de esto, estaban seguros de que hacerlo sería algo necesario con regularidad.

~*~

Kouyou estaba sentado en el columpio de la terraza con su laptop en las piernas, estaba terminando de enviar unos documentos, le gustaba el aire fresco, en especial en esos días de otoño cuando era frio, pero no demasiado.

Las cosas con Akira iban de maravilla, era el tipo de relación que querría cualquiera, confianza, respeto y amor, sobre todo mucho amor, porque Akira podía llegar a ser tan empalagoso a veces que Kouyou simplemente se dejaba hacer sin protestar porque por muy inexpresivo que fuera, adoraba que le dieran mimitos-y mucho más con la situación de ahora-.

Termino de trabajar y se relajó en el columpio, cerro los ojos y se columpio suavemente mientras acariciaba su vientre algo ya abultado con mucha suavidad.

Hace una semana había sido su cuarta cita mensual, sus bebés estaban bien, estaban creciendo sanos y fuertes, aún no había querido saber que eran, Akira menos, quería que fuera sorpresa.

Habían hablado del tema en muchas ocasiones, ambos tenían un trabajo estable, el departamento nuevo tenía espacio para tener una familia-de hecho, los 2 cuartos que tenían vacíos los habían ocupado como bodegas para cajas o muebles que habían cambiado, pero no aún no se deshacían de ellos- tenían lo necesario para poder formar una familia, asi que apenas Kouyou se fue al médico para verificar si estaba en óptimas condiciones para tener un hijo y le dieron una respuesta positiva comenzaron a intentarlo-he de decir que ninguno de los dos tuvo ningún problema de seguir intentando cada prueba que salía negativa-.

Ahora ya con 18 semanas cumplidas estaba comenzando su quinto mes, los primeros 2 meses fueron los más terribles debido a las náuseas que tenía, pero Akira había sido un amor al soportarle todo-está por demás decir que cuando la prueba dio positiva los dos se pusieron a llorar- además de que los dolores de piernas y la hinchazón de pies era otra de las cosas que lo tenían mal, pero no podía quejarse mucho, Akira lo consentía demasiado con masajes y baños calientes, además de cumplirle cada antojo por muy tarde que fuera.

Su teléfono empezó a sonar, sonrió al ver de quien se trataba, contestó rápido.

—Hola cariño.

— ¿Cómo están mis 3 bebés? —Kouyou sonrió apenas lo escucho.

—Estamos bien, amor ¿ya vienes?

—Si amor ¿quieres que te lleve algo?

—Si puedes pasar por pollo frito te lo agradeceremos mucho—dijo con pena.

—Vale amor, en un rato los veo ¡Los amo!

—Y nosotros a ti.

Y colgaron.

Kouyou suspiro, tomo su computadora y regreso al departamento, se sentía algo cansado asi que bajo con cuidado las escaleras y cerro para después irse a su cuarto, dejo la computadora en el tocador y se recostó, estaba algo aburrido asi que miro su mesita de noche, saco su antiguo teléfono de ahí y lo encendió.

Apenas el teléfono tuvo señal le llegaron un montón de mensajes de llamadas perdidas y un montón más con textos, todos de la misma persona: Yuu.

—A pesar de tanto sigue insistiendo…

¿Cuánto tiempo había pasado ya?

Poco más de un año, o incluso casi 2 y Yuu seguía insistiendo pues el último mensaje era apenas de hace 4 días…

—El tiempo pasa muy rápido. —dijo al darse cuenta que en efecto ya iba bastante tiempo desde que termino con Yuu, digo, estaba por tener dos bebés en poco menos de 22 semanas… ahora que lo pensaba, con Yuu nunca había pensado en tener hijos, nunca se le había cruzado pro la cabeza, en cambio con Akira… fue la primera posibilidad que paso por su cabeza una vez la relación avanzo más.

