Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Premio por Eira Baker

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aaaah, realmente subir fics desde el celular es lo más molesto que existe ò.ó pero dejando de lado eso... Hola, gente bonita!!! Cómo están? :3 yo estaba bien hasta el día de ayer... Y también hace apenas unos cinco minutos atrás (? Ahre jsjsjs ay, en el momento en el cual creo que puedo tomarme un respiro, comiendo un helado y siendo feliz, mi amiga me avisa que la chica con la cual estoy haciendo una competencia volvió a subir un fic :'u y yo no pienso quedarme atrás! >.< Así que me trasnoche y me puse a escribir esto mientras veía una película muy interesante! *o* enserio me gustó, fue increíble! Era de terror psicológico y me atrapó *-* no les pienso decir el nombre porque me inspiró para escribir un fic jajajaja cuando lo suba, ahí diré el nombre uwu y bueno, me puse a ver esa película para no quedarme dormida xD así que imaginen que mis manitos escribían y un ojo miraba la pantalla de mi celular, y el ojo izquierdo veía la tele xD jsjsjsjsjs así que esto quedó bastante extraño eweU 

Quiero agradecer a mi amiga que es un completo amor por leer fics por mi y recomendarme los que sabe que no me harán llorar xD ella tiene corazón de piedra y le vale verga todo, no le afecta nada y siempre le encuentra el humor a todo jsjsjsjsjs desearía ser así :'u yo soy bien pinche sensible T.T con las parejas que me gustan mucho u.u a lo largo de mi vida ví muchos animes y siempre habían parejas que me gustaban, pero respetaba a las demás y no era intensa (? Hasta que ví SNK y quedé profundamente enamorada de la pareja de Levi x Eren T///T me dolía verlos con otros, y creí que solo sería esa pareja... Pero luego ví DN y que caigo enamorada de Mello y Near! Dx y bueno, soy muy celosa con ellos cuatro y sufro cuando leo un fic que pienso que es de mis parejas amadas pero no T.T mi huesitos era quien luego me consolaba :'3 tiene la habilidad de hacerme reír aunque esté llorando, la amo :'3 y por eso yo no reviso si hay nuevos fics, si ustedes escriben y quieren que lo lea, lo hago pero primero pasará por mi amiga (? Jsjsjsjsjs me dejo de blabla xD oh, el resumen era diferente pero se borró y luego no recordé lo que había escrito... Así que le mandé cualquier cosa :D *se pega un tiro* 

Notas del capitulo:

Los personajes de Death note no me pertenecen, de lo contrario Mello y Near estarían felizmente casados, y L junto a Light hubieran sido los padrinos de su boda. Y hubiera sido una gran fiesta, con mucho licor de chocolate (?, dulces y más dulces para comer (cortesía de L), globos de muchos colores (idea de Misa), música de rock (idea de Mello), una gran torta de chocolate como para infartarse y de regalo habrían muchos juguetes y barras de chocolate de las caras, y tal vez algunos juguetes fueron comprados en un Sex-shop (cortesía de Matt que es un buen amigo). Y Near estaría manchado de chocolate porque un ebrio Mello (debido al licor de chocolate) lo estaría manoseando, apretando, besando y aferrándose a él con sus manos manchadas de chocolate en líquido y sin tener en cuenta que él mismo estaba ensuciado de su adicción. Y Near estaría con un adorable puchero, con las mejillas infladas y rojas porque su impecable traje blanco se ensucio y ya saben, el chocolate es difícil de quitar, lo dijo el papá de Rafa, pero se dejaría meter mano porque le encantaba los mimos de su amado Mello caramelo. Elle estaría devorando todo a su paso como aspiradora humana mientras fijaba su atención en la deliciosa torta que lo llamaba a gritos, casi diciendo: "¡cómeme!" Y se pondría a planear un plan super genial y sin fallas para devorarlo él solito sin que nadie se diera cuenta, porque él es L, el gran L, y su inteligencia y creatividad es la envidia de muchos. Light lo estaría vigilando para que no haga sus locuras, pero luego un borracho Mikami se le tiraría encima y luego Elle se pondría celoso y comenzaria a pelear con el pobre Mikami que solo quería un abrazo… y tal vez apretarle una nalga. Y Misa estaría arriba de una mesa cantando a todo lo que le den sus pulmones, y Matt estaría subiendo con ella para cantar un dúo y luego bailar de manera ridícula. Beyond estaría sentado solito en una mesa como inadaptado social porque todos le tienen miedo, pero mucho mejor para él, así no tiene que compartir su mermelada de frutilla. Y los tres lacayos de Near (leanse Rester, Gevanni y Lidner) estarían llorando y limpiándose las lágrimas y los mocos con un pañuelo mientras se sienten felices y orgullosos porque su amado jefecito se esté casando y no vista santos, pero también se sienten tristes y preocupados porque se casó con un maniático sexual, criminal, pervertido, hormonal y peligroso rubio que en la luna de miel de seguro va a dejar sin poder caminar al angelical y virginal albino. Y llegando tarde apareció A, caminando como fantasma tímido hasta sentarse al lado de Beyond, quién se le tiró encima para darle dulces besos de mermelada. Luego llegó una no-invitada (Takada), quien se pegó como una garrapata al brazo de Light, y él comenzó a sonreír nervioso porque ya veía venir el escándalo. Y no se equivocó… Misa se dio cuenta de la presencia de su archienemiga con su super sensor de zorras, y desde la mesa le tiró un pedazo de pastel, con la mala suerte que le diera justo en la cara de Light, y el pobre castaño pegó un grito al sentir la crema entrarle hasta en la nariz, atrayendo la mirada de todos. Takada se molestó y agarró un trozo de pastel para darle a Misa, quién cobardemente puso a Matt al frente de ella, recibiendo el impacto. El amante de los videojuegos cuyo cabello parece rojizo pero en realidad es castaño, pegó un grito de guerra y agarró dos pedazos de pastel para tirarlos al azar. Y así comenzó una batalla de pasteles. Mello no prestaba atención porque estaba más ocupado mordiendo el blanco cuello de Near para dejarle marcas y acariciando su plano vientre que era suavecito, y Near estaba cómodamente sentado en el regazo del rubio y no había recibido ningún trozo de pastel porque sus tres fieles lacayos se pusieron como un muro de protección (quedando como muñecos de nieve por la cantidad de cosas que les tiraron), así que solo se dedicó a suspirar y comer un cupcake de chocolate, manchandose los labios; provocando que Mello dejará su cuello en paz y le pasará la lengua por sus rosados labios, comenzando un beso fogoso… ignorando como los invitados parecían querer matarse con los pasteles, y Elle quien estaba llorando por los pasteles caídos y Light, quien le estaba dando palmaditas en la cabeza como forma de consuelo mientras se limpiaba su divina carita, solo para recibir otro tortazo por parte de Rem. Una gran fiesta sin duda alguna.


