Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce Fantasía por Nova22

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, pertenecen a Furudate Haruichi, autor del manga Haikyuu.

Notas del capitulo:

Y aquí me tienen de nuevo con algo nuevo, esta historia no va a ser muy larga, pero va a estar llena de los tintes del drama que tanto amo <3 ¡¡Gracias por pasarse por aquí, espero que disfruten de la lectura y que este capítulo los entusiasme!!

Capítulo 1


Era bastante caluroso ese verano, incluso la ocasional brisa que agitaba las hojas de los árboles de ese poco transitado parque se percibía como una caricia tibia sobre la piel de su rostro. No era para nada agradable, tenía calor. No habían hecho más que caminar diez minutos a una tienda cercana y volver, sin embargo ya estaba cansado y sudoroso. Lo odiaba. Esta no era su estación del año favorita, tenía que admitirlo, su energía siempre decaía hasta el nivel mínimo, su humor no era el mejor y salir de casa era toda una odisea cuando lo último que ansiaba era desprenderse del agradable abrigo que el aire acondicionado le confería. No lo haría jamás si no tenía que hacerlo, era su política, una regla a la que atesoraba con todo lo que tenía, pero...entonces ¿Qué estaba haciendo aquí?


Tsukishima dio un mordisco a su helado, su fría y cremosa textura se deshizo como delicada seda entre sus labios, derritiéndose en todo su dulce sabor. Sonrió. Estaba delicioso y decidió que podría darle uno o dos puntos a Kuroo, que ya no estaba tan molesto por haber sido prácticamente arrastrado hasta aquí casi en contra de su voluntad. Valió la pena un poco, no lo negaba.


— Tsukki, tienes un poco de helado por aquí — Tsukishima, quien mantenía la cabeza gacha y fija sobre el suelo, la alzó para inmediatamente retroceder por instinto a la cercanía de la mano del moreno — Déjame ayudarte ¿De acuerdo? Solo tomará un segundo ¿No se supone que estamos saliendo? No estoy muy seguro de cómo funciona, pero no debería ser muy diferente a lo normal ¿No?


Tsukishima apretó los labios, quería pedirle que lo dejara, pero este tipo ni siquiera se había tomado un solo segundo para detenerse y antes de que siquiera pudiera jadear, ese inevitable contacto fugaz dio lugar. Como un roce o una caricia que lo llevó a contener el aliento y a odiarse por eso.


— ¿Lo ves? Solo un segundo — Kuroo le sonrió, entonces, sin previo aviso y como si estuviera tratando con un niño pequeño, tomó los restos de helado de sobre su pulgar con la lengua — Pero ¡Oh! ¿Qué es esto? Creo que hay un poco más por aquí.


Tsukishima se llevó una mano a la cara por puro instinto, nunca era tan descuidado, pero el día era tan caluroso que no dudaba que el helado pudiera sucumbir más rápido de lo normal a la temperatura, ya comenzaba a escurrirse por el vaso. Era un poco problemático a su parecer, no quería ir por ahí sintiendo los dedos y las manos pegajosas, quería terminarlo pronto y volver, pero también necesitaba encargarse de esa mancha — ¿Dónde?


— Ahí — señaló él, solo un segundo de distracción del rubio bastó para que este tipo creyera que mancharle la mejilla con helado era una buena idea. Lo miró mal, lo invitó a atreverse a hacer algo más con toda su furia y para su desgracia Kuroo decidió que quería tomar el reto y esta vez le manchó la barbilla — Aquí también y...creo que también veo...


— No te atrevas — le amenazó, con una mano alzada, no se estaba riendo, no era divertido y no quería formar parte de lo que sea que este tonto estuviera imaginando — Es en serio — masculló en un segundo intento con la mandíbula apretada, esto no era gracioso, no lo era, así que este tipo debería borrar esa sonrisa de una vez o iba a molestarse más, se lo advertía con la mirada...de la misma forma en la que Kuroo también le decía, con la mirada, con ese brillo alegre en los ojos, que no tenía muchas ganas de detenerse.


