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En tus Zapatos por Supa_Mame

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Notas del fanfic:

Full Metal Alchemist le pertenece a Hiromu Arakawa y Square Enix.

 

En tus zapatos

 

Capitulo uno: Riñas Comunes

 

Era una hermosa mañana en Ciudad Central, los pájaros cantaban, las personas trabajaban, todo era maravilloso, la paz por fin se respiraba en aquella ciudad que muchas veces fue victima de guerra y perdición. Una casa grande, más no exagerada, se podía apreciar en las calles, donde vivían en paz y armonía una pareja algo dispareja. Bueno, lo sería si no fuera porque no se podía respirar paz....

 

-¿Dónde dejaste la hoja del buró? -gritó una voz con fuerza, sonando fúrica y desesperada, más la respuesta no llegó - ¡EDWARD TE ESTOY HABLANDO! -gritó de nueva cuenta Roy Mustang, con un semblante por demás alterado, no llevaba puesta su chaqueta azul, y su camisa blanca estaba a medio abrochar.

 

-¡AY VOY! ¡AY VOY!- Gritó un muchacho de no mas de diecisiete años de edad. Edward bajaba las escaleras a paso presuroso, vestía de negro a excepción de la gabardina roja con el símbolo de Flamel en la espalda que siempre acostumbraba usar. Usualmente el rubio lucía una sonrisa de pillo en su rostro... pero esta vez no había tal, sólo una mueca de enojo. -¿¡Por qué tanto griterío?!

 

-El papel -soltó toscamente el pelinegro -El papel con la firma del Fuhrer lo dejé aquí en la mesa bajo el florero y ya no está, ¿Dónde lo dejaste? -preguntó enojado y muy alterado, viendo con poca paciencia a su pequeño amante, quien lucía dudoso.

      

-¡Yo no he movido ni una sola cosa tuya desde que llegué anoche!- Aclaró Edward cruzando sus brazos sobre su pecho, mirando al hombre alto y de cabello azabache con desaprobación. -Lo más probable es que, como siempre, lo perdiste y ni cuenta te diste.

      

-¡No me vengas con eso! ¡Nada se perdía en esta casa hasta que llegaste y decidiste darle TU orden! -ofendió Mustang sin darle importancia a sus palabras, no las que merecía - ¡Además, cenaste al final, debiste verlo cuando recogiste todo! -inquirió enojado, señalando al rubio como si fuera criminal.

 

Edward miró de mala gana a su 'coronel' y gruñó por lo bajo. -¡Pues MI orden ha logrado que no pierdas tus llaves todos los días como solías hacerlo!- Dijo el trenzado molesto.

           

-¡Claro! ¡Amarrándomelas al cinturón nadie las pierde! -ironizó Roy, con nada de cariño, sonando cruel en sus palabras - ¡Ahí voy como ridículo con ese moño feo en la cintura! -soltó mofándose de las ideas de su pareja, que a su parecer, eran poco menos que inteligentes - ¡Muy lindo, claro, lindísimo! -ironizó burlándose del rubio.

 

Molesto, Edward le dio esa mirada de ‘Di otra palabra y te mato.', y sintiendo el peso de su orgullo, se digno a responderle con frialdad. -Idiota. ¡Pues es la única forma para alguien como tú, con memoria de pez a medio morir, recuerde donde están sus cosas!

 

Colocó sus manos sobre cada lado de su cadera y  retiró la mirada del rostro de Mustang para después dejarla caer al suelo, con enojo.

          

Roy miró a Edward, se veía en verdad ofendido, suspiró con fastidio, las peleas se estaban haciendo comunes para ellos -Edward... no quiero discutir todo el tiempo y mucho menos irme enojado contigo a la milicia....-intentó sonar comprensivo, acercándose al niño y tomándole la cara -Solo dime.... ¿Dónde dejaste el papel? y ya...-pidió de nueva cuenta Mustang.

 

Edward lo miró y, después de soltar el aire que apenas realizó que sostenía, cerró los ojos e intentó calmarse. -Ya te dije que yo no tomé el papel... ¿por qué no me crees?- Preguntó el trenzado con una voz neutra y abriendo los ojos para así mirarlo.

 

Roy suspiró en derrota, hastiado de la estúpida situación -Bien Edward, juguemos a tu modo, no hay tal papel -soltó con fastidio, parándose y tomando su gabardina negra y chaqueta azul, ambas descansaban en la silla de la cocina -Me voy, se me hace tarde, ya veré que le digo al Fuhrer -tras decir aquello buscó sus llaves, encontrándolas en la mesa, con un llaverito de fríjol.

