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Tú, yo y las estrellas por Marbius

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2.- ·Mina Ashido·

 

Mina seguido (ok, más que eso) se cuestionaba cómo diablos había terminado involucrada entre 4 amigos varones que eran tan ruidosos, maleducados, imprudentes y groseros como cabía de esperarse del sexo opuesto, pero... Las cosas eran tal como eran, y ella no iba a ser la que tirara una piedra sobre su propio tejado cuando eran esos 4 bobos los que más felicidad le producían en el mundo.

En preparatoria, deseosa de empezar esa nueva etapa de su vida, Mina había tenido un nutrido grupo de amigas con las que compartía cotilleos, salía de compras y hacía todas esas cosas que entre chicas de 15 años se espera. Era justo lo que ella misma había visualizado para esa etapa de su vida, y a la vez era lo que quedaba en segundo término para estándares de satisfacción cuando algunas tardes a la semana se sumaba con Eijiro y sus amigos a jugar unas cuantas partidas de póker en el área común.

Eijiro que por entonces era Kirishima, y póker con fichas porque si su profesor los sorprendía de vuelta apostando el dinero de sus mesadas los habría puesto a limpiar los dormitorios el resto del semestre.

Si bien Mina no había abandonado a su grupo de amigas, su tiempo quedó bien distribuido en dos porciones idénticas que para el tercer año de preparatoria la convertían en la única chica rodeada de 4 varones que la aceptaban incondicionalmente como una más del grupo.

Bueno, no exactamente de esa manera en el caso de Eijiro, que de nuevo, era Kirishima por aquel entonces y tenía un crush casi tan grande como Mina por él. Era casi una lástima que no hubieran comenzado a salir juntos sino hasta después de graduarse de la universidad, pero ambos coincidían en que así había sido lo mejor. Antes que novios, habían tenido la oportunidad de conocerse como amigos, y a eso atribuían que su relación fuera hoy en día fuerte y estable.

Por fortuna, las dinámicas de su grupo no habían cambiado demasiado cuando luego de 6 meses de salir a escondidas Mina y Eijiro decidieron mostrarse como pareja frente a sus 3 amigos restantes, y fue aquel de quien menos esperaban su aprobación que se mostró más respetuoso al respecto.

—Ya era hora. Sean felices y nada de actuar como tortolitos en las noches de película —habían sido las únicas palabras de Bakugou al respecto, y aunque Eijiro había llorado (masculinas) lágrimas de emoción, no habían conseguido sacarle ni una sílaba más al respecto.

De eso hacía ya más de 5 años, y en el ínterin su grupo de amigos nuclear se había expandido y encogido por partes iguales. Ahora técnicamente eran 6 porque Kaminari salía con Jirou y la chica a veces se les unía a sus actividades de grupo, y Sero por su cuenta había salido con unas cuantas chicas que entraron en esa misma dinámica aunque por ahora estaba soltero. El único que se salía de ese patrón específico era Bakugou, el sempiterno ejemplar de hombre soltero que no tenía problemas para en sus salidas a beber lanzar el anzuelo y conseguir compañía para noche pero sin iniciar ninguna clase de relación seria en lo que le conocían.

—De hecho —dijo Mina tras explicarle todo eso al recién conocido Izuku Midoriya, que había bajado las escaleras en bóxers y con una de las camisetas de Bakugou cuando el ruido en la planta alta superó los límites y en consecuencia huyó del epicentro de la pelea—, eres el primer novio que le conocemos en más de una década que tenemos de conocerlo.

—Ah, eso es bueno —sonrió Izuku con aprehensión, las manos alrededor de una taza de té que había preparado para bajarse el susto luego de semejante despertar—. Uhm, Ashido... ¿Crees que deberíamos subir y detenerlos?

Midoriya miró expectante las escaleras, y Mina suspiró. Comprendía sus sentimientos, pues desde la planta alta se podía escuchar a Bakugou gritar sin parar por la manera tan idiota con la que Kaminari había osado despertarlo, y de poco parecía servir la intervención de Eijiro y Sero, porque con su amigo era como echar más nitroglicerina al fuego.

