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Afrodita De Piscis por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del fanfic:

Hola mis terrones estoy aquí por dos razones, una... El especial por el cumpleaños de Afrodita y que... Contiene lemon este One Shot, y bueno... Pues ya saben advertencia, menores de 18 años, ya saben que no deberían leer, pero... Yo cumplo con advertir. 

Debemos de darle muchas rosas y halagos a Afrodita por que es su cumpleaños, el lindo pececito anda divo hoy mas de lo normal jajajaja

Notas del capitulo:

Hola mis terrones estoy aquí por dos razones, una... El especial por el cumpleaños de Afrodita y que... Contiene lemon este One Shot, y bueno... Pues ya saben advertencia, menores de 18 años, ya saben que no deberían leer, pero... Yo cumplo con advertir. 

Debemos de darle muchas rosas y halagos a Afrodita por que es su cumpleaños, el lindo pececito anda divo hoy mas de lo normal jajajaja

Diez de marzo, un día fuera de lo cotidiano, pues cierto caballero ha estado presumiendo desde hace unas semanas que su celebración de nacimiento pronto sucederá.

Y en efecto por fin llego.

Se llenó de felicitaciones de sus compañeros, algunos presentes, sin contar la atención de parte de sus admiradores por su hermosura y fortaleza.

Todo el día será sin duda el centro de atención, pero le gustara más la de cierto caballero con el que ha mantenido una relación bastante íntima, que incluso sus dos mejores amigos no se han dado cuenta.

Y no por falta de confianza si no, que ambos decidieron que sería mejor así, cosa que no le importa mucho a Piscis, pero le gustaría decir ampliamente quien es su pareja actual.

Pero decidió por su propia cuenta, y tomando que es su cumpleaños, y que todo lo que desee se le debe conceder, un pensamiento bastante infantil, pero alguien no le puede negar lo que guste a este caballero.

Sabiendo que le tendría algo especial preparado, en cuanto estuvo libre de todos esos cumplidos y halagos, dirigió sus pasos hacia el segundo templo, cuidando de no ser visto por nadie más.

Sonriendo de una forma bastante coqueta, se imaginaba que clase de presente tendría y no le desagrada.

Tauro siempre es un lugar, sencillo, limpio, agradable, le gusta este ambiente calmado, con el delicioso aroma de algún alimento recién hecho.

Su dieta usualmente siempre es balanceada, cuidando de no consumir calorías, pero este día sí que se daría un festín, más porque desea algo en especial.

Sin permiso alguno, ya que tiene la confianza de ir directamente hacia la cocina del templo, donde el aroma de un platillo demasiado exquisito lo inunda.

Lo que vio le dibujo una sonrisa muy amplia, pero sus ojos celeste no solo están mirando la comida, si no, quien lo está haciendo, solo para celebrarlo.

-¿Todo esto es para mí?- Canturreo esto de una forma alegre.

El cocinero estrella por excelencia del santuario, se sobre sobresaltó, dándose un ligero golpe con una sartén que tiene colgando en su repisa, provocando que esta cayera al suelo e hiciere algo de ruido.

-¡¡¡AFRODITA!!!- Sus mejillas se tiñeron de rojo, ver siempre a su pareja le provoca estragos en su mente y lo vuelve tan torpe –Creí que vendrías un poco más tarde-

Sonrió triunfante, le encanta provocar esta reacción en el brasileño, acercándose grácilmente, contoneando un poco sus caderas, para quedar delante –Quise venir un poco más temprano- Lo miro para acercarse al rostro del otro -¿Que no puedo?-

No importa que lleven una relación de algunos meses, aun le sigue pareciendo tan irreal que el más hermoso de los doce caballeros dorados se fijara en él.

Cuando nunca se ha considerado de los más atractivos ni si quiera acercándose a ello, su baja autoestima por su apariencia fisca, siempre la ha ocasionado problemas para pensar que alguien pudiera interesarse en él.

-Cla…Claro que si…- Bajo su mirada, sintiéndose un tonto por no saber cómo reaccionar con este hermoso hombre frente a él, pero decidió tratar de seguir la conversación –Pero… Aun no tengo lista la cena que te preparó y…- No continuo, pues alguien le robo un beso para callarlo.