 

¡Estaba molesto! Molesto como últimamente lo había estado con aquella persona que tanto alegaba amar.

No pudo evitar sentir como aquel dudaba de sus palabras. Edward siguió a Roy con su mirada y el enojo ya era evidente en su rostro. -Dile al Fuhrer que ese papel es tu cena de hoy, pues no pienso hacerte de cenar, inútil!- Y, tras decir eso, Edward se fue corriendo a la habitación que él y Roy compartían, molesto como ultimamente lo había estado con aquel coronel que tanto juraba amar.

           

Roy sudó una gota, sintiendo la furia más grande dentro de él, tomó la perilla de la puerta, más no salió, volteó con real enojo y gritó, tal niño chiquito - ¡¿CÓMO VOY A CENAR UN PAPEL QUE PERDISTE, ENANO?! -y cerró la puerta tras de sí, dejando al niño con todo y coraje y a él, con una furia y ganas de descargarla con cualquiera que se le cruzara en el camino.

 

 

 

Ya había pasado un rato desde aquella discusión. Eran las doce con quince minutos y Edward había permanecido recostado en la cama desde que Roy se dignó ir a trabajar. Miraba aburrido el techo de aquella habitación, contando las manchas en él y de vez en cuando siguiendo una pelusa que lentamente viajaba por el aire. Imágenes de la pelea previa llegaron a su mente y suspiró de mala gana, girando en la cama y quedando tendido de lado viendo hacia la puerta.

'Estoy harto de que siempre sea lo mismo... Cada vez me pregunto más y más "¿Por qué no me he ido?".', pensó frunciendo el seño. 'Ese inútil no hace más que quejarse de como hago las cosas. Si supiera lo duro que trabajo todos los días mientras él se la pasa de fiesta en el trabajo...'

Gruñó girando hacia el lado opuesto, ahora viendo la pared con enojo. 'Después de todo... él fue el que me pidió venir a vivir con él, jurando que me amaba y que quería estar conmigo todo el tiempo...'

-Si, claro.- Susurró con sarcasmo. -Apuesto que todo esto lo hizo por que quería meterse a mis pantalones. ¡Ese depravado...!

 

Cerró sus ojos y aclaró sus pensamientos para después sentarse en la cama. -¿Qué estará haciendo...?- pensó en voz alta.

 

Odiaba admitirlo pero aún enojado con él, Edward seguía preocupándose por el otro. -¿Qué le habrá dicho el Fuhrer?

       

 

 

 

Llegó hecho una fiera a su despacho, nadie quiso acercarse a preguntar que le pasaba por miedo a ser calcinado, su aura solo soltaba negatividad y odio hacia los que ahí estaban, sin mencionar aquellas almitas azules que se veían. Cerró con fuerza la puerta de su despacho, tumbando la gabardina al sillón y dejándose caer de forma nada tranquila a su asiento de cuero.

 

Se cruzó de brazos e intentó despejar su mente, ¿de cuando a acá las peleas se pasaban de la raya?... no podía seguir así toda la vida... se dejó caer en su escritorio y en eso, un papel cayó al suelo, Roy levantó una ceja y lo recogió.

 

Sudó una gota enorme.

 

-La autorización del Fuhrer...-se dijo por lo bajo, examinándola con paciencia, otra gota -Estaba aquí...-más gotas -Edward me va a matar -se dijo con un semblante por demás muerto y un curioso fondo de la muerta detrás de él.

 

-¿Y ahora que le digo?.... ni modo que lo deje así...-se cruzó de brazos, dejándose caer en su silla de cuero negro, viendo la hoja, la responsable de la pelea de en la mañana... así como el jabón de baño, el shampoo, la comida, los zapatos....

 

¡POR TODO DISCUTÍAN!

 

¡HASTA POR QUIEN DEJÓ ABIERTA LA VENTANA DEL BAÑO!...

 

Otra gota... él tenía la culpa, Edward no llegaba tan alto, rió maliciosamente... sacudió la cabeza. ¿Ahora que hacia?.... ¿Tragarse su orgullo?.... como siempre era ¬¬.....    

 

La puerta de aquella oficina no tardó en abrirse, mostrando a una teniente con semblante serio cargando una pila de papeles y una pistola debajo de la manga. Era la teniente Riza Hawkeye, una de los subordinados que el mismo coronel Mustang les confiaba hasta el aire que respiraba. -Coronel, necesitamos estos papeles firmados antes de la una.- Solicitó la mujer, avanzando unos pasos hacia el escritorio del 'ocupado' coronel. Colocó la montaña de papeles en el escritorio y miró al pelinegro, confundida por su expresión de ‘en mi casa me golpean', ella alzó una ceja. -¿Algo le preocupa?

