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¡Tengo que salvar al tirano de la muerte! por ami4alice

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Notas del capitulo:

Bueno, bueno. Aquí vengo con una historia nueva (porque yo soy masoquista y no termino la otra, sorry ando bloqueada jaja).

Esta es una historia corta... que depende de si gusta la haré más larga, sino, se quedara como un One Shot.

Espero les guste. 

Hikari estaba completamente desconcertado con lo que veía delante de él.

Sus manos completamente sucias, con cicatrices y delgadas, demostrando así su desnutrición, agregado a todo eso su cabello desalineado y largo que cubría por completo su cara. La ropa no se quedaba atrás, siendo una camisa rota y remendada lo que tenía puesto, nada más. La habitación parecía hacer juego con su apariencia desastrosa, teniendo telarañas y polvo por todos lados, cualquiera que le diera un vistazo, pensaría que se trataba de una casa abandonada, aun así, él se encontraba allí arrodilla, mirando sus horribles y descuidadas manos.

Se preguntó mil veces cómo había terminado de esa forma, aun podía recordar que esa mañana se encontraba en un lugar completamente diferente, aunque claro, eso antes de que la muerte tocara su puerta. Ni siquiera había llegado a disfrutar de una larga vida, porque la muerte apareció delante de él con apenas veinte años. Hikari se preguntaba una y otra y otra vez el motivo de encontrarse allí, pero solo le llegaba una respuesta.

Su padre.

El hombre que más desprecio desde que tuvo uso de razón y el motivo por el que ahora se encontrara allí.

Intento levantarse, pero volvió al suelo, sus piernas no tenían la fuerza para levantarse, no era para nada extraño, con lo delgado de aquel cuerpo, no le pareció extraña esa mala resistencia. Estaba seguro, el dueño original de ese cuerpo en el que ahora se encontraba seguramente murió minutos antes de que él se adueñara del vacío cuerpo sin alma. Aunque Hikari sabía que esa persona estaba destinada a la muerte, porque él era consciente de que actualmente se encontraba dentro de una novela.

Dame un poco de tu amor Carol.

Aquel era el nombre de la novela en la que se encontraba en ese preciso instante. Una novela que él se conocía muy bien debido a que lo atrapó tanto que se enamoró por completo, leyendo todo lo referente a la novela que el autor público. De esa historia había dos libros, uno que fue publicado primero y una segunda edición. A Hikari le encantó debido a que casualmente en la novela había un personaje con su nombre, tristemente ese personaje moría joven en ambas versiones de la novela.

¿Cómo terminó volviéndose ese personaje con un triste final?

Todo podía retomarse a un par de horas antes.

 

Hikaru era el primogénito de su familia, una que estaba conformada por su madre, padre y él. Muchos podrían pensar que seguramente tenía una vida plena, pero estaban muy equivocados, ya que el padre que le tuvo no fue más que un desgraciado, adicto al alcohol y las apuestas. Su madre quien había quedado embarazada de tan horrible hombre, fue obligada a casarse con el padre de su hijo, empezando con su infierno.

Desde pequeño tuvo que arreglárselas por su cuenta, ya que al ser el hijo de la persona que más despreciaba, no llego a recibir amor de parte de su madre. A Hikari no le sorprendió cuando ella tomó la decisión de largarse de aquel infierno, junto con su pequeña hermana de tan solo dos años de edad. A diferencia de él, su hermana pequeña fue el producto del amor, puesto que la tuvo con el amante que estuvo viendo durante tantos años. No culpaba a su madre de haber tomado esa decisión, aunque la resentía un poco por haberlo dejado atrás.

Su padre, un hombre que nunca se molestó por cuidarlo, quien creía que dejando un poco de dinero sería suficiente. Hikari tuvo que vivir en ese apestoso apartamento junto a un hombre que ignoraba su existencia, solo lo llegaba a notar luego de haber bebido, confundiendo a su propio hijo con un saco de boxeo. Su infancia fue un completo infierno, pero hubo un rayo de luz entre tanta oscuridad. Su vecina, la única persona que verdaderamente se preocupó por él, fue la salvación que tuvo para soportar durante tanto tiempo y lo ayudo a no abandonar sus estudios.

