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Amor por Shaniito

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Notas del capitulo:

Este capítulo va dedicado a esas 179 personas que han leido el primer capitulo y especialmente al ángel de Mio_perver por animarme a continuar!

¡Espero que esto cumpla con las expectativas!

Luego de la revelación que sucedió días atrás y recuperarse del llanto de toda una noche, Misaki se sintió listo para afrontarlo. Ser un omega, sí.

Pensando sobre eso mientras tendía la ropa, se dió cuenta de lo poco que sabía en realidad. La mayoría de su conocimiento se limitaba a la mala opinión general de la sociedad o estereotipos de los medios.

Se animó mentalmente para ir a una librería a conseguir un buen libro sobre el tema. Quería hacerlo antes de entrar en su calor, que estaría sucediendo en pocos días. Sabía que le iba a doler, por ser el primero y la activación de sus órganos omega y todo eso. Pero no pudo evitar asustarse un poco.

Tendría que pasar por la farmacia también para comprar supresores y bloqueadores de olor. No estaba en discusión que nadie más que Usagi-san y, tal vez, la familia de su hermano sepa sobre este asunto. No es que este avergonzado, solo que fue un cambio muy rápido y todavía no podía ponerse en orden él mismo. Esperaba algún día poder decirlo libremente, tal y como pasó con su relación con Akihiko.

Toda la ropa estaba secándose ahora, hacía un agradable sol afuera acompañado de un cielo casi despejado. Tal vez hoy podría servir la mesa en el balcón para aprovechar el clima.

En su camino a la planta baja, decidió darle un vistazo a su amante, para saber si estaba trabajando. No fue grande su sorpresa cuando lo encontró durmiendo, ya casi siendo mediodía. Se preguntó si debería o no despertarlo. En su lugar decidió hacerles caso a sus instintos y acurrucarse a su lado unos minutos.

Mientras más avanzaba en el precalentamiento, tenía impulsos repetidos de estar tan cerca de su pareja como fuera posible. No es como si el otro se quejara y ciertamente Misaki tampoco.

Le encantaba estar así. En paz. En casa.

Sintió unos conocidos brazos rodearle la cintura, junto a unos labios curioseando por la curvatura de su cuello; el aliento erizándole los cabellos de la nuca. Con ganas de encontrarse con sus amatistas favoritas, el castaño se giró en el agarre quedando frente a frente con el otro hombre, quien lo recibió con una sonrisa tranquila y somnolienta.

No pasó mucho tiempo hasta que sus bocas orbitaron una sobre la otra. El beso duro lo que parecía la eternidad; dulce, suave, sin prisas, con el amor y el cariño siendo los protagonistas.
Cuando el aire decidió separarlos y ya estaban más que enredados el uno con el otro en las sábanas, fue que Akihiko observó:

- Realmente se está hinchando – Señaló, acariciando suavemente la glándula de olor más joven, arrebatando un tímido gemido de su dueño. Era un área demasiado sensible, más, en el precalentamiento.

- Sí… - Respondió el castaño - ¿Estás seguro de que no seré una molestia teniendo mi celo aquí? Siempre puedo quedarme en uno de esos hoteles omega…

- Ni hablar – Sentenció con rapidez – No estarás tan vulnerable en un lugar lleno de desconocidos. – Besó la frente expuesta de su amante.

Misaki frunció sus cejas, no convencido del todo. Realmente no le gustaba la idea de estar solo en un hotel, pero tampoco estaba seguro de que pasarlo aquí podría ser lo mejor. Ninguno de los dos ha estado en un calor omega antes, ni hablar del primero, que es el más problemático.

Perdido en todos los escenarios que podrían pasar, en especial los peores, el más joven no se dio cuenta del dedo que estaba a punto de golpear el surco en su frente – Deja de preocuparte, ¿Ya te lo dije verdad? Que todo va a estar bien – De pronto Usagi-san los cambió de posición, estando ahora por encima de su amante – Podemos investigar sobre eso y preguntarle al novio de Hiroki si es necesario, deja de tratar de hacer todo tu solo.

