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Flufftober por Girlyfairly

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Notas del capitulo:

No sé qué pasó pero parece que borre el fic sin querer. Resubo todo de un solo. 

1. Contacto Visual


Elle está teniendo el peor de los días, esa es la conclusión a la que llega mientras corre esquivando gente con una tostada en la boca. Su despertador no sonó y su adorable abuelito, en un intento de volverlo más responsable, tampoco lo despertó. Ya llegó dos veces tarde en lo que va del mes y el director le advirtió que la próxima vez sería suspendido. Debe estar en el colegio a las siete, todavía le faltan cuatro cuadras y ya no aguanta las piernas. Aún así, cree poder lograrlo, por lo que mantiene el ritmo y prefiere no pensar en el dolor que supondrá esta actividad física para alguien que rara vez se ejercita.


No obstante, el universo, el karma o lo que sea, parece que no están de su lado hoy. Ha venido esquivando a todas las personas con una habilidad de la cual hasta él mismo se asombra, pero al doblar en una esquina, choca contra alguien y va a parar de culo en el suelo.


—Lo siento, lo siento mucho. —Se apresura a decir la otra persona mientras le ofrece su mano.


Elle chasquea la lengua al ver que algunos cuadernos se salieron de su mochila y la tostada quién sabe dónde demonios cayó. En estos segundos, el pelinegro no ha alzado la mirada, pero la voz pertenece a un chico. No sería descortés con una chica, pero al tratarse de alguien del mismo sexo, toda su frustración pugna por salir.


—¿¡Qué acaso no te fijas por dónde vas!? —Exclama pese a que la culpa fue suya.


Sin embargo, al alzar el rostro y hacer contacto visual, se queda mudo.


—Lo siento mucho. —Insiste el castaño frente a él, completamente rojo mientras se agacha para ayudarle a recoger los cuadernos.


—No, no... —Balbucea, apresurándose a recoger todo para no importunar al otro.— No fue tu culpa.


—¿Cómo no? Te hice caer al suelo y perder tus cosas.


Por el acento, Elle se da cuenta que no es de ahí y eso no es lo único que nota. Al ponerse de pie, ve que los dos llevan el mismo uniforme.


—Eii, ¿también estudias en el British Institute? —Pregunta notablemente emocionado mientras muestra la insignia estampada en su chaleco.


El castaño asiente, notándose aún apenado.


—A mi madre le salió una oportunidad de trabajo en este país y acabamos de mudarnos. Estoy un poco perdido. —Se rasca la mejilla mientras vuelve a leer el papel que lleva en la mano, donde su padre le anotó la dirección.


—¡Pues estás de suerte! —Elle no es alguien que se preocupe mucho por su aspecto, el uniforme desaliñado es una prueba de ello. Sin embargo, el otro muchacho está impecable y eso lo hace suponer que es alguien que se preocupa por la apariencia. Entonces de forma disimulada se arregla la camisa y se pasa las manos por su cabello despeinado. —Yo voy hacia allá, podemos ir juntos.


—¿¡De verdad!? —Pregunta emocionado, es un alivio para él, llevaba más de diez minutos dando vueltas.


—Sip, pero tienes que saber que por este altercado vamos a llegar tarde.


El castaño vuelve a sonrojarse, y como algo propio de su cultura, hace una reverencia bastante pronunciada para pedir perdón.


—Lo siento mucho.


—Uhm, tra-tranquilo. —Elle enarca la ceja y le pide con las manos que se enderece. —Tú eres nuevo entenderán, a mí me van a suspender —el otro abre los ojos de par en par, eso no lo hace sentir mejor—. Pero tengo una idea de cómo podrías reivindicarte.


—Sí, dime. —Asiente, caminando a su lado una vez que el pelinegro retoma el camino.


—Dame tu número. —Dice, sacando su celular.


—Sí, dame un segundo. —El castaño comienza a revolver en su maletín, hasta dar con el teléfono. Teclea un poco para desbloquearlo y luego le muestra la pantalla al otro, todavía no se sabe su número así que se lo entrega para que lo vea.


—¿No te enseñaron que no debes confiar en extraños? —Cuestiona, terminando de anotarlo. —Espero que no vayas por ahí dándole tu número a cualquiera.


—No, no. Vamos al mismo colegio, ¿no? Si resultas ser alguien raro puedo bloquearte.


Elle hace un mohín con los labios, espera que eso no pase, él no es lo que los otros consideran "normal".


—¿Tu nombre? Para agendarte.


—Light, Light Yagami. —Se apresura a responder.


«Que bonito nombre» piensa Elle, regresándole el teléfono a su dueño, quien parpadea confundido al momento que el aparato comienza a vibrar.


—Solo quería asegurarme que estuviera correcto —explica el pelinegro, desconectado la llamada. —Puedes agendarme como Elle Lawliet. —«o como el amor de tu vida», dice para sí mismo con una sonrisa.


—Sí... uhm, ¿Elle? ¿Y esto cómo ayudará para reivindicarme?


—Muy fácil. Todos los días te escribiré en la mañana, si ves que son las seis y diez y yo no te he escrito, es porque me quedé dormido, así que debes llamarme hasta que te conteste, ¿te parece?


Light asiente, creyendo que solo tendrá que despertarlo a diario, sin darse cuenta de las verdaderas intenciones del otro.


—¿Algo así como tu despertador personal?


—Ajá. Así evitamos que me vuelvan a suspender por llegar tarde. —Al decir esto, Elle voltea hacia su acompañante, quien le devuelve el gesto con una sonrisa. Es entonces que sus miradas se encuentran de nuevo, nunca había visto a alguien con ojos color miel.


Tal parece que este día no es tan malo como parecía hace unos minutos. Acaba de conocer al chico más lindo que alguna vez ha visto, con el color de ojos más hermoso del mundo entero, estudiarán juntos o al menos en el mismo colegio, y como si eso no fuera suficiente incluso ya tiene su número de teléfono. Sí, definitivamente este es uno de sus mejores días.


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