Ese ángel fue la razón de que pudiera seguir adelante y llegar sin problema alguno a sus veinte años. También fue la causa de que conociera aquella hermosa novela que le robo el corazón.

Un día se encontraba sin nada que hacer en la casa de su vecina, cuando encontró esa novela, la mujer no dudo en prestársela para que pasara el rato. Quedó prendado de la novela, no parando de leer hasta que la terminó por completo. De aquella novela, siempre sintió lastima por el villano de la historia, ya que este moría horriblemente luego de ser traicionado por la persona que más amaba, Carol.

Los personajes principales en la historia eran Carol, Mahiru y Harusaku. Trataba de un triángulo amoroso entre esos tres personajes, siendo Carol la heroína, Mahiru el villano y Harusaku el héroe. De verdad que Hikaru se enamoró por completo de la forma en que se desarrolló la historia, aunque le dejó un amargo sabor al final, cuando Carol escoge a Harusaku en vez de a Mahiru. Como buen lector, al no sentirse conforme con ese final, decidió hacer una investigación sobre la novela, descubriendo algo que jamás llegaría a pensar.

La novela tenía otra versión, la cual no dudo en buscar. En ella se relataba la historia de Mahiru y lo que le llevo a convertirse en el villano, dejando pautado que en realidad Mahiru iba era el héroe y no Harusaku. La historia comenzaba con un antes de la historia principal y terminaba con un después, mostrando la verdadera realidad de la historia, el villano todo el tiempo fue Harusaku. Al descubrir ese detalle, Hikari no dudo en investigar más, descubriendo algo increíble.

La diferencia de publicación de las novelas era de un año y no solo eso llego a descubrir, el autor fue acribillado por sus fans debido a la primera versión. Los mensajes de odio debido al desenlace de la historia llevo a la carrera del autor a un horrible declive. Al final terminó sacando la segunda versión con otra editorial, dejando pautado en el segundo libro la realidad del motivo que le llevo a darle semejante final a la primera versión.

Todo había sido culpa del editor.

Al parecer, el editor que tuvo en aquel entonces cuando estaba escribiendo el libro, le sugirió un par de ideas sobre el desarrollo de la historia, convenciéndola de que hiciera a Harusaku el ganador y protagonista principal. La presión de su editor provocó que terminara rindiéndose, complaciendo a aquel hombre, llevando así a la ruina su propia historia con aquella decisión.

Hikaru se sorprendió al ver el odio que aquel autor le tenía a su anterior editor, pero lo que verdaderamente le llamo la atención fue el nombre del editor, puesto que ni siquiera dudo en mostrar en la segunda versión la información personal de ese hombre al final del escrito. Fue demasiado tarde cuando se percató de la verdad que vendría a tocarle la puerta.

Estaba volviendo de sus clases.

Después de mucho esfuerzo, Hikari finalmente había logrado asistir a la universidad, le esperaba una vida de éxito a partir de ese momento. Por lo menos eso fue lo que creyó esa mañana cuando se levantó con todo el ánimo posible.

Cada una de sus esperanzas fue arruinada.

En la noche cuando regresaba a ese horrible departamento que aún seguía compartiendo con su padre, pudo apreciar como de nuevo tenía un cumulo de cartas, suponía que cobros. Al momento de tomarlas para tirarlas a la basura, se percató de algo… Finalmente descubrió el motivo de que el nombre del editor le sonara tanto.

Se trataba de su propio padre.

El hombre que arruino una historia y la reputación de un autor de novelas famoso, fue nada más ni nada menos que su propio padre, al parecer el hombre era un experto en arruinar cosas, no solo su propia familia.

Estaba impactado, aun así, reaccionó ante su presencia, podía reconocer a su padre aun si todo estuviera oscuro. Decidió asomarse por el balcón, notando como estaba llegando a casa borracho como de costumbre, seguramente lo habían botado de nuevo de otro trabajo, nunca lograba durar más de tres meses en uno de ellos. Iba a ignorar al sujeto, pero escuchó un ruido, lo cual le hizo mirar a su alrededor, notando que había otra persona allí abajo.