Aún con toda la ansiedad que le generaba el futuro, el aspirante a editor tuvo que concederle la razón; todavía tenia problemas sobre ello, pero optó por suspirar y tratar de relajarse un poco. Su estrés no haría que el tiempo pase más rápido ni solucionaría nada ¿Había algo que solucionar en primer lugar?

- Yo solo, supongo que estoy asustado – No iba a llorar de nuevo se prometió, pero si seguía viendo los orbes contrarios, seguro que si lo haría. Así que desvió la mirada, parpadeando rápidamente en espera de desaparecer sus lágrimas.

Akihiko giró la cabeza contraria para poder besar los apenas húmedos párpados y luego concentrarse en que sus palabras fueran escuchadas y comprendidas – Estaré aquí todo el tiempo. Haremos esto juntos – Acarició sus narices en un suave beso esquimal – Te protegeré del mundo entero, siempre – Besó una de sus mejillas – Porque te amo – Repitió el gesto en la otra – Y serás el omega más bonito – Los ojos verdes brillaban como las estrellas en ese momento, que espolvoreaban rojizo en todo su rostro – Pero solo mío – Susurró en su oído, mordiendo suavemente el lóbulo.

Grandes manos estaban de intrusas debajo de su camiseta, como de costumbre, frías. Sin embargo, en algún momento que no puede identificar, comenzaron a sentirse cálidas contra las suyas.

Mientras sus almas se unían de nuevo a través de sus cuerpos, Misaki no podía creer que toda su tristeza y ansiedad fuera intercambiada por un amor que por poco y no puede entrar en su pecho. Ahogándose en el placer de estar tan cerca de la persona que ama, llorando por razones distintas, sin poder recordar qué lo angustiaba en primer lugar, fue que se dio cuenta.

Alcanzando su punto más alto fue que pensó, que, en verdad, mientras Akihiko este con él,

Todo va a estar bien.

©©©©©©©

Al día siguiente, luego de un día difícil en Marukawa, el castaño solo quería enterrarse debajo de la tierra.

Hoy presentó su solicitud de celo ante el presidente de la empresa, Isaka-san. Ya que por obvias razones tendría que ausentarse temporalmente. Ingenuamente pensó que iba a ser un trámite fácil y rápido, del cual no tendría grandes consecuencias ya que casi la mitad del personal es omega.

Qué equivocado estaba.

Resulta que habría que rehacer todo su contrato, ya que debido a los celos su tiempo en la empresa disminuiría y, por lo tanto, su remuneración. No es que el dinero fuera el problema en la casa, teniendo a un escritor galardonado bajo su techo y todo, pero esto era para demostrarse a sí mismo que era una persona independiente y no un mantenido (como lo ha llamado su hermano alguna vez)

Actualmente pagaba la comida y la mitad del alquiler, incluso con el ajuste a su salario, podría seguir costeándolo sin mayores problemas. De nuevo, esto no se trataba de dinero; era sobre la injusticia. Los alfas también tenían rutinas por las cuales se ausentaban y sin embargo, eso no se descontaba de su bolsillo. Tener el subgénero más afortunado era un honor para las empresas, tener omegas en cambio, era una obligación impuesta por el Estado con la que ninguna compañía se vio contenta.

Suspiró desparramándose en el sofá. Tal vez si cerraba los ojos y comenzaba a pensar en qué hacer para la cena, podría distraerse un rato. Todavía tenia que hacer las compras, quizás podría pedir un viaje si Usagi-san no estaba inmerso en su novela, lo cual duda, porque su fecha limite está muy lejana todavía. Conociéndolo, ni la habría empezado.

Hablando de Roma, lo vio bajando las escaleras elegantemente con Suzuki-san a cuestas. Lo único que cambio en la imagen habitual era que no estaba fumando, habiendo empezado el proceso para dejarlo hace poco, Misaki estaba realmente muy orgulloso. En un parpadeo lo tenía sentado a su lado, descifrándolo con solo un vistazo.

- ¿Pasó algo en el trabajo? – Su voz profunda hizo revolotear el estomago del castaño. Realmente le encantaba.