Ay, perdón, me dejé llevar :'u fue la emoción y porque ese es el final que siempre quise T.T En fin, ¡con ustedes un nuevo fic Meronia! ¡disfrutenlo! ;D 

 

Premio.

 

En la casa de Wammy se le otorga una recompensa especial a la persona que ocupe el primer puesto de los sucesores de L. 

 

Un premio por ser el mejor en la casa de Wammy. 

 

Y la persona que logró llegar tan lejos por su arduo trabajo fue Mello, con tan solo catorce años superó a los demás niños del establecimiento, aunque algunos de ellos fueran cinco años mayores que él. 

 

Ahora Roger le organizó una fiesta en su honor, con todo lo que le gustaba al chico de ojos azules para celebrar su enorme logro. 

 

Mello estaba sentado en un sofá de cuero, estando rodeado por los demás niños del orfanato que lo observaban con sus ojitos brillando de admiración; lo veían como si fuera la persona más increíble y asombrosa del mundo. 

 

—Como eres el principal sucesor puedes pedir lo que desees —habló Roger, mirando con orgullo al chico de cabello rubio. 

 

—¿Cualquier cosa que yo quiera? —preguntó Mello, apoyando suavemente el mentón en el dorso de su mano. 

 

—Por supuesto, Mello, pide lo que quieras —dice con todo el cariño que siente hacia el chico. 

 

Los ojos azules de Mello cayeron en la figura diminuta del chico nuevo. Un niño albino de bonitos ojos grises que llegó hace tres semanas a la casa de Wammy. El único niño que en esos momentos no lo estaba alabando o viéndolo con adoración como los demás. Y eso ciertamente hería su ego. 

 

—Near.

 

El pequeño levantó la mirada de su puzzle al oír su apodo, mirando con sus enormes e inocentes ojos a Mello, quien le devolvía la mirada con una sonrisa torcida en sus labios.

 

—¿Qué? —exclamó Roger impactado. 

 

—Quiero tener a Near por una semana —exigió el chico rubio con un tono de voz que no aceptaba ninguna negación a su pedido. 

 

Roger lo miró escandalizado.

 

—Mello, no puedes tener a Near, no es un juguete.

 

—¡Pero yo lo quiero! Soy el número uno en la casa de Wammy, merezco tener lo que quiero. 

 

Ante las innumerables quejas y berrinches de Mello, sobre todo por las amenazas de provocar un enorme caos si no le daban lo que quería, Roger tuvo que hablar con Near para convencerlo, no podía simplemente obligar al chico, él tenía que aceptar por su propia voluntad. El pequeño niño de doce años no comprendía del todo lo que ocurría, pero terminó accediendo, algo dubitativo. 

 

Lo primero que hizo Mello cuando Near aceptó fue robarle un beso, juntando sus labios en un casto y suave beso. 

 

Near ensanchó los ojos, pestañeando confundido por ese repentino contacto en sus labios. Mello le sonrió y debido a esa bella sonrisa apareció un dulce sonrojo en las mejillas de Near. A Mello le gustó ver su pálida y perfecta piel de porcelana teñirse de rosa. Sonrió complacido. Near se veía realmente muy bonito así y supo que eligió bien. 

 

Tendría a ese niño precioso en sus manos por siete días. 

 

Y vaya que los aprovecharía bien. 

 

Mello lo agarró de su pequeña mano y lo guío hacia su dormitorio. Near lo siguió en silencio, jugando con un rizo de su suave cabello nevado y sumido en sus pensamientos. 

 

Cuando llegaron a su habitación, Mello lo soltó y se encargó de cerrar la puerta con seguro, luego caminó hacia su ventana para cerrar las cortinas; necesitaba privacidad, y es que nadie podía mirar al pequeño albino de la forma en la cual pretendía dejarlo Mello. Near era suyo y solo él podía mirarlo.

 

Era tan emocionante tenerlo en su habitación, más aún porque pronto lo tendría en su cama y podría hacer con él lo que quisiera. 

 

Ambos niños se miraron fijamente sin apartar la mirada: Mello apreciando su pelo suave como algodón y sus tiernos ojos, y Near moviéndose algo incómodo en su lugar por el silencio prolongado. 