No lo hizo y prácticamente lo forzó a defenderse desesperadamente con una mano, moviéndola erráticamente a medida que él, como un espadachín, como un niño en una divertida travesura trataba de atacarlo con una estocada tras otra de ese letal cono de helado. Lo iba a matar, tonto, tonto, tonto ¿Por qué no paraba de reírse? ¿Por qué no se detenía? ¿Por qué estaba actuando como un niño? ¿De verdad creía que era gracioso? ¿No se daba cuenta de que era ridículo? Tsukishima estaba perdiendo la paciencia, lo molestaba, lo irritaba, sin embargo a medida que la tonta risa de Kuroo se hacía cada vez más y más escandalosa, mientras el pequeño hoyuelo sobre una de sus mejillas parecía más y más marcado, mientras más parecía un niño alegre, mientras más sonreía y agitaba los pies, más sentía que algo en sí mismo estaba cambiando.


Qué era más y más consiente de algo que no debería estar ahí, en su pecho o quizá todavía más profundo y ansió retroceder.


Apretó su vaso, estaba dispuesto a estampárselo en la cara de ser necesario, solo quería hacer algo, quería que se detuvieron, él, eso. Sin embargo, antes de que pudiera hacer nada, otra vez, Kuroo lo sorprendió robándole un poco de helado con el dedo y se lo llevó despreocupadamente a la boca. De verdad, este tipo era demasiado, más de lo que podía soportar — Está delicioso ¿De qué era? ¿Fresa? El mío es de vainilla, tiene algunos trozos de chocolate...si me dejas probar un poco del tuyo, entonces puedes tener un poco del mío ¿Es un trato?


Kuroo extendió el helado y señaló el suyo con la otra mano, de alguna manera tenía muchas ganas de golpearlo por tratar de actuar tan tranquilamente después de lo que le había hecho. Los dos estaban jadeando y el calor aún no abandonaba sus cuerpos, estaba molesto por todo esto y aun así sentía que tenía ganas de sonreír — ¿Eres un niño? — mustió el rubio al mismo tiempo que se ponía abruptamente de pie y se aproximaba a un bebedero cercano, comenzaba a hacer más calor — ¿Ya viste tu pantalón? Mejor encárgate del tuyo antes de que alguien malinterprete esa mancha, aquí juegan muchos niños y hay un oficial de policía en aquella esquina...podría inventarle una historia muy interesante si quisiera.


Escuchó un jadeo de horror y el rubio sonrió con satisfacción, eso lo mantendría ocupado y de paso le enseñaría a no meterse con él. Tomó los últimos bocados de helado, tiró los restos a la basura y comenzó a limpiarse al mismo tiempo que regalaba una mirada fugaz al apresurado moreno. Parecía frenético. Apretó los labios e inconscientemente se llevó los dedos a la comisura de estos, donde el calor de aquella insignificante caricia fugaz se negaba a desaparecer y la otra al pecho, entonces el estómago se le apretó y una amarga emoción le atravesó.


Quería fingir que nada estaba pasando, no quería perder, pero estaba ahí. Siempre sucedía antes de que pudiera hacer nada, todo el tiempo, como si, Igual que él, lo desarmara solo por el simple hecho de estar ahí...de todas las formas posibles.


— Normal... — susurró — No ¿Verdad?


Esto no lo era. Cualquiera que los viera pensaría que eran amigos o conocidos, solamente eso. Algo más no sería eso, normal ¿No? Obviamente Kuroo no consideraba que esto fuera nada más allá, siempre fue distante desde el principio. No era como que esto le importara demasiado, todo lo que tenían era solo una mentira, ambos eran conscientes de ello, pero comenzaba a molestarlo cada vez más. Había algo en todo esto que no se sentía muy bien o quizá que si lo hacía. No lo sabía, era confuso últimamente. En retrospectiva, Tsukishima aún se preguntaba la razón por la que había accedido a este sin sentido ¿Tal vez la emoción del momento? Estaba un poco afectado aunque no lo suficiente, pero tal vez no.