—Estarán bien. No es la primera vez que Kaminari entra en su habitación sin avisar. Ya sabía lo que le esperaba.

—Uhm, ok. —Midoriya se talló un ojo, y como si de pronto recordara lo irreal de las circunstancias, hizo la pregunta que hasta ese momento había quedado flotando en el aire—. Erm, no quiero ser entrometido, ¿pero exactamente qué vinieron a hacer aquí a estas horas?

—Vamos de acampada, y Bakugou ha faltado los últimos 2 meses. Es una especie de tradición entre nosotros. Salimos temprano el penúltimo sábado del mes y pasamos todo el día en actividades divertidas. Dormimos en el bosque, y volvemos el domingo a eso de mediodía. Genial, ¿no?

—Eso parece... —Dijo Midoriya por educación, aunque dubitativo.

—Oh, te aseguro que lo es. Fue Bakugou el que nos inició en esto del senderismo, y sin él seguro que ya nos habrían comido los osos en alguno de nuestros viajes, o habríamos intentado utilizar hojas de hiedra venenosa para ir al baño. Sin él estaríamos muertos, y no es exageración.

Muy a su pesar, Midoriya rió entre dientes por lo ridículo de la escena. —Suena a que se divierten mucho en esos viajes de acampada.

—Puedes apostar que sí —dijo Mina—. ¿Bakugou no te lo ha mencionado?

—No exactamente. Alguna vez dijo que le gustaría llevarme a hacer senderismo, pero nuestros horarios no han coincidido y no hemos hecho planes concretos para conseguirlo.

—En ese caso tienes que venir, ¡los dos tienen que venir! —Dijo Mina con emoción—. Todo está empacado para partir, y Bakugou seguro que podría prestarte alguno de sus sacos de dormir. Sería una experiencia única en la vida, y justo en este mes es cuando mejor se puede vivir la sensación de dormir en el bosque y disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor.

—Uh... Suena interesante, pero no sé si sería una buena idea.

—¿Por qué no? Así tendríamos oportunidad de conocerte mejor. Cualquier persona que consiga salir con Bakugou por más de 3 citas es automáticamente nuestro amigo y... —Mina se quedó de pronto en silencio, y con atención miró a Midoriya—. ¿Cuánto dices que llevas saliendo con Bakugou?

—Yo no había... Uhm... Algo así como 6 meses.

—¡¿6 meses y no nos habíamos enterado?!

—Oh, pero no los 6 meses exactamente —se apresuró Midoriya a explicar, mostrando las palmas de las manos en un intento de aplacar la efervescencia de la chica—. Nos reencontramos hace 6 meses, pero sólo hace 3 que Bakugou me pidió salir con él, y... Vamos despacio con eso.

—Típico de él —dijo Ashido—. Seguro que no ha conocido a tus amigos de la misma manera en que no te ha querido presentar a los suyos. Dice que le avergonzamos, pero sé que en realidad puede ser un patoso de lo peor en asuntos sociales.

—Uh... —Midoriya desvió la mirada y se pasó la mano por la nuca—. La verdad es que Kacchan ya conoce a mis amigos. A veces salimos todos juntos.

La boca de Mina por poco se desencajó de su sitio, y la chica se llevó una mano al pecho en exagerado gesto de ofensa.

—¿Lo llamaste Kacchan? Y espera... No puedo creerlo...

—Pero seguro quería presentarme con ustedes en las mejores condiciones posibles —se apresuró Midoriya a tratar de solucionar aquella confusión—. Todo ha sido tan rápido, y Kacchan... Katsuki no es de esa clase de persona. Seguro que no. Todo esto es un malentendido.

Las cejas de Mina se elevaron hasta la mitad de su frente y sus ojos se abrieron grandes. —A riesgo de meterme en lo que no me llaman... ¿Bakugou te permite llamarlo por su nombre? ¿Y además darle un apodo tan lindo como Kacchan?

