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¿Yuki o Eiri? por Eiri_Shuichi

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Notas del fanfic:

Esta idea nacio hace un año... y es hasta ahora q m digno a hacerlo...

Notas del capitulo:

Bueno, es una idea muy vieja... en fin, algun dia tenia q hacerlo XD

Gravitation pertenece a Maki Murakami ^-^

 

¿YUKI O EIRI?

 

 

 

El Sol inundaba la ciudad de Kyoto apacible como cada mañana llevando su calor hasta el templo Uesugi donde el monje y sus cuatro hijos comenzaban sus labores como de costumbre.

El monje yacía orando mientras su hija mayor, una castaña de ojos azules preparaba el desayuno, el menor de todos, un joven de cabello negro y mirada celeste ordenaba las figuras ceremoniales y demás cosas correspondientes por indicación de su progenitor aunque sin mucho entusiasmo mientras sus otros dos hermanos, unos gemelos rubios de ojos dorados se encontraban sin realizar labor alguna. Se trataba de dos jóvenes completamente opuestos, el mayor por solo unos minutos, Yuki, tenía una mirada gatuna, era sarcástico, de carácter frío e irascible. Por su parte el menor, Eiri, era un joven dulce, alegre y expresivo.

Aquel no era un día como cualquier otro, los Uesugi esperaban la llegada de unos primos lejanos que pasarían ahí esas vacaciones y de los cuales, no sabían a absolutamente nada desde hacía ya casi veinte años. Pasado el medio día llamaron a la puerta y el pelinegro abrió la puerta encontrándose con una adolescente de no más de quince años, sus hebras castañas y largas conjugando con sus ojos entre azules y violetas; después cayo en cuenta de su acompañante, un joven mayor de cabello y mirada rosa acorde con su pequeña figura.

 

-Ohaiyo gozaimasu, ¿aquí vive la familia Uesugi?- pregunto ella

-Hai

-Mucho gusto, mi nombre en Maiko Shindou y él es mi hermano mayor, Shuichi

-Mucho gusto, yo soy Tatsuha Uesugi, pasen

 

Los dos siguieron al de ojos azules hasta entrar en la casa donde la hermana mayor los esperaba con total seriedad y etiqueta, el ambiente, si bien no era tenso tampoco les permitía actuar con completa libertad, era extraña la sensación de estar con unos completos desconocidos incluso si entre ellos existía un lazo sanguíneo ya algo lejano.

 

-Les presento a mi hermana mayor, Mika Uesugi- hablo Tatsuha sintiéndose incomodo

-Mucho gusto Mika-san, yo soy Maiko Uesugi

-Es un placer, supongo que él es tu hermano- respondió la Uesugi

-Hai

-Tatsuha, has favor de llamar a mi padre y a nuestros hermano

-Si Mika

 

Esperaron algunos minutos bebiendo té tranquilamente, Milka hacía gala de su educación incitando a la otra a conversar con amenidad cuando un hombre alto de mirada alegre entró a la estancia.

 

-Lamento interrumpir

-Descuida Eiri, quiero presentarte a la señorita Maiko y el joven Shuichi Shindou; ellos son nuestros visitantes

-Mucho gusto Eiri-san- hablo por primera vez el pelirrosa

-El gusto es todo mío Shindou-kun- respondió el rubio mientras se miraban fijamente hasta escuchar unos pasos acercarse

-Gomen Mika, Yuki se ha negado

-Lo que me faltaba, gracias Tatsuha

 

Los cinco continuaron con el té mientras las dos mujeres ya hablaban como si se conocieran de toda la vida captando la total atención de Tatsuha y los otros dos se observaban disimuladamente sin atreverse a decir algo.

 

-Y dime Maiko-chan, ¿solo son ustedes dos?

-Iie, aún falta el mayor de nosotros, pero mi hermano tenía algunos compromisos que no ha podido posponer, llegará mañana a más tardar

-Ya veo, ¿y cómo se llama?

-Ryuichi, él y Shuichi son muy unidos

-Me parece perfecto, mis hermanos son todo lo contrarío

-A veces los hermanos no son muy comunicativos, pero eso no significa que no se quieran Mika-san

-Tienes toda la razón Maiko-chan

 

La tarde transcurrió sin ningún percance y durante el almuerzo los dos invitados conocieron al fin a su tío, mas no a su otro primo el cual parecía reacio a entablar relación alguna.

La noche tendía su manto en el cielo siendo observada por el pelirrosa cuando escucho acercarse a alguien encontrando frente de sí a un rubio como el de la tarde, pero algo le alertaba, como si la sensación que le trasmitía fuera diferente; demasiado distinta.