-Ja, ja –escuchó la risa de parte de la otra persona -. ¡Eres un infeliz!

Se trataba de una mujer, lo supo por lo agudo de su voz al gritar. Hikaru supuso que se trataba de una de esas mujeres con las que jugó su padre para sacarle dinero, pero al momento en que pudo darse cuenta de que cargaba un cuchillo, bajo rápidamente por las malas escaleras, causando que diera de lleno al piso porque uno de los escalones se rompió, por suerte fue cerca de llegar abajo o hubiese sufrido de una fractura en esos escasos minutos.

-Eres una bonita chica… -escuchó decir a su padre -. ¿Acaso has venido por un poco de esto?

En serio que a veces su padre superaba las expectativas que tenía de lo horrible que podía ser. Sin dudar el mayor llevó una mano a su entrepierna y apretó esta con vulgaridad. Estaba tan borracho que tomó todo aquello como una mala broma.

-¡¿Acaso te estas burlando de mí?!

De nuevo grito la mujer, notándose lo desesperaba que se encontraba en su expresión. Es más, podía llegar a pensar que estaba loca.

» ¡¡Gracias a ti mi vida es un infierno!! ¡¡No debí seguir tu mal**** consejo!!

A veces le sorprendía la suerte que tenía su padre, gracias a que estaba borracho, logro esquivar la primera apuñalada que intento la mujer. Hikari no estaba entendiendo para nada lo que estaba sucediendo, aun así, no deseaba presenciar la muerte de su padre.

-¡Por favor espera! –interrumpió al fin -. Podemos discutir sobre esto.

-¡No hay nada que discutir! ¡¡YA TODO ESTA ARRUINADO!!

El grito le aturdió, pero no lo suficiente para detener a la chica cuando intento de nuevo clavar el cuchillo que llevaba en sus manos en el abdomen de su padre. Fue allí que su padre se cayó al suelo y al parecer fue suficiente para que tuviera un momento de lucidez.

Si se tratara de cualquier otra persona, Hikari estaba seguro que le fuese ayudado con la persona que tenía el cuchillo, pero no, era su padre de quien estaban hablando, así que lo único que hizo fue gritar antes de salir corriendo de allí. Debido al descuido, dejó de forcejear correctamente y para cuando se vino a dar cuenta, el cuchillo que antes estaba en la mano de la chica, se encontraba ahora en su costado. Ni alcanzó a hacer algo, ya que la chica al notar que la verdadera persona de quien quería la cabeza salió huyendo, corrió detrás de él.

Podía solo quedarse allí hasta que alguien apareciera para llamar una ambulancia, pero no, Hikari era un buen chico y no podía quedarse allí mientras una loca iba por la cabeza de su padre. Al final, seguía siendo su padre, por lo menos él no lo abandono y aunque era un desgraciado, seguía estando allí en su vida. Sacó el cuchillo y con la chaqueta que llevaba de alguna forma logro ponerla de forma en que le hiciera presión justo en su herida.

Se levantó comenzando a caminar para buscar a su padre, pero por la adrenalina en un punto comenzó a correr, no preocupándose por su propio estado. Esa noche estaba particularmente fría, porque al correr pudo ver su propio aliento. Se detuvo cuando logro ver a su padre a lo lejos, se encontraba en un elevado en una autopista, también pudo visualizar a la chica. De nuevo tuvo el impulso y salió corriendo, subiendo el elevado, cuando llegó a lo alto, la chica trataba de nuevo de atacar a su padre.

Por suerte, Hikari llegó a tiempo y detuvo a la chica de cometer un asesinato.

-¡Alto!

La sostuvo de las muñecas impidiéndole continuar.

-¡No! ¡No es suficiente! ¡Tiene que pagar!

Realmente que no entendía para nada lo que gritaba la chica, igualmente se esforzaba por detenerla, para su suerte, la chica era más baja que él y le daba ventaja.