—Debería de hablar con él ¿no? —acaricio su vientre, no era la primera vez que hablaba con sus bebés—Para que deje de insistir de una buena vez…—siguió con las caricias en su veinte bajo su camiseta.

Se quedo un rato asi, le estaba entrando el sueño, pero también tenía hambre, tenía que tratar de aguantar a que Akira llegara con la comida, el teléfono en su mano vibro de nuevo, un nuevo mensaje de Yuu.

—Oh vaya—suspiro y prefirió apagar el teléfono de nuevo, primero tenía que hablar con Akira, no quería hacer esto solo, necesitaba el apoyo de su novio y futuro padre de sus bebés.

El sonido de la puerta lo distraje al igual que el olor inconfundible del pollo frito, se levantó rápido y fue a recibirlo, Akira sonrió cuando lo vio, se dieron un beso y Kouyou le arrebató la bolsa para ir a la cocina a comenzar a servir, el tema de Yuu podía esperar, necesitaba comer.

Cuando estuvo todo puesto ambos se sentaron a comer.

— ¿Cómo se han portado los bebés? ¿Todavía te patean cuando comes dulces?

—Si—hizo un leve puchero—No soy muy aficionado a ellos, pero se me antojan mucho, pero si los cómo me patean y me duele.

—Deberías de hablar con la doctora de eso ¿no crees?

—Dijo que es normal, se ponen inquietos con el azúcar.

—Supongo—se acerco y le limpio la mejilla— ¿Hay algo más que te moleste?

—Si—suspiro—Es sobre Yuu.

El ambiente fue tenso por un momento, ambos siguieron comiendo hasta que el rubio hablo.

— ¿Qué pasa con él?

—Creo que debería de hablar con el…

— ¿Para?

—Que dejé de insistir, hoy encendí el teléfono solo por curiosidad—comió un poco de pure y siguió—el último mensaje fue hace unos minutos.

— ¿Lo leíste?

—Obviamente no—continuó comiendo—pero creo que sería bueno, asi el deja de insistir y se consigue una vida más interesante que estar mandando mensajes a lo idiota, porque a estar alturas de la vida donde en menos de 22 semanas tu y yo vamos a ser padres ya no le voy a contestar.

Akira sonrió y alcanzo su mano para dejarle un besito.

—Si eso es lo que quieres está bien, pero te acompañare.

—No pensaba en ir solo—sonrió y se soltaron para terminar de comer.

Terminaron de comer, tiraron las cajas, guardaron lo poco que sobro y lavaron lo que ocuparon, después de ahí se fueron a la habitación, era la hora de la siesta para Kouyou y eran contadas las veces en las que Akira podía participar en ella, asi que se acomodaron, Kouyou apoyo su cabeza en el pecho del mayor, abrazándolo tanto con su brazo y pierna izquierda, Akira comenzó a acariciar su cabello y con eso el castaño quedo rendido.

El rubio por otro lado comenzó a pensar en la mejor forma de tratar de hablar con Yuu sin que las cosas se salieran de control, en principal tenia que ser en un lugar publico en el que los 3 se pudieran encontrar sin peligro a que el pelinegro tratara de hacer algo en contra de el o incluso de Kouyou, ahora el menor contaba por 3, tenía que ser más cuidadoso.

Cerro los ojos y trato de no pensar en nada por ahora, todavía tenían tiempo, además de que tenía otras preocupaciones que involucraban empezar a comprar las cosas de los bebés, aun no sabía que eran, pero estaba claro que había empezar a tener en cuenta la cuna y demás muebles.

~*~

Okey, tenía que aceptar que tal vez lo habían aplazado demasiado, el tema de Yuu quedo en el aire cuando por cuestiones de las madres de ambos se decidió que era necesario que se supiera el sexo de los bebes para comenzar a ver todas las cuestiones de compras, porque como todas buenas abuelas necesitaban comenzar a comprar lo necesario para sus nietos.

Se dejaron engatusar y al final aprovecharon la octava consulta mensual de Kouyou para pedirle a la doctora que les dijera el sexo de sus hijos.