 

—Estoy aquí, ¿qué es lo que debo hacer? —preguntó el menor calmadamente, conservando esa expresión sería que siempre ponía ante cualquier situación, intentando controlar sus nervios. 

 

A Mello le gustó eso. Admiro la tenacidad y valor del chiquillo. 

 

—Quiero que te quites la ropa. 

 

Near jadeó suavemente y lo miró desconcertado. 

 

—¿Qué? 

 

—Sabes que eres mío por una semana, ¿verdad? —se acercó al menor, acariciando dulcemente su mejilla.

 

—Si… —susurro Near, desviando la mirada y sonrojándose un poco. 

 

—Y eso significa que tienes que seguir cada orden mía sin cuestionar ni poner ningún tipo de resistencia, ¿no? —cuestionó alzando una ceja, ahora con sus dedos acariciando los labios regordetes y rosados del menor. 

 

—Lo sé...

 

—Entonces desnúdate, pequeño —repitió el chico mayor, mirándolo con unos ojos insistentes. 

 

Near luego de un rato obedeció, quitándose prenda por prenda con lentitud y un aire desinteresado. No sabía qué pretendía hacer Mello pero mejor hacerle caso. No era nada vergonzoso o malo estar desnudo frente a otro chico, era algo normal, pero lo que si le incomodaba un poco era la mirada tan atenta con la cual Mello lo observaba, haciéndolo sentir algo cohibido.

 

A continuación, Near se acostó en la cama por orden del rubio. Se quedó quieto ahí, tendido boca abajo como quería Mello y con el rostro ladeado hacia la ventana. Mello le miró maravillado, deleitándose la vista con el exquisito cuerpo del menor tendido en su cama, completamente desnudo, pudiendo apreciar sus suaves curvas y como su cabello blanco brillaba intensamente en medio de la tenue oscuridad, haciéndole ver radiante y exótico. 

 

Sin esa ropa blanca y holgada Near no solo era bonito, era bellísimo y lucía irreal. Como una criatura mítica difícil de encontrar. 

 

Near se relajo en las suaves mantas y sintió un aroma dulce venir de la almohada; asumiendo que de seguro era chocolate por el ligero olor a cacao. 

 

—¿Y ahora? —Near lo miro de reojo, curioso. 

 

—Y ahora nos divertiremos mucho tu y yo… —Mello se subió arriba de la cama y lo agarró de sus cabellos para que apoyara su frente contra la almohada, imposibilitando su visión.

 

Near se dejó hacer y solo pudo escuchar como Mello se iba quitando la ropa, dejándola caer al suelo. 

 

Eso lo dejó desconcertado.

 

De repente Near sintió unos cálidos labios en su cuello y un cuerpo caliente apegándose al suyo, hundiendolo más en la cama, aplastandolo.

 

—¿Mello? —preguntó el pequeño con su corazón latiendo un poco más deprisa, en señal de alerta. El rubio iba pasando sus manos por los costados de su cuerpo, acariciándolo. 

 

—Tu piel es muy suave... —dice mientras inclinaba la cabeza hacia abajo y besaba su hombro, depositando muchos más besos por esa zona —. Necesito que levantes tus caderas, Near.

 

El niño pálido siguió su indicación y se puso nervioso al sentir las manos del rubio apretando fuertemente sus glúteos, masajeandolos. 

 

—Mmm... son suaves y rellenitos... —una mordida en ese lugar sacudió el cuerpo del albino, quien soltó un leve quejido —. Me gusta... —Mello sonrió travieso, agarrando cada nalga en sus manos y separándolas, permitiéndole ver la apretada, rosada y virgen entrada del pequeño. El calor fue subiendo por su cuerpo al igual que el deseo que ya nubló sus sentidos; teniendo solo una voz en su cabeza que le ordenaba hacer suyo a Near. 

 

—Mello —llamó confundido el albino, intentando incorporarse. 

 

—No, Near. Quédate quieto —ordenó suavemente, acercándose a él y mordiendo el lóbulo del niño. 

 

Near junto sus labios en una línea recta y guardó silencio, manteniéndose inmóvil mientras Mello seguía tocando su delgada y frágil figura. Fue la sensación de algo duro, caliente y rígido presionandose contra su trasero desnudo lo que le hizo dar un respingo de golpe, sintiendo como su rostro se ruborizaba en su totalidad. 

 

¿Lo que sentía frotándose contra él era la erección de Mello?

 

Near lo volteo a ver sobre su hombro, mirando al rubio con una gran confusión y sus mejillas ardiendo. 

 

¿Acaso Mello planeaba… tener relaciones con él?

 

Nunca antes había hecho algo así o siquiera lo habían tocado tan íntimamente, y para él eso era muy extraño porque se supone que la finalidad de tener relaciones sexuales era la de procrear, la reproducción, o eso le enseñaron. Pero los dos eran chicos y algo como eso sería imposible para ellos. 

 

¿Entonces que pretendía Mello?

 

Un gemido se escapó de sus labios al sentir la húmeda lengua del niño mayor en su orificio, metiéndolo un poco dentro suyo. 

 

—¡N-no! ¡Por favor detente!

 

Mello lo ignoró y metió su lengua más adentro, mojando la entrada de Near con su saliva. Agarró los pequeños glúteos del niño y los masajeó con cariño, mordiendo cada uno con lujuria desmedida. 

 

—¡Mello, ya para! 