Afrodita siempre es quien toma la iniciativa, en esta ocasión sus labios fueron directo a los del Latino, para apoderarse de ellos, provocar que abra su boca para ir al mismo compas, el peli celeste invitando al toro que introduzca su lengua dentro.

Se nota quién lleva el control de la relación, pero al segundo poco eso le importa, al tener cerca a quien ama con todo el corazón.

Ya que desde muy niños lo ha admirado en secreto, y al crecer aumento su gran amor, deseando algún día tener solo una mirada, y en esta ocasión tiene más que eso.

Seguían unidos en un beso apasionado, las grandes manos del taurino se fueron directo a la cintura del más bajo, para acercarlo, teniendo cuidado de no moverse de forma atrevida por su cuerpo.

Pero para Afrodita esos recatos sin inútil, si va directamente a su verdadero regalo, tomándolo a la fuerza si es necesario.

Aunque tuviera sus manos detrás de la cabeza de Aldebarán, para profundizar ese beso cada vez más, que se vuelve demandante, dejando escapara entre ambos un poco de saliva, por lo desesperado que está llegando a ser.

Se apartaron por falta de aire, mirándose con sus mejillas sonrojadas, sus alientos chocando con una respiración agitada.

Piscis relamió sus labios, pues el sabor de Alde siempre le ha encantado, sonrió de forma lujuriosa, alejándose un poco de esa cercanía con sus manos, para llevar las que rodean su cintura, a que tocaran su trasero, que está muy bien formado y firme, para recibir lo que desea.

-¿Afro… Dita?- Sigue sintiéndose tan cohibido, aunque esta no es la primera vez que lo hacen.

Se acercó al oído del más alto, haciéndolo de puntas, para susurrarle algo mas –Continuemos en tu habitación- Lamio con descaro el lóbulo del latino –Quiero que me rompas esta noche-

Sus ojos cafés se abrieron de golpe, al escuchar esa declaración de parte del doceavo guardián, sintiendo como un calor ya está recorriendo su cuerpo, le gusta esa manera de hablar de parte de Afrodita, pero no niega que se siente aun nervioso.

-Pero… Te…- Desea protestar, pues existe un detalle que no puede evitar.

-Shh- Puso un dedo sobre esos labios toscos, mirándolo a los ojos con un bello brillo de perversión en ellos –Te dije que quería eso de regalo… Tu enorme pene dentro de mí- Sin previo aviso, sus manos delgadas y finas, se posaron sobre la entrepierna del mayor, notando que un bulto se ha formado –Estas caliente Alde…- Sonrió de lado, luciendo más lascivo.

Tauro se siente tan nervioso cada vez que su pareja actúa así, pero no puede negar que disfruta de esa hermosa piel blanca, suave y cálida, lo hace perder la razón.

Respiro agitado, una sonrisa se dibujó en su rostro, le dará lo que desea a su amado pececito por ser su cumpleaños, aunque aún teme si sea buena idea ir por completo dentro.

Podría ser que no sea el más atractivo de los doce caballeros dorados, pero sí que era uno de los mejor proporcionados, aunque como tal un punto de comparación se tendría que ver.

-Está bien- Toco con cuidado el rostro del Sueco para besarlo un poco más dulce y calmado, denotando que su amor es dócil y puro, pero no por eso es recatado.

Tomo con cuidado ese delgado cuerpo, para cargarlo, pues no podrían hacer lo que desean en la cocina, si no se arriesgarán a ser descubiertos, aunque para Piscis eso daría igual, quiere que el toro lo haga suyo, romperlo por completo, pues sueña con ese gran trozo de carne que el latino lleva entre las piernas.

Sí que Afrodita esta vuelto loco, por el cuerpo de su amado Toro, le demuestra que lo ama por lo que es, por todo lo que representa.

Y aunque se pensara que Piscis es quién desea mantener esa relación en secreto, es todo lo contrario, desearía que todos supieran quien es capaz de satisfacerlo a ese grado, provocando que siempre tenga una enorme sonrisa en su rostro.

Mas es Aladearan quién siempre teme que su relación se dé a saber, pues piensa que… Todos dirán cosas muy desagradables contra Afrodita, por tener pésimos gustos.

Por lo tanto Piscis se encarga de cada día decirle que eso no importa, demostrándole su amor de alguna manera que solo ellos saben que es correcto.

