Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Trucos Sucios por Ari_123_love

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Historia para el reto entre autoras de min ^-^

Fui retada por 2minsheep con las palabras Internet, mirar, celos, rpg, y caramelo

Del mismo modo en que reté a LaHijaDel2Min001 (cuya historia está en wattpad) 

Minho gruñó, no podía evitar mirar desde el marco de su recámara la pequeña sala de su departamento de 3 cuartos. El tic-tac del reloj de pared que tenía llenaba el silencio que existía cuando no se escuchan palabrotas, risas y gruñidos. Y eso le irritaba. Lo sabía, el porqué de su mal humor, simplemente no lo quería aceptar. Últimamente no le bastaba con sólo mirar las partidas de Taemin, necesitaba oír qué era lo que estaba escuchando por los auriculares, y de lo que se estaba riendo con tanta fuerza a pesar de que estaba a mitad de una partida de Divinity: Original Sin II. 

No, necesitaba más, necesitaba asegurarse que todo fuera family-friendly entré Taemin y los otros tres miembros de su clan, porque ciertamente había algo que Taemin sabía hacer y eso era coquetear. ¡Ni siquiera lo notaba! Simplemente era su forma natural de ser, seguía el juego de las palabras, y terminaba coqueteando, sin notarlo, y sin tener la intención de pasar a algo más. O sí... 

Suspiró, tallándose la cara con sus manos. Tenía que recordar que justo así había sido la manera en que conoció a ese pequeño demonio de boca sucia y dedos ágiles. Había sido tres años antes, un marzo algo lluvioso, pero con indicios de una primavera muy floresciente. A un nerd con aires de empresario se le había ocurrido organizar un torneo de varios RPGs en la ciudad, y por supuesto la noticia se había esparcido como pólvora, llegando hasta los rincones más oscuros donde cualquier gamer pudiera esconderse a tener una partida. 

Claro que había corrido a comprar un boleto de entrada y un lugar, inscribiéndose en su juego favorito del momento Darkest Dungeon. Incluso, se había preparado poniéndose retos a contra tiempo con tal de ser el vencedor. Tristemente, no había pasado más allá de la segunda ronda, pero para su suerte ese hecho le había impulsado a ver qué otras partidas se estaban llevando acabo al mismo tiempo en las otras salas. 

Así fue como le conoció. Lindo, pequeño, y muy sorprendente. ¿Quién carajos va a un torneo de rpgs con el cabello planchado y pantalones de cuero ceñidos a sus piernas? Taemin lo había hecho, y con eso había ganado a la mitad del público espectador en esa sala, gamers que quizás nunca habían conocido la sensualidad cruda y humana fuera de sus pantallas electrónicas. Ciertamente Minho se había quedado sin aliento, a pesar de tener una vida lo suficientemente balanceada entre la universidad, su trabajo de medio tiempo, el equipo de fútbol de los domingos y su amor por los videojuegos. En ninguna de sus actividades jamás habia conocido a alguien tan impactante y despampanante. Era casi como mirar una obra de arte. Hasta que le escuchó a hablar. 

Definitivamente soltó una risotada gigante al escucharle maldecir. Entonces el bonito y delicado chico sacó ese lado demoniaco, en donde no iba a dejar que cualquier tramposo con mañas le ganara. Y, aunque hizo cosas muy impresionantes para su propio juego, había sido demasiada la ventaja que el contricante llevaba, haciendo que perdiera. Todos soltaron un jadeo de sorpresa al ver cómo Taemin se levantaba de golpe, más que molesto, dispuesto a iniciar una pelea física. Minho había sido de los pocos que, en vez de echarse hacia atrás y evitar estar en la pelea, dio un paso hacia adelante.

Esa fue la mejor decisión que jamás pudo haber tomado. No por a pelear, por supuesto, porque no lo hizo. Él y otros habían contenido al chico encabronado, lanzando patadas a diestra y siniestra, tratando de soltarse. Tenía que admitir que internamente se estaba riendo de la manera de reaccionar del lindo muñeco. Minho era quien le sostenía de la cintura, descubriendo cómo todos los músculos del delgado chico estaban más que construidos para el esfuerzo físico. Podía ser pequeño, pero ese lindo peleonero no era para nada un debilucho. 

