"Mi amado Touru:
Tal vez te parezca muy romántico, pero no puedo evitarlo.
Porque con solo verte yo me inspiro,
Y a la velocidad de la luz creo mil versos
En los que te expreso todos mis sentimientos.
Cada día que estás conmigo
Es como un regalo del cielo caído,
Pero cada día que estamos separados
Es como vivir en un horrible infierno.
Tú eres como un hermoso regalo,
A veces risueño y a veces contento.
Cada vez que veo tu hermoso rostro
Una descarga eléctrica recorre mi cuerpo.
Antes creía haber encontrado el amor
Pero, ¡oh! Siempre fue un gran error,
Hasta que llegó el día milagrosamente elegido
En el que afortunadamente me encontré contigo.
Supe de inmediato que algo bueno iba a pasar,
Pero nada como esto pude imaginar.
Jamás creí que yo de ti me iba a enamorar
Pero ya lo vez, este sentimiento se volvió realidad.
Y no puedo dejar de agradecerte
Todo lo que he vivido desde ese día hasta el presente.
Gracias por estar conmigo,
Gracias por todo lo que me has dicho,
Gracias por ser mi amigo y compañero,
Y si algún día lo dicta el destino,
Puedes aceptar ser mi novio.
Porque siempre te he amado y…"
- ¿Qué haces, Yuujirou? – Touru ha llegado de improviso al cuarto y siento que me congelo en mi lugar, pero siempre he sido muy bueno escapando de estas situaciones.
- Mi tarea, Touru. – Le digo tranquilo, mientras el mira rapidamente sobre mi hombro.
- ¿Tu tarea es un poema hacia mí? – Me mira irónico.
- No es hacía ti, así que no te emociones. – Le digo tratando de parecer distante, algo que he aprendido muy bien de Mikoto.
- No conocemos a otro Touru. – Me sigue mirando con ese rostro inquisidor.
- Es para Touru-hime, tu personaje. – Trato de parecer sincero. – Me gusta tu personaje.
- Ya veo, eso explica el beso frente a mi prima. – Me mira burlonamente mientras siento que mi corazón late con fuerza, pero no me va a vencer.
- Lo hice pensando solamente en que esa tipa se alejara de ti.
- ¿Puedo verlo? – Lo toma sin que pueda evitarlo. Lo lee detenidamente. – Vaya, es genial.
- Gracias. – Le digo viendo hacia otro lado. – Espero sacar un diez en redacción y todo será gracias a mi bella princesa.
- Pues… - Me mira confundido. – No soy muy bueno con redacciones o poesía pero allí no hablas de una princesa, sino de un príncipe. – Mi rostro, sin poder evitarlo, se tiñe de color rojo.
- ¿Cómo?
- ¿Lo escribiste para mí? – Touru se inclina peligrosamente hacia donde estaba escribiendo. Asiento avergonzado. – Me gustó mucho.
- Gracias. – Le digo torpemente. ¿Qué diablos tiene este sujeto que me hace perder mi actitud sarcástica y distante?
- Tú también me gustas mucho. – Me dice acercándose un poco más a mi rostro. Cierro los ojos y espero algo que no sé qué es. De pronto siento un suave beso en mi frente. – Yuujirou-hime es la princesa más hermosa de toda la escuela.
- Gracias… creo. – Le digo un poco desilusionado.
- Pero el príncipe Yuujirou todavía es más hermoso.
- ¿Qué? – Le trato de preguntar pero ahora sus labios están sobre los míos. Un beso mucho más genial que el que nos dimos vestidos de princesas. Dura un par de minutos hasta que abren la puerta y escuchamos un grito…
- ¡Ah! ¿Qué diablos hacen? - Mikoto grita con su acostumbrado dramatismo.
- Nada. – Decimos los dos.
- ¿Cómo nada si yo…? - Sakamoto-sama, que lo viene acompañando, lo toma del brazo y lo arrastra hacia afuera.
- Los esperamos afuera chicos. – Nos dice amablemente.
- ¡No, espera! – Grita Mikoto.
Cuando salen, ambos nos miramos confundidos.
- Bueno… - Dice Touru.
- Bueno… - Digo yo.
- ¡Vámonos! – Me dice mientras toma mi mano. Asiento con una tonta sonrisa en mis labios.
No sé exactamente qué ocurrirá pero no me importa. Por fin pude confesarle mis sentimientos a mi hermosa princesa. Perdón, a mi hermoso príncipe.