No era el tipo de persona que se dejaba llevar tan fácilmente, tendía a evitar situaciones que pudieran tornarse molestas, esta lo era. Lo supo desde el primer momento, pero quizá no quería perder, no estaba muy seguro. Tal vez si estaba un poco más afectado de lo que quería admitir después de todo. En ese momento sus emociones eran algo inusuales, era posible que solo estuviera tratando de molestar a Kuroo o devolverle la mala broma. Él no quería esto, prácticamente lo gritaba con la mirada aquella vez y pensó que podría usarlo...probablemente no había sido su mejor idea.


De todos modos ¿Qué había pasado exactamente? Quería decir que había sido tan poco importante que ya lo había olvidado, pero era posible que estuviera mintiendo. Lo hacía, mentía, pero no tenía ganas de admitirlo y aun así volvía a él con cada vez más fuerza, de la misma forma que su arrepentimiento y cada precioso nuevo agridulce sentimiento.


*****


Las últimas palabras de un entusiasta profesor de literatura marcaron el final de la clase y con ello, una sinfonía de ruidos sordos y el murmullo de voces comenzaron a llenar la sala. Tsukishima tomó tranquilamente sus libros, detrás de él un grupo de chicos organizaban una salida a una conocida sala de Karaoke cercano, al otro lado otro grupo más, en su mayoría chicas organizaban uno de esos últimamente populares eventos de citas grupales, parecían muy animados, mucho más que hace un momento y para ser viernes.


Volteó en su dirección, murmullos aún más suaves y pequeñas risas nerviosas y juguetonas giraron en torno a una joven que parecía estar mirándolo también "No otra vez" pensó. Era un grupo distinto al de la última vez, pero ya podía imaginar que era lo que pretendían, no era la primera vez que ocurría. No quería ser grosero, apreciaba que lo tomaran en cuenta incluso cuando era muy poco sociable, pero no estaba muy interesado en ese tipo de eventos...o en las mujeres en general y decidió que necesitaba emprender marcha lo más pronto posible.


Se unió a la multitud. No tenía a nadie cercano dentro de esa clase por lo que no le fue tan difícil escabullirse sin llamar la atención. No podía hacer demasiado por su altura, sin embargo parecía haberlo conseguido hasta que su paso se vio interrumpido justo frente a la escalera cuando un ente no identificado decidió sujetarle tímidamente del brazo. Una mano algo pequeña, dedos delicados y finos, una chica, lo había imaginado y terminó por corroborar su fugaz teoría después de voltear.


Cabello castaño y ojos de un tono similar, no estaba seguro de haberla visto antes, sin embargo era posible que compartieran una clase. La miró, ella bajó la cabeza con timidez, comenzaba a hacerse una idea de lo que esto podría ser ¿Qué debería hacer ahora? Podría ser halagador para cualquier otro chico, pero esto no sentaba demasiado bien a Tsukishima. Fuera como fuera y aunque pudiera o no resultar incómodo, tendría que rechazarla si estaba tratando de invitarlo, sin embargo había un trozo de papel entre sus manos.


— ¿Tsukishima-san? — comenzó a hablar ella, pequeñas miradas fugaces fueron lanzabas en su dirección por sus espectadores, estaban en el peor lugar posible y no en la mejor situación. Deseaba haber sido más rápido, lamentablemente ahora solo podía desear que esto terminara lo más pronto posible — Sé que podría estar siendo una molestia, pero...hay algo, tengo que...— ella apretó los labios y el rubio estuvo a punto de imitar su misma acción, silencio volvió a caer sobre ellos, roto solamente por cada murmullo que llenaba el pasillo.


No estaban llegando a ningún lado y probablemente no lo harían muy pronto.


— Quieres que lo tome ¿Verdad? — señaló la hoja que ella prácticamente apretaba entre las manos, la chica pegó un ligero respingo, estuvo seguro de que la oyó jadear bajito, sin embargo se atrevió a mirarlo y asintió — De acuerdo, entonces — ahora extendió la mano, la joven le sonrió más tranquilamente, casi aliviada, pero con el rostro ligeramente sonrojado y el intercambio dio lugar. No había sido tan difícil ¿Verdad?


