A sus 28 años, teniendo un doctorado en medicina y siendo uno de los cirujanos más importantes del país, lo único que deseaba al llegar a casa era una taza de café y poder saludar a su hijo. Y tal vez a su esposo, si no estaba en modo “dame atención”, porque él no estaba para que lo molestaran luego de haber pasado la noche en vela cuidando de que nadie ingresara en urgencias.
Apenas había abierto la puerta cuando la casa ya pareció revolucionarse, escuchando los chillidos de alegría de su hijo y a Charasuke tratando de calmarlo. Dejó su mochila colgada a un lado de la puerta, en uno de los ganchos, para luego dejar sus zapatos y caminar hacia el comedor, donde ambos debían estar tomando el desayuno.
—Buenos días.— Saludó, acercándose a dar un beso en la mejilla regordeta de Emiya, quien alzó de inmediato los brazos para que Menma lo levantara en brazos.
—Serán buenas noches para ti, cariño.— Bromeó el otro, anticipando todo lo que dormiría Menma apenas su cabeza tocara la cama. —El café está recién preparado, debe seguir caliente y en la tostadora hay pan para que comas.— Avisó, mirando el reloj en su muñeca antes de levantarse. —Tengo que ir a cambiarme para el trabajo, cuida un momento del bebé, ¿sí?— Al estar a la misma altura, recibió su beso de bienvenida de parte del Namikaze y subió a ponerse el uniforme de policía.
Mientras Charasuke hacia esto, Menma se sirvió una taza grande de café y puso a tostar dos rebanadas de pan, tomando asiendo donde anteriormente había estado su esposo. Extendió un dedo a su hijo al ver que le extendía su mano, dejando que lo agarrara y haciéndolo jugar un poco con él, acabó por agarrarlo en brazos como le había pedido antes. Lo acomodó en sus brazos y llevó un dedo a su mentón, de manera de hacer como si hablara, justo cuando Charasuke regresaba ya vestido con su uniforme.
—Papi.— Habló Menma, fingiendo una voz más grave y algo rasposa, mientras movía la boquita de Emiya. —Papi, ¿por qué papá me hace esto? No lo encuentro nada gracioso.— Y como si supiera lo que estaba diciendo, el pequeño bebé frunció el ceño, tratando de agarrar el dedo de Menma con su boca. —De hecho, me parece que esto es abuso infantil.— Volvió a decir, sin dejar de imitar esa voz para el bebé. Chara, quien al principio no había entendido bien qué demonios hacia Menma con el bebé, ya se encontraba aguantando la risa con una mano en su boca.
Las risas ahogadas de Charasuke se escucharon, pero Menma seguía con el rostro serio mientras actuaba.
—¿Tienes el número para denunciar?— Volvió a “preguntar” Emiya. —Papii.— Lo llamó al ver que no contestaba por no reírse, queriendo justamente que lo hiciera limpiamente. —Papiiii.— Volvió a intentar, alargando la última letra para darle más duración a su queja, tomando aire para la siguiente vez. —Paaaaapiiiiii.— Insistió de forma más seguida, mientras que los ojos de Emiya pasaban de Menma a Charasuke, como queriendo comprender qué pasaba. —¡Detenlo ahora!— Ordenó, cambiando un poco la voz a una sorprendida al ver que Emiya abría más los ojos. —¿Por qué mi voz es tan profunda?— Preguntó, justo cuando el bebé se volvía a ver a Menma.
—No lo sé.— Contestó Charasuke, al borde de la carcajada.
—Quizás porque soy un bebé y no tengo mi propia voz. Esto es confuso.— Comentó, mirando Menma un segundo a Chara para ver como estaba, estando a punto de reírse él también. —Todavía no entiendo por qué no me estás ayudando, papi.— Renegó de forma rápida, mirando ambos a Chara ahora. —Paaaapiiii, ¡PAPI!— Exclamó, largándose a reír los dos a carcajadas por lo que había hecho el pelinegro.