— ¿Estas nervioso? —pregunto el rubio a un lado de la camilla, sujetando su mano.

—Un poco, la verdad es que no quería saber que eran hasta que nacieran.

—Según nuestras madres es mejor que lo sepamos ahora, no hemos comprado nada por lo mismo y eso las desespera.

—Ellas solo quieren gastar dinero en cosas para bebés—sonrió suave mientras la doctora seguía moviendo la maquinita por su vientre.

—Lo sé, no son las únicas, me he tenido que morder las manos cada que paso por tiendas para no comprar nada. —suspiro—hay cosas tan bonitas…

—Ya podrás comprarlas en cuanto la doctora nos diga que son—dirigió su vista a la mujer que ya había dejado la maquina fija en un punto.

— ¿Y bien? —se animó a preguntar el rubio.

—Muchas felicidades, chicos, están esperando un niño y una niña—dijo sonriéndoles a ambos.

Ambos se quedaron callados por un momento para después mirarse, la sonrisa se asomo en los labios de ambos al mismo tiempo, Akira fue el que se tuvo que acercar para darle un montón de besos en el rostro para finalizar con uno largo en los labios.

—Se van a volver locas ¿lo sabes verdad?

—Lo sé—rio un poco.

Después de eso, Akira limpio con mucho cuidado y amor el vientre del castaño para después ayudarlo a vestir y bajar de la camilla, la mujer les dio las fotos de la ecografía y los agendo para la próxima y última cita.

Salieron de ahí por la tarde, tenían que dar la noticia y para eso tenían que viajar porque ambas familias vivían en Kanagawa, solo que antes de irse, Kouyou tuvo un momento de lucidez al estar buscando sus audífonos en los cajones.

—Yuu. —dijo suave al ver el teléfono.

— ¿Dijiste algo cielo? —pregunto el rubio haciendo una maleta para ambos, se quedarían un par de días allá.

—No hemos hablado con Yuu—dijo sacando el teléfono para prenderlo.

— ¿Crees que sea necesario? Digo, ya no ha insistido ¿o sí?

Esperaron a que el teléfono cargara.

—No lo sé, algunos compañeros del trabajo dijeron que vieron un jaguar negro fuera de la compañía varias veces en lo que va del mes. Uno de los de seguridad se acerco y le pregunto al hombre dentro si necesitaba algo.

— ¿Y? —le teléfono comenzó a vibrar con un montón de mensajes y llamadas perdías.

—Dijo que era un chico de cabello negro rejuntado por mi—miro el teléfono—y esto tiene mensajes de hace hoy en la mañana.

—Dios… ¿Nunca se va a cansar?

—Te digo que deberíamos hablar con él, no creo vivir tranquilo con la incertidumbre de que me encontrara algún día y me pida que volvamos…

—Está obsesionado contigo…—se acercó para abrazarlo—pero creo que si ve que tu vida ya está hecha debería de dejarte en paz ¿no?

—Espero que asi sea, porque ya casi van 2 años y medio de esto…no puedo creer que no se quedara con Takanori después de tanto.

—Supongo que Takanori nunca quiso algo serio.

—Yo creo que si hablamos con el podríamos saber más… pero a la vez darle punto final a esto.

Y como si lo hubieran llamado con el pensamiento, el teléfono empezó a sonar, “prohibido contestar” era lo que decía.

Ambos se miraron y respiraron profundo antes de que Kouyou deslizara hasta el responder, coloco rápido el altavoz.

— ¡¿Kouyou?!

—Yuu…

—Dios mío, no lo puedo creer ¡respondiste! Después de tanto tiempo ¡Respondiste!

—Calmate…—se escuchaba bastante exaltado. — ¿Por qué sigues llamado? Creí que después de tanto tiempo lo superarías.

—No Kou, personas como tú nunca se superan. ¿Podemos hablar bien? ¿En persona?