-Hey, tranquilo. No dejes que te saque de tus casillas, no podrá avanzar mucho si sigue jugando así.- Minho le había jalado, alejándolo de la gente.

-¿Tranquilo? ¿Me pides que esté tranquilo? Ese bastardo mal nacido va a seguir adelante una ronda más, cuando es obvio que no sabe pasar al siguiente escenario sin usar los putos atajos ilegales que consiguió pagándole a un idiota que sólo quiere lucrar con información robada de la compañía...

Minho alzó una ceja, divertido. Ni una vez había sido volteado a ver, mientras más palabras de frustración seguían siendo gritadas a diestra y siniestra. 

-Eso fue bastante específico. ¿Acaso tienes algún truco sucio con el que jugar?

-¿Qué...- Oh, al fin le había volteado a ver. Se mordió el labio, recorriéndole lentamente con la mirada, de arriba a abajo y de nuevo arriba. -En realidad, tengo un par de trucos sucios. Sólo que no los pongo en juego con cualquiera. 

Rio, deleitado con la atenta mirada del chico. Era precioso, perfecto. Y se sentía un enorme magnetismo entre ambos.

-Soy Choi Minho.

-Yo Lee Taemin.

La risa de Taemin le hizo despertar y volver al aquí y ahora, donde espiaba algo enfurruñado a su coqueto novio, mientras él jugaba una partida, como todos los días a las cinco de la tarde.  

No le agradaba en lo absoluto, no desde que había empezado a conversar mucho más seguido de sus miembros del clan. Chicos que había conocido en un foro de internet, y con los que había congeniado tan bien al momento de jugar. Y eso ni si quiera era el problema, sino el estúpido de "Claro de Luna", el que parecía ser el favorito de Taemin en su estúpido y pequeño grupito. 

Le hervía la sangre de pensar que la risa de Taemin en este momento se debía a los comentarios estúpidos que ese idiota le decía a través de la conexión grupal. Y podía asegurar que eran comentarios estúpidos, ¡ya antes los había escuchado! Una vez que los audífonos de Taemin se habían roto, y se vio obligado a jugar sin aislarse del ruido exterior. Para Minho, ese chico simplemente era insoportable. Pero Taemin le encontraba divertido y agradable, sino no se viera tan divertido como aquel día que sin querer en una efusiva victoria había pateado el tazón con palomitas de maíz en la mesita del café que tenía frente a él. Aquella vez pasaron dos días aspirando el suelo, mientras el menor no dejaba de reir.

Gruñó entre dientes, viendo como además reír Taemin se llevaba a la boca uno de esos caramelos que el tarado Claro de Luna le había mandado a su Taemin, luego de que había comentado que en realidad tenía una tendencia por comer cosas dulces mientras jugaba. Claro que esos no eran los caramelos originales, sino que Taemin los había seguido comprando porque le gustaron. Aún así le hacían enfurecer y...

Se le ocurrió algo...Sonriendo de medio lado, terminó de cruzar la habitación, caminando cerca de donde estaba el tomacorrientes. Sonrisa malvada en boca, plan tramado en mente. La laptop de Taemin había desarrollado un pequeño fallo en la batería, por la que se la había tenido que quitar. Y, mientras esperaba a que la nueva le llegara, debía mantenerla conectada con el cargador todo el tiempo. De lo contrario, se apagaba.

Caminó al rededor un par de veces, fingiendo que buscaba algo, mirando por encima, hasta estar seguro de su movimiento. Fingió tropezarse, desconectando el cargador deliberadamente, seguido del ruido súbito de la máquina al apagarse.

-¿Pero qué carajos?- Taemin brincó del sofá, revisando la conexión entre su laptop y su cargador. Luego miró hacía la pared, encontrando la sonrisa culpable de Minho al otro lado de la habitación. -¡Oye!

