Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bambi se casó con un león por yuniwalker

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

"¿De verdad habrá un restaurante de soba en lo profundo de las montañas del este?"

Chika murmuró esto para si mismo. Luego se cepilló el flequillo, ligeramente más largo que hace dos estaciones, de color castaño claro, y miró el camino con una cara un tanto desesperada. A pesar de que era mediados de abril, el aliento de Chika era blanco y pesado, así que, ya que estaba vestido con una playera de corte fino, un pantalón de costura de rayas delgadas y una chaqueta de mezclilla, lógicamente pareció ponerse a temblar.

Llevaba ya tres horas caminando desde que se bajó del autobús, justo al pie de la montaña. Al principio había logrado ver algunas casas aquí y allá, pero ahora ni siquiera lograba observar las pequeñas cabañitas del inicio o a los animales de campo y además, el camino se estaba haciendo cada vez más y más estrecho.
Ya estaba detrás de las montañas para ese momento y tampoco podía ver la luna en el cielo. Además, los alrededores estaban envueltos en pura oscuridad y si no fuera por la luz de las estrellas, entonces definitivamente se habría paralizado de miedo en un segundo. 

Había pasado un mes desde que el padre de Chika, Yuzo, que dirigía un restaurante de soba llamado "Kanoya", falleció. En realidad, Yuzo acogió a Chika, que había sido abandonado en la puerta trasera de la tienda, y lo crío sin ayuda de nadie. Sin embargo, el día de la ceremonia de graduación de su escuela preparatoria, lo que esperó a Chika cuando regresó a casa fue el cuerpo de Yuzo, quien se había quedado aturdido en la cocina, tan mal que perdió el conocimiento.

Por un momento, la cabeza de Chika se quedó en blanco pero, tan pronto como recobró el sentido, corrió hacia Yuzo, lo sujetó y gritó desesperadamente su nombre. Al mismo tiempo, se sorprendió al descubrir que el cuerpo de su padre adoptivo se había vuelto increíblemente delgado. Casi un palo.

"¿¡Papá!? ¡Papá!"

"Chika. Oh, perdón, mi querido niño... Quiero... Yo quiero..."

Al escuchar la voz de Chika, Yuzo aclaró su conciencia vacía y obligó a su rostro pálido a esbozar una sonrisa astuta que hizo que sus labios se pusieran a temblar.

"En el cajón del armario, hay una carta dirigida a mi. Yo... Tienes que ir con ese hombre ¿De acuerdo?"

Yuzo le dijo eso a Chika, con grandes gotas de sudor en la frente y los ojos desenfocados. 

"Es... Es algo que necesitas hacer."

Chika no podía entender lo que estaba pasando. Después de graduarse de la escuela, prometió que lo ayudaría en la tienda tanto como fuera posible. Pensó que finalmente podría pagarle por criarlo hasta los 18 años y, ahora...

"Yo... Yo quiero..."

Pero inmediatamente después perdió el conocimiento por segunda vez y nunca más se despertó. 

El médico del hospital, que fue llevado en ambulancia hasta la tienda, se inclinó frente a Chika diciendo que no podía determinar la causa de la muerte de Yuzo. Todo lo que se encontró fue que los múltiples órganos internos del hombre no cumplían con sus funciones, pero no fue posible esclarecer qué causó la falla.

Después de eso, Chika estuvo ocupado con los funerales, varias formalidades y clasificando sus pertenencias una por una, y por eso mismo no tuvo tiempo de lamentarse por la muerte de Yuzo. Debido a que tenían un préstamo, se vio obligado a desalojar la tienda y la residencia donde se alojaba, se deshizo de sus enseres domésticos y dejó sus pertenencias personales en el maletero de un viejo vehículo que ya no funcionaba. Lo que quedó fue una libreta bancaria a nombre de Chika y una solo carta escrita por Yuzo. Estaba con su letra, el nombre de cierto restaurante de soba y un mapa simple. El dueño del restaurante de soba pareció ser el único discípulo que tuvo Yuzo antes de hacerse cargo de Chika definitivamente. Su amigo, tal vez.

"Estoy realmente solo. Me pregunto qué pasará a partir de ahora". 

Chika se dio cuenta de la realidad que venía con la muerte de su amado padre adoptivo. Se trataba del terco Yuzo después de todo: Para no preocuparlo, debió haber evitado mostrarle su horrible condición física hasta que fue demasiado tarde. Además, él siempre había querido verlo muy, muy feliz. Más que a nadie.

La esquina interna de sus ojos se calentó y por eso mismo, comenzó a llorar con todas sus fuerzas. Casi como lo haría un bebé. Pero rápidamente se secó las lágrimas con el dorso de la mano y repitió:

"Si lloro en un lugar como este, mi padre me regañará..."

Entonces, apretó los dientes y comenzó a caminar de nuevo, mirando hacia delante de la pendiente suavemente ondulada que tenía justo en frente
Después de eso, tal vez anduvo por su cuenta durante unos treinta minutos aproximadamente y, justo al final del camino lleno de piedritas, apenas lo suficientemente ancho como para permitir la entrada de los automóviles, vio una luz que parecía pertenecer a la casa de alguien. 

"¿Es allí?"

Mientras se acercaba, vio una casa vieja que parecía sacada de un cuento de hadas: El techo de paja, cubierto de malas hierbas, estaba medio engullido por los arbustos que había detrás y las paredes de tierra daban la ilusión de que se iban a derrumbar en cualquier momento. Si no fuera por las luces y un par de sombras en el interior, habría sido difícil creer que alguien realmente viviera allí y, sin embargo, incluso mirando la nota en su mano, sentía que este era el lugar. 

"¿Este es el lugar correcto? ¿Es la tienda del aprendiz?"