El castaño no supo que responder, se sentía incomodo y los bebés habían comenzado a patear al despertar de su siesta al sentir la angustia de su padre.

—Supongo que podemos hablar…

— ¡Genial! ¿Recuerdas el café a un lado de la plaza de cerezos?

—Si, lo recuerdo…

¿Y como no? Si ahí fue donde se conocieron.

—Te espero ahí.

— ¿A qué hora?

—En una hora ¿te parece?

—Supongo que si…

—Bien ¡te espero entonces!

Y colgó.

—Se escucha desesperado—dijo Akira apoyado en su hombro.

—Si…—suspiro y acaricio su vientre con mucha calma. —Me siento nervioso…

—Creo que todos—llevo su mano al vientre de su pareja para sentir el movimiento de sus bebés.

—Vamos pues, que ese café queda lejos de aquí…

—Está bien—beso su mejilla y se separó para ir al armario tomar un enorme abrigo y colocárselo bien, eran principios de febrero y aun seguía haciendo frio, lo que menso quería era que tuvieran alguna complicación por culpa del frio a tan poco tiempo de conocer a sus hijos, en 4 semanas mas se cumplían las 40 semanas y todo tenía que estar en orden y sin complicaciones.

Cuando estuvieron listos salieron del departamento, subieron al auto de Akira y se pusieron en marcha, les tomo 20 minutos de camino llegar, estacionaron justo enfrente del café y pidieron una mesa, aprovecharon para pedir algo caliente para tomar y algún postre pues los antojos seguían presentes.

—Ya deberíamos de empezar a pensar en los nombres ¿no crees? —dijo Kouyou comiendo un poco mas de ese rico pay de limón.

—He pensado en varios para niño, pero siento que el de nuestra hija será difícil.

—Tiene que ser bonito, porque estoy seguro de que ella será preciosa y no me gustaría que tuviera un nombre que no le guste. —se llevo el ultimo trozo de su rebanada a la boca mientras Akira bebía un poco más de su chocolate.

Estaban en una de las mesas de adentro, justo en un gabinete de la ventana que daba a la entrada exterior del café, ambos sentados en el mismo sillón para que asi cuando Yuu llegara pudieran confrontarlo ambos.

Si el reloj no mentía, tenia que llegar en menos de 10 minutos asi que Akira le pidió otro pedazo de pay a Kouyou junto con más té.

Hablaron de cosas sin sentido por esos diez minutos hasta que vieron al pelinegro llegar al café.

Yuu había llegado casi corriendo, apenas vio a Kouyou por la ventana la sonrisa se le instalo solo en el rostro, se veía tan bonito, con las mejillas mas rellenas lo cual lo hacia ver infinitamente adorable, pero la sonrisa se le fue cuando vio a Akira justo a su lado, se sintió molesto pero nervioso al ver 2 pares de ojos mirarlo por la ventana.

Se adentro al café, y se sentó justo frente a ellos.

—No esperaba verte a ti también Akira. —dijo completamente serio.

— ¿Crees que lo dejaría venir solo para verte? —respondió en el mismo tono incluso hasta un poco molesto.

—Por favor, no vinimos aquí para pelear—dijo Kouyou poniendo una de sus manos en la pierna de Akira, el rubio inmediatamente se calmó. —Necesitamos hablar Yuu.

—Si—sonrió al dirigirse a el—A pasado mucho tiempo Shima, pero al fin podemos estar juntos de nuevo.

— ¿Qué? —la pregunta salió de ambos, Akira y Kouyou, no se esperaban que Yuu fuera tan directo— ¿Por qué? —en esta ocasión solo fue Kouyou el que hablo— ¿De verdad esperas que después de tanto tiempo y después de lo que hiciste vine a hablar contigo para volver? ¿En serio Yuu?

—Pero Kou, nos amamos, nos amamos mucho, yo he cambiado, me di cuenta de mi error y quiero estar contigo, mande a Takanori a la mierda si es lo que te preocupa, el ya no se interpondrá en nada porque él no es como tú.

