Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mer Adal por Avela

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Buenas! Soy Avela y vuelvo a publicar un fic luego de tiempo de haberme ido de estos lados. Es mi primera historia escolar, y fantastica, así que hacerla me hizo tomarle un cariño especial, sobre todo, a los personajes que surgireron de ella.

Hecho de mi mano para uds. 

Con mucho cariño 

Lo pueden encontrar también en wattpad. 

;)

https://www.wattpad.com/story/215253531-meradal

-----*-----

 

Cada paso que daba miraba mis pies descalzos chocar bruscamente contra el suelo, salpicando esa agua sucia del sereno mezclado con la usanza diaria de una calle.

Estaba tan ido, tan choqueado por lo que había pasado, que solo soportaba el intenso frio de otoño caminando rápidamente con los brazos cruzados.

A pesar de no ser tan tarde no había ni un alma a esa hora.

Estaba solo yo en mi maltraído uniforme caminando hacia Maredevo, la tienda que podía guiarme a casa.

El rocío de la neblina estaba tan fuerte que logro mojarme toda la cabeza y los brazos. Un estornudo logro que dejara de verme los pies y viera al frente no muy lejos una luz de la farola verde que dejaba ver la roñosa puerta de la tienda.

Dentro ya no hacía frio ni viento, camine rápido sin detenerme por nada, ni por el eufórico miedo que sentía. El corazón hacia palpitar mi sien. Mientras sentía un pulso aturdidor me vi al final de ese oscuro pasillo con el pomo de la puerta en mi mano.

Si la abría. ¿Qué me iban a hacer? Pero mi miedo no espero y me hizo girar la mano sin mirar atrás.

¿Qué es verdadero sacrificio? ¿Verdadero sufrimiento?

La imposibilidad de crecer eligiendo lo que se tiene por moral me obligo a formarme como un niño malvado.

Tenía una rabia siempre latente y según puedo recordar peleaba mucho cada vez que me molestaban.

Cuando era muy pequeño, me molestaban niños de mi edad y más grandes, me molestaban entre muchos, porque sabían quiénes eran mis padres. Que cosas habían hecho, cosas que nunca me moleste en preguntar, porque ya estaban muertos y no los conocía. Pero eran hijos de Viradecta y ella yo sabía de lo que era capaz. Y eso, eso no lo veía como algo malo principalmente.

Nadie me hablaba nunca, no tenía amigos ni hermanos que vivieran conmigo así que no tenía preguntas.

Simplemente cuando me veía en problemas yo me defendía.

Nunca supe cómo, hasta el día de hoy la verdad no lo sé, pero desde muy pequeño supe el nombre de algunas cosas. Hay nombres que no recuerdo haber aprendido, ahora me he puesto a pensar que quizás nací sabiéndolas, venían conmigo.

Y como no hablaba con nadie, nunca pregunte que eran estos nombres. Simplemente venían a mí en partes del día. Especialmente cuando estaba en mi cama, preparado para dormir.

Era tan pequeño.

Después de que pasó lo que los demás bautizaron como “patio rojo”, nadie más me molestó, nunca, dentro de esa escuela.

A pesar de que yo sabía de forma borrosa lo que había pasado ese día, en general ni los padres del colegio sabían muy bien que había pasado. Solo que yo estaba involucrado. En ese entonces tenía ocho. Sentí miedo luego de lo que sucedió, pero no pregunté nada a nadie. Y luego, la propia Viradecta no me maltrató ni me regañó por lo que yo había hecho. Lo único que escuche de ella al respecto, era lo que alcanzaba a escuchar por detrás de la puerta de su oficina.

Sus conocidos más recurrentes venían a hablarle, señores de edad similares y presencias parecidas. Se notaba que habían pasado cosas juntos. Y le decían que me cambiara de escuela. Que en donde yo me encontraba no era un colegio de nuestro nivel. Pero no lo hizo, seguí allí hasta que cumplí once. Y ya luego de primaria entre a otra.

 

-----*-----

 

El ultimo día en primaria todos discutían a cerca de a donde irían. Yo no tenía idea de cuál sería mi destino y por el reciente miedo que le tenía a Viradecta tampoco me moleste en preguntar qué sería de mí.

Un día simplemente, Jeannette, asistente fiel de Viradecta me llevó por las calles de Rothero sin previo aviso. Era una de las pocas veces que alguien me llevaba a una ciudad Dela, pues siempre viví confinado a nuestra villa.

. ¿Qué hacemos aquí? – La forma en que ella me miraba siempre supe que era la forma en que un adulto mira a un ser querido. Nadie me miraba así. Viradecta nunca lo hizo, a pesar de que decían que me parecía a mi padre. Ni mis antiguos profesores, todos ellos me miraban con rechazo.

. Vamos a comprar lo necesario para que empieces tu vida escolar en Henriett Azor

Ese era el nombre de la escuela. En esa misma tarde tuve cuadernos, tinta, libros y un uniforme de pieza entera con un grueso cinturón de cuero en la cintura. Tenía la insignia bordada a la altura del corazón en un bolsillo. Era muy bonita, tenía escritas palabras en Caerense y Smerto.

Repase el bordado con los dedos y quede mirando al vendedor, supe que él no lo podía ver. Habían muchas cosas que gente como nosotros veía y que la gente de las ciudades no.

Antes de devolvernos pasamos por un gran edificio cuyo primer piso eran tiendas y un teatro. Subimos unas escaleras y llegamos a un sitio común rodeado de puertas. Cada una era un departamento.

Jeannette me dirigió con paso firme a una de ellas. Todo era de madera rechinante, todo olía a viejo. Se abrió la puerta y un viejo de pelo y barba blanca elevó su cabeza.

. Señorita Jeannette – Estrecho la mano de ella sin sacarse esa majamama de lentillas de aumento que llevaba en su ojo derecho. Era un alfarero. Hacía los anillos. Claro que en ese entonces no sabía que era uno. Solo me pidieron la mano derecha para probarme algunos moldes.

Al tiempo después cuando lo tuve en la mano no podía parar de verlo. El metal era plata sin duda, pero era oscuro. No por su color, sino que por el sol. Sabía que su color no era negro, pero por más que giraba el anillo la luz no le llegaba. Al llegar a la piedra, el metal se expandía en fibras, abrazándola. Era como si una fogata fuera puesta dentro. Nunca había visto algo tan hermoso.

. Es ópalo de fuego.

La voz grave y severa de Viradecta me sacó de mi estado de contemplación y me puso alerta. Ella nunca pedía hablar conmigo y no solía darme cosas. Esto era algo importante.

. Este anillo te va a permitir hacer cosas que pocas personas en la tierra pueden hacer, si te comprometes a ello.

. Tus padres fueron grandes Adales Gidian, pero aun con todo su poder, los mataron. Ahora que tú comienzas el camino, harías bien en no cometer sus mismos errores.

Tomó mi mano y cerro mi puño alrededor del anillo. Nos miramos un momento. Encontraba desagradable de ver, sus ojos. Se veían tan cargados de tantas cosas. Cosas que yo, a pesar de que aún no había visto suficiente, sabía que no quería saber. En ese momento comprendí que sus palabras de apoyo en verdad eran una amenaza.

 

Notas finales:

Muuchas gracias por leer ;) 

Publicaré seguidillo. 

Nos vemos. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).