 

El rubio volvió a meter su lengua y luego lo saco, haciéndolo en reiteradas ocasiones hasta que se sintió satisfecho y entonces se apartó. Le hizo darse vuelta, dejándolo acostado sobre su espalda. Acarició las piernas desnudas del pequeño hasta llegar a sus muslos. Sus manos finalmente abrieron las piernas de Near, quien inconscientemente las había mantenido cerradas, y vio con una sonrisa socarrona la mojada e inexplorada entrada de Near que se contraía. 

 

Near intentó cerrar sus piernas, siendo difícil porque el rubio estaba en medio. Entonces empujó el pecho del contrario. 

 

—N-no… espera… ¿Nosotros vamos a…? —no pudo terminar de hablar, Mello lo callo con un beso apasionado y feroz, mordiendo sus labios y jugando con su lengua. Near gimió en medio del beso y Mello atrapó su lengua entre los labios, succionando un poco y volviendo a juntar sus bocas desesperadamente. 

 

Mello finalizó el beso cuando Near se quejó y suplico por aire, pateando un poco. 

 

—Si, Near… —tomo una bocanada de aire, besando tiernamente sus labios en cortos besos—. Vamos a hacer el amor. 

 

Esa expresión jamás la escuchó Near y no supo comprender bien a qué se refería Mello con: "hacer el amor". 

 

Las manos de Mello comenzaron a vagar por la piel expuesta de Near, llegando a sus pezones rosados; pellizcando esos delicados botones y frotandolos con su pulgar. A Mello le gusto como el cuerpo de Near se estremecía debajo suyo y lo cálida que se sentía su piel de alabastro. 

 

—Mgh… ah… aah… —Near se retorció y suspiro acalorado, comenzando a cerrar sus párpados y echando la cabeza hacia atrás.

 

Mello comenzó a morder agresivamente la zona vulnerable de su cuello y besó su mentón hasta llevar sus labios hasta la boca del menor. Near gimió cuando Mello comenzó a besarlo de forma demandante, magullando sus labios y aprovechando cuando jadeo un poco para meter otra vez su lengua en la cavidad de Near, empezando a acariciar su lengua con la de él.

 

Cuando Mello rompió el beso no pudo evitar que una sonrisa arrogante se formará en su rostro cuando vio el estado en el cual dejó al de cabellos blancos con uno de sus besos. El niño estaba con sus mejillas de color carmín y su respiración agitada, mirándolo con sus bellos ojos grises entrecerrados y brillosos. 

 

—Dobla tus piernas y abre las rodillas.

 

Near cambió su mirada a una exaltada. 

 

—¿Por qué? —pregunto suavemente, su voz temblando un poco porque ya intuía la respuesta. 

 

—Ya sabes… para que pueda prepararte bien y que tú pequeño agujerito pueda abrazar bien mi polla. 

 

El rostro de Near se puso rojo al oír aquellas palabras tan vulgares. Respiró hondo y dejó de intentar apartarlo. No sé animaba a decir nada en contra de eso, de lo que iba a pasar. Mello tenía todo el derecho, lo había reclamado y él ya había aceptado. No podía hacer nada, ¿cierto? Así funcionaban las cosas. Mello era el ganador... Y había reclamado su premio. 

 

El más joven dobló sus piernas y las sujetó contra su pecho con las manos. 

 

Mello le sonríe levemente por su acción y besa su pequeña nariz con cariño. Agarra su erección y frota la punta de su verga roja contra la parte íntima del menor, untando su líquido preseminal en ese rosado orificio.

 

Near soltó una especie de jadeo ahogado, sintiendo como su rostro se sonrojaba aún más y su corazón latía descontrolado. Intentó nuevamente cerrar sus piernas pero el niño mayor lo impidió. 

 

—¡M-Mello! —se quejó cerrando sus ojos fuertemente, muerto de vergüenza, en serio se sentía vulnerable y extraño, su cuerpo estaba caliente y no dejaba de estremecerse por esas caricias en su entrada. 

 

Mello se alejó con una risita divertida y rodeó la yema de su dedo alrededor del agujero apretado de Near, sonriendo cuando logró escuchar un gemido en voz baja por parte del menor. Deslizó ese dedo dentro suyo y Near clavó sus pequeñas uñas en su piel, acallando su gemido de dolor al morderse los labios.

 

Mello inclinó la cabeza de Near hacia un lado, teniendo un poco más de espacio para lamer y besar el cuello expuesto del dulce niño. Los dientes rozaron la delicada piel y florecieron delicados hematomas que Mello se encargaría de que durarán para siempre, juntando sus cuerpos calientes. 

 

El chico de vivaces ojos azules comenzó a descender su boca y dió algunas lamidas a los pezones de Near, jugando con los bonitos botones con su lengua, succionando y chupando.

 

Una parte de Near quería pedirle a Mello que se detuviera, que no quería hacerlo, pero las palabras no salían de sus labios. Era como si su cuerpo traidor hubiera tomado el control de todo su ser y le obligará a quedarse callado y seguir adelante con esas deliciosas sensaciones, solo dejándose hacer. 

 

Mello frotó el agujero de Near, sumergiendo aún más su dedo y moviéndolo poco a poco. 

 

Near gimoteo, perdiendo la compostura. No quería mostrar nada, pero Mello estaba forzandolo a sacar sus expresiones y emociones más ocultas. 

 

—¡Aah! —Near jadeó levemente de dolor al sentir que Mello introducía un segundo dedo en su interior.

