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Epinanía por Satory

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Notas del capitulo:

Esto lo escribí antes del estreno del capítulo 16 de la temporada 15, así que es una simple fantasía; es producto de mucha frustración, dolor, y paranoia combinada con un mal presentimiento de que Dean sea emparejado con cualquier mujer que aparezca en los últimos episodios.

 

Espero que les guste y si gustan los comentarios, está ahí para ustedes.

¡Muchas gracias por leer!

Abrió la puerta de la habitación por última vez, este caso había terminado completamente, solo entraría a recoger sus cosas que dejo en la mesa y volverían al bunker, dio unos pasos adentro y dejo la puerta abierta para su amiga; ella entro poco después con Dean todavía parado en medio del cuarto guardando las llaves en el bolsillo de sus jeans.

 

—Gracias Dean— Comentó la rubia mientras se sentaba en la esquina de aquella descuidada cama de motel.

 

—No hay que agradecer, es parte del trabajo, salvar a la chica y ser un héroe— Guiño con picardía y una sonrisa traviesa colgaba en sus labios.

 

—Dean, no recuerdo que cuando éramos niños fueras tan coqueto—  Se río por lo bajo.

 

—¿Qué?— Tiró de su cabeza en un pequeño y corto movimiento nervioso.

 

—Bueno, parecías, triste— Vaciló un momento —Más como preocupado— Suspiró.

 

—Créeme, estoy mil veces más preocupado en estos días que cuando era niño— Sacó con fuerza el aire en un bufido de incredulidad.

 

—¿En verdad es así?— Preguntó curiosa.

 

—Si…— Dudó un minuto — No es algo que deba preocuparte, Sam y yo lo resolveremos—

 

—¡Claro!— Dijo con confianza y suspiró, se sumieron bajo un silencio largo, ella extendió sus palmas por la colcha alisándola —¿Y ahora qué?— Suspiró nuevamente —¿Vas a coquetear de nuevo o ese es tu yo adulto natural?— Dio una pequeña risa burlona buscando los ojos del rubio.

 

Dean tensó los hombros y su mente vago, "era este su yo adulto natural" que forma tan curiosa de describirlo, en efecto él era "coqueto" pero realmente no había tenido la intención de coquetearle a ella; posiblemente el Dean de su juventud si lo haría ¡Demonios que sí! Él se esforzaría en coquetear con las chicas durante el caso, pero hoy, tal vez era sólo el remanente de todos esos años de juventud.

 

Súbitamente se sintió ese cansancio que últimamente lo acompañaba a diario, generalmente cuando estaba en un bar o con una mujer, y se agravaba cunado eran mujeres en un bar claramente invitándolo, cosa que lo volvía muy curioso; era como quedarse sin fuerzas de un momento a otro, como si un vacío se instalará en su estómago y fuera de toda lógica lo volviera inmediatamente pesado; incluso creyó que se estaba volviendo loco, y aquí estaba ahora, a años de que empezara aquel síntoma sin saber qué hacer con ello.

 

Lo que sabía es que era tan molesto y lo hacía sentir tan mal que irremediablemente se alejó de los bares y las mujeres.

 

—Creo que estoy cansado— Murmuró con la cabeza baja considerando sus pensamientos.

 

—¿Cansado?— Su curiosidad palpable.

 

—Creo que me siento enfermo— Respondió dudoso y ella lo miró confundida.

 

—Dean, ¿Estás bien?— Le preguntó con voz suave —Puedes decirme— Junto sus manos sobre sus piernas, Dean parecía incómodo con el momento de chicas en el que se metió; sus ojos se conectaron y se sintió mal, no era así cómo debía ser ¿Verdad? Cientos de veces por casualidad, incluso otras con toda la intención, conectó su mirada con una gran variedad de mujeres; últimamente se sentía incómodo con la atención, pero más que eso era como si estuviera mal. Suspiró con fuerza desviando la mirada.

 

Sabía que no había nada mal ahí, ella solo lo veía con amabilidad porque era tan incorrecto...

 

—Es… Yo… ¿Sabes?, tengo esta pesadez en el estómago, me sudan las manos, mi pecho… Mi corazón, me duele— Se llevó una mano al pecho —Y se siente mal— Miró sus pies con las cejas chocando en su frente —Se siente incorrecto— El rostro de ella cambió, claridad inundándole con fuerza.

