-¡NO, NO Y MIL VECES MÁS NO!.- Gritaba con mucha frustración y enojo aquella chica a sus padres, pues en su mirada azul se podía ver que no estaba de acuerdo con la decisión que ya estaba tomada.
-Livani, es algo que no vamos a discutir más contigo, ya todo está preparado para la mudanza.- se limitó a contradecir a la joven un hombre con la misma mirada azul que ella, vestido de traje muy elegante y con el entrecejo fruncido.
-Tú padre tiene razón hija, esto es algo que hemos discutido en muchas ocasiones y es momento de que subas ya al automóvil, se nos va a hacer más tarde y vamos a perder el vuelo.- suspiraba cansada de lo mismo la madre de la chica.
-Iré, pero quiero que quede muy en claro que esto es en contra de mi voluntad.- abordó de mala gana el vehículo la joven.
En fin, está es mi historia, Mi nombre como ya lo pudieron leer es “Livani”, tengo 18 años y vivo o mejor dicho vivía en Londres, soy muy apasionada a los negocios, supongo que lo heredé de mis padres, me encanta escuchar música, me considero una persona sociable, mis padres son grandes empresarios y justo tienen asuntos que arreglar en Monterrey, Nuevo León, es decir en el país de México… realmente no me parece la idea de dejar atrás una vida que me agradaba bastante pero no tengo otra opción, tendré que comenzar de nuevo y probar suerte.
-Hemos llegado.- decía mi padre con una gran sonrisa -¿a poco no es hermosa la casa Livani? ¿Verdad que te gusta?.-
-Es bastante grande papá, es muy bonita pero me gustaba más la de Londres.- lo siento, siempre soy muy honesta con lo que pienso.
-Te acostumbraras hija, no te queda otra opción.- mencionaba divertida mi madre mientras pasábamos a recorrer nuestro nuevo hogar que de hecho era bastante acogedor, me agrada bastante.
-El día de mañana debes presentarte a la escuela para ponerte de acuerdo con la revalidación de tus materias y para ver cuando debes presentarte hija.- sacó el tema mi madre mientras cenábamos algo
-Pensé que iba a tener unos días más de vacaciones mamá, ustedes lo único que quieren es deshacerse de mí.- fingí enojo con mis padres quienes solo reían divertidos por mi comentario, después de cenar me fui directo a mi habitación donde me esperaba mi cama completamente acomodada, era lo único pues había cajas que acomodar por todos lados, pero supongo que eso puede esperar un par de semanas más ¿no?, estaba bastante cansada por el viaje por lo que me quedé profundamente dormida esperando que el día de mañana fuera mucho mejor…
-Buenos días mi pequeña dormilona, ya es hora de despertar.- Mi padre abría las cortinas de mi habitación y me movía suavemente para que abriera los ojos.
-Pa, ya escuché, solo dame unos minutos más.- contesté muy adormecida, sentía que no había descansado lo suficiente para despertar de nuevo.
-Hija, quiero hablar contigo.- dijo mi padre con un tono serio que hizo que yo despertara finalmente de mi gran y profundo sueño
-¿Qué pasa papá?, me estas asustando.- atiné a responder con la misma seriedad que él
-Es solo que quiero que sepas que pase lo que pase yo siempre estaré orgulloso de ti hija, y quiero que le des una oportunidad a esta bella ciudad, sabes perfectamente que si estamos aquí es porque tanto tu madre como yo tenemos responsabilidades que cumplir en nuestras empresas y algún día cuando seas parte de ellas entenderás los sacrificios que uno debe hacer.- su tono serio cambio a uno melancólico, cosa que hizo que olvidara por completo el enojo de habernos mudado de Londres a México
-Claro que sí papá, los entiendo perfectamente y muchas gracias por creer en mí siempre, te quiero un montón anciano.- le contesté mientras reía y le lanzaba una almohada a la cabeza
-Ya verás pequeña demonio.- gritaba mientras comenzaba una genial batalla de almohadazos. – Ya es hora de irme, Livani ya deberías tomar un baño para que bajes a desayunar y vayas a arreglar lo de la universidad.-
-Sí Pa, eso estoy por hacer, nos vemos más tarde, que les vaya bien a los dos en la oficina.- decía mientras corría al baño a tomar una ducha.