 

—Ya pasará, Near… —beso aquel rostro que era delicado y hermoso como el de un hada del bosque, bajando su mano libre para envolver el miembro del menor, acariciándolo de arriba a abajo con lentitud. 

 

Pasado el tiempo, tres dedos ya se hallaban dentro de Near, quien soportó todo el proceso de dilatación sin emitir ni un sonido de queja. Fue doloroso pero no detuvo a Mello. Esos dedos que hurgaban en su interior comenzaban a sentirse bien, junto a la mano que lo masturbaba.

 

Pero la confusión no abandonó su mente. 

 

¿Debía pedirle a Mello qué parará todo eso?

 

Pero Near quería seguir. Esas emociones eran nuevas para él y jamás las había sentido. Quería llegar hasta el final. 

 

Si ahora se sentía bien y con el cuerpo ardiendo, ¿Al llegar al final se sentiría mucho mejor?

 

Pues Near quería descubrirlo. 

 

Mientras tanto Mello solo se dedicaba a admirar la deliciosa expresión del menor; sus rasgos finos y su cabello desordenado, sus carnosos labios entreabiertos con la respiración agitada y los ojos perdidos por el placer, luciendo cristalinos y exóticos por el brillo que tenían.

 

Comenzó a mover sus dedos con más rapidez, obteniendo como recompensa más dulces sonidos del pequeño albino y su bella figura retorciéndose debajo suyo.

 

Ejecutó algunos movimientos más y percibió que Near ya estaba lo suficientemente dilatado para poder recibirlo. Se dispuso a retirarlos pero la voz de su amado niño lo detuvo. 

 

—¿E-esto…? —comenzó a decir Near, tragando saliva y continuando; — Lo que estamos por hacer... ¿Está bien?—lo miró con sus ojos grisáceos y vidriosos. Su respiración estaba entrecortada y su cuerpo se sentía en llamas.

 

—¿Te gusta, Near? —susurro con lujuria, pasando su lengua por la suave mejilla del niño. 

 

—Sí —lo que salió de sus labios rojizos fue más un jadeo que una afirmación, arqueando la espalda por los placeres incontrolables de su cuerpo. La sensación era agradable. Los dedos de Mello clavándose profundamente en su interior le gustaba. 

 

—Entonces si está bien… 

 

Near gimió en protesta cuando sintió los dedos de Mello retirarse de su interior. Mello lo miro divertido. Near suspiro y se acomodó en la cama, cerró los ojos cuando vio a Mello quitarse la ropa restante, sentía nerviosismo pero más que nada ansiedad. 

 

Necesitaba más. No tenía suficiente.

 

Sintió a Mello posicionarse encima suyo, acariciando su muslo y subiéndole la pierna. Near tragó saliva, la respiración de Mello chocaba contra sus labios y su cuerpo caliente se apegaba al suyo, sin dejar ningún espacio entre ellos. 

 

Mello acarició su propio pene y lo cubrió con saliva, preparándose para meterse en Near. Acercó su miembro hacia la entrada del albino y fue hundiendo lentamente la punta. Su saliva que sirvió como lubricante ayudó que su endurecido pene se deslizara profundamente dentro de Near. 

 

—Ugh… —la sensación de ser empujado por algo increíblemente caliente y palpitante fue doloroso para Near. Era un dolor que se extendió por toda su parte baja y provocó que sus piernas temblaran.

 

Quiso gritar pero Mello presionó sus labios contra los de él y comenzó a besarlo, acariciando sus cabellos con una mano y entrelazando los dedos de Near con los suyos con su mano libre. Near abrió la boca con vacilación y Mello aprovecho eso para ingresar su lengua, masajeando la lengua contraria. Near disfrutó del beso, pero su rostro se arrugó por el dolor e incomodidad de la penetración. 

 

Near rompió el beso y llevó sus manos hacia los hombros de Mello, apretandolos entre sus frágiles dedos. 

 

—N-no te muevas… Aún no —suplicó el menor, gimiendo ligeramente de dolor. 

 

Mello no se negó, aunque era difícil, las cálidas paredes internas de Near envolviendo su miembro se sentía jodidamente bien, era muy placentero y delicioso. Acarició las piernas del menor y besó uno de sus rosados pezones, metiéndolo en su boca y chupando, pasando su lengua una y otra vez, mordisqueandolo. Pasó al otro pezón y le dió el mismo trato, hasta dejarlo erecto. Repartió besos por su cuello y llegó a los dulces labios del niño pequeño.

 

Near se fue relajando por las caricias de Mello, pero aún no se atrevía a abrir los ojos, los mantuvo fuertemente cerrados y solo se dedicó a corresponder los besos abrasivos del rubio. 

 

Se besaron mucho y luego de unos minutos Near ya no sentía ningún tipo de dolor por la intromisión, su cuerpo se sentía muy caliente y le gustó sentir a Mello dentro suyo, clavado profundamente en su interior. 

 

Mello detuvo el beso y miró intensamente a Near, esperando que le diera el permiso de moverse, realmente lo necesitaba. Dentro de Near se había vuelto tan caliente y húmedo. Simplemente perfecto. 

 

—N-Near —suplicó desesperado, ansioso de penetrarlo una y otra vez hasta culminar en su interior.

 

El pequeño lo miró y lo atrajo de la nuca para apoyar su frente contra la suya, sin apartar la mirada del otro. 