 

—¡Oh, Dean, lo siento!— Levantó una mano mostrando su palma —No sabía que tenías algo— Sacudió su cabeza negando —Solo fue un coqueteo inofensivo, no es como si fueras infiel— Lo miró con culpa…

 

Y ahí estaba su respuesta, era culpa, ese horrendo sentimiento era culpa ¡Cómo no lo vio antes!... Pero él no tenía "algo" con alguien, no era un infiel, no tenía por qué sentir culpa.

 

—No hay un "algo"— Y se sorprendió así mismo cuando registró la decepción en su voz.

 

¿Qué carajos? Se sentía solo y no lo sabía; y siendo así porque ir a los bares lo hacía sentir peor; no tenía lógica.

 

—¡Oh! Ya veo— Se dio unas palmadas en las piernas nerviosa —No le has dicho aun— Le sonrió con simpatía.

 

Obviamente no había un alguien a quien decirle, no había hecho una conexión en años, pasaba la mitad del día investigando casos y la otra descansando las palizas que conseguía durante los casos; su única compañía era Sam. Se río con amargura, y luego consideró un segundo si estaba tan solo como se escuchaba eso…

 

También estaban Cass y Jack; básicamente estos últimos años fueron ellos cuatro en el búnker, y eso estaba bien; pasó de tener que vivir en moteles a tener su propia habitación, un cajón con su ropa, un lugar al cual llamas hogar y familia con quién compartirlo; obviamente no estaba solo, incluso si llegaba a estar solo había algo que siempre estaría ahí; y generalmente no lo contaba porque era algo "raro" pensarlo… Sucede que, realmente, él nunca estaba solo, si llegaba a eso, siempre podría hacerle una plegaria a Cass y este lo escucharía.

 

Ahora Cass tenía sus alas rotas, pero si antes se hubiera sentido solo, Cass habría tardado un segundo en estar a su lado, una risa corta y tonta salió de entre sus labios; Cass realmente, muy en serio estaría justo a su lado, ¡Sin dejar espacio entre ellos! Cass nunca entendió cuando Dean pidió que respetará su espacio personal.

 

Cass era la única persona que siempre estaba ahí, incluso aunque no estuviera en persona a su lado; siempre se sentía acompañado por él… Pero volviendo al tema, Dean no estaba solo, tenía una familia y un hijo en realidad… O ese tampoco era el tema, el tema es que no tenía una pareja, como la rubia al frente había insinuado… Pensó en eso, no estaba solo así que parecía que quería un tipo diferente de compañía…

 

Y aun así se sentía mal por ir a los bares y hacer conexión con alguna mujer aleatoria; ¿Que estaba tan mal con él? Obviamente nunca encontraría esa conexión si no lo intentaba, ¿Y si no fuera en un bar? Los bares eran algo depresivos, todos estaban ahí ahogando sus penas o consiguiendo una aventura… Si tal vez intentará hacer conexión con alguien en un lugar común podría escapar de esa enfermedad; tal vez en el supermercado, ellos iban por suministros cada semana, Jack y Sam corrían por su cereal, la comida de conejo de Sam y los dulces que Jack compartiría después con él; Dean y Cass se ocupaban de la lista, primero las cervezas y luego la carne y por último las cosas que necesitaran en ese momento, una nueva sonrisa escapó fácilmente; recordó aquella vez que una chica coqueteo con Cass cuando esté estaba inclinado en el refrigerador buscando la cerveza favorita de Sam y Dean; nuevamente se río con gracia pasando la mano por su boca acariciando lentamente su labio inferior; la chica había dicho "Seguro hay un lindo trasero bajo la gabardina, como esos ojos" un sentimiento de orgullo se implantó en su estómago, porque si, el trasero de Cass era tan bueno como sus bonitos ojos azules pero esta chica no tenía talento para coquetear, Cass merecía algo mejor que ella, si era bonita, pero Dean también lo era y aun así ni él podía hacer una jugada con Cass, eso lo hizo sentirse incómodo frunciendo las cejas, pero volvió al recuerdo; Cass sacó rápidamente la cabeza de entre las botellas y le contestó "Disculpa, no te conozco" y Dean se partió de risa, tomó a Cass del brazo y se disculpó con la chica tomando él las cervezas; La encontraron tiempo después en la caja, dio unos pasos segura de sí misma y tomó la mano de Cass, la chica se atrevió a escribirle su número y se despidió con un "Llámame, papi" Cass lo ignoro completamente y él sentía que debía felicitarlo, consiguió un número sin intentarlo… Pero un dolor estomacal lo molesto el resto de la tarde y no pudo sacar las palabras que se atoraron en su garganta.

