-La limusina lo espera amo Kaiba-
-Ahora voy Roland-
La mañana comenzó como cualquier otra, me levanto, reviso rápidamente algunos documentos de la empresa, como algo ligero y parto hacia el colegio, el día seguiría como siempre, discutiría con los bobos por querer que me una a su pandilla de idiotas y luego trabajaría en mi computadora portátil mientras los profesores pasan sus aburridas materias que parecen para niños de primaria y al final del día podría irme a la compañía a firmar unos documentos, pero… porque me tuve que devolver ese día, si hubiera seguido mi camino, nada hubiera cambiado, sabía que podría tener mis anteojos devuelta al otro día, incluso, tengo un par de repuesto en la empresa... entonces porque me tuve que devolver.
Camino a pasos rápido hacia el salón, pero un sonido me detiene en la entrada
-ahhhh, despacio-
-oh vamos si lo estas disfrutando-
-Duke, no.. ahh.. no se ahh.. puede-
Deslizo lentamente la puerta, al parecer no han notado mi presencia.
Dicen que las pupilas se dilatan cuando se ve algo nos llama la atención, no se cómo se habrán visto mis ojos pero no los podía quitar de la piel pálida de wheeler, apoyado sobre mi escritorio con devlin por detrás
-Pero si te lo has hecho a ti mismo, solo relájate y piensa en lo caliente que es esto-
Aun renuente ante los toques de Duke subo la mirada y los sorprendidos ojos de Kaiba cierran la puerta de forma brusca. -Duke, espera- le digo mientras subo mis ropas como puedo y salgo del salón.
-¡Wheeler! ¡Hey! ¿a donde vas asi?, ¡ahh mierda!-
Aun sin saber bien qué hacer o decir, trato de alcanzar a kaiba, debo explicarle que que… No se porque deje que pasara.
Trago en seco y camino rápidamente pero siento nunca llego a la salida, me cuesta procesar lo que acabo de ver, rayos… porque el perro, Wheeler, tenia… una expresión que nunca había visto en su rostro.
-¡Kaiba, espera porfavor!. Le digo mientras jalo de su brazo para impedirle seguir, siento que el corazón me va a 1000 por hora, pero no puedo dejar las cosas asi. - Eso que viste no debió suceder, nose como llegue a...
No, debo regresar a la mansión, siento como un calor se extiende por mi cuerpo. -Escucha wheeler, no me interesa meterme en los asuntos privados de los demás como tú y el grupito de yugi acostumbran, ¡asi que sueltame ahora!. Empiezo a forcejear para salir de su agarre
-¡No!-. Alzo la voz en protesta. - Veras, no es ningún asunto privado, de verdad no, no es lo que cre… es. No puedo evitar desviar la vista al bulto que se formó en los pantalones de kaiba.
-¡Ya basta!-. Terminó por gritarle y salir corriendo del lugar, no, esto no puede estar pasandome.
No puedo creerlo, Kaiba tenía… -¿acaso fue por mi?.. ja ja qué más-. quizás tenga una oportunidad.