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Sólo es rutina por mikan beloved

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Notas del fanfic:

Hola gente hermosa ?? .? ??

Como saben los personajes y el mundo no es mío pero la trama y las cosas que pasen son mi culpa.

Bueno aquí iniciamos con una nueva aventura “Solo es rutina” es un escrito que hace bastante tiempo había estado pensado hacer pero que por distintas razones me había dedicado a aplazarlo.

El escrito está después de la caída de nuestro señor oscuro, Harry y Ron han iniciado con sus cursos de Auror, mientras los demás esperaron un año -durante el cual se ocupó en los juicios contra los mortifagos- para seguir sus estudios.

Es apto para todo público, no tendrá escenas muy fuertes o subidas de tono para evitar problemas.

Actualizaré cada quince días si nada me lo impide, salvo el primer capítulo que ese será una probadita de lo que se viene.

Desde ahora estaré activa en mi Facebook de escritora para que se pasen y vean los avances que voy haciendo, sepan curiosidades  y conozcan todos mis proyectos. (https://www.facebook.com/bet.cif.1)

Disfruten del escrito. ?? .? ??

 

Capítulo 1

Con el tiempo transcurrido los ánimos se habían calmado pero eso no decía que todo hubiera se hubiera olvidado, era muy pronto y lo sabía, por lo que no esperaba grandes sonrisas ni buenos ánimos al volver.

Ni siquiera tenía ganas de volver, pero ya no tenía nada más.

Ahogando un suspiro bajo de aquel vehículo muggle y luego de agradecer el viaje camino con pasos pesado en dirección al Andén 9¾. Después del juicio sus padres tomaron la decisión de dejar los hogares mágicos y se cambiaron a un hogar en el mundo muggle, más que nada para evitar la vergüenza que traía a la familia el hecho de no ser fuertes y poderosos, sin contar que ahora cualquiera se atrevía a considerarse con derecho de ir señalando su presencia.

Sin cruzar miradas con ningún mago que iba en su misma dirección cruzó la columna entre el andén 9 y 10 llegando al Andén que lo llevaría a Hogwarts, y nuevamente obviando las miradas de todos los presentes, camino en dirección del nuevo ministro de magia y el Auror que le acompañaba.

—Buenos días Malfoy —Saludo el ministro Kingsley antes de indicar el carro a su lado con las cosas solicitadas por la escuela aquel año— Aquí te hemos otorgado todo lo solicitado, como fue acordado los materiales fueron correctamente buscados aunque quiero que entiendas que no son del tipo que estás acostumbrado

—De acuerdo —El menor tan solo asintió luego de un año ya se había acostumbrado a que su vida había cambiado totalmente y había aceptado el hecho que estar fuera de Azkaban era el mejor trato que pudieron tener — Gracias Ministro —Agradeció antes de tomar el carro con la intensión de alejarse de aquel lugar

—Malfoy —Llamó esté haciendo que el menor lo mirase, luego se acercó para tener mayor intimidad evitando que toda aquella gente intrusa escuchara— Espero que entiendas que por normativa serás visitado cada cierto tiempo por Aurores —Cuando observó que el menor asentía después de ahogar un suspiro toco su hombro en un acto de confort— Solo espero que entiendas que ante cualquier conflicto, cuentes también con nosotros

Tan solo asintió, que más podía hacer, luego de todos los juicios las palabras que murmuraba la gente había taladrado su cerebro y había echado raíces.

Ellos vivirían lo que se merecían por aquella marca que habían portado.

Cuando por fin logro encontrar un vagón vacío se sentó dejando que todos sus pensamientos volarán, menos de cinco minutos y ya quería salir huyendo de aquel tren, prefería atentar contra su vida al saltar por la ventana que volver a ver aquellas acusadoras miradas en su dirección.

Ahora era un traidor.

No había luchado contra Voldemort.

No había luchado al lado de los Mórtifagos.

Solo había huido como una rata.

El sonido de la puerta abriéndose lo sobresalto, pero al ver que solo se trataba de Harry Potter bajo la guardia aunque aquello no indicaba que estuviera confortado.

—Malfoy —Llamó este sentándose frente a él, su mirada a pesar de ser dura era más amable que todas las que había recibido desde que subió al tren— Te vi en el andén

—Bien por ti —Murmuró el rubio aunque sin burla en su voz, había incluso tristeza y cansancio

—El ministro habló conmigo —Murmuró el mayor mientras metía tu mano en sus pantalones— Yo seré quién se hará cargo de tu persona este año en el colegio... —Miro al rubio sin obtener respuesta de este— Habrá una lechuza la cual podrás ocupar si necesitas algo

—Que bien —Murmuro para luego observar al peli-negro

—Malfoy, yo no... —El mayor se sentó en la punta del asiento para hablar más bajo— Pues...