-Lo siento tanto, amor. Me tropecé.- Suspiró dramáticamente. -La conectaré de nuevo, para que puedas decirle a tus amigos lo que sucedió.

-No, así dejalo.- Taemin suspiró, apretándose el tabique de la nariz y frotándose los ojos por debajo de sus gafas de visión cercana. -Ya es demasiado tarde para entrar, espero que ellos lo logren sin mí.- Se quitó los lentes, poniéndose de pie y tomando otro caramelo del tazón de dulces que tenía junto a su laptop. -Al rato le mandaré un texto a Claro de Luna, para saber en qué terminó. 

Minho rodó los ojos, sentándose en el sillón individual. Imitó burlescamente las palabras de Taemin, creyendo que este no le miraba. Se dio cuenta que estaba equivocado al escuchar la risa suave de su novio. 

-¿Qué fue eso Choi?- Sonrió, cruzando los brazos sobre su cadera. -¿Me arremedaste?- No estaba molesto por la manera tan abrupta en que fue sacado de su juego, ni la falsa disculpa del alto. Era más bien curioso, y quería ver hasta donde llegaba la actitud infantil que Minho estaba tomando. 

-No.- El mayor apretó los labios, indignado. -No hice eso.

-Sí, por supuesto...- Le molestó. -Porque eso sería taaan inmaduro, y tú puedes decirme lo que te molesta de frente, ¿cierto?

-No me molesta.- Minho se cruzó de brazos, enfurruñado. -Me incómoda que lo llames Claro de Luna, si tanto te gusta, ya deberían estar en la etapa de llamarse por sus nombres de pila.

Taemin soportó la risa, echándose un nuevo caramelo en la boca.

-No lo llamo por su nombre, porque no me interesa su vida de normie. Somos aliados en el juego, y nuestra amistad se limita a ese ámbito, Min.- Explicó pacientemente, riendo para sus adentros. 

-Patrañas...- Minho jadeó, retorciéndose incómodo en su lugar.

-¿Huh? ¿Qué es lo que veo aquí? ¿Celos?- Se acercó, subiéndose a horcajadas sobre su alto novio, en ese pequeño sofá para uno. -¿Acaso mi guapo y muy competitivo novio está celoso? ¿Deberé llamarte don celosín ahora?- Susurró traviesamente sobre los labios de Minho.

-No, por supuesto que no.- Lo negó rotundamente. ¿Cómo podía estar celoso? No lo estaba, no de alguien a quien Taemin ni siquiera conocía del todo. 

-Um, sí, por supuesto que no lo estás.- Rio, acariciando con su nariz la mandíbula del mayor, recorriéndole hasta llegar al cuello. -Pero, si no lo estas, ¿podrías decirme por qué desconectaste mi laptop?- Exhaló sobre la piel caliente, despertando los sentidos dormidos. 

-Yo, uh...Fu-e un ac-cidente...- Tartamudeó, deslizando sus manos sobre las piernas del chico sentado en su regazo. Taemin era un demonio embotellado, y lo había dejado escapar sin querer. 

-¿Un accidente, dices?- Besó su oreja, susurrando cálidamente. -¿Accidentalmente sacaste el enchufe de la clavija hundida de tu pared? Vaya Choi, creí que eras mejor mintiendo.- Exhaló burlesco. 

-Tae, yo...

-Usando trucos sucios, ¿eh?- Lo que empezó como un beso sensual, se convirtió en un húmedo despliegue de sensualidad. Lengua con lengua, y ese pequeño intercambio de aquel caramelo que Taemin había disfrutado antes y ahora residía en la boca de Minho. 

Gimió, atrapando a Taemin entre sus brazos, una mano en la cintura, otra en el cabello con un fuerte agarre. El beso nuevo iniciado era más profundo y crudo. Una pelea entre el dominio y la subyugación. El caramelo volvió a cambiar de boca antes de que se separaran.

-Tenías tanto tiempo sin portarte mal conmigo.- Taemin jadeó, un puchero demasiado lastímero y sensual bailaba en sus labios. -Aunque, he de admitir que un Minho malo es excitante.