 

—Puedes moverte… 

 

Mello le sonrió y comenzó a balancearse sobre él, pequeños movimientos de caderas que a Near le provocó un agradable cosquilleo en el estómago. Tarareó felizmente por la sensación mientras lo abrazaba del cuello. Era demasiado. Esas sensaciones que atacaban su cuerpo sin piedad estaban haciéndole perder el control.

 

—Eres tan estrecho… Se siente muy bien dentro tuyo… —habló Mello soltando un ronco gemido, besándolo suavemente en los labios.  

 

Mello deslizó su miembro hasta que solo la mitad estuvo dentro, para después volver a penetrarlo de golpe. Near gimió fuerte, abandonando los labios del rubio, disfrutando de aquella gloriosa sensación que recorrió todo su cuerpo. Se aferró a Mello con mayor fuerza y abrió aún más sus piernas, envolviendolas alrededor de la cintura del rubio; en busca de más contacto.

 

Las embestidas pasaron de lentas y suaves a frenéticas y fuertes cuando Near se había relajado por completo, aceptando al rubio, jadeando fuerte con cada embestida de Mello. El vaivén se iba volviendo cada vez más rápido y más delicioso tanto para Near como para Mello. 

 

—¡Aaah, Mello! ¡Más, por favor! —suplico el menor, gimiendo por el placer que azotaba su cuerpo. 

 

—M-maldicion… —Mello lo tomo de las caderas y aumento la velocidad de sus movimientos, sacando su sexo hasta la punta y metiéndolo por completo, jadeando por la deliciosa sensación.

 

—¡Ah! Mgh… si… —pequeños suspiros satisfechos se escapaban de los labios rosados de Near, sin soltar a Mello y cerrando sus ojos con relajación.

 

El moviendo dentro de Near se volvió excesivamente fuerte y rápido, escuchandose el morboso sonido de sus pieles al chocar y haciendo que el cuerpo de Near se sacudiera de arriba a abajo. El albino tuvo que morderse el labio para no ponerse a gritar de éxtasis y locura.

 

Mello movió una de las piernas de Near para colocarla encima de su hombro, comenzando a empujar más rápidamente y metiéndose profundamente dentro de Near, chocando duro contra su interior.

 

Near no pudo evitar gritar extasiado mientras arqueaba la espalda, delirando del inmenso placer que recorrió su cuerpo cuando Mello tocó su próstata. 

 

—¡A-Ahh! ¡Mello! Nnngg… ha-... haa-...

 

Ambos se miraron, sus rostros estaban separados por pocos centímetros. Sus respiraciones salían en jadeos, sintiendo el aliento caliente contra sus labios, embriagando sus sentidos. 

 

Oír cómo el diminuto albino gimoteaba de placer debajo suyo fue demasiado agradable para Mello, quien en busca de más de esos lascivos sonidos levantó las caderas de Near y de un solo movimiento lo embistió fuertemente hasta meterse bien al fondo.

 

—¡Hhaa! ¡Aaah! Uwagh… haaa… s-sigue… golpéame ahí otra vez… —pidió entre gemidos, deseoso de sentirlo aún más dentro suyo —. M-Mello… ¡quiero más! —gritó mientras se retorcía ligeramente en la cama y empujaba sus caderas hacia Mello en busca de más.

 

El chico mayor siguió empujando rápido, golpeando ese lugar especial en el interior de Near una y otra vez, sintiéndose ansioso y desesperado por depositar su semen en lo más profundo de las entrañas de Near. Quería hacerlo, marcarlo como suyo. 

 

—¡Mgh! 

 

Los gritos de Near se hicieron más intensos conforme Mello aumentaba la velocidad de sus embestidas. 

 

—No pares… no pares...

 

La habitación se llenó de los gemidos de Near y de los jadeos de Mello, junto al sonido de la cama rechinando por los bruscos movimientos. 

 

Mello sacó su miembro y empujó las piernas de Near más arriba, haciendo que sus rodillas estuvieran pegadas a la cama. Near entreabrió los ojos, viendo borroso, pero pudo notar como Mello le sonreía.

 

—Siempre quise tenerte así… Entregado a mí —Near grito cuando Mello se metió de una sola estocada, comenzando a moverse con embestidas rápidas y feroces sin darle tiempo a nada.

 

La habitación se había llenado de sonidos de "ah" y "oh" que venían de Near, siendo música para los oídos del rubio.

 

Mello sentía el orgasmo acercarse, estrujó a Near contra la cama y dió unas últimas duras y furiosas embestidas que hicieron a Near salivar y que sus dulces ruidos se volvieran gritos acalorados. Near deslizó sus piernas y las enredó en la cintura del rubio, apretandolas con fuerza para acercarlo más. 

 

Mello apretó los dientes, temblando visiblemente cuando llegó al clímax, derramándose abundantemente dentro del pequeño. Near se tensó y rasguño la espalda de Mello, soltando un grito caliente al sentir ese líquido ardiente y pegajoso invadir sus entrañas. Un empujón más a su próstata y Near se vino fuertemente, manchando su vientre con un líquido cremoso y traslúcido.

 

El rubio siguió moviéndose hasta que terminó de derramar todo su semen dentro de Near. El pequeño desenredo sus piernas de la cintura del chico mayor y Mello cayó agotado sobre él, escuchando como los resortes del colchón crujieron levemente por el peso. Near jadeó suavemente y dejó caer sus piernas sobre la cama, sintiéndose exhausto. 

 

La respiración de Near fue irregular y su rostro estaba completamente sonrojado y sudoroso, sintiendo como el rubio se levantaba de su encima y sacaba despacio su miembro de su cuerpo, provocando que rastros de semen mancharan los muslos de Near y la cama. 