— Me pidieron que te lo diera.


— Claro, entiendo.


Entonces estaba hecho, era el final, sin embargo aunque aquella chica se había despedido de él con una sonrisa, el rostro sonrojado y un par de miradas fugaces más, este no lo era aún para Tsukishima. Miró la nota al mismo tiempo que volvía a avanzar. Parecía perfectamente doblada, la abrió y ojeó fugazmente antes de guardarla en el bolsillo trasero de su pantalón. Alguien parecía estar citándolo, le pareció un poco anticuado, ya no estaban en secundaria, pero tampoco era como que no hubiera recibido una o dos notas de este tipo o confesiones en su corta vida universitaria.


No era imposible y la prueba de su realidad se encontraba en uno de sus bolsillos traseros, y con ello deseó haber sido más rápido. Este era el tipo de situaciones que más odiaba.


— Tsukishima ¿Tu última clase ya terminó? — el aludido volteó en dirección a la rubia chica que se aproximaba en un ligero trote, su cabello agitándose gentilmente en el aire — ¿Vuelves a casa?


— Terminó, pero...— hizo una mueca con los labios y la rubia, Yachi ladeó la cabeza con curiosidad — Creo que tengo que hacer algo antes ¿Vas a volver?


Yachi negó con la cabeza — Tengo una clase más, Yamaguchi dijo que uno de sus profesores le pidió que diera tutoría a alguien de primero, va a estar ocupado hasta más tarde...creo que te envío un mail — el rubio asintió, lo había revisado justo antes de que la clase terminara — Creo que tienes que trabajar hoy, pero estaba pensando que podríamos reunirnos los tres para cenar en la noche, puedo llevar un poco del pastel que te gusta de la tienda donde trabajo también, es muy popular.


— Suena bien.


Ella sonrió alegremente, no había mucho tiempo para charlar esta vez, alguien la llamó y la rubia corrió apresurada a su próxima clase. Su humor había mejorado solo un poco repentinamente. Suspiró con cansancio, pero también con tranquilidad. Nada había cambiado mucho desde que los tres se mudaron a la ciudad a pesar de que había pasado ya un año, se adaptaron y seguían su propio ritmo. Probablemente podría decirse que llevaba una tranquila vida estudiantil y una agradable vida cotidiana tal y como era su deseo, lleno de días monótonos, sin embargo también de momentos agradables dentro de esa cotidianeidad.


No había ido a la ciudad esperando a que algo sucediera de todos modos, tenía "esa inclinación" pero no estaba demasiado interesado en el romance. No estaba buscando nada, pero la nota aún en su bolsillo era la prueba de que había aspectos de su vida que no podía controlar tan fácilmente, era inevitable, sin embargo eso no quería decir que no pudiera hacerse cargo de la situación.


Podía manejarlo...pensaba que podría, en ese momento no tenía forma alguna de saberlo, pero debió haberlo intuido cuando no encontró lo que esperaba en el sitio de su reunión.


De verdad debió haberlo imaginado.


*****


Este chico era muy alto, era posible que lo hubiera visto una o dos veces antes, no lo recordaba con exactitud, era una universidad grande y Kuroo pasaba la mayor parte del tiempo dentro de la biblioteca o con su grupo habitual de amigos. No debería haber sido muy diferente ahora, pero varias cosas un tanto extrañas habían sucedido y de alguna manera había terminado frente a un chico rubio cuyos ojos lo miraban recelosamente, como si lo odiara. Tal vez solo estaba un poco tenso, esta situación era un poco extraña y la verdad era que también incomoda, no estaba seguro de que supiera como manejarla. Tenía la mente en blanco.


— Hola — le sonrió, pero lo único que consiguió fue que aquel rubio, Tsukishima, si su memoria no fallaba, entrecerrara aún más los ojos. Kuroo comenzó a sentirse un poco nervioso, este chico era más alto solo por un par de centímetros, pero le resultó un poquito intimidante — Es una tarde agradable ¿Verdad? El verano...