Minho ciñó la cintura de Taemin contra su pecho, gruñendo ante la provocación. 

-Estuve mal, lo siento.- Accedió a admitir. -Pero no soporto que ese idiota te haga reír.

-¿Estas consciente que no es el único con el que hablo en internet, cierto?- Rio, pasando sus manos sobre los hombros anchos del mayor, bajándolas lentamente por aquel firme pecho. -En el equipo hay dos más, e incluso hablo con más personas de otros juegos. 

-Taemin...- Susurró, molesto. 

-¿Celoso, Min?- Preguntó, mirándole a los ojos con maldad. -Tan celoso que vas a evitar que vuelva a conectarme a internet en la vida. 

-...Jamás podría...- Exhaló entre dientes. 

-Y aún así, me hiciste perderme mi partida,-  habló por lo bajo, sosteniendo aquel caramelo entre sus dientes para poder deslizarlo a lo largo del cuello del alto. Acabada su tarea se atrevió a lamer de abajo hacia arriba, disfrutando de chupar sobre la doble manzana de Adán que Minho poseía. -Mereces un castigo Min.- Gimió. -Pero entonces me perdería del Minho malo que tanto me gusta. Así que tendrás que compensarme, acambio - Dictaminó. -Tienes que hacerme sentir muy bien, como para que se me olvide que fuiste un total idiota...

Minho le cubrió la boca inmediatamente, sonriendo con triunfo.

-Para mi suerte, sé cómo hacer eso.- Advirtió, sosteniéndole por la cintura y el trasero. Se puso de pie, cargándole contra su cuerpo en un caliente y nada sutil roce de cuerpo. Minho quería que Taemin sintiera cómo su interés en recompensar su pequeña travesura crecía con cada paso que daba hacia la recámara. 

Taemin aferró sus piernas al rededor del cuerpo de Minho, sonriendo satisfecho ante la efectividad de su pequeño truco sucio. Rio tontamente cuando fue dejado en la cama, sacándose la camisa en lo que Minho le quitaba sus pantalones. Ahora, medio desnudo, se tendió a lo largo de la cómoda cama, siendo seguido por un Minho cómplice de sus juegos. 

Se besaron, una vez más, todas las veces necesarias. Taemin alguien oral, ardía siempre en deseo por poner su boca sobre Minho. Y era parte de esa oralidad la que hacia que en vez de morder los caramelos, los chupara con calma por un largo tiempo. Lo suficiente como para jugar a la seducción.

Minho robó el caramelo de la boca de Taemin, disfrutando de los planes que tenía. Atrapó las caderas del chico entre sus piernas, con tal de fijarle en su lugar. Entonces se cernió sobre el menor, caramelo entre dientes, acariciando sus labios. Los delineó con paciencia, lo suficiente como para endulzarlos. Luego pasó al siguiente lugar. La clavícula derecha. El caramelo la recorrió lentamente, deslizándose ante el calor corporal, brincando hacia la clavícula izquierda con tal de darle la atención adecuada. 

Taemin gimió destartalado, buscando aferrarse a la espalda de Minho cuando aquel caramelo fue usado para dibujar círculos sobre su pezón izquierdo. Minho se tomó todo el tiempo del mundo en eso, jugando a voluntad, deslizando sus dedos y pellizcando a que otro botón para un trato equitativo. 

-Er-es demasiado bueno en esto...- Taemin se quejó entre alientos, deslizando sus manos a lo largo de la espalda ancha y caliente hasta bajar al trasero de Minho. Hundió sus manos ahí, con singular alegría. -Y estás demasiado bueno.

Minho murmuró una risa, bufando un poco ante el travieso toque de su muy manipulativo novio. Oh si, al fin se había dado cuenta, ese pequeño demonio le había tendido una trampa desde un inicio para que le llevará a la cama. 

-Me alegro gustarte tanto, al menos sé con qué mantenerte cerca.- Susurró, regresando a su tarea de endulzar el cuerpo pecaminoso que atrapó bajo el suyo. Trabajó con el caramelo sobre el pezón derecho, lamiendo y soplando de vez en cuando para deleitarse con la erección de ese botoncito color chocolate. Taemin gemía cada vez que lo hacía, y eso le volvía lo suficientemente loco como para casi olvida su tarea. 