 

-¿Quién eres?

-¿Eiri-san?

-Iie, ahora responde

-Shindou... Shuichi

-Así que... eres tú

-¿Quién...?

-Uesugi Yuki... el hermano de Eiri

 

Aquello dejo atónito al de orbes vioetas, ¿podrían ellos ser tan distintos?...

Un nuevo día y todo pasaba tranquilamente cuando al caminar cerca del estanque Tatsuha se topo con un pequeño felpo, lo tomo y lo observo cuidadosamente sin poder imaginarse a quien pertenecería.

 

-¡Kumagoro!- una nube de polvo se acerco a él hasta tomar la forma de un hombre de estatura baja que tomo el muñeco con total felicidad emanando de sus ojos azules y con el cabello verde totalmente revuelto -¿Quién es él Kuma-chan?

-Eh... mi nombre es Uesugi Tatsuha

-¿Uesugi?... ¡primo!- se lanzó al menor abrazándolo posesivamente -¡Yo soy Ryuichi, tu primo noda! y él es Kumagoro, mi mejor amigo

-¿Tú eres Ryuichi Shindou?

-¡Hai!

-¡Ryichi!, ¿dónde estas?- se escuchó una voz interrumpiendoles

-¡Aquí Shu-chan!

-Ryuichi, te me has perdido... eh, hola Tatsuha-chan, ¿te sientes bien?

-¿Yo?, eh, sí, ¡claro! Jajajajajaja

 

Los tres se dirigieron al comedor donde las dos únicas mujeres en la residencia preparaban todo para el almuerzo, la mesa y la comida estaba lista a tiempo cuando el monje hizo acto de presencia para conocer al último de los Shindou que, junto con Shuichi, se mostraba exageradamente y hasta delirante cada vez que volvía al muñeco participe de la conversación.

 

Eran apenas las cuatro y media de la madrugada cuando el pelirrosa se despertó y no pudo conciliar el sueño de manera que decidió conocer un poco más el templo teniendo cuidado de no despertar a nadie. Llego así al jardín y al estanque en donde algunos peces nadaban aparentemente felices de vivir ahí, sin preocupaciones, solo la calma del agua cristalina y que, sin embargo, le provocaba cierta tristeza.

 

-Es una lastima; debe ser terrible no poder ser libre

-Baka, esas solo son tonterías- una voz fría le respondió como la figura alta de su primo se aproximaba

-¿Eh?, ¡pero qué...!

-Eres muy escandaloso

-Debí suponerlo

-Debiste, pero no lo hiciste; baka

-Deja de llamarme así, kuso...

-Deberías cuidar tu vocabulario o ningún hombre te va a querer

-Como si me importara... ¿HOMBRE?

-Claro, ¿qué no eres mujer?

-¿ERES IDIOTA O QUÉ?, ¡SOY HOMBRE! H-O-M-B-R-E - el menor se había enfurecido realmente ante aquel comentario mas el rubio no se inmuto, tan solo miró un poco el cielo y apago el cigarro que llevaba en el piso

-No lo pareces- dio media vuelta y se fue sin decir nada más

-Bakayaro {Estupido cretino}

-No le hagas caso, él es así- nuevamente el cabello rubio y la piel clara se acercaron a él y a pesar de eso supo que se trataba de otra persona

-¿Eh?

-Descuida, no soy como mi hermano

-Eiri-san

-Hai, ¿no puedes dormir Shindou-kun?

-No...

-Debes estar nervioso

-Algo... disculpe pero, ¿cómo es que son tan?... usted comprende

-Bueno, Yuki y yo no hemos vivido lo mismo, ¿sabes?, él se fue a Nueva York a los diez y seis años, volvió a los veinte

-Entonces...

-No me hagas caso, de por si tiene un carácter un tanto difícil

-Gracias

-¿Por qué?

-Al menos ahora se que no he hecho nada

-Tú jamás podrías hacer nada...

 

 

 

El peliverde ya estaba desesperado, no tenía nada en contra de pasar tiempo con la familia pero se aburría terriblemente en aquella ciudad así que busco un lugar para estar solo yendo a parar a un cuarto ceremonial donde solo se encontraban una estatua de Buda, varias velas y el aroma a incienso; entro y jugando a lanzar y atrapar al felpo del aire comenzó a entonar una canción si percatarse del espectador recién llegado hasta que finalizó.

 

-Eh... gomen, lamento haber interrumpido

-Descuida

-Usted... canta muy bien

-¿Tú crees?