— ¿Qué es lo que quieres? — el rubio se cruzó de brazos al mismo tiempo que alzaba arrogantemente la barbilla, a Kuroo le pareció que estaba un poco a la defensiva — ¿Esto es alguna clase de broma? ¿Te parece que es divertido?


Kuroo ocultó ambas manos detrás de su espalda y las apretó suavemente, trataba de liberar un poco de la tensión acumulada en su cuerpo. No funcionó, por supuesto. No sabía cómo empezar con esto, miró hacia atrás, justo al borde del edificio, donde tres chicos los observaban, uno con poco disimulado desagrado ¿Cuál era su nombre? ¿Terushima? Acababa de conocerlo, pero había terminado en esta situación por su culpa. No era su día de suerte. Jadeó, carraspeó, había tratado de parecer discreto, sin embargo la mirada del rubio había seguido la dirección de la suya y aunque esos tipos se habían ocultado de nuevo, no estaba seguro sobre si este chico había reparado en su presencia o no.


Esto ya era lo suficientemente problemático.


¿Cómo debería explicárselo? Kuroo se sentía un poco contra la pared. No estaba tratando de burlarse de él ni nada por el estilo, incluso podría decirse que era una víctima más de la situación; lo único que había hecho fue escuchar una conversación que no debería mientras devolvía algunas cosas al almacén de deportes. No era un santo, la verdad era que su primer pensamiento fue fingir que nada estaba sucediendo y marcharse, era una situación en la que nadie querría involucrarse, no quería que pensaran nada extraño de él o que tuvieran una idea errónea, pero la idea de que trataran de jugar con otra persona tampoco le sentaba bien.


— Supongo que solo vas a quedarte ahí parado.


— No, no voy...es solo que...— no estaba tratando de jugar al héroe, no era tan amable y tampoco era tan idiota, pero esos chicos estaban tratando de burlarse de esta persona. Uno de ellos había dicho algo acerca de que se trataba de uno de esos homo, no lo parecía a simple vista, creía que eran más delicados o afeminados, no estaba seguro. Lo único que sabía aquí era que trataban de usarlo como un medio para su diversión y Kuroo no creía que fuera justo...así que aquí estaba — Hay algo que...te pedí que viniera para...— un nudo se le formó en el estómago.


Lo último que habría querido era formar parte de todo esto, de verdad había considerado muy fuerte simplemente fingir que nada estaba pasando. Lo había hecho con todo su ser, pero antes de que pudiera decidirse ya se había colgado al cuello de uno de esos chicos y ofrecido como sacrificio. Era un idiota — Para...— lo invitó a continuar aquel rubio.


No se había lanzado a esta locura solo porque si, hubo un pequeño instante en el que se permitió considerar varias opciones. La idea de intimidarlos no parecía tan mala, pero ¿Si lo hacía peor? No podía confiar en que estas personas no tratarían de tomar alguna clase de represalia contra ese chico. Ya no eran niños, no era un asunto que se solucionara corriendo con el director de la escuela o con sus padres e intentarlo podría tener el efecto contrario. De ahí su idea de dejarlo estar, pero tenía que ser lo suficientemente tonto como para involucrarse de todos modos.


No sabía que era lo que estas personas tenían exactamente en mente, claramente trataban de engañarlo y jugar con él, escuchó algo acerca de dinero cuando pidió por información, alguna clase de apuesta o reto. Era bajo, pero no podía tratarse de algo tan relativamente inocente como eso. Kuroo estaba bastante seguro de que también había escuchado la palabra fotografías antes, aunque ellos no lo admitieron. Sintió que no podía dejarlo estar, no soñaba con persuadirlos, nunca era tan fácil, así que estúpidamente terminó entrando a su juego. Trató de actuar tan mezquino como ellos, sin embargo había sucedido tan rápido que a duras penas había tenido tiempo para terminar de asimilarlo.