 

Near miró entre sus piernas y se sonrojo profundamente al ver la semilla de Mello salir de él. Subió la mirada hacia Mello y sintió escalofríos por la mirada lujuriosa del chico mayor. 

 

—E-esto es todo, ¿verdad? —preguntó Near en un suspiro, juntando sus piernas y tratando de alejarse un poco. 

 

—¿Todo? —pregunto incrédulo Mello con una sonrisa de medio lado —. ¿Por quién me tomas, Near? No pararé hasta que te desmayes, eso te lo aseguro.

 

Mello tomó sus piernas con violencia y Near chillo cuando estás fueron abiertas de forma agresiva. 

 

El joven de cabellos rubios volvió a meterse dentro de su cuerpo, ocasionando un par de reclamos por parte de Near, quien luego gimoteo de inevitable gusto al sentir como Mello volvía a penetrarlo hasta el fondo. 

 

En esa posición Mello vio con perfección como ese agujerito rosado que lucía tan pequeño se tragaba con hambre su hombría, recibiéndolo sin ningún tipo de problema.

 

—¿Qué tan buena es tu resistencia? —no le dejó responder y rápidamente se apropió de sus dulces labios, profundizando inmediatamente el beso al juntar sus lenguas. 

 

Se fueron besando mucho y de la comisura del labio de Near se escapo algo de saliva que se iba deslizando por su mejilla sonrojada hasta perderse en sus cabellos albinos.

 

Mello se movió delicadamente, en un vaivén lento y dulce, provocando un sonoro gemido del niño. 

 

—M-más… —Near se apartó de sus labios, obteniendo un gruñido disconforme del rubio —. Quiero que te muevas más… Ngh… M-Mello… —jadeaba sin poder contenerse, sintiendo el doble de placer por su cuerpo aún sensible. 

 

Mello reclamó nuevamente los hinchados labios del menor en un beso exigente y furioso. Near cerró los ojos y abrazó a Mello, sintiendo como este iba aumentando el ritmo de sus penetraciones. 

 

Se aferraron el uno al otro de manera desesperada, besándose con ímpetu en los labios y con Mello empujando con más fuerza, siempre chocando contra su próstata. 

 

Near rompió el beso para gemir y Mello lamió su cuello, clavando sus dientes en ese lugar mientras movía las caderas con más violencia, sometiendo a Near nuevamente contra la cama.

 

—Oh dios, Mello… —le recorrieron espasmos placenteros mientras el joven de cabellos rubios lo embestía fuertemente, provocando que el ruido de chapoteo entre sus cuerpos se hiciera más fuerte y obsceno.

 

El rubio se levantó y se sentó sobre sus talones, agarrando a Near por los tobillos para alzar sus piernas al aire, buscando enterrar su sexo en lo más profundo de Near. Le gustó la vista de ese pequeño agujero albergando su enorme miembro una y otra vez. 

 

—Te ves muy bien así… con tu culo tragandose mi pene… —gruño Mello sacando su hinchado miembro hasta que solo la punta estuvo dentro y lo embistio de golpe, moviéndose velozmente; follando a Near de forma frenética. 

 

De los hinchados labios de Near solo salían gemidos escandalosos y muy ruidosos, con su dulce carita desencajada entre sensaciones de placer y locura por el fuego que sentía en su vientre. Bastó un par de penetraciones más para que Near llegará al orgasmo, derramando su semilla en su estómago con un largo gemido. 

 

Mello gruñó al sentir el interior del albino estrechándose y apretando su hombría con excesiva fuerza. Aumentó el ritmo de sus embestidas y continuó empujando sin piedad dentro suyo hasta que alcanzó su clímax, derramando sus jugos calientes dentro de Near, haciendo que el niño soltara un grito caliente por la deliciosa sensación, disfrutando del ardiente semen del rubio en sus entrañas. 

 

Ambos se quedaron quietos, intentando controlar su respiración y recuperar fuerzas. 

 

El chico mayor lo soltó y pasó un dedo por el vientre de Near, recogiendo un poco del líquido blanquecino y llevándose la sustancia a su boca. 

 

—Mmh… Al parecer no solo te ves delicioso, sino que tú sabor es igual de sabroso —se acercó a su cuerpo y lamió más del semen del niño. 

 

Near lo miró atentamente con sus grisáceos ojos brillando.

 

—Mello… 

 

—¿Qué? —pregunto depositando suaves besos en su rosada mejilla. 

 

—Hagámoslo otra vez. 

 

A Mello se le formó una sonrisa traviesa en el rostro y Near le correspondió el gesto, empujando a Mello para que cayera de espaldas en la cama.

 

Inmediatamente se subió encima suyo, ubicando la virilidad del rubio entre sus nalgas y moviéndose sensualmente arriba de él, balanceándose de atrás para adelante. 

 

—Aah, Near… 

 

Mello colocó sus manos sobre la tersa cadera, acelerando los movimientos de Near. 

 

El albino gimió suavemente y no lo soporto más, agarró la erección del rubio y acaricio su anillo con la punta del falo de Mello, metiendo sorpresivamente ese delicioso pedazo de carne dentro suyo, gimoteando dulcemente al tenerlo enterrado profundamente en su cuerpo, chocando contra su próstata.

 

—¡Ah! —Near tembló de pies a cabeza y tuvo que tomarse unos segundos para controlar los espasmos de su cuerpo. 

