Hola, me llamo Daniel, tengo 18 años, vivo con mis padres y mi hermano menor llamado Axel, él tiene 12 años, todos nos llevamos muy bien. A veces tenemos salidas familiares como cualquier familia, desde niños siempre cuide a mi hermano de que alguien lo lastimará, desde entonces he sido como su guardaespaldas, no dejo que nadie lo toque solamente yo.
Apenas hoy iniciaría su año escolar en una nueva escuela, él estaba nervioso así que me ofrecí a llevarlo y traerlo como buen hermano mayor que soy.
Estudio dibujo técnico, apenas llevaba 1 años allí y me gustaba mucho, lo que no me agradaba era tener que alejarme de mi hermano.
Descripción de Axel: Es muy bajito lo cual a veces le causa problemas, mide alrededor de 1.50, su cabello es muy castaño, tiene ojos color café claro, que me vuelven aún más loco de lo que ya estoy, le encantan los helados, el chocolate, los postres, jugar conmigo y muchas otras cosas más, es muy lindo al hablar así que quien lo escuché se enamoraría de él a simple vista.
Describiéndome a mí: Soy alto, bastante, mido al redor de 1.80, mi padre dice que me he desarrollado mucho, supongo que es porque estoy en plena etapa del crecimiento, cualquiera que me viera pensaría que tengo más edad, mi cabello es castaño oscuro, mis ojos muy verdes, no me parezco tanto a Axel, él tiene su cara muy tierna mientras que yo parezco un matón a simple vista.
-¡¡Axel, andando, vámonos!!-yo estaba ansioso por verlo vestido con ese uniforme que tanto me gustaba en su delgado cuerpo. Esperé al final de las escaleras para verlo bajar como todo un galán-que bien te vez-le dije notando su leve sonrojo al verme.
-Gracias Daniel…
-¿Estás bien?
-No quiero ir a la escuela, no creo llevarme bien con nadie.
Yo más que nadie era quien no quería que él fuera a la escuela a exponerse ante la sociedad, sentía que cualquiera que lo viese se enamoraría de él, así que talle su cabeza.
-Trataré de convencer a mis padres de que te pongan un tutor para que no tengas que ir más a la escuela-era a mi conveniencia porque no quería que alguien lo viene así.
-G-Gracias-me sonrío, parecía más aliviado ante la situación.
Ambos nos subimos al carro, le había preparado la comida que él comería, así que me aseguré de escoger de los mejores vegetales para que no le causaran ningún daño. Yo no lo dejaba comer absolutamente nada en la calle o en casas desconocidas porque tenía miedo de que se enfermará.
-No hables con nadie, si es muy necesario hazlo y sobre todo no dejes que alguien te toque- Cada año que entraba a clases le advertida de lo mismo a lo cual es me contesto.
-Sí, eso me lo sé de memoria hermano-soltó esa leve risa que tanto me enloquecía.
-Bien, bien, en cuanto salga de la universidad vendré por ti-paré el carro y como de costumbre voltee a los lados para ver que nadie nos viera, entonces tome de su pequeño mentón y le plantee un beso en sus lindos labios-Te extrañaré toda la mañana.
-Y-Yo igual-cada vez que lo besaba hacía esa misma expresión, no sé si era pena o enojo, pero no me veía más a los ojos.
Me fui a la universidad y lo único que llevaba en mente era ese bello rostro de Axel, el cual jamás desaparecía de mi cabeza.
-Toc…toc-golpeo un poco mi cabeza Mérida, una compañera más de la clase.
-Disculpa, estaba pensando en algo, ¿Qué me decías?
-Siempre tan pensativo, ¿en qué pensabas?
-En nada-pues era obvio que en Axel, me preguntaba si él estaba bien, si alguien se enamoraría de él, tenía tantas cosas en mente y no podía poner atención en nada de lo que alguien más me dijera.
-No me digas que en la novia.
-Nada de eso.
El maestro nos llamó la atención porque no guardábamos silencio, así que se prolongó toda la clase con mi mente en otro lado, cada vez que él iniciaba un nuevo año yo duraba días pensando en ellos, hasta lograr calmarme un poco.