—Yuu basta, callate—dijo el castaño cerrando los ojos para apretarse el puente de la nariz.

—Pero Shima…

—Lo nuestro se acabo Yuu, se acabo hace mucho, solo te cite aquí para pedirte de la manera mas amable que te alejes de una vez. Deja de insistir en algo que ya paso, no voy a volver contigo.

— ¿Por qué? Somos perfectos juntos Kouyou.

—No tan perfectos, si lo hubiéramos sido no me habrías engañado—suspiro.

—Se que me equivoqué, pero lo hice por no obligarte a hacer cosas que no te gustan…

—No creí que tu coeficiente intelectual fuera tan bajo como para engañarlo solo porque eres un cerdo en el sexo…—hablo Akira completamente ofendido, Kouyou bajo la cabeza tratando de ocultar una leve risa que se le salió sin permiso.

—Tu callate, no tienes nada que estar haciendo aquí Akira, esto es algo que no te concierne.

—Oh no, de hecho, me concierne mucho, todo lo que involucre a mi novio me concierne.

— ¿N-Novio…?

—Si, novio—sonrió orgulloso y tomo la mano del menor, Kouyou se apoyó en su hombro.

—No, no puede ser, todo esto lo estas haciendo como venganza ¿no Kou? Akira es tu mejor amigo, no pueden ser novios. Tu mismo lo dijiste, no puedes enamorarte de tu mejor amigo. —no salía de su shock.

—No es venganza Yuu, si pedí habar contigo es para cerrar el ciclo contigo y empezar de nuevo, Akira me ama y yo lo amo a él, quiero empezar una nueva vida sin ti mandándome mensajes y llamándome a todas horas.

—Pero no, no, no, esto no es posible Kouyou, no te creo. —se veía incluso alterado.

—Es mejor que te vayas haciendo a la idea, porque no pienso volver contigo, menos ahora.

— ¿Por qué? —sus ojos comenzaron a ponerse rojizos, esto no podía estar pasando.

—Porque esta a 4 semanas de dar a luz y no quiere que lo sigas molestando, tiene que descansar, no estresarse por tu culpa—contesto rápido el rubio.

Yuu abrió los ojos tanto que parecía que se le saldrían de las cuencas, sin duda no se esperaba esa información.

—No es cierto…

—Si es cierto—dijo Kouyou levantándose con cuidado al igual que Akira, dejando ver su enorme vientre—Tenemos que viajar, espero que esta charla te haga entender que entre tu y yo ya no puede haber nada.

—Es una almohada lo que tienes ahí, no te creo—y seguía negándolo…—tu ni siquiera querías hijos.

—Contigo no—dijo abriéndose el abrigo para poder mostrarle bien su vientre perfectamente formado, adentro había calefacción asi que no había problema—Es diferente.

Yuu simplemente no se lo podía creer, estaba en shock, tenia tantos sentimientos encontrados en ese momento que se quedó sentado y sin habla cuando Akira se acercó para poder abrigar de nuevo a Kouyou dejando un pequeño beso en sus labios.

—Adiós Yuu. —fue lo ultimo que dijo, después fue con Akira a la caja para pagar lo que consumieron, luego de eso salieron del lugar y entraron al auto.

Yuu se quedo ahí, aun sin poder creerse todo lo que estaba pasando, no podía creer que estuvo luchando tanto tiempo por alguien que ya lo había olvidado, que ya estaba por formar una familia con una persona que siendo sinceros jamás se esperó.

Se fue de ahí con la cabeza gacha y con los ojos rojos por evitar llorar frente a tantas personas, había luchado por casi 3 años por algo que ya estaba perdido y aun no se lo podía creer, no le quedaba nada y eso aun no lo asimilaba.

Y probablemente no asimilaría hasta después de mucho tiempo.