En ese momento la puerta del compartimiento se abrió y la menor de los Weasley le sonrió alegremente al chico de la cicatriz pero luego su rostro cambio a una fría y de desagrado al ver al rubio en el mismo lugar.

—Harry, te estamos esperando hace rato —Murmuró la chica cogiendo la mano del mayor y haciendo que este se levantará del asiento— Vamos, no nos queda mucho tiempo antes que tengamos que despedirnos

—Si... —Metiendo su mano en el bolsillo saco una rana de chocolate y se la dejo en las manos al rubio— Si necesitas algo, la lechuza estará a tu disposición

—Claramente vigilada —Susurró en respuesta el rubio antes que el mayor fuera sacado casi a la fuerza del lugar, lo suficientemente bajo como para que solo ellos dos escucharán.

Con la puerta cerrada observó la rana de chocolate y luego de dejarla que saltará su única vez la guardo en su bolsillo, hacía años que había perdido por completo el apetito pero pudiera que en algún momento necesitará de aquel dulce.

Poco antes de bajar el ya se encontraba con sus ropas puestas y listo para empezar aquel nefasto año, observó la lista de materiales y observo los libros para el curso de Pociones, aquel sería el primer y único año donde no se encontraría el profesor Severus Snape, lo cual incluso lo deprimía más de solo recordarlo. Este había sido un gran mentor y lo había guiado correctamente haciendo que tomara el amor y aprecio que ese ramo requería, haciéndolo soñar incluso en buscar una carrera asociada a eso.

Eran tantas las pociones y los hechizos que se podían crear y descubrir.

Pero como todo en su vida él había muerto.

Y con él sus sueños.

Bajando de aquel tren observo los carros tirados por los Thestral y por primera vez entendió la fascinación del Hagrid por aquellas criaturas, eran peculiarmente elegantes pero temidas por aquellos que las observaban, sintiéndose identificado.

El viaje al castillo fue en completo silencio, a pesar de ir con Pansy y Blaise -quienes aún compartían con él- sabían que debían mantener distancia sino sus padres podrían irse contra ellos. Al llegar Malfoy ya se había hecho a la idea que aquel año sería horriblemente largo y qué mientras se preocupara solo de los estudios podría ocupar bien su tiempo, pero aquello igual salía de sus manos.

Entrando a Hogwarts aprecio que casi todos los vestigios de la segunda Guerra mágica que ahí había ocurrido, la batalla final, había sido desaparecido quedando como antes, como si nada ocurriera, pero en su cabeza aún podía ver los cuerpos tirados, los mórtifagos atacando y el con su familia escapando.

Como era costumbre, fueron guiados al gran comedor para ver a los chicos de nuevo ingreso y, como se esperaba, aquel año el número de alumnos se había reducido considerablemente al haber sido eliminados los registros de los niños nacidos de mestizos y de muggle.

Mientras aquellos niños, con rostros pálidos y nerviosos, manos sudadas y ansiedad reflejada en sus comportamientos eran seleccionados para cada casa, dejo que su vista se moviera por todo el lugar.

Al frente como siempre se encontraban todos los profesores, los únicos profesores nuevos eran los de Transformaciones, quién era una bruja que reemplazaría a la profesora McGonagall, pociones en remplazo al profesor Snape y el nuevo líder de la caza de Slyterin y defensas contra las magias oscuras puesto que esperaban ya hubiera terminado con la maldición.

Adelante, como nueva directora de encontraba la Profesora McGonagall quien como siempre e la calma y la expresión de seriedad, mientras observaba a cada nuevo niño.

***

—Harry —Ginny murmuró mientras observaba al chico con gafas— No estoy segura que sea buena idea eso de ser Auror, sin terminar tu último año de escuela ¿No crees que ya haz pasado por muchos peligros como para buscar más?

—Ginny, ya hablamos de esto, esto es lo que quiero sin importar lo que signifique —El mayor tomo las manos de la menor con delicadeza— Jamás me perdonaría si no ayudo a evitar que algo como esto se repita

—Pero existe la misma posibilidad que ocurra como que no si te vuelves Auror o no —La menor bajo la vista con tristeza— Solo intento que puedas tener una vida normal y tranquila

—Créeme que si la tuviera eso me mataría más rápido —Con cariño el mayor beso la frente de la menor— Te veré para navidad

—Si —La menor observó cómo el mayor se alejaba y se juntaba con su hermano para luego los dos alejarse del castillo

Había pasado tiempo desde lo ocurrido en la Guerra mágica, pero había una secuela que Ginny no había podido ocultar y era el miedo de perder a alguien, un sentimiento que vivía cada vez que Harry se alejaba de ella. ¿Alguna vez podría verle y saber que no estaría arriesgando su vida?