Aun así no creía que estuviera acorralado o lanzándose a un precipicio sin fondo, ya no. En realidad se sentía un poco más optimista que antes.


— Una cita...si estas desacuerdo — y eso significaba que estaba perfectamente bien rechazarlo, lo cual parecía exactamente lo que estaba a punto de suceder. A este chico no parecía agradarle mucho, ni su mirada o su postura habían cambiado demasiado desde el primer momento, en realidad parecía más irritado. Estaba viendo claramente el camino y la meta final, este podría ser el rechazo más feliz de toda su vida y probablemente iba a atesorar este momento por mucho tiempo, incluso podría contárselo a sus nietos, esta situación no era una que pudiera olvidar tan fácilmente y quizá podría reírse de ello en el futuro — Yo...creo que eres lindo.


Sobreviviría, esto había terminado antes de empezar. Estaba feliz y ansiaba el alivio de esa única palabra.  A partir de aquí podría explicar mejor la situación a esta persona y podría olvidarse del asunto, y de que alguna vez tuvo una idea tan estúpida como esta...sin embargo esto parecía solo estar comenzando ¿Verdad?


— Si, está bien.


Y pensó que quizá podría tratarse de un castigo de los cielos, una clase de penitencia a su entrometido ser.


— ¿Qué?


— Dije que está bien, creo que puedo salir contigo...no te ves tan mal.


Estaba en blanco ¿Qué demonios estaba pasando aquí? Kuroo jadeó. No. No. No. No ¿Por qué rayos este chico estaba sonriendo tan alegremente? Hace solo un momento parecía todo lo contrario, como si quisiera atravesarlo con la mirada, con un ansia de destrucción que le había erizado la piel. Estaba bastante seguro de que no lo había imaginado, no estaba tan desesperado o ¿Si? Esto no debería estar pasando ¿Estaba bien que saliera corriendo y fingiera demencia después de esto? No quería ofender a esta persona, pero ya no podía ver otra salida. Esto era una locura.


Abrió la boca, jadeó y la cerró. Después volvió a abrirla ¿Ahora qué? ¿Por qué tenía que ser tan entrometido? Todo lo que tenía que hacer era guardar unos cuantos balones y volver a clase, ni siquiera era tan difícil y aun así se encontraba forzándose a sonreír cuando solo quería golpearse la cabeza contra la pared. Tan desesperadamente, tan frenéticamente que tal vez podría permitirse llorar un poco. No podía creer esto, de verdad no podía hacerlo ¿Qué iba a decirle a sus amigos? ¿Qué iban a pensar de él a partir de ahora? Esto era un desastre ¿Verdad? ¿En qué clase de locura se había involucrado? No podía creer lo idiota que era y cientos de aguijonazos de arrepentimiento atravesaron al corazón que latía desbocado.


— Esa es una buena expresión.


— ¿Qué? — susurró Kuroo ¿Ese chico había dicho algo? Tal vez lo había imaginado, estaba teniendo una pequeña crisis aquí, le parecía que el rubio estaba un poco más cerca que antes, no iba a hacerle nada raro ¿Verdad? De pronto le pareció que esa sonrisa era un poco más extraña. Retrocedió, negó con la cabeza a la locura de esta situación y jadeó cuando una mano cayó sobre su hombro ¿Por qué los labios de este chico eran tan rosa? ¿Por qué estaban tan cerca de su rostro? ¿Por qué se estaba acercando? No. No iba a hacer esto, era una locura de verdad, tan extraño, era demasiado raro y ¿Desagradable? No estaba seguro, lo único que sabía era que no quería esto, no era ese tipo de persona — Yo no...lo siento, no tengo ese tipo de...


— Quiero la mitad — susurró, tan gentilmente, tan suave, como el ronroneo de un pequeño gatito. Kuroo parpadeó ¿Qué había sido eso? Para este momento su mente había colapsado, ya no entendía nada, ya no sabía nada, pero sabía que esta persona estaba disfrutando esto. Lo sintió así — ¿No creerás que soy tan estúpido como para no darme cuenta de lo que es esto?