 

Ya hacía tiempo que no iba al supermercado, había dejado esa tarea a Sam y Jack, no más Cass y Dean haciendo las compras. No quería volver a ver a una chica conquistando patéticamente a Cass… Y entonces lo sintió, ese peso volvió a su estómago, pero con una inclinación diferente, esta vez no sentía culpa… Se sentía solo doloroso. Como un fuerte tirón hacia dentro de sus propias entrañas. De repente no tubo espacio para nada y sintió que iba a vomitar.

 

—Dean— Llamó la voz de Sam, se giró rápidamente hacia él saliendo de sus pensamientos.

 

—Sam, tengo todo casi listo— Se movió a la mesita detrás de él para terminar de empacar mientras Sam se acercaba a la rubia.

 

—¡Hola Sam! De verdad les agradezco mucho— Sonrió desde su lugar en la cama.

 

—No es nada, nos da gusto ayudar— Devolvió la sonrisa y tomó su celular —Dean, Cass dice que puede encontrarnos en el camino, pero también podemos verlo hasta el búnker—

 

—Dile a Cass que nos encontremos para unas hamburguesas de carretera— Dijo aún con sus manos dentro de la bolsa.

 

—Ok— Tecleo su celular, un segundo después dijo —Cass dice: “Jack probó un pay, te gustará”— Miró a Dean y este le devolvió una gran sonrisa, todo dientes él.

 

—¿Hay, pay para mí?— Dejo lo que hacía con su sonrisa deslumbrante. Sam volvió a teclear…

 

—Dice: “Por supuesto, es para Dean”; también un Emoji feliz— Y mostró la pantalla a Dean, este soltó una pequeña risa con las esquinas de su labios completamente altas.

 

—Yo le daré la gracias— Acto seguido tomó su propio celular y tecleo. Arrojó todo a la bolsa y la cerró —¡Todo listo!— Declaró colgando la bolsa de su hombro.

 

—¡Excelente!— Sam salió por la puerta y la rubia se acercó a Dean con un par de ligeros brinquitos.

 

—Me da gusto verte tan feliz, como dije, de pequeños te veías triste y preocupado— Camino a la puerta —Pero parece que "Cass" te hace muy feliz y se preocupa por ti— le extendió la mano, Dean la apretó con gusto —Espero que se lo digas pronto, cuando estén juntos serás todavía más feliz— Soltó su mano y salió.

 

Dean se quedó con la mano en el aire… Ella básicamente creyó que Cass era con quién podría tener algo si se confesaba; ella se quedó con la idea de que su extraña enfermedad, la que lo apartó de los bares era por Cass, esa enfermedad que acababa de descubrir que era culpa por serle infiel a alguien, y ese alguien era Cass… Ella creyó que Dean se sentía enfermo cuando le coqueteó porque le era infiel a Cass… Dean se sentía enfermo, no; él se sentía culpable en los bares buscando una conexión con una mujer extraña porque sentía que le era infiel a Cass… Porque, porque Dean estaba enamorado de Cass, todos estos malditos años amo a Cass ¡Todos estos malditos años! Cass, su mejor amigo, su compañero en la caza, el que se reveló contra el cielo y sus hermanos por Dean, el que era capaz de olvidar su propio orgullo y enojo porque había que volver al purgatorio y no podía dejarlo ir solo…

 

Y entonces tuvo una epifanía, esa vez en el búnker, con Cass en una silla con ropa común, Cass humano y Dean diciendo "Amigo, no puedes quedarte" El rostro de Cass… Fue ahí cuando empezó el contundente dolor estomacal que llegaba al pecho, que lo dejaba sin respirar…

 

La vez que el maldito de Lucifer mató a Cass, el dolor que no lo dejó dormir, comer, beber, lo acabado que se sintió; como pararon las lágrimas porque ya no había más, se quedó seco, catatónico, cansado y de nuevo el dolor estomacal…

 

La vez que dejó ir a Cass, su espalda alejándose, el vacío se sintió por días, nada que de lo poco que comió tenía sabor, Scooby ya no era divertido, Zeppelin ya no sonaba bien, no salió ni en Baby en días, el terrible arrepentimiento que lo perseguía, la vergüenza de haberse equivocado tanto con él…

 

Fue Cass, todos estos malditos años, su mundo… Fue Cass.

 

Dio un paso al frente. Solo Cass en su mente. Jaló la puerta. Tenía que decirle.

 

Con un golpe sordo la habitación quedó obscura en silencio.


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