» ¡Él arruino mi novela! ¡¡TIENE QUE PAGAR POR ELLO!! ¡ARRUINO MI VIDA!

Con esas palabras, cayó finalmente en cuenta de la situación. Todo parecía encajar perfectamente.

Con la luz de la luna, Hikari pudo apreciar mejor el rostro de la chica. Ella era el autor de la novela que le había gustado, la que causo la decadencia de la carrera como autora de la chica. Ahora entendía un poco la razón de la chica para encontrarse allí, todo lo que ella se esforzó para llegar a la cima y que todo ese esfuerzo se hubiese visto arruinado por culpa de un solo hombre. Aquello fue suficiente para que Hikari comenzara a aflojar el agarre, pero pasó algo que no se esperó o tal vez sí.

Mientras estaban allí distraídos, su padre tomó ventaja y para salvarse, los empujo fuera del elevado. Ni siquiera en momentos críticos como ese, su padre actuaba correctamente como lo que era. Allí Hikari se percató de la importancia que tenía para su padre, quien no dudo en arrastrarlo en aquella caída. Estaba demás decir que la caída fue fuerte y seguramente se rompió un par de huesos por ello, aun así, logro sobrevivir a la caía.

En vez de preocuparse por él mismo, miró a su alrededor para dar con la chica, aun respiraba, fue bueno que logro actuar a tiempo, protegiendo a la chica, aunque gracias a eso, él era el más herido. Tenían que moverse de allí antes de que algo peor pasara, para su suerte, habían personas cerca de ahí, que no dudaron en auxiliarlos. Gracias a ello, sacaron a la chica del centro de la autopista, él se encontraba aun en todos sus sentidos así que no se dejó ayudar, fue una mala decisión.

Justo cuando iba a dar el primero paso para salir de la autopista, luego de asegurar que la chica se encontraba a salvo, se sintió mareado. No fue para nada extraño eso, ya que había perdido mucha sangre, agregado a que seguramente un hueso rompió una vena u órgano, Hikari estaba en las últimas y no se dio cuenta hasta el final.

Minutos antes de que perdiera el conocimiento, pudo ver una luz resplandeciente que lo espabiló. Un camión hizo acto de presencia en ese instante, llevándose consigo el poco porcentaje que tenía para sobrevivir en aquella horrible situación. Hikari murió a la edad de veinte años cuando un camión se lo llevó por delante, terminando con su vida. Igualmente, si no lo mataba el choque, lo iba a hacer la caída, la cual paso factura en el momento preciso para que dejara de reaccionar bien, Hikari concluyó que ese fue el día pautado para su muerte.

Hubo muchas cosas que no hizo y otras que dejó incompletas, pero no se arrepentía de nada, por lo menos en cuanto a su propia vida. Le dio un poco de lastima la chica que se vio arruinada por culpa de su padre, aunque no se trataba directamente de su culpa, se sentía responsable, por eso mismo, trato a toda costa de salvar a la chica, que seguramente rondaba por encima de su edad.

Si tan solo pudiera corregir lo que su padre hizo.

Ese fue su último lamento cuando todo fue cubierto por la oscuridad, creyendo que su momento había llegado finalmente, de alguna forma se sintió libre de aquella vida llena de sufrimiento, pero esa idea desapareció de su mente cuando repentinamente volvió a abrir los ojos.

Se suponía que había muerto, no creía que pudiera sobrevivir de semejante choque, pero allí estaba, respirando. Cuando trato de levantarse del suelo se percató que sus manos eran pequeñas, además de encontrarse en el hueso. Allí se dio cuenta que ya no se encontraba en su propio cuerpo, después de todo, no le llevo mucho darse cuenta que estaba en el cuerpo de un niño, teniendo como extra esa horrible habitación en la que se hallaba.

Se arrastró hacia afuera con la poca fuerza que aún tenía, tratando de averiguar lo que estaba pasando. Al salir al balcón se percató de algo primordial, no se encontraba en el mundo que él recordaba.

-¡Desperdició! Aquí tu comida.

Hikari se giró en dirección a la puerta, notando a lo que parecía una sirvienta.