 

- ¿Algo?.... yo diría que muchas cosas...-se dejó caer en el escritorio, ignorando la montaña colosal de papeles y sintiéndose victima -Y todas ocasionadas por alguien así de pequeño -hizo un ademán con sus dedos - ¿Cómo algo tan chiquito puede ocasionar tantos problemas? -preguntó con ironía, pero sintiendo peso en sus palabras.

 

Las palabras del coronel, especialmente como se refería al alquimista de acero, le causaron gracia, pero por su imagen como la teniente fría y seria, sólo mostró una minúscula sonrisa. Notó una taza de café vacía a un lado de su coronel con dramas en la vida y se tomó la libertad de tomarla en sus manos. -¿De nuevo se ha peleado con Edward, coronel?- preguntó con algo de seriedad pero sin quitar el tono de su voz que efectivamente mostraba que le preocupaba.

 

- ¿Pelear? yo lo veo ahora como algo que NECESITAMOS hacer para empezar el día -Roy se recargó en si asiento -Es que Riza... no lo entiendo... ¿que hago mal? todo lo que haga lo enoja, y viceversa -dijo casi con miedo en la voz, sintiendo pena de si mismo y moviendo los brazos en todas direcciones - ¿Será que ya no nos amamos como antes? -dijo con cierto dolor en su voz, mordiendo un pañuelito que ni el supo de donde sacó y con lagrimitas en los ojos, esperando encontrar en la teniente una solución.

      

-Yo no creo que sea falta de amor, si me permite decirlo.- Aclaró Hawkeye. -Más bien yo creo que apenas se están empezando a conocer más allá de los besos y caricias.

 

La teniente dio unos pasos, para después detenerse frente a él. -Lo que a usted como a Elric les falta es paciencia. Debe tener en cuenta que la diferencia de edad entre usted y Edward es grande y que ambos están cruzando por etapas diferentes, cada una con su defecto. Deben aprender a escucharse mutuamente.

 

-Entonces soy muy viejo para él -inquirió molesto Roy, viendo con puchero a la teniente.

           

-Usted solo se dijo viejo, señor.- La teniente dijo con frialdad. -Yo no creo que la edad sea el problema...

         

-¬¬, Como sea... -se enderezó un poco -Entonces solo debo hacer eso.... escucharlo -lo meditó un momento - ¡¿Quien me escucha a mi?! -preguntó rascándose la cabeza con fuerza e hiperactividad.

 

En ese momento se abrió la puerta. Ambos, el coronel y la teniente, voltearon a ella, encontrando al susodicho chico de cabellos dorados parado al margen de ella.

Riza sonrió al ver a Edward, sabía que aquel chico era la respuesta a la pregunta que el coronel le había formulado.

Por otra parte, Edward, con seriedad en su rostro, caminó hacia el escritorio de Roy para así terminar parado a un lado del militar. Ambas manos se encontraban detrás de su espalda, sosteniendo algo fuera de la vista del coronel.

 

-Me retiro, coronel.- Hawkeye saludó al estilo militar y, tras hacerlo, giró sobre sus talones para así salir de la oficina sosteniendo aún la taza vacía en su mano.

          

Roy se quedó mirando al "intruso" con ojos inquisidores, como examinándolo, pero por dentro quería morirse de los nervios, no lo demostraría. Su semblante de ‘yo soy el mejor del mundo, lámeme las botas', no cambió en ningún momento.

 

- ¿Qué te traer por que, Full metal? -preguntó con voz fría, tomando uno de los tantos papeles que había en su escritorio, para no darle tanto interés al tema. No quería sonar tan frío pero su orgullo le estaba ganando la batalla...

 

De Edward ni una sola palabra salió, sólo una mirada que parecía ser de aburrimiento, pero a la vez, se podía sentir como Edward calculaba sus movimientos.

           

Roy sudo una gota enorme, sintiendo el ambiente algo pesado, más su vista no se despegó de las hojas, ¿Por qué Edward no hablaba? Y ¿De cuando acá Edward lo examinaba con la mirada? Carraspeó sintiéndose algo nervioso, continuando con las firmas, más la mirada pesada del chico le traspasaba los huesos. Firmó con más rapidez. Harto de la situación, dejó la pluma de lado y miró a su pareja, ecuánime - ¿Dime?....-preguntó de nueva cuenta.