Pero en este día todo eso queda en segundo plano, cierto pececito viene a buscar su regalo, y no se ira hasta tenerlo.

Llevando al peli celeste entre sus grandes y fuertes brazos, dándose besos muy apasionados, en donde el aire llega a faltar, pero no importa podrá recuperarse estando en aquella gran cama que han compartido varias veces.

Solo desean llegar, y seguir con lo que han empezado, salvo que Alde está ansioso y preocupado por llegar a lastimar al peli celeste, pues cada que lo han hecho, no entra por competo en Afrodita temiendo lastimarlo un poco, aunque esto molesté al doceavo guardián, logra hacer que tenga un gran orgasmo.

Pero está cansado que lo trate como el cristal, quiere demostrar que puede soportar el miembro de su pareja sin importar nada.

Llegar a esa habitación, cerrar la puerta con llave, siguen besándose, sin romper esa acción, lo recuesta sobre la cama.

Pero piscis en ningún momento le permite alejarse, rodeándolo por el cuello, para atraerlo.

-Vamos… Ya no puedo esperar…- Le sonrió de lado, apenas si separándose para hablar.

-Afrodita… Mi amor… Deja primer… Que te…- No puede evitar sentirse tan atraído por esos labios tan suaves que llevan un dulce sabor que lo enloquece.

-No necesito… Que me prepares- Sonrió con un destello de lujuria impreso.                                  

Esas palabras desconcertaron al segundo guardián, pero solo por un momento, de verdad está deseando los labios de su amado y quiere seguir adelanté.

Las ropas se despojaron de esos cuerpos, denotando la necesidad de ambos por la atención del otro.

No importa cuántas veces pruebe esa piel, siempre será un deleité para su boca, solo puede dedicar besos, y lamidas en ella, pues jamás se ha atrevido a dejar alguna marca o chupetón.

Aunque Afrodita se lo pida, desea cuidarlo tanto, es lo que más ama y si algo lo daña aunque sea para demostrarle el amor que se tienen no se lo perdonaría.

En cambio el toro, sí que tiene algunas marcas de la ansiedad y emoción que piscis deja mostrar.

En su cuello, chupetones, mordidas en sus brazos, arañazos en su espalda, y bueno… Aunque en esta ocasión no lo va hacer, pues no puede esperar más.

Pero en otros encuentros el labial que piscis usa, siempre queda algo en la base del pene del toro.

Inclusive besos que da en la punta, pues disfruta tanto a su amado Tauro.

Acaricio con la punta de sus dedos el hermoso cuerpo, apenas si rozando la pálida piel, provocando que ambos miembros choquen por la cercanía.

El toro con cuidado sobre Piscis, sosteniendo su peso con sus manos y piernas, para el peli celeste no lo soporte, sabe que es pesado.

Mas alguien se está cansando solo de besos, caricias, quiere ir directo a la acción e ir por varias rondas.

-Vamos Torito…- Canturreó esas palabras, jugando con el cabello lacio del latino –Te necesito dentro…- Le ruega con un tono seductor.

-Afrodita… Te voy a lastimar- Su rostro de preocupación, aun con el calor del lugar, el sudor que se combina en ambas pieles, no puede dejar de lado que es grande para la entrada de su pareja.

-Inténtalo- Sonrió confiado –Te dije que me prepare antes- Sonrió, recostándose de nuevo sobre esa cama, posando la mano sobre el pecho, luciendo algo inocente, y atractivo más de lo usual.

Alde se sintió curioso de saber si eso es verdad, decidió ir un poco despacio aun en contra de las protestas de su hermosos pececito.

Besos que recorren su pecho, besando de paso su delicada mano, con toda la ternura y amor que en el corazón del segundo guardián posee.

-Alde… Aaaaah… Deja eso…- Los besos en su cuerpo son un punto débil, que el latino explota demasiado.

-Solo… Disfruta… Un poco mas y te daré lo que quieres- Su tono un poco más ronco de lo usual, le tratar de dar su regalo, pero primero… Quiere hacerlo gozar más con tiernas caricias.

Bajo hasta llegar al estómago, donde acaricia su estrecha cintura y besa su cuerpo hasta que no existía ni un solo punto que no toquen sus labios.