» No me mires, es desagradable.

La sirvienta la miró con asco, antes de tirar la bandeja que llevaba, cayendo por completo al suelo. No hacía mucha diferencia que se llenara de tierra, ya que estaba podrida. Hikari entendía ahora el motivo de que ese cuerpo se encontrara desnutrido.

-Ahomdwf…

Intentó pronunciar algo, pero solo logro soltar balbuceos sin sentido. La sirvienta rió al notar lo que trataba de hacer, parecía mirarlo como si se tratara de la mayor de las basuras.

-¿Estas tratando de hablar? ¡Por favor! Una basura como tú solo sirve para darle comida a los cuervos –dijo la mujer entre risas llenas de burla -. Me pregunto cuándo te darán de comer a los animales.

El reflejó de Hikari fue mirarle con odio, por lo que estaba diciendo a un simple niño. La sirvienta notó la mirada y eso solo causo que se enojara, tomó uno de los panes duros del suelo y camino a donde se encontraba el más joven.

-¡¿Por qué me estas mirando así?! ¡¡TU NO ERES MÁS QUE UNA BASURA!!

La sirvienta lo tomó con brusquedad de las mejillas con una mano, buscando abrir su boca para introducir con fuerza el trozo duro de pan. Cualquiera en semejante situación no hubiese sobrevivido, pero Hikari estaba acostumbrado a eso, su padre lo ayudó a soportar ese tipo de maltrato.

Con la poca fuerza que tuvo, llevó su mano a la muñeca ajena para tratar de alentar la presión que hacía con el pan. ¿De verdad creía que eso iba a lograr algo? Comer un pan duro y mohoso no le hacía mucha diferencia de su propia infancia, donde le tocó comer insectos para sobrevivir cuando su padre desaparecía por días. Se tragó el trozo de pan, pero la cosa no quedó hasta allí, aprovechando el descuido de la mujer, mordió sus dedos con fuerza cuando el pan se terminó.

» ¡¡Aaahg!!

La sirvienta gritó cuando sacó de golpe la mano de su boca, ésta se encontraba cubierta de sangre, Hikari aplicó toda la fuerza que tenía en ese mordisco, pero no fue lo único que hizo, mientras la mujer estaba distraía preocupándose por su mano, Hikari tomó su pierna e hizo lo mismo que antes en aquella zona.

Recibió una patada por parte de la sirvienta, pero oír su grito de dolor fue satisfactorio. La mujer se levantó de golpe corriendo a la entrada de la habitación, se imaginó que no se esperaba semejante reacción del niño al que vivía acosando. Se veía enormemente enfurecida, pero ver la sangre correr por su mano y pierna le hizo ignorar el enojo en la cara ajena.

» ¡Infeliz! ¿Crees que alguien te alabara por lo que hiciste? Pues déjame decirte… ¡NADIE ESTARA DE TU LADO! Al fin y al cabo… ¡Nadie quiere a una basura como tú en la familia Akari!

Luego de gritar semejante cosa, salió corriendo de allí.

Al oír aquel nombre, Hikari se quedó pensativo, ese apellido le sonaba de algún lado. No fue sino hasta que se cayó de nuevo al suelo, porque en un punto se levantó, que llego a recordar sobre todo aquello. Obviamente el nombre le sonaría, después de todo, se trataba de la familia principal de la novela que tanto le gusto.

El apellido del héroe en la primera versión era Akari… Harusaku Akari.

¿Por qué terminó en lo que parecía ser la historia de la novela?

No lo sabía y en ese momento no tuvo cabeza para pensarlo, ya que se desmayó.

¿Qué pasaría a partir de ahora?

Tampoco tenía una respuesta.

Lo único seguro es que quería corregir lo que hizo su padre y eso significaba cambiar la historia a como debió de ser. Así que solo tenía una tarea…

¡Debía salvar al tirano de la muerte!

Notas finales:

Eso ha sido todo.

Si les ha gustado, dejen su comentario dandome su opinión si desean más de esta historia <3 

Nos vemos ~~ 


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