Terminó por deslizar aquel caramelo a lo largo del vientre de Taemin, hasta llegar a su ombligo. Lo rodeó varias veces, como si sopesara sus opciones, mirando a Taemin con picardía. Lo coló ahí, en esa pequeña hondonada al centro de su cuerpo. Deshaciéndose lentamente. 

-No puedes dejarlo ahí.- Taemin intentó sonar molesto, pero el temblor en su voz denotó lo excitado que estaba. -Estaré todo pegajoso.

-No te preocupes, amor. Yo me encargo de eso.- Sonrió de manera retorcida, lamiendo cada camino dulce que hubo trazado antes. Del vientre hacia arriba, jugando con los pezones y mordisqueando las clavículas. No olvidó ningún espacio, beso y marcó con cautela todo lo que le pertenecía, escuchando cómo Taemin empezaba a deshacerse entre gruñidos, bufidos y malas palabras. 

El último lugar fue el ombligo, lamiendo por encima lo que quedaba de aquel caramelo, disfrutando de la tensión que causaba en el cuerpo ajeno. Podía sentir cómo Taemin vibraba, oler su excitación. Quería consumirlo por completo. Terminó por tomar el caramelo y deshacerlo entre su boca y la contraria, fundiéndose en la pasión de ambos.

Cuando no hubo más dulce, y lo que quedó fueron sus respiraciones agitadas les tomó sólo una fracción de segundo correr a deshacerse de la ropa que aún llevaban consigo. Taemin de sus bóxers, Minho de todo. Agradecía al menos no estar usando calcetas, algo menos que quitarse. Cuando su camisa voló lejos y sus pantalones fueron abandonados cerca de algún lado, no tuvo más tiempo que de hincarse en la cama antes de que un desesperado Taemin le brincara encima. Se aferró a él, con urgente necesidad. Sus bocas atrapadas la una a la otra, sus cuerpos rozándose con desespero. 

Minho sentó a Taemin sobre sus piernas, gruñendo grotescamente al sentir su rígido miembro frotarse con el de Taemin, ambos húmedos de preseminal, hinchados y listos para follar. Bufó, Taemin le estaba marcado el hombro, besos que se convertirían en manchas color púrpura en un par de horas. Otra señal de lo mucho que lo quería ya. 

Le tomó cada gramo de consciencia en si, ser precavido. En cambio, miró el lado bueno de la preparación. Sobó con su pulgar entre las nalgas de Taemin, llegando a ese anillo de músculos tensos. Lo acarició burlescamente, su otra mano sosteniendo con fuerza el cabello de Taemin. Debía asegurarse de que Taemin no le mordiera de más cuando le penetrara.

Hundió su pulgar hasta el primer nudillo, sintiendo los dientes de Taemin clavarse en su piel. Pero estaba bien, algo de dolor por dolor, merecido y bien recibido. Taemin jadeaba, exhalando un sencillo cumplido.

-Bastardo hijo de...

Minho sonrió malicioso, interrumpiéndole al terminar de hundir su pulgar en él. Las palabras groseras en Taemin eran una buena señal, tenía todos sus sentidos puestos en la situación, y justo eso era lo que quería. Movió su dedo, girándolo un poco, además del constante vaivén. El tiempo necesario apenas, lo suficiente como para sacarlo y luego introducir su índice y dedo medio. 

-Oh Min...Sí...- Taemin lloriqueó, moviendo su cadera con tal de seguir los movimientos hacia dentro y fuera que Minho hacia. Chilló más fuerte una vez que el tijereteo inició. -Lléname, por favor, lléname.

-¿Quieres que te llene?- Exhaló sobre los labios que le rogaban. -Me pides que te llene con esa boca sucia que tienes, ¿eh?

-Sí, sí, sí, por favor Minho.- Pegó su frente a la de Minho, falto de aliento. Apretó los dientes con fuerza, sintiendo como un tercer dedo se abría pasado en su recto. 