 

Nada... el ambarino no se dignaba a hablar, seguía con sus ojos en Mustang y con el mismo semblante pintado en su rostro.

 

-¿Que haces aquí?.....-preguntó, sintiéndose más intranquilo, algo no encajaba en la situación y lo sentía.

 

-¿Tienes hambre?- Preguntó el trenzado con voz neutra.

           

Miles de gotas cayeron y él casi se va de espaldas por la pregunta ¿hambre? Si se la espantó con esa cara nueva de ‘me vale la vida' ¿Quien tiene hambre en una situación así?! - ¿No quieres hablar de lo de la mañana? -intentó llevar el tema, mínimo para remediar esa pelea de tantas.

 

Edward ignoró la pregunta y mostró el objeto que aquel escondía tras su espalda, una cajita de bento, la que terminó poniendo encima del escritorio de Roy. -Debes estarlo, a esta hora siempre tienes hambre...- agregó Edward aún portando aquel tono neutro en sus palabras que a cualquiera le daba escalofríos.

 

Otra gota.... las estaba empezando a odiar, solo vio como Ed le mostraba la cajita de comida, de repente la culpa lo embriagó -Edward...-tomó las manos del niño que aún sostenían la cajita -No quiero que peleemos por estupideces... no es sano, para los dos.... además.... no me gusta verte tan serio conmigo -dijo con un pucherito disimulado.

      

Los ojos de Edward hicieron contacto con los de Roy, mirándose mutuamente, tratando de adivinar lo que sentía uno y el otro. Edward fue el primero en romper aquel acto al cerrar sus ojos, más que nada por nerviosismo y suspiró rendido. -Roy... ya no estoy molesto.- admitió el trenzado. -Me porté de una manera muy infantil esta mañana...

 

Abrió sus ojos y se atrevió a mirarlo. -Talvez tienes razón, con lo descuidado que soy, debí haber perdido el papel.- Murmuró tragándose su orgullo. -P-perdón, lo buscaré.

           

¡Rayos!

 

¿Por qué si Edward podía pedir disculpas de algo que no había hecho, él no podía admitir que el papel estaba en su escritorio?

 

¿Y si decía y se armaba otra pelea?

 

 Suspiró por ello, Edward no se lo merecía

 

-Edward... sobre ese papel....-más el rubio lo interrumpió.

 

-¿Qué sucede? ¿Ya hablaste con el Fuhrer?- preguntó Edward algo preocupado.

          

Remordimiento

 

-Si, ya hablé con él, todo está arreglado, jejeje -soltó con una risilla en los labios -Pero dejemos ese tema de lado.

 

Mentira

 

-Y bien, ¿que preparaste para comer? huele delicioso -dijo al ver la cajita de comida, su estomagó gruñó ligeramente.

      

Edward sintió alivio al escuchar que nada malo había pasado por culpa de ese papel. Es que si, ¿¡Cómo puede ser que un simple papel sea tan importante?!

-Como no tuve mucho tiempo te hice arroz frito y bolas de carne...- explicó Ed quitando la tapa del bento, revelando su contenido que aún estaba caliente.

 

-Bolas de carne....-¡las odiaba y Edward lo sabía! -Sabes... lo comeré al rato, ahora tengo que firmar unas cosas, ¿si? -dijo con la cara más fingida de gusto, pero no engañaba ni aun perro.

 

Edward afiló la mirada, ¿¡Roy le estaba haciendo el feo a la comida que él, con cariño, se tomó el tiempo de cocinarle?! ¡Sabía que las bolas de carne no eran del todo las favoritas de Roy pero...! ¿Qué le costaba comérselas siendo él el que se las hizo?

 

-Yo pienso que deberías tomarte un descansito y comer conmigo.- Dijo Edward fingiendo ternura. -Anda...- Edward tomó los palillos chinos y con ellos levantó una bola de carne dirigiéndola a la boca entre abierta de Roy. -Abre la boca...

 

Roy miró aquella bola cerca de su boca, debía ser mentira, sudó frío -Edward... es enserio.... ahora no tengo hambre, me las como después -dijo con una risa nerviosa, intentando apartar su cara de aquella peligrosa bola.

 

Una vena apareció en la frente de Edward quien frunció el seño. ¡No aceptaría un ‘no' por respuesta! -Muy y apenas desayunaste en la mañana, ¿cómo no puedes tener hambre?- Preguntó Edward acercando más la bola de carne a los labios de Roy. -Di: "Ah"

         

Roy sintió un tic nervioso en el ojo -Edward, en serio...-dijo ya un poco más seco.