-Sí...

-Gracias Tatsuka-kun

-De nada- respondió muy sonrojado

-¿Te gustaría jugar con Kumagoro y conmigo noda?

-Ha... hai

 

 

 

-¿Qué tal Shindou-kun?

-Hole Eiri-san, estaba escuchando música

-Eso veo, ¿te gusta?

-Mucho

-En ese caso... ¿quieres venir con nosotros?

-¿A dónde?

-Tatsuha, Ryuichi-san, Maiko-san y yo queremos ir a un bar, descuida; es bueno

-Claro, ¿por qué no?

 

Los cinco subieron al auto de Mika hasta llegar a un local abierto con varias mesas resguardadas del ruido de la pista casi llena de jóvenes de diversas edades que bailaban despreocupadamente; tomaron una mesa amplia para todos y se dirigieron al centro para entretenerse un poco y olvidarse del encierro de los últimos días; sin esperar demasiado la castaña arrastro su hermano mayor y al menor de sus primos a la pista de baile donde comenzaron a lucirse entre la muchedumbre-

Tras un par de horas y de manera subita el pelirrosa sintió un fuerte mareo por lo que Eiri lo acompaño hasta la mesa donde pidió un poco de agua para su primo.

 

-¿Estas mejor Shindou-kun?

-Hai, arigato

-Descuida, no podía dejarte así... Shindou-kun

-Dime

-Yo quería decirte que... que... ¡kuso!- se acerco al menor y sin explicación le beso dulcemente intentando decir con aquel gesto lo que las palabras no podían -gomen, demo... quería que lo supieras

 

 

 

Llegaron pasadas las tres de la madrugada y aún no conciliaba el sueño, el beso de aquella noche había tomado desprevenido a Shuichi y no sabía que hacer respecto a eso, en especial por la extraña sensación que le había llenado en ese momento... ¿placer?

 

-Vaya, ¿qué tú no sabes que estas son horas de dormir?

-Quien habla- el olor a tabaco le indico de quien se trataba

-Con que tiene garras la fiera jajaja

-No estoy para bromas, ¿qué demonios tienes en esa botella?

-Biiru {Cerveza}- respondió el de mirada gatuna mientras se sentaba junto con el menor dejando la botella en medio de ambos cuando noto que el pelirrosa la tomaba y bebía de ella -no pensé que te gustará beber

-Damare {Callate}

-En verdad sabes como sacarme de quicio

-Que casualidad, estaba pensando justo eso sobre ti

-Baka, no toleras el alcohol; apenas has probado y ya se te subió

-No es verdad

-Oh, sí lo es- lo tomo en brazos hasta el cuarto donde se hospedaba y lo dejo en el futon observándolo por algunos minutos

-Deja de hacer eso

-Que terco...

-Quien lo dice, ba...- no pudo terminar pues justo en ese momento sintió los labios del rubio sobre su boca moviéndose habilidosos y dejándolo peor de cómo ya estaba.

 

Las horas se transformaron de largas a interminables mientras Morfeo parecía evitarlo, el pelirrosa se movía descontroladamente de un lado a otro sin sacar aquellas imágenes de su mente: primero lo ocurrido en el bar con Eiri y después lo de Yuki. Se sentía completamente descolocado y, más aún, completamente solo pues no tenía pensado contárselo a nadie, después de todo, habían ido a Kyoto a pasar unas agradables vacaciones con su familia y no a crearse conflictos emocionales.

Aquel fue sin duda alguna uno de los peores desayunos de su vida, de haberse encontrado en su casa hubiera podido quedarse encerrado en su cuarto pero en aquel templo la costumbre era la de comer todos juntos y el ver a los gemelos no era lo mejor para su trastornada mente.

En el primer descuido de los demás se alejo a toda prisa y, tras vagar por tiempo indefinido, fue a parar a uno de los jardines donde se encontró con la escena de su hermano mayor cantando y Tatsuha observándolo atentamente; sin poder evitarlo esbozo una sonrisa ante el mágico momento del que era espectador y sintió un poco de envidia por la tranquilidad esos dos, hasta que en los ojos azules de su primo vio un sentimiento mezcla de admiración y afecto, ¿sería acaso amor?

Sacudió su cabeza efusivamente intentando borrar aquella idea de su mente, después de todo, ¿qué no eran primos?; sintió entonces como su un balde de agua helada le cayera encima, en medio de toda su confusión había omitido ese detalle tan importante.