~*~

La ultima cita con la doctora había sido hace apenas 4 días, diciéndoles que Ryo y Hana nacerían, si o si, la siguiente semana.

Las habitaciones de ambos bebes ya estaban listas desde hace unos cuantos días, asi como la maleta que llevarían al hospital cuando llegara el momento de que nacieran.

Kouyou apenas si podía dormir, los dolores de espalda lo estaban matando y que decir que la hinchazón en sus piernas y pies, no estaba cómodo con ninguna posición en la cama, ni siquiera en el sillón estando sentado, Akira no tenía ningún problema en darle constantes masajes para relajarlo y aunque sea que pudiera dormir una hora-aunque justo en esos últimos días ninguno había podido dormir bien por culpa de los simulacros de parto-.

En esos momentos estaban los dos despiertos, dándose un baño en la tina, eran como las 4 de la mañana, pero no importaba, Kouyou no podía dormir, y los baños casi hirviendo lo relajaban un montón, y aunque Akira sufriera porque la temperatura a veces era excesiva, el tenía que acompañarlo por seguridad-además de que tenia que masajearle la espalda mientras le daba besitos en la nuca y cabeza, obviamente-.

— ¿Te sientes mejor? —pregunto sin dejar de mover sus dedos sobre su espalda baja, presionando en los puntos justos que lo hacían suspirar.

—Un poco—dijo aun con los ojos cerrados y rostro de malestar—nuestros hijos me odian, estoy seguro.

—No te odian Kou—sonrió y dejo un besito en su cuello—están ansiosos por conocerte, por eso se están acomodando bien para que en la operación anda salga mal.

— ¿Por qué siempre sabes que decir? —sonrió y se giro un poco para mirarlo, recibiendo un beso en los labios.

—Porque te amo—sonrió.

—Es bueno saberlo porque yo también te amo.

—Vamos a salir ya, tienes que intentar dormir.

—Tratare—dijo soltando un suspiro—aunque no creo que pase.

—Te hare cariño en la cabeza hasta que duermas.

—Tratare—repitió, pero sonriendo.

Akira salió primero de la tina, se secó y vistió para poder ayudar a Kouyou a hacer lo mismo, una vez listo se fueron directo a la cama, Kouyou se acomodó de costado, Akira se situó atrás de el para seguir acariciando con delicadeza su espalda con una mano, mientras dejaba besitos en su nuca.

—Trata de dormir corazón. —hablo suavecito y directo en su oído para arrullarlo.

Kouyou cerro los ojos y se relajo soltando un profundo suspiro, la voz de Akira diciéndole repetidas veces “te amo” sumando sus caricias le anularon el cerebro y lo hicieron descansar, el rubio se quedo despierto, velando su sueño y estando alerta por si algo ocurría, ya estaban en fecha, sus hijos nacerían en algún momento de esa semana y estaba ansioso, incluso había pedido esos días de descanso para poder estar con Kouyou en todo momento y evitar alguna tragedia.

Para cuando dieron las 5 de la mañana Kouyou abrió los ojos debido a que sintió un fuerte dolor, el grito que soltó logro despabilar a Akira que ya había comenzado a quedarse dormido.

Lo miro encogerse, sollozar y gritar de dolor.

O era otro simulacro o esta vez en serio iban a nacer.

No quiso arriesgarse asi que lo llevaría directo al hospital, se acerco de nuevo a el para tratar de calmarlo, consolarlo o algo, Kouyou se aferro a su ropa, sollozando contra esta, Akira lo consoló acariciando su espalda y cabello, susurrando palabras bonitas para calmarlo.

Apenas el dolor paso un poco lo hizo moverse rápido, tomo la maleta y caminaron lo más rápido que el dolor les permitía hasta la sala, donde tuvieron que descansar porque otra contracción-porque ya tenia asumido que lo eran-llego y esta vez mas fuerte.

Lo apoyo en el sillón, tratando de respirar como la doctora les enseño, pero el oxigeno apenas y llegaba, estaba llorando demasiado fuerte por culpa del dolor.

