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Salvación. por RubiMtz

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen.

Notas del capitulo:

En este tiempo Mihawk tiene 29 años y Sabo 14.

 

Para el fic de "Espectáculo de monstruos", lo haré desde cero y cuando tenga unos cuantos capítulos los volveré a publicar.

Un joven de cabellos rubios su cuerpo temblaba ligeramente a causa del frío que sentía, no podía diferenciarlo, si era por la falta de calor, aunque estuviera en una zona cálida o por el miedo que le impusieron. Jamás había creído que pasaría en una situación donde sufriría, para algunos la muerte era la mejor opción en vez de seguir sufriendo y otro no se encontraban para contar su historia o saber si mejoraría su suerte cuando no pudieron soportar otro día más por el hambre o al no haber tenido atención médica, no podían quejarse si no habría un castigo, no podían gritar o tratar de escapar cuando serían encerrados en una habitación húmeda por un día entero hasta lograr quebrantar aquel ser humano y moldearlo a un esclavo que sería útil para su amo.

Sabo trabajo hasta sentir que llegaba a su límite, ver como otros dejaban de respirar o aquellos cuerpos inertes eran lanzados para alimentar a las bestias, sentir el frío calar hasta los huesos y no poder dormir con tranquilidad, tratando de ayudar a unos cuantos como podía sin ser descubierto. Pero ahora se encontraba con unas personas desconocidas que sus miradas se encuentran desgastadas, pidiendo ayuda en unos cuantos susurros y quienes se encontraban al otro lado de las rejas estaban vigilándolos, entrando cuando uno de ellos les pedía que sacara a alguien. Un código.

❝S2203+O❞

Ese era suyo, todavía no lo escuchaba, pero aun así se encontraba impaciente mientras como uno a uno salía hasta que fue el único que se encontraba en esa celda.

Lo supo, cuando el penúltimo que salió llego a mencionarle que esperaba quien llegara a comprarle fuera alguien bueno, aunque para ese hecho era alguna clase de ilusión. Con esas palabras ahora sabía que se encontraba en una casa de subastas, ha logrado escuchar muy poco de esos lugares de otras personas y llego a pensar que no existían, eran salvadas las personas por quienes son considerados como héroes, pero ahora que se encontraba en una no dudaría nuevamente lo que otros llegan a decir.

El rechinido de la puerta, siendo en que abrieron la puerta, no impidieron en que el rubio siguiera manteniendo agachada la mirada y que cumpliera con esa pequeña esperanza de poder ser libre, estando a la espera de que el guardia se acercara y tomar su arma. Lo hizo cuando la distancia era casi nula, lo había logrado en arrebatarle la vara y darle un golpe, aunque el otro estuviera equipado de una armadura, llegando a correr hacia la dirección que estaba una puerta y llegar a sonreír cuando se pensó que estaría a salvo en el momento en que llegara a cruzarla... Al parecer, el destino jugaba con él o más bien por su debilidad no llego más lejos cuando fue atrapado por los otros. Sintiendo dolor y unas cuantas marcas rojizas que no serían vistas por el público.

En todo momento no logro decir alguna palabra y hacían que diera paso a la fuerza, ya sea empujándolo hasta que lo llevaron arrastrando hasta el escenario principal.

Cerro los ojos cuando aquel rayo de luz poso en su cara, acostumbrándose poco a poco y como llegaba a oír varios balbuceos, notando la presencia de hombres y mujeres que tenían buenas prendas a comparación de las suyas que se encontraban desastrosas hasta que el hombre que sostenía un micrófono comenzó hablar. Otro infierno iba a comenzar.

—¡Damas y caballero!— llego a sonreír el anfitrión de esa noche y continuó —¡Como siempre dejamos las cosas buenas para el final, puede ser que no se trate de una sirena o una criatura de fantasía que pudiera lucirse, pero este chico puede ser bastante útil...!— y comenzó a mencionar las habilidades y lo que podría hacer aquella pieza que le traería dinero a su poder, llegando a cautivar para algunos y lograr que se interesaran en él.

Para Sabo el tiempo pareció que se había detenido y no logro escuchar lo demás, en cualquier momento podía perder el conocimiento y caer, pero se mantuvo de pie en todo ese lapso y también cuando llego a escuchar "Vendido para quien tiene el número ocho."

¿Ya lo habían comprado? No sabía lo que había ocurrido, solamente paso su vista para encontrar a quien pagaría por él, pero no podía verlo con claridad, la iluminación de esa área no ayudaba mucho, pero lo que pudo notar por la expresión del sujeto del micrófono, siendo de sorpresa y temor, intuyó que quien sería su amo se trataría de un demonio más.

Esta vez lo llevaron a una clase de sala donde tendría que pasar la persona que había alzado la paleta para recogerlo y pagar la cantidad que había mencionado para obtenerlo. No tenía el pensamiento que volvería a escapar, pero solo tal vez, si lograba mejorarse y quien vendría llegara a bajar la guardia podía ser que escaparía esta vez muy lejos y podría encontrarse con sus hermanos. Solamente era esperar un poco más.

Llego alarmarse un poco cuando nuevamente una puerta llego abrirse y esta vez, no eran quienes llegaban a trabajar en esa casa de subasta, al fin había llegado el comprador, pero no era una persona cualquiera.

—Taka no me...— llego a pronunciar el menor en una voz baja cuando miro aquellos ojos, era la primera vez que lo veía en persona, su imagen era conocida por muchos.

No podía creer que alguien como él se encontrará en esa clase de lugares y quisiera poseer esclavos, aun así, no salía de esa sorpresa, aunque su mente se encontrara en un lío por la supervivencia.

Notas finales:

Muchas gracias por leer.


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