Corrió hasta el cuarto donde se había instalado y cerro de golpe la puerta apoyándose en ella y dejándose caer al suelo, doblo sus piernas y rodeándolas dejo su frente al nivel de las rodillas intentando calmar el cúmulo de pensamientos que le habían asaltado, toda la vida había estado con sus padres y sus dos hermanos, apenas tres semanas hacían de que su madre les hablara de una supuesta prima que había tenido y de que había hablado con el esposo de esta llegando al acuerdo de que sus hijos debían conocerse, ni siquiera sabía cuantas generaciones había de por medio entre él y los dos rubios pero, finalmente, eran familia...

Escucho como llamaban a la puerta y se paro para abrir.

 

-¿Se encuentra bien Shindou-kun?

-Sí, gracias Mika-san... ¿puedo hacerle una pregunta?

-Claro, dime

-¿Qué relación hay entre su familia y la mía?

-No mucha, de hecho ninguna

-¿Cómo?

-Sí, su madre y la nuestra tenían un primo en común aunque por partes distintas, se conocían desde pequeñas y se hicieron amigas, por ello se llamaban a sí mismas primas

 

Un extraño alivió surgió en su interior, un peso se iba de sus hombros pero aún seguí siendo un verdadero martirio para el tener que convivir con ambos y fingir que todo estaba totalmente normal; no podía evitarlo, Eiri era amable, dulce y considerado con él en cada sentido y en cada momento mientras que a Yuki lo veía apenas a ratos cuando todos dormían y en el estanque se reflejaba la Luna en todo su esplendor siempre igual de distante e indiferente. Ninguno de los tres se atrevía a mencionar los sucesos de aquella noche lo cual, en parte, el pelirrosa agradecía, sin embargo ese sentimiento no lo abandonaba, iba conquistando cada día una parte de su ser, lo corrompía, lo atormentaba sin tregua, con una pasión tal que, sin poder evitarlo, llegaba a orillarlo al llanto; estaba confundido como nunca antes en su vida.

 

-¿Te sientes bien Shu-chan?

-No lo se Ryuichi

-¿Qué te pasa?, hace días que te noto raro pero parecieras evadirme, a todos en realidad, tú no eres así...

-Lo se, pero no puedo evitarlo

-¿Pasa algo malo?, sí es así podemos volver a Tokio en cuanto lo quieras

-No sería justo, tú y Maiko están felices y no quiero estropearlo

-Pero nos tienes preocupados, Shuichi por favor dime lo que te pasa

-Ojalá lo supiera, estoy tan confundido

-¿Es por los gemelos verdad?- las orbes violetas se abrieron de par en par provocando una risilla victoriosa por parte de su hermano -no deberías sorprenderte, te conozco muy bien y sabes perfectamente que no soy tonto, veo lo que pasa a mi alrededor

-A veces me impresionas... sí, se trata de ellos

-En ese caso, solo puedo decirte que los sentimientos son espontáneos e incontrolables, a veces tienen un motivo de ser y otras no

-Desearía que no fuera así

 

Escucharon como eran llamados a cenar y, por primera vez desde que habían llegado ahí los cinco Uesugi se mostraron en la mesa; Shuichi no podía dejar de sentir la mirada fiera de Yuki y él, ni siquiera podía escapar. Como ya era costumbre todos terminaron y Shuichi no podía dormir, salió al estanque sabiendo de antemano que ahí vería al rubio pero no, pasaron las horas y aún así el jamás apareció, se sintió extrañamente decepcionado, una parte de él ansiaba verlo.

Al día siguiente paso toda la mañana recorriendo cada rincón del templo mientras meditaba tranquilamente sabiendo que todos habían salido, sin darse cuenta estaba de regreso en la casa donde tropezó con alguien.

 

-Gomen

-No hay por qué... Shindou, necesito hablar contigo

-¿Qué ocurre Eiri-san?

-Sobre lo de la otra vez yo... lamento mucho si te incomodo pero lo hice porque; lo que quiero decir es que fui sincero- a cada palabra que decía el rubio acercaba su rostro al del menor hasta que finalmente sus bocas se unieron en un roce ligero

-Vaya, ya veo que eres rápido hermanito

-¿Qué haces aquí Yuki?

-Lo mismo te preguntaría Eiri pero no tiene caso, es obvio que te diviertes con este chiquillo

-No digas tonterías, no es lo que piensas

-¿Entonces por qué no se defiende él mismo?

 

 

 

 

 

CONTINUARA...

Notas finales: El proximo capitulo sera el final ^-^ ojala sea del agrado d alguien o.o

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