Midoriya carraspeó, y en sus mejillas apareció un rastro de rubor. —Erm, así era como le llamaba de niños. Supongo que la costumbre es difícil de romper.

—¡¿Ustedes dos se conocen desde niños?!

Pero antes de que Midoriya tuviera oportunidad de responderle, Bakugou bajó las escaleras trayendo consigo a Kaminari detrás de él sujetándolo por el cuello con una llave de lucha mientras Eijiro y Sero hacían lo posible para que lo soltara y no cometiera un acto de asesinato del que después, por desgracia, no se arrepintiera ni un poco.

—¡No lo volveré a hacer! —Lloriqueaba Kaminari con exageración—. ¡Lo juro, lo juro por mi guitarra, y mi colección de revistas porno y-...!

—¡Kacchan! —Se alarmó Midoriya al ver a su novio actuar de aquella manera—. ¿Qué haces? ¡Suéltalo de una vez! Lo estás lastimando. —Y aunque su tono de voz no llegaba ni en una décima al del enojo de Bakugou, consiguió al menos que éste aflojara su agarre y Kaminari se escabullera con presteza lejos de sus manos.

—¿Kacchan? —Repitieron Eijiro y Sero al mismo tiempo, y Mina se rió entre dientes mientras que Bakugou bufó pero no dijo más.

—Así que... ¿Un novio? —Inquirió Mina, tomando el control de la situación—. ¿Y cuánto pretendías presentárnoslo, Bakugou?

—¡Nunca! —Afirmó su amigo con vehemencia, y tras mirar de reojo con un tanto de culpa a Midoriya, agregó—: Luego.

—¿Luego de verdad luego, o luego de nunca? —Preguntó Sero con sorna, y Katsuki se giró hacia él enseñando los dientes como un animal salvaje antes de atacar.

Eijiro tuvo una reacción mucho más normal al extender su mano hacia el virtual desconocido que observaba sus interacciones con nerviosismo y presentarse.

—Mucho gusto, soy Eijiro Kirishima. El mejor amigo de Bakugou.

—¡No es cierto! —Resopló éste.

—Izuku Midoriya, un placer —respondió Midoriya el saludo.

—Es el novio de Bakugou —suplió Mina información que ella consideraba crucial—, desde hace 3 meses aunque se ven desde hace 6.

—¡Maldita Pinky, siempre cotilleando!

—¿Eres Pinky? —Se asombró Midoriya, que de pronto los miró a todos por turnos y sacó sus propias conclusiones—. ¡Oh, pero si Kacchan me ha hablado de ustedes!

—Kacchan~ —repitieron ahora en coro Sero y Kaminari, para disgusto de Bakugou, que les asestó un golpe a cada uno en la mollera.

—Tú debes de ser Puercoespín —dijo a Kirishima—, y tú Pikachu —continuó con Kaminari, que sonrió al reconocer su apodo—, y tú Celofán, aunque nunca entendí la razón...

—Y no eres el único —dijo Sero al escabullirse de Bakugou y acercarse a Midoriya para intercambiar con él los saludos de rigor.

—¿Entonces hoy seremos 6 en la acampada? Menos mal que Bakugou tiene un saco de dormir doble —suplió Kaminari con la idea, y al mismo tiempo sus 4 amigos se giraron en su dirección.

—Uhm, suena divertido —dijo Midoriya al comprender que sobre él recaía una responsabilidad mayor.

Bakugou en cambio se llevó la mano al rostro, y tras unos segundos en que pareció estar lidiando con una jaqueca de campeonato, al final dio su brazo a torcer.

—Vale... Ya qué.

Y el grito celebratorio que la Bakusquad lanzó en su honor sirvió para que desde ese instante Bakugou temiera por él, y por Izuku...

 

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Notas finales:

El turno de Mina~ Creo que como la única mujer de la Bakusquad iba a tener un cara-a-cara con Izuku y a ganárselo sin problemas. Pero por supuesto, Katsuki es un ser complejo así que esperen al siguiente narrador de esta aventura.
Graxie por leer~!
p.d. Cualquier comentario es siempre bien recibido :)


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