 

—J-joder… —Mello apretó los dientes y cerró los ojos, disfrutando de aquella sensación maravillosamente placentera a la cual se iba volviendo adicto. 

 

Near miro a Mello con sus ojos llorosos y sus mejillas sonrojadas, su cuerpo ya se había acostumbrado al duro miembro dentro de él y meneó sus caderas suavemente. 

 

Mello comprendió y clavó sus dedos en la delicada carne del menor, sacando y metiendo bruscamente su pene dentro del acogedor cuerpo de Near, moviéndose como un salvaje, con su sexo golpeando la maltratada próstata del pequeño con cada frenética embestida.

 

—¡Aah!... ¡Ah!... ¡Ah!... Mmmh… —Near jadeó con dureza y lo miró con emoción, con su barbilla goteando saliva resplandeciente. Se inclinó para capturar los labios del chico con los suyos para besarlo profundamente.

 

Mello correspondió el beso con la misma pasión mientras gemía contra su boca, las paredes del chiquillo palpitaban alrededor de su hombría y se sentía muy bien. 

 

Apartaron sus labios unos pocos centímetros para tomar aire, la saliva los unía y Near lo miró con adoración, con sus ojos oscurecidos de placer, lamiéndose los labios para romper ese delgado hilo de saliva y besar la comisura del labio del rubio. 

 

Mello follo durante largas horas al pequeño, cambiando posiciones, yendo lento y profundo, luego rápido y fuerte, besándolo en los labios, mordiendo su suave piel blanquecina, adornandola de chupetones y dejando su piel llena de marcas rojizas, eyaculando una y otra vez en su interior, con Near gimiendo fuertemente de felicidad cada vez que sentía la semilla de Mello derramándose dentro suyo, gimiendo su nombre y lloriqueando por más, pidiéndole que siguiera. 

 

Y no pararon, Mello lo tenía jadeando contra la pared mientras le introducía una y otra vez el falo, escuchándolo gritar descontrolado mientras lo enculaba con fuerza y salvajismo; con Near moviendo sus propias caderas hacia atrás para sentirlo más adentro suyo. 

 

Mello salió de su cuerpo y le dió vuelta, cargando al niño en sus brazos. Amo como el orificio de Near seguía luciendo tan diminuto y cerrado a pesar de la infinidad de veces que copularon y fueron uno. Se volvió a meter de una sola estocada y reanudó las penetraciones, saliendo y entrando cada vez más rápido, con su verga chorreando líquido preseminal y escapando de su unión, manchando el suelo. Apretó los glúteos gordos de Near y los abrió, logrando meterse aún más profundo en él.

 

—¡AH! ¡M-Mello! —soltó un alarido de placer, sintiéndose muy satisfecho cada vez que Mello lo llenaba con su hombría gruesa —. Si… si…

 

Los dulces sonidos que hacía Near lo estaban enloqueciendo y excitando aún más, atrayéndolo de sus cabellos para tener largas sesiones de besos húmedos y apasionados mientras juntaban sus cuerpos. 

 

Fue una semana de sexo intenso, dónde Mello sometió al pequeño a su antojo, dejándole pocas horas para dormir o comer. 

 

[...]

 

Pasó un año y Near escaló alto, llegando a ocupar el primer puesto en la casa de Wammy, dejando a Mello en segundo lugar. 

 

Roger organizó una hermosa fiesta al aire libre para Near cuando llegó la primavera, con el aroma floral invadiendo las fosas nasales de todos los presentes y la suave brisa haciendo bailar sus cabellos.

 

Mello observó el evento con aburrimiento, apoyándose contra el tronco de un árbol perezosamente y mordiendo una barra de chocolate.

 

—¡Felicidades, Near! —gritaron todos a coro, emocionados. Mello solo bufo. 

 

—¿Qué vas a querer, Near? —preguntó Roger entregando una porción de pastel al pequeño niño.  

 

Ya ignorando aquel evento, Mello rompió un cuadrito con sus dientes y mastico con cuidado, colocándose un mechón de su cabello detrás de la oreja. 

 

Al volver a mirar hacia los demás, noto que la mirada del pequeño albino estaba sobre él.

 

—Casarme con Mello. 

 

Todos soltaron un grito de sorpresa y mantuvieron una expresión de asombro, mirando a Near y luego a Mello, así una y otra vez. 

 

—¿Disculpa? —preguntó Roger, esperando haber escuchado mal. 

 

—Quiero casarme con Mello. 

 

Near no desvió sus ojos del chico mayor mientras repetía lo que dijo. Una fugaz sonrisa se dibujó en su rostro y se acercó hacia el rubio, bajó la mirada de todos los espectadores tomó gentilmente la mano de Mello entre las suyas. 

 

—Mihael Keehl... Te casarás conmigo y no aceptaré ninguna otra respuesta que no sea si.

 

Mello solo sonrió, acariciando con su mano libre la suave y rosada mejilla del menor. 

 

—No pensaba negarme… —habló entre pequeñas risas divertidas.

 

El más joven sintió unas mariposas revoloteando en su estómago y su corazón acelerándose. 

 

—Dime que me amas —ordenó Near, acercándose demasiado al otro. 

 

—Te amo, Nate River.

 

Y juntaron sus labios en un dulce y cariñoso beso, sin importarles que los demás soltarán gritos más escandalosos de sorpresa. 

 

The end.

 

Notas finales:

Estuve pensando mucho en el final, de veras (? Y al final decidí por algo simple porque este es un oneshot feliz y divertido y corto... Y con sus cosas raras eweU 

Gracias por leer~ 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).