No podía dormir. El constante vaivén de las esposas, rozando mi muñeca había conseguido sacarme de quicio.
- Nunca pensé que un “Dios” como tú pudiera moverse tanto, Light Yagami – susurré.
Su rostro inspiraba una mezcla de ternura, paz y miedo. Sí, miedo. Estaba convencido de que el mismo desconocido que ahora dormía junto a mí, atado a mi muñeca con unas frías y tajantes esposas, era el asesino impúdico y despiadado que llevaba matando a criminales durante meses.
- Vaya, Light Yagami, incluso durmiendo tienes aires de un verdadero asesino… Tus ojos parpadean… Estarás teniendo un bonito sueño, ¿quizás? Ah… Eres tan misterioso…Con toda esa oscuridad a tu alrededor me dan más ganas de descubrir tu interior, penetrar en lo más profundo de tus pensamientos y saber en cada momento que pasa por tu cabeza, Light…
Me pilló por sorpresa. Bajé la guardia demasiado, confiando que realmente dormía. En ese instante, justo cuando acabé de mascullar esas palabras dirigidas al viento, una mano helada cogió mi antebrazo y lo arrastró hacia abajo. Minutos más tarde, me vi a pocos centímetros de los colorados labios de ese verdugo. Esos labios rojos… Como la sangre que sus manos derramaban día tras día… El color de la pasión y de la sangre… Ese color me tuvo hipnotizado buen rato, mi mente fría y calculadora era incapaz de resistirse a esa mirada feroz y desafiante. Mordí sus labios y los besé como si me fuera la vida en ello, y quizás, así era. Besando a mi propio enemigo… ¡Qué ironía! Sus manos estaban heladas y, al entrar en contacto con mi barriga, se me erizaró el vello de la nuca. Hasta ese momento no me di cuenta de que estaba sonando la radio. Entonces recordé que la dejé encendida con el volumen al mínimo para escuchar alguna novedad.
Don’t the best of them bleed it out
While the rest of them peter out
Me sonaba esa canción. No sé de qué. No sé dónde la había escuchando y ni siquiera cuándo, pero era muy conocida.
Truth or consequence, say it aloud
Use that evidence, race it around
- There goes my hero, watch him as he goes… - musitó Light, separando sus labios de los míos.
Milisegundos después, la letra continuó tal y como Light la había cantado. Iba a preguntarle si se sabía la canción, pero estaba claro que era una pregunta del todo estúpida y decidí hacer algo más beneficioso. Con un fuerte impulso me arrojé sobre sus labios y le besé de nuevo. Nuestros labios siameses parecían fundirse, el jugueteo de nuestras lenguas hacía arder mi boca. Esa mano de hielo recorría mi abdomen. Las esposas me molestaban demasiado, así que me despojé de la que ataba mi muñeca, encadenándosela a Light en la muñeca que él tenía libre.
- Así que te gustan este tipo de jueguecitos, L… - la voz sensual de Light me hacía olvidar que en cualquier momento podría matarme.
- Tenerte encadenado es lo que llevo persiguiendo durante meses, Light… O quizás deba llamarte Kira… Ya no sé con quién estoy durmiendo por las noches…
- Incluso en esta situación sigues pensando en tu trabajo… Veo que eres todo un profesional…
- No pienso en mi trabajo, sólo pienso en la imagen que ahora mismo estoy contemplando. Mi principal sospechoso, Light Yagami, encadenado e inmovilizado en una cama de matrimonio. ¿Qué podría hacer contigo? ¿Desarmarte?
Mi mente se había vuelto completamente loca. Mi tono de voz, mi mirada y mis actos se regían totalmente por la lujuria y el deseo. Mi cuerpo reaccionaba solo ante tal imagen perturbadora y sicalíptica. En un arrebato de locura, desabroché de un tirón la camisa del pijama de Light. Los botones saltaron por los aires, y el esculpido torso de Light quedó al descubierto. Empecé a besarle suavemente mientras él forcejeaba para escapar de las esposas.
- No estamos en igualdad de condiciones, L.
- Lo sé… Pero eso no me importa, te tendré controlado.
- Eso no es justo. No dejaré que tomes mi cuerpo así tal cual, como si se tratara del de una virgen. - Eso quiere decir que de virgen no tienes nada, ¿no es así?
- No saques tus propias conclusiones, Ryuuzaki.
- No sé cómo me lo pones mejor… Te tengo atado a una cama. Estoy delante de tu fornido cuerpo semidesnudo y sin mancillar. ¿Pretendes con esas palabras que me detenga?
- Mmm…
Sin esperar respuesta alguna, empecé a quitarle los pantalones del pijama. Light cerraba las piernas para impedirlo pero todo era en vano. Mi deseo de tocarle era mayor que su pobre intento de impedirlo.
- Estas cometiendo un delito, L.
- Vaya… Y vas a ser tú quien me denuncie ante la ley. ¿Debo asumir ahora el papel de asesino que me corresponde al asumir tú el de agente de policía?
- No estoy asumiendo ningún papel, estoy no es un juego, L. ¡Deja de desnudarme!
- Si quieres que sea sincero… No puedo. Me has embriagado de tal modo que mi mente desproveída de cualquier sentimiento ahora está al borde de la erupción. - ¿Qué?
- Light… Light… ¿Aún no te has dado cuenta? La gente desea, ama a Kira, y por lo tanto también te ama a ti...
- ¡¿Cuántas veces tengo que decirte que no soy Kira?!
- No te engañes… Esa mirada asesina te delata… Esos ojos, teñidos de rojo, esos ojos son los que me confiesan tu identidad… Y los que me hacen actuar de esta manera.
- No… No te entiendo, L… Yo…
- Tú llevas la lujuria y el deseo carnal escrito en la mirada, Light Yagami y seré yo quien borre toda duda de tu pervertida mente. Pensé que hablando perdíamos el tiempo y me dejé llevar por la feroz bestia que llevaba en mi interior, deseosa de probar el sabor de mi asustadizo esclavo. Sólo quedaban sus boxers, de los cuales me deshice rápidamente. Su cuerpo temblaba ligeramente.
-b34;-b34;- FIN -b34;-b34;-