Pero estaba muy cansado como para darse la vuelta y volver ¿Cuánto tiempo habia pasado desde que dejó Tokio? La mochila que llevaba en la espalda le había dejado la piel pesada como piedra y por eso mismo sus piernas estaban hinchadas y pegajosas. No mucho, pero hasta había sentido que ya no podía caminar más y mucho menos respirar decentemente. Incluso si este no era el restaurante del aprendiz de Yuzo, no tenía más remedio que pedirle que le dejara quedarse aquí por una noche. Solo hasta que se sintiera mejor.

Chika tragó saliva y miró a la antigua puerta corrediza. Luego, cuando abrió la boca y respiró hondo, levantó la voz con todas sus fuerzas y dijo:

"¡Disculpe!¿Hay alguien aquí?" 

¿Será que estaba fuera? 

"Vengo desde Tokio. Estoy buscando un restaurante de soba llamado "Shishi Soba" y pues..."

Chika estaba mareado. No había logrado dormir mucho desde que murió su padre, así que incluso hacer esto se sintió muy difícil. 

Chika reunió todas sus fuerzas nuevamente y gritó con la voz más fuerte que jamás había tenido: "¡Mi nombre es Chika y soy de Kanoya en Tokio! ¡Vengo en nombre de mi padre!"

Y fue entonces cuando sintió que sus dedos se tensaban. El rugido de una bestia desconocida salió de la nada

"¿... Qué es eso?"

En la mente de Chika, se dibujo un letrero que decía "Cuidado con los osos", y que había observado en un sendero de la montaña. Inmediatamente después, la puerta corrediza cayó con una fuerza aterradora y justo cuando pensaba que venían contra él, un rugido salvaje, que hizo eco en su estómago, le ocasionó también una vibración exagerada en los tímpanos. 

Grrrrrrrrrr!"

Sonaba más como una explosión que un rugido.

No había tiempo para pensar en lo que era así que Chika simplemente se dio la vuelta como para poder enfrentarlo. Sin embargo, al momento siguiente, el cuerpo del joven fue jalado hacia atrás con una fuerza bastante anormal. Solo atinó a decir "¡Ah!" Y entonces, sintió que estaba flotando en el aire para terminar estrellándose con fuerza contra el suelo. 

"¡Ugh!"

Había dejado escapar un gemido por el impacto, pero la mochila que llevaba se convirtió en un cojín y apenas sintió dolor gracias a eso. Sin embargo, como una tortuga volcada, la maleta, grande y pesada, se volvió en un enemigo e incluso si intentaba levantarse, no podía moverse ni un solo centímetro. 

"Fuuuuuu."

Un cálido suspiro rozó débilmente la frente de Chika. 

"¡...!"

Chika jadeó al ver a la bestia. Tenía una melena marrón oscura con abundante pelo y ojos levantados que brillaban en dorado. Poseía un hocico gigante y entreabierto, con colmillos afilados y una lengua muy gorda y rosada. Estaba babeando tanto que la cantidad de saliva que estaba escurriendo desde la punta le pareció honestamente exagerada.

"Un... Le-León..."

Se preguntó si estaba soñando e incluso los ojos de Chika se abrieron el doble de su tamaño original. Fue un momento doloroso después: El león abrió mucho la boca y mordió el hombro derecho del joven utilizando la parte de arriba de la quijada.

"¡Ah!"

Con un breve chillido, el arnés del hombro de la mochila se hizo pedazos. A continuación, el león mordió la manga de su chaqueta de mezclilla y rasgó fácilmente la gruesa tela de su ropa hasta terminar por volverla un montón de trocitos. Estaba tan asustado que no podía moverse así que, mientras rugía, notó que el león comenzaba a quitarle la ropa con sus afilados colmillos y después, como un gato jugando con una pelota, lo hizo rodar por el suelo un par de veces hasta que, cuando finalmente lo aplastó, sus brazos y la parte inferior de su cuerpo ya estaban bien desnudos.

"Por favor..."

El león se inclinó sobre Chika. 

Su resoplido se estaba volviendo áspero y la cantidad de saliva que salía de su boca era cada vez más constante. Casi igual a un riachuelo. Sus ojos brillaban.

"Fuuuu."

Ya no pudo escapar.

Instintivamente pensó que podía comerlo de un bocado. Sin embargo, el león lamió todo el cuerpo de Chika, mientras exhalaba un cálido aliento, y luego comenzó a olfatearlo desde los pies a la punta de su cabeza. Era como si estuviera tratando de averiguar por dónde empezar a comerlo para asegurarse de que estuviera realmente delicioso. 

Grrrrrr!"

El león parecía muy emocionado por tenerlo con él. Le dio la vuelta, con su hocico grande y sus patas delanteras, muy gruesas y fuertes, y entonces comenzó a pasar la lengua por la espalda y las caderas del muchachito. 

"¡Um!"

Intentó huir, pero su cuerpo no escuchaba lo que le estaba diciendo. Además, en ese momento, unos colmillos afilados atravesaron los jeans y la ropa interior de Chika, que apenas y cubrían su cintura, y ocasionaron que el aire frío de la noche, pegando justo en su entrepierna, parecieran hacer que una nueva sensación de vergüenza y miedo lo atacara desde todas direcciones. Entonces, como si no pudiera ponerse peor, el león de repente lamió sus nalgas. 

"..."

Chika estaba agachado en el suelo y ni siquiera podía alzar la voz debido a la sensación áspera de la lengua del felino. Mientras temblaba y contenía la respiración, el león atravesó las nalgas de Chika de un golpe y comenzó a lamer el interior de su carne. Respirando aún más fuerte que nunca antes, dejó caer el resto del cuerpo y gritó.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).