-¿Te has quedado mudo?- Minho tronó su lengua contra su paladar, burlándose.

Taemin agitó su cadera, buscando el contacto de su pene con el de Minho, haciéndole gruñir como venganza. Lo mejor de este juego es que ambos podían jugar, y no había forma de perder. Se aferró al hombre musculoso, dispuesto a disfrutar totalmente de los dedos en su culo, sin preocuparse demasiado si debía llegar o no. Sabía que Minho se encargaría de eso. Lloriqueó varias veces, sintiéndose y jurando que se correría, pero cuando en realidad lo iba a hacer. Minho lo liberó.

No, no podía dejar que Taemin se corriera sólo con eso. Iba a darle un orgasmo tan espectacular y fantástico. Iba a hacerlo olvidar de todo en su mente que no fuera él. Sosteniendo la base de su pene, dirigió la penetración, escuchando el aullido de emoción de Taemin. Pronto el menor se descontroló,  brincando y agitando su cadera sobre de él, buscando ese punto exquisito antes de culminar. Le dejó ser unos momentos, disfrutando de cómo Taemin se ceñía con fuerza sobre su verga, su calor y suavidad. Estaba en el cielo, siendo arrastrado hacia el infierno cada vez que Taemin parecía irse lejos. 

Cuando sus movimientos fueron mucho más que erráticos, y la voz de su chico se quebró en mil partes, decidió que era buen momento para recuperar el mando. Le sostuvo por la cadera, empujándose dentro de Taemin, cada vez más, sin intención de salir. A pesar de estar totalmente ido en su viaje de placer, Taemin seguía siendo lo suficientemente consciente como para pellizcar los pezones de Minho, dándole ese punto extra de placer que se necesita. Taemin gruñía en su oído, tratando de hablar, de decir lo cerca que estaba. Caso perdido, ni una palabra era inteligible. Por su parte, estaba en cada uno de sus sentidos. Veía el pene de Taemin entre ambos, mojándole el vientre mientras se rozaba con el movimiento salvaje, olía el sudor en caliente en ambos, escuchaba los ruiditos de placer que se escapaban de la boca de su novio, mientras lo sentía al rededor suyo, apretando cada vez más. Sólo le faltaba probar, y se entregaría ello, probando y saboreando la boca de Taemin al momento en que escuchó ese grito ahogada que soltaba cuando estaba justo antes del orgasmo. Taemin tembló entre sus brazos, derramándose con fuerza, apretando su canal hasta el punto en que Minho llegó a pensar en que jamás dejarían de ser un mismo cuerpo. Exhaló tras largos segundos, jadeando entrecortadamente ante los embates que Minho aún mantenía. Movió su cadera, deslizándose para Minho, para su placer, arqueando la espalda con cualquier movimiento porque se encontraba hipersensible, y quería disfrutar de darle placer a su novio tanto como él se lo había dado. Los movimientos en Minho se volvieron agresivos, volviendo a atraparle hasta sentir aquel curioso calor dentro de su cuerpo, y el grito convertido en gruñido escapar de los labios del mayor. 

Sonrió, recargándose sobre el pecho de Minho mientras ambos se recostaban en la cama. Sólo silencio y sus respiraciones, mientras el placer se asentaba. Deslizó su mano de nuevo al pecho del alto, volviendo a jugar con sus pezones, hasta escuchar el gemido disimulado de Minho. Le encantaba molestarle.

-¿Te das cuenta que ahora estamos pegajosos y sudados por tu culpa?- Exhaló, de buen humor. 

-Tenía que darle un buen uso a ese caramelo.- Minho rio. -Pero si tanto te molesta, tal vez disfrutes de un baño conmigo.

-Oh un baño con Minho. Suena bien, sólo si tengo mimos.- Rio, abrazándose más al alto. -Min, no tienes que estar celoso, ¿lo sabes? No hay nadie que me guste más de lo que tú me gustas. Con trucos sucios, o sin ellos. 

-Me alegra saberlo, Tae.- Exhaló, sonriendo. 

 FIN


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).