— ¿No? — el rubio, Tsukishima frunció ferozmente en ceño, entonces Kuroo parpadeó. No estaba muy seguro, pero de pronto se sintió como si estuviera siendo intimidado — No por...por supuesto que no, nunca pretendí nada como eso...no, lo...lo siento, señor.


— ¿Señor?


— ¿Amo? — el rubio alzó una ceja. Kuroo era consciente de que estaba haciendo una tontería aquí, tal vez necesitaba calmarse un poco. Cada vez que estaba nervioso decía la primera tontería que le venía a la mente — Lo siento...es verdad, ellos dieron algo sobre eso, pero...


— Olvídalo — Kuroo sonrió nerviosamente, solo estaba siendo molestado por esta persona ¿Verdad? Obviamente él se había dado cuenta de todo esto y estaba disfrutando con su desesperación inicial, tal vez no era tan buen actor como pensaba, parecía que su carrera artística había terminado antes de comenzar. El mundo se lo perdía — Podemos hablar sobre lo que sea que esto es después — volvió a susurrar antes de apartarse un paso de él — Supongo que te veré el fin de semana.


El rubio volvió a dar un paso hacia atrás, las manos a la espalda, gentilmente entrelazadas y una sonrisa radiante adornándole el rostro ¿Qué clase de máscara era esa? Era una perfecta, tenía que admitirlo, lo había dejado aturdido y más confuso de lo que debería. Habían sido muchas emociones para una sola tarde, Kuroo apenas había sido consiente del momento en el que intercambiaron números de teléfono o de sus pocas palabras de despedida, solo quería volver y dormir un poco.


Esto había sido una locura, pero al final de cuentas había resultado mejor de lo que había imaginado al final. Estaba aliviado, pero no del todo ¿Verdad? Aún no había terminado y el resultado final no era algo que pudiera imaginar.


*****


Tsukishima cerró los ojos al mismo tiempo que el autobús se ponía en marcha ¿Cómo había dicho ese chico que se llamaba? ¿Kuroo? Claramente no era un genio en el crimen, tampoco parecía muy listo, esperaba que de verdad no hubiera pensado que no había notado al pequeño grupo de personas que estaban espiándolos. Había un rostro conocido ahí, no estaba interesado en la clase de historia que le había contado, en realidad ni siquiera estaba interesado en toda esta tontería.


Habría sido mucho más fácil fingir que no había visto nada y negarse rotundamente, era lo que ese tipo esperaba desesperadamente. Bastó con ver su rostro para entenderlo y no pudo evitar querer molestarlo un poco, era un blanco muy fácil, pero no sé trataba solo de eso. Tenía la impresión de que esos tipos no se detendrían incluso si este ardid no daba los resultados que esperaban. Conocía a Terushima desde hace tiempo, era un tipo molesto e insistente, quizá también un poco idiota, pero poco malicioso. No le preocupaba, sin embargo no estaba seguro sobre que pensar de esas otras dos personas. No podía subestimarlos.


Pensaba que podría ser mucho más práctico llegar a un acuerdo con este tipo, Kuroo. Podría hacerlo mucho más fácil y cómodo para los dos. No podía decirlo con certeza, ni siquiera lo conocía, pero no parecía alguien malicioso. Aun así había entrado a este juego, necesitaba considerar eso y avanzar con cautela. Ya escucharía los detalles después, podrían decidir qué hacer al respecto y terminarlo sin demasiados incidentes o problemas desagradables y sería todo.


No tenía que ser un problema para ninguno, pero había algo que estaba molestándolo.


Abrió los ojos, su reflejo en el cristal de la ventana le dijo algo que no quería admitir. No era como si fuera la primera vez que alguien trataba de jugarle una broma o trataba de burlarse de él, había aprendido a levantar murallas que lo separaban de todo con el tiempo, pero no era gracioso, no lo era...y tal vez esto lo había herido un poco más de lo que habría querido.

Notas finales:

>3< Gracias por leer >3<


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).