- Ciertamente podría haber sido mejor, pero nada extraordinario – Habló, suspirando suavemente después – Quieren hacer mi contrato de nuevo – No tenia sentido ocultarlo, si no era por él, el albino se enteraría por otro.

- ¿Qué tan mal? – Era mentira decir que Akihiko estaba sorprendido, lo cual no quita la ira que comenzara a viajar por su cuerpo.

- No hice la cuenta con exactitud, pero podría ser casi la mitad – Era bastante malo en verdad, pero decidió ser un poco optimista – Es mejor que un despido ¿No crees? – Suspiró por tercera vez. Al estar apagado el televisor y el departamento en silencio, la tensión los estaba matando. Sonrió con desgano, acercándose y rodeando a su amante en un abrazo - ¿Quieres venir a comprar la cena conmigo?

El alfa negó con la cabeza, no dejando que cambiase el tema - ¿Cómo pueden? Los demandaré si me dejas. Es más, hablaré con Isaka-san ahora mismo, ¡Es inaceptable!

- Usagi-san está bien, el dinero todavía me sirve y realmente me gusta lo que estoy haciendo, así que, por favor, ¿No hagas nada?
- Pero Misaki… - Fue interrumpido con un beso.

- Shh, no pasa nada – Aseguró dulcemente, apretando su agarre y escondiendo su rostro en el cuello ajeno. Akihiko no respondió, derrotado. Aunque su pareja se quisiera hacer el valiente podía distinguir en su aroma la angustia que le generaba, pobre niño, no merecía nada de esto.

Correspondiendo el abrazo con fuerza, solo queriendo borrar la amargura en el corazón ajeno, fue que se le ocurrió:

- Te pagaré el triple entonces – Dijo con seriedad.

- Nunca.

Después de la cena y lavar los platos, ya cambiado en su pijama, se encaminó hacia el dormitorio. Tenía que ir a trabajar al día siguiente, sin ganas y desmotivado, pero iría de todos modos. Esquivando los juguetes esparcidos por el suelo sin prestar real atención, se encontró con una pila de ropa usada; normalmente se enojaría por el desorden, pero hoy la prenda fue directo a su nariz.

El aroma de su alfa, tan fuerte y delicioso lo ahogó por completo. De pronto quería estar rodeado de él para descansar, para dejar ir todas sus tensiones. Así que, sin ser consciente del todo, empezó a recolectar todo lo que oliera como Akihiko en el centro de la cama: Almohadas, mantas, camisetas, inclusive Suzuki-san.

Cuando logró el ajuste perfecto, se sumergió en su pila, satisfecho de su trabajo. Aunque aún faltaba lo más importante:

- ¡Usagi-san ven a dormir! – Dijo lo suficientemente alto para que se escuchara en la habitación continua.

Pronto se escucharon suaves pisadas y la bisagra de la puerta. Grande fue la sorpresa del albino al entrar, pues era la primera vez que Misaki anidaba. Sonriente y con su alfa interior muy feliz de ser invitado al nido de su omega, fue que ambos pudieron descansar profundamente para el futuro que les aguardaba. 

Notas finales:

Personalmente a mi me encantó jsjsj No sé si uno debería decir eso sobre sus propias creaciones, pero ¿Cuál es el sentido de hacerlo si no te gusta?

La próxima tendremos el calor de Misaki y estoy emocionada pensando cómo podría ser. Nada sexual por el momento, por lo menos nada explícito, quiero dejarlo para cuando Usagi lo muerda. 

Si puedo extenderme un poco más, espero haber expresado correctamente el amor profundo e incondicional entre Usagi y Misaki. Puede que no parezca nada especial, pero que alguien se interese por lo que pasó en tu día es la muestra de amor más bonita. 

Aunque todo sobre esta pareja es bonito, en especial, en los últimos tomos donde Misaki ya reconoce sus sentimientos. Aquí quise retratarlo un poco más abierto en ese sentido, aunque en la realidad ya casi está llegando!

Grandes saludos a todos, espero que su día haya ido genial. Gracias por leer y dedicarme tu preciado tiempo. 

¡Nos vemos la proxima vez!


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