Al bajar un poco más, noto como el miembro de su pareja se encuentra también erguido, le da ternura verlo, hasta la última parte de Afrodita es hermoso y lindo.

Beso el pene del decimosegundo guardián.

Escucho un fuerte gemido de parte del otro, indicación que lo está disfrutando, pero que también se está desesperando.

Afrodita por simple reacción, abrió sus piernas, dobladas por sus rodillas, listo para recibir a Aldebarán.

Con sumo cuidado dirigió sus manos a la rosada entrada de peli celeste, conociéndola perfectamente, aunque Afrodita desea otra cosa, será por completo delicado para no dañarlo.

-Tengo que cuidar de ti… Aaaah…- Tiene que resistir todo lo que puede, para no ser tosco y penetrarlo sin prepararlo correctamente.

-Pierdes el tiempo… Solo hazlo… De verdad… Aaaaah…- Sus ojos se encuentran perdidos por las sensaciones que le ha dado, solo imagina como será en el momento en que lo penetre de la forma que desea.

Fijo su vista, y con cuidado fue introduciendo un dedo en el ano del contrario, pero se sorprendió que pudiera entrar tan fácilmente, incluso sintiéndose resbaladizo, esto lo consternó un poco  entendió a lo que se refiere.

Sonrió por primera vez con lujuria –Amor… ¿Jugaste contigo?-

Ladeo su cabeza, mirando de reojo al otro –Claro que si… Aaaah… Alde… Ya deja de torturarme… Y métemelo de una maldita vez- Sí que se está comportando muy arrogante y demándate en este momento.

Suspiro, entendiendo que lo que diga no será escuchado, pues también desea hacerlo.

Retiro su mano de la parte baja, notando que no necesitara preparación, pero sería delicado aun así.

-Iré despacio…- Beso con cuidado una de las piernas de su pareja.

-Todo…- Le respondió, con una sonrisa.

Asiente el toro dorado, posicionándose en medio de las piernas de piscis, para que su gran miembro quede justo en la entrada rozándola un poco.

-Aquí voy- Lo dijo con suavidad, sujetando las frágiles caderas de su pareja, empujando su pene dentro con cuidado.

-Aaaaaah… Aaah… Si…- Algunas lágrima escapan de los celestes orbes, una sonrisa de satisfacción, con un hilo de salvia cayendo por la comisura, y las mejillas rojas.

Sintiendo como su cuerpo es penetrado por un grueso pene, algo que disfruta solo si es de su amado torito, se aferra a las sabanas con sus manos y pies, arqueando su espalda.

-Si te duele… Aaahrrrg… Dime…- Alde también esta disfrutando lo estrecho que es el interior de su pareja, apretándolo un poco, pero puede ir más dentro, pero teme hacerlo.

-No… No duele… Aaaaah… Mas…- Ruega por que sea completamente ensartado el falo del otro.

-Un poco más… Aarg… Afrodita te amo- Le dedica estas palabras con suavidad, temiendo lastimarlo, apenas haber entrado un poco más allá de la punta.

-Yo también te amo- Sin importar la lujuria en su rostro, ese aspecto de satisfacción, lo hace ver tan hermoso, más de lo que ya es.

Quiere complacer a su amado en este día especial, intentaría adentrarse más, pero decidió abrazarlo para tenerlo cerca.

No puede creer que su frágil cuerpo lo soporte.

Fue entrado más, hasta casi estar por completó, ver esa sonrisa en los labios de piscis, lo llena de tanta felicidad, regalándole besos.

Su cuarto se volvió uno de gemidos, jadeos, y sonidos obscenos con las pieles chochando, el ambiente tan caliente, un olor a sexo puro entre ambos.

Jadea por ser penetrado por su enorme amante, le encanta rogar por toda su atención, con los besos, que lo hacen llegar al cielo en ese mismo instante.

Comenzaron las estocadas, siendo arrítmicas en un principio, entre sus caderas y el miembro de su amado, más con unos segundos bastaron para volverse en uno solo compas.

Intenta entrar por completó, pero aún existe una pizca de cordura en su ser, en no ir mas allá o podría lastimarlo, pues siente que a llegado hasta el tope.

Mas el rostro de piscis expresa la alegría que siente por tenerlo en su interior.

El vaivén de entre tauro y piscis sigue, aun con las protestas del peli celeste ya que lo desea por completo en su interior.

