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Azkaban por Liss83

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El juicio fue corto y rápido, había muchas cámaras y testigos, la decisión del jurado había sido contundente cinco años de prisión por intento de asesinato contra un policía. Lo cumpliría en Azkaban. Muchos pensaron que era un castigo muy severo, ya que la gran mayoría de los sentenciados de los casos de Fred y George estaban allí. No lograría sobrevivir ni un día

Mientras le entregaban su uniforme lo único en lo que pensaba era en la última vez  que había visto a su hermano en aquel callejón maloliente ¿Por qué le había hecho caso? ¿Por qué no había salido cuando sintió que las cosas no estaban saliendo cómo debían? Sentía que con la muerte de George él también había muerto. Tal vez no tenía sentido lo que haría, aunque lo único positivo que podría sacar es que seguramente también terminaría muerto

 

 

 

-          Suerte con tu carita de niño – dijo el hombre sonriendo con malicia – aunque si quieres ser monógamo solo tienes que decírmelo – y Fred sintió como la mirada lesiva del hombre se paseaba por su cuerpo

-          ¿Este es el nuevo? – dijo un hombre pelirrojo entrando al lugar

-          Llévalo – dijo el primer guardia

-          ¿Ya salió? – preguntó el segundo guardia con una sonrisa torcida

-          Eres un… – y sonrío de manera torcida – ¿te gusta ver?

-          Y a ti te encanta exhibirte – dijo su compañero –. Y tú camina. No tengo tu tiempo

 

 

 

Las duchas a esa hora estaban vacías, por lo que no se siento tan intimidado de bañarse, a pesar de tener la mirada fija en su trasero del chico. Estaba consciente de lo que haría sería prácticamente un suicidio pero el fin valía la pena. George lo hubiese hecho por él

Cinco minutos después de estar bajo el agua, el guardia regreso para llevárselo a su celda.

 

 

 

-          Antes que armes líos – dijo el guardia – déjame darte un consejo. Los reos tienen reglas internas. Obedécelas o te meterás en problemas, porque nosotros no nos entrometemos en eso

-          Gracias por el consejo – dijo Fred

-          Por cierto – dijo el guardia – si después de tu… bienvenida quieres compañía – y le guiño el ojo – solo dímelo – y se fue

-          ¿Mi bienvenida? – dijo Fred intrigado

 

 

 

Miro a su alrededor y le fue imposible no reprimir un suspiro. Claro que sabía a qué se refería el guardia. Claro que lo sabía. Precisamente ese conocimiento le costó la vida a…

 

 

 

-          Esto es por ti – dijo en un susurro y cerró los ojos conteniendo sus lagrimas

 

 

 

Ya habían pasado una semana desde su llegada, había aprendido que los reos se dividían en bandos muy marcados. Un tal Albus era el líder de uno de los grupos más centrados. Era un anciano bonachón que trataba a todos como si fuesen sus nietos, pero se decía que estaba allí por asesinar a un ex amante tras una riña por un malentendido. McGonagall y Ojo Loco eran sus fieles compañeros

El Lord lideraba el grupo que siempre anda enfrentado con el de Albus. El tipo era realmente peligroso. Se rumoreaba que había asesinado cerca de cincuenta personas a lo largo de su vida delictiva. Su táctica era una de las mejores, se valía de su buen porte y modales refinados para ganarse la confianza de sus víctimas y lavarle el cerebro de tal manera que la gente terminaba suicidándose y heredándole todo a él. Siempre estaba con Lucius y Severus quienes supuestamente eran sus amantes, aunque nunca nadie los había visto en alguna situación comprometedora, pero para muchos no existía otra explicación para la fidelidad que estos le tenían al Lord

Otro de los grupos con poder eran los Merodeadores. Eran una banda de asaltantes que adoraban rompen las reglas del lugar con total descaro. James y Sirius eran sus líderes indiscutibles, además de ser bromistas consumados.

El grupo de las chicas era liderado por Bella, una mujer hermosa pero letalmente peligrosa. Tenía una especie de harén privado constituido por Hermione, Lily, Pansy, Luna y Ginny, a quienes las manoseaba frente a todos con total descaro, cosa que a las chicas no les molestaba en absoluto

 

 

 

-          Pero mira nada más lo que tenemos aquí – dijo el Lord parándose detrás de Fred en cuanto salieron al patio

-          Ya sabes la regla – dijo Albus sentado en las graderías

-          Cállate viejo – dijo el Lord – ese imbécil no está ahora aquí – escupió con sorna – ahora mando yo

-          Yo que tú me andaría con cuidado – dijo Albus – sabes que tienes ojos… y oídos en todos lados

-          Solo espera a que pase lo que tiene que pasar y será tuyo – dijo Remus jugando ajedrez con Lily

-          No querrás que el niño sea lo último que degustes – dijo Sirius burlesco

-          No soy un pedazo de carne – dijo Fred a la defensiva y todo aquel que lo escucho lanzó una sonora carcajada

-          No primor – dijo el Lord agarrándole las nalgas –, tú eres un delicioso pastel de chocolate – y le mordió el cuello

-          ¿Qué te pasa, imbécil? – grito Fred indignado mientras empujaba al hombre

-          Ya te tendré gimiendo en mi cama – sentencio el Lord

-          Promete compartir – dijo James

-          ¿Le vas a los Tríos? – dijo el Lord levantando una ceja

-          Tríos, cuarteto, quintetos – dijo James caminando sensualmente hacia el ojisverde – siempre que me den… lo que quiero – concluyo sonriendo al pasar a su lado sonriendo sin siquiera tocarlo

-          Procurare no olvidar tan valiosa información – dijo el Lord mirando como el moreno se alejaba cantoneando las caderas mientras se mordía el labio inferior

 

 

 

Fred había intentado hacer amigos en cada grupo, necesitaba la mayor información que pudiese recolectar. Todas tenían rivalidad entre si y hablaban mal un bando de los otros. Sin embargo había notado que ha todos se les iba el color de rostro cuando la mención de “él” salía a relucir

Intento que varios le explicaran de que trataba, pero todos salían despavoridos al tocar el tema, y el único que no lo hizo fue Neville, sin embargo fue la reacción de este quien precisamente encendió todas sus alarmas. El chico literalmente se orino en mitad del comedor y comenzó a temblar incontrolablemente, al grado que los guardias tuvieron que llevarlo a la enfermería mientras todos susurraban en voz baja y más de uno se estremecía

 

 

 

Y fue precisamente dos días después del incidente con Neville que Fred descubrió de la peor manera de todas quien era aquel a quien todos, incluido los guardias, le temían

 

 

 

 


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