Ya temía que no.

Hermione le tocó el hombro y le sonrió en silencio, aquello la reconfortó un poco, al menos no estaba sola.

—¿Cómo logras estar tranquila al verlos partir? —Tuvo que preguntar mientras observaba en dirección al pasillo por el que se había ido

—Los he visto ir y volver tantas veces que ya estoy segura que lo volverán a hacer —Hermione no tenía otra forma de explicar lo que para ella se había vuelto una costumbre— Solo disfruto el momento a su lado y esos recuerdos los ocupo para llenar los tiempo de lejanía

—Quisiera que no se arriesgará tanto —Confeso a su amiga mientras miraba al suelo angustiada— ¿Es mucho pedir?

—A veces creo que sí —Tan solo murmuro la mayor mientras ahogaba un suspiro

****
El rubio se levantó junto con sus compañeros al acabar la cena y caminando detrás de todos se dedicó a observar a su alrededor por alguna razón a pesar de todo estar limpio y ordenado él aún recordaba todo el caos en aquel lugar y se preguntaba si era el único que veía los cuerpos tirados y los escombros por todos lados.

Sintiendo como alguien le observaba fue rápido en esquivar un tintero que Pevees le lanzó desde una de las esquinas del techo riendo estrepitosamente a pesar de tener el ceño fruncido por haber fallado. Sin darle tiempo para que pudiera buscar algo más que lanzarle se alejó de aquel lugar, caminando por otros pasillos los cuales daban a las mazmorras y por ende a su sala común.

De pronto se detuvo y tragó saliva mientras por instinto tomo su varita del bolsillo, la guerra le había dejado a todos secuelas y la única que agradecía era la de tener buenos reflejos e intuir el peligro.

Aunque por la situación empezaba a sospechar que aquella noche no la pasaría en su propia alcoba.

****

Lejos de ahí, Harry se observó por cuarta vez en el espejo, estiró su ropa nuevamente e intento mostrar seriedad pero todo intento fue en vano cuando volvió a mirar su traje y una sonrisa de nuevo se dibujó en sus labios. Le hacía sentirse realizado al verse con su traje de Auror, se sentía grande y fuerte, como si pudiera mirar nuevamente a Voldemort y volver a luchar contra él.

Aunque si lo pensaba era mejor que no, no soportaría un año más perseguido por alguien como él.

Luego miro a su amigo quién estaba igual que él, lo que lo hacía feliz, después de tanto dolor era bueno verlo sonreír orgullosos por un logro propio.

—¿Harry, tu crees...? —Murmuró el colorín sin dejar de observar su reflejo— ¿Crees que lo logremos?

—¿Cómo no? —le respondió con confianza mientras posaba su mano en el hombro del más alto— Ya hemos pasado por tanto Ron, esto es un paso más

—Pero... Es que no se... —El Weasley bajo la mirada a su ropa algo avergonzada— Después de tanto creo que solo es un buen sueño y qué despertaremos en un caos

—Pues puede ser, pero te aseguro que si es un sueño —Hoopper uno de sus instructores entro al dormitorio sonriendo con burla mientras la cicatriz en su rostro se estiraba por esa acción— Tan solo recuerda que las pesadillas también son sueños

—Verdad —Murmuro Ron más para si mismo que para los demás, aunque esto hizo reír al mayor y a su amigo

—No se emocionen mucho y cambien sus trajes —Comento el mayor indicándole la ropa que llevaban encima— Esa vestimenta casi no la ocuparán pero es mejor mantenerla en buen estado —Luego les entrego un pergamino— Los deberes que deben seguir de ahora en adelante

En el momento que ambos chicos recibían el pergamino y agradecían al mayor, una lechuza negra como el carbón entro en su habitación y dio dos vueltas de reconocimiento para luego bajar y posarse en el hombro de Harry.

Reconociéndolo como una lechuza del ministerio recibió el pergamino que este traía ante de regalarle un insecto en recompensa, con lo cual el ave alzó el vuelo y desapareció de la habitación.

Reconociendo el emblema de Hogwarts una extraña sensación cruzó su columna mientras desenrollaba el papel.

Estimado Señor Potter:

Le escribo para informarle que el alumno Draco Malfoy ingreso el día de hoy a las 23 Hrs a la enfermería con graves cortes y heridas producidas aparentemente por un duelo, aunque no es algo que esté pueda confirmar ante el estado en que fue encontrado.

Espero poder contar con su presencia lo más pronto posible para analizar lo ocurrido y tomar cartas en el asunto. El ministro Kingsley ya está al tanto del asunto.

Atte. Directora McGonagall

Jamás entendería como alguien como él terminaba de alguna manera en situaciones tan importantes, pero ya a estas alturas sentía que debía estar acostumbrado.

 


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