—Estoy aquí mi amor, estoy contigo.

Kouyou ni siquiera dijo nada, solo sollozo mas fuerte y soltó un gritito al mismo tiempo que apretaba con fuerza el sillón hasta poner sus nudillos blancos. Pasaron solo unos minutos para que el dolor se disipara, asi que Akira volvió a retomar el camino hasta el ascensor donde otra contracción ataco y en donde Akira maldijo vivir en el ultimo piso, aunque a él y a Kouyou les gustaran esas vistas, en este momento lo detestaba porque Kouyou se aferró de tal manera a su brazo y hombro que sintió que se los quebraba.

Pero tuvo que aguantar, porque sabia que lo que Kouyou estaba sintiendo era peor.

Apenas el ascensor se detuvo, camino a paso lento con Kouyou hacia el estacionamiento, gracias al cielo su auto y el de Kouyou estaban cerca de la puerta al ser el ultimo piso, asi que lo abrió desde lejos con la alarma, el portero les ayudo apenas los vio y se lo agradeció mucho ya que asi puso medio cargarlo y moverlo mas rápido, lo metieron al asiento trasero para que pudiera recostarse, el rubio le agradeció y subo al piloto para arrancar e irse de una maldita vez.

Con una mano en el volante y la otra atravesando los asientos delanteros para poder llevar atrás y que Kouyou la apretara, asi se fue todo el viaje, agradecía que no hubiera casi anda de trafico por la hora que era, solo había transporte público y algunos autos.

Estaciono frente al hospital aun a sabiendas de que estaba prohibido, pero esta situación era critica, menos mal en el hospital se dieron cuenta y salieron varias enfermeras con un doctor para ayudar al castaño.

—Debe de mover su auto de aquí señor. —dijo una enfermera mientras sentaban a Kouyou en una silla de ruedas.

—No, no—sollozo Kouyou—Akira no te vayas…—suplico estirando su brazo para que no lo dejara.

—No demorare mucho, lo prometo. —se acerco a darle un beso en la frente y se alejo para llevar su auto al estacionamiento.

Kouyou fue llevado a revisar primero para después llevarlo directo para la cesárea, Akira llego rápido como lo prometió, le hicieron cambiarse por ropas extrañas para que pudiera entrar, Kouyou no había dejado de llorar y empeoro cuando vio a Akira, el rubio se acercó rápido para poder acariciar su rostro mientras mas doctores y enfermeras preparaban todo.

—Tengo miedo—sollozo el castaño, Akira se bajo el cubrebocas y beso su frente, limpio sus lágrimas con mucho amor.

—Todo estará bien amor, pronto pasara todo, en un momento conoceremos a nuestros hijos…—de solo decirlo sintió como todo su cuerpo tembló, estaban a nada de conocer a sus bebés, estaban a nada de ser padres.

Kouyou dejo de sentir dolor después de un leve pinchazo, sus ojos se entrecerraron y el agarre que tenía en Akira se debilito un poco, sentía que flotaba, Akira se quedó ahí con el diciéndole palabras bonitas y llenarlo de besos y caricias mientras los doctores trabajaban.

El primer llanto los hizo temblar, aunque suave, se pudo distinguir que era el de su pequeña Hana, pero el segundo les hizo perder la cabeza porque se escuchó bastante fuerte un poquito más desesperado, supieron que era de Ryo.

Akira aparto su mirada de su novio para ver como dos enfermeras limpiaban a sus hijos, necesitaba que ya los llevaran con ellos, quería que Kouyou los viera, que se enamorara de ellos asi como él lo estaba haciendo, porque verlos ahí, asi de pequeños y estirando sus manitas tratando de agarrar algo que él no sabía que era lo estaban volviendo loco, le estaban anulando el cerebro porque lo único que quería era tenerlos con el ya.