-------------------------------- Horas más tarde-----------------------------------
-Si mal no recuerdo, aquí debería estar la Coordinación Académica del Instituto, y si le doy la vuelta a esta banca se puede ver claramente que estoy completamente perdida.- me repetía una y otra vez a mí misma. –Maldición, ¿quién diablos se puede perder aquí en un Campus?.- me regañaba a mí misma por lo torpe que podía llegar a ser.
-¿Necesitas ayuda?.- escuché una voz decir
-¿Disculpa? ¿Me hablas a mí?.- fue lo único que se me ocurrió decir con mi cara idiota tan habitual
-No veo a nadie más cerca, por supuesto que te hablo a ti.- la chica delante de mí comenzó a reír, más bien ella comenzó a burlarse de mí
-Soy Ana, estudiante de Negocios Internacionales, ¿y tú eres?.-
-Livani, mucho gusto, ¿sabes? Soy nueva aquí y realmente no logro encontrar la Coordinación Académica, me dieron indicaciones en la entrada pero creo que soy torpe para interpretarlas.- fui sincera al decirle lo que me ocurría
-Creo que ya me había dado cuenta que estabas un poco perdida, la verdad es que estás bastante perdida porque la Coordinación es en sentido contrario de donde te dirigías.- Sonreía ampliamente Ana
-Lo suponía, ¿podrías ayudarme con eso Ana?.- le sonreí muy amablemente
-Venga, tú solo sígueme.- Caminamos unos cuantos minutos y por fin pude dar con el edificio que me mencionaron en la entrada, la puerta tenía un gran letrero de “COORDINACIÓN ACADÉMICA” y le agradecí a Ana sus atenciones, me quedé admirando esa puerta y me dirigí a entrar cuando escuché detrás de mí un pequeño grito.
-Auch.- solo atinó a decir la dueña de aquel sonido
-Hey, ¿estás bien?.- tendí mi mano a aquella chica que se encontraba tirada en media explanada
-Sí, muchas gr…- tomó mi mano para levantarse y giró su rostro para mirarme fijamente, su mirada era tan penetrante, su cabello era rubio, tenía unos ojos color miel con unos pequeños anteojos que la hacían ver muy intelectual y además era exageradamente bonita
-Creo que los anteojos no te ayudan demasiado.- atiné a decirle sonrojada por lo bella que era
-Creo que tienes razón, iba leyendo un libro y me distraje bastante.- me contestó ella buscando su libro por los suelos
-Bingo, aquí está!.- levanté su libro y cuando se lo entregué nuestras manos hicieron un leve contacto que me hizo estremecer por completo.
-Azules.- me miró fijamente
-¿Cómo?.- no entendía su comentario del todo
-Tus ojos.- me miró fijamente. –Son azules, azules como el mismo cielo.- me decía muy sonriente
-Venga ya Jaja mi nombre es Livani, soy nueva aquí.- le tendí la mano
-Yo me llamo….-
-Señorita Novoa.- ella se giró de inmediato para ver quién le hablaba y al parecer era un señor bastante grande, supongo que un profesor de clase.
-Señorita Novoa, no son horas de que este usted aquí, mi clase ya comenzó y no había notado su ausencia.- le reclamaba el profesor
-Lo siento mucho Maestro Benavides, enseguida voy para el aula.- antes de irse me dedicó una hermosa sonrisa y me gritó. –¡Adivina mi nombre Livani!, ¡Encuéntrame! .- se marchó y fue desapareciendo entre el montón de aulas que había por todo el campus.
-¿Y usted?.- me miró fijamente el anciano, digo profesor
-¿Yo qué de qué?.- le dije
-Ash, estos niños de ahora, tan irrespetuosos con sus mayores.- se machó mientras hablaba a regañadientes y yo solo me limitaba a sonreír y recordar a aquella hermosa chica.
-Señorita Novoa, la encontraré.- Me dije a mi misma mientras sonreía y me marchaba a la Coordinación Académica.