Además que siente que un orgasmo vendrá muy pronto, no puede resistir el hecho que Aldebarán sea tan grande, el deseo de ser destrozado es mayor.

-Alde… Mi toro… Entra por completo- Sus ojos derraman lágrimas, sus uñas están clavadas en la espalda del latino, rogando por ese deseo de cumpleaños.

Suspiro derrotado, tampoco puede esperar más –Esta bien… Tú lo pediste mi Afrodita- Le dio un beso profundo, esta vez por parte del segundo guardián y de una se adentró por completó en el interior cálido del peli celeste.

-Aaaaaaaah… Aaaaah… Oh…- Jadeo de inmediato, dejando escapar un gran grito, clavando más las uñas en la espalda del latino, sin importar que su manicura se arruiné, provocando que la sangre salga de esa morena piel.

Mas llego a su punto G, justamente donde el orgasmo fue alcanzado, nunca pensó que placer llegara de golpe, volviendo su mente de un parpadeo rosa, sí que dejo escapar todo su semen en ambos estómagos.

Pero fue demasiada esa sensación, perdiendo la fuerza, después de ese fuerte grito, sus ojos se cerraron dejando escapar lágrimas de placer, el dolor en ningún momento lo invadí, todo fue tan bueno en su cuerpo.

Desmayándose en medio del coito que ambos están viviendo.

Preocupando al segundo guardián por haber ido más allá de lo que pudiera soportar piscis.

---Después de un momento---

Fue abriendo sus ojos con pesadez, aun sintiendo que su cuerpo está en las nubes, como si el orgasmo no hubiera terminado.

Más de inmediato se topó con el rostro preocupado de su pareja, mirando con suma atención y arrepentimiento.

-Afrodita… Mi amor… Me asustaste- Tomo sus mejillas con suavidad -¿Estas bien? ¿Te dolió mucho?-

Sonrió, ladeando su cara sintiendo la cálida mano del toro -¿Bromeas? Fue grandioso- Sonrió de nueva cuenta lascivamente, para besar esos labios que lo vuelven loco.

Uno suave y rápido, pues desea seguir.

-¿Qué te parece una ronda más?- Toco sus cabellos lacios de forma coqueta.

-Pero… Te acaba de desmayar- Le declaró esto con suma angustia –Debes descansar… Y…-

-Oh vamos… Aun es mi cumpleaños- Dijo esto de forma juguetona, levantando levemente su rodilla para acariciar el pene que aun esta desierto de su pareja –Tienes que hacerlo de nuevo… Me desmayé por tu culpa, así que quiero volver a hacerlo- Sentencio sonriendo triunfante, porque sabe que el otro no se resiste a sus provocaciones.

-Pero…- Aunque se debe resistir al ver ese cuerpo desnudo y rostro coqueto… Sus mejillas están rosas, sudando nervioso.

-Vamos- Le dio otro beso profundo, obligándolo a rosar su cuerpo contra el suyo.

Y con esto posiblemente Afrodita va a conseguir lo que desea, olvidando por completó el banquete que el segundo guardián preparó por su cumpleaños.

Pero podrían disfrutarlo después, por ahora el evento principal para ellos está iniciando nuevamente.

Esperemos que esta vez Afrodita pueda aguantar al toro por completó en su interior o tendrá que descansar para las próximas rondas.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo estoy muy bien, super feliz y alegre por que hoy cumpleaños de Afrodita y la verdad, el dibujo que hice para su portada, me encanto mucho, siento que me quedo super lindo y tierno... Kiaaaaaaaa

No se... así me pareció. 

Deben recordar regalarle hermosas flores y cumplidos, eso es lo que mas le fascinara, peo si tienen otro regalo, pues dedíquenselo, que esa florecita se merece mucho.

De nuevo le cantaremos la canción oficial de la familia terrón de azúcar.

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Afrodita tu cumpleaños si que si. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Afrodita tu cumpleaños si que si. 

Bueno, aquí en este libro pondré muchas cosas y shipp´s dedicadas a parejas con Afrodita, por que nuestro pececito esta hermoso y muy cotizado. 

Jajajajaj en fin, me paso a retirar y nos veremos mañana mis terrones de azúcar. 

Cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y manténganse a salvo. 

Los quiero.

Ammu se va. 


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