Cuando por fin terminaron, las enfermeras se acercaron con ambos pequeños envueltos en cobijas y los dejaron en el pecho del castaño mientras el doctor cerraba la herida, Kouyou miro a sus pequeños y no supo porque, pero comenzó a llorar, eran tan pequeñitos, tan perfectos, eran las cositas mas bellas que había podido ver.

—son ellos…

—Si amor, son nuestros hijos.

Se escuchaba tan bonito cuando lo decía… y mas bonito aun porque por fin era tangible, por fin tenia a sus bebés en brazos y no solo en su vientre, se acercó un poquito más y dejo un besito en sus mejillas, el apego con ellos fue inmediato porque cuando las enfermeras se acercaron para poder llevarlos a la sala de neonatología, el castaño no quiso, apego más a sus hijos para que no se los levaran, pero sabía que tenía que hacerlo, Akira ayudo mucho a que los soltara.

Tendría que pasar 3 días en la clínica para su recuperación por lo que Akira no se podía quedar con el más que en el horario de visitas, pero no importaba, después de todo, al volver a casa el rubio no se le iba a despegar.

~*~

Kouyou dormía con sus pequeños hijos en su pecho, apenas un mes desde que nacieron y los 3 eran igual de flojos, Akira estaba su lado, terminando de enviar unos reportes, sonrió al verlos suspirar casi al mismo tiempo, Kouyou era el que mayormente se encargaba de ellos, el que se paraba en las madrugadas, el que cantaba canciones de cuna en completa obscuridad y el que parecía un experto en preparar 6 botellas de leche de formula un menos de 10 minutos para las 3 comidas de sus hijos, ambos se encargaban de los pañales -menos mal- quería ayudarle mas pero Kouyou decía que no era necesario porque Akira era el que salía de casa a trabajar a diferencia de él que podía quedarse en casa todo el día, asi que entendía que durmiera tanto, se cansaba mucho en cuidarlos.

Dejo la computadora de lado cuando termino, se acerco para cargar primero a su princesa, beso su cabecita y la llevo a su habitación para dejarla dormir mas cómoda en su cuna, después fue por su hijo y repitió la acción. Volvió al cuarto y acomodo a Kouyou mas en el centro para poder acostarse con y abrazarlo, el castaño se acurruco en su pecho y sonrió.

—Yo también quiero cariñito—dijo el rubio dejando un montón de besos en su frente.

—Siempre te hago cariñito—contesto medio dormido, pero aferrándose a su cuerpo—tu eres el que debe de amarme, yo doy amor a 3 personas todo el día.

—Yo también—sonrió—pero está bien, te hare cariñito en al cabeza hasta que te duermas.

—Gracias—se escondió en su cuello y sonrió.

—Te amo Akira. —dijo ya adormilado.

—Y yo a ti Kouyou—dejo un beso en su coronilla—mucho.

 

 

Fin.

Notas finales:

Antes que nada, me disculpo si llega a haber algún error de lo que sea, según yo creo que no hay ninguno, word ya no me marco nada después de leerlo 3 veces asi que confió en que no fallo nada, aun asi, me disculpo si llegan a encontrar algo fuera de lugar :'u

Bueno, ya llego el momento de ponernos sentimentales xD

-sacando pañuelos-

Solo quiero darles las gracias, incluso si no he estado en mucho tiempo, los fanfics que deje en esta cuenta siguen teniendo un monton de apoyo <3 , hay llegado nuevos likes a la pagina de Shima_Suzuki en facebook y es como de "wow, no me lo esperaba si ni publico nada xDDD"

Espero que todos estan bien en estas fechas, cuiden de sus familias y de ustedes mismos.

Si se preguntan si voy a publicar algo para el proximo año la respuesta es si uwu y varias cosas, creo que priemro seran cosas cortitas para depsues sobrellevar el año con un fic largooooo, sin mas que decir me despido.

Felicies fistas a todos, espero que esten todos bien y lo pasen lo mejor que puedan, los quiero, hasta le proximo año.


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