 

Edward, más molesto, se tomó el descaro y la libertad de empujar la bola de carne dentro de la boca de Roy.

-Eso es, eres un buen chico.- Dijo Ed. (N/S: Edward, ¡¡ la regaste gacho!!)

 

- ¡¿QUE TE PASA?!- preguntó Roy casi ahogándose con la bola, sin querer, empujando la cajita que cayó al suelo - ¡¿ME QUIERES MATAR O QUE?! -gritó furioso Roy, mirando con real enojo al rubio -SI TE DIGO QUE NO ES NO -gritó ofendido Mustang, mirando con reproche al niño - ¡¿O NO PUEDES PROCESAR ESO?

 

-¿¡Y A TÍ QUE TE CUESTA COMERTE ALGO QUE TE PREPARÉ CON MUCHO CARIÑO?!- Gritó Edward indignado. -¡¿QUÉ ES MUCHO PEDIR?! ¡ANTES DÍ QUE ME PREOCUPÉ POR TÍ!

           

¿PREOCUPARTE?! ¡¡SI CASI ME MATAS CON ESA COSA!! -gritó fúrico Roy -¡¡NO QUIERO SABER COMO DIABLOS TRATAS A LOS QUE SON TUS ENEMIGOS, SI A MI CASI ME DEJAS SIN OXIGENO -zarandeó los brazos con fuerza y siendo despectivo - ¡¡VAYA MANERA DE PREOCUPARSE!!

 

-¡¡...Y A MI ME ENCANTARÍA SABER COMO TRATAS A LOS QUE AMAS!!-Gritó el rubio con enojo girando sobre sus talones y huyendo de aquella oficina sin algún rumbo en particular.

  

Roy se quedó con la palabra en la boca.... ¡¿otra vez?! Nuevamente habían peleado por una completa estupidez, ¿que se supone que tenía que hacer ahora?... ¡Oh si! ir tras Edward.

 

-¡Ed espera! -dijo un poco alto, sin ganas en verdad de salir del despacho -Mocoso....

      

 

 

Aquel llamado no llegó a oídos de Edward quien corría por los pasillo de aquel edificio.¡Le dolía...! ¡Estaba harto de las peleas! ¿¡Por que no podían tener un solo mísero momento de paz?! ¡¿Por que tenían que enojarse hasta por el suelo que pisaban?! ¡ESA no era una vida amorosa! ¡Era como si viviera en el territorio enemigo!

 

Sintió como su pecho le dolía y apretó los ojos. Se detuvo al final de un pasillo, colocando su mano metálica sobre la pared mientras recuperaba el aire viendo al suelo. -¡Esto debe parar...!

 

-Eso mismo pienso....-soltó Roy, detrás de Edward con semblante abatido, sin mirar al rubio.

 

E Edward sintió como se le escapaba el corazón del pecho al escuchar la voz de Roy detrás de él. Giró rápidamente para así topar su mirada con la de aquel hombre. Casi al instante bajo la mirada sintiendo pena por su comportamiento y mordió su labio inferior no sabiendo que decir esta vez.

 

-Lo único que hacemos es pelear y pelear...-hablaba Roy con voz tranquila, sin mirar a Ed -Quien tiró el agua, quien dejó la puerta abierta, quien no barrió su parte de la casa.... dime Edward... ¿es justo? -miró al niño frente a él - ¿Es justo para los dos vivir de esta manera tan destructiva?....-se sentía mal por sus palabras, pero era la verdad -Nos vamos a acabar entre los dos -sonrió con culpa.

      

Edward seguía con su mirada baja y negó con la cabeza sabiendo que Roy tenía la razón.

          

-Entonces...  ¿tu que crees que debemos hacer? -preguntó en susurró, él ya tenía su respuesta, esperaba congeniar con la de Ed...

 

Levantó la mirada algo confundido. Miró a Roy y parpadeó dos veces. '¿Qué debemos hacer?', pensó Ed meditando un poco.

 

-¿... Escucharnos?- Soltó inseguro.

 

Roy sonrió con ternura, era digno de un niño no perder la esperanza, pero la de un adulto?.... él sabía que no solo se trataba de escuchar, también tenían que poner de su parte y ceder ambos en varias cosas, escuchar no era la solución, solo un paso de ésta...-¿No has pensado en dejar esto por el bien de ambos? -preguntó sin verlo a la cara.

 

El rostro de Ed se empalideció al escuchar la "solución" que Roy creía la mejor. -¿E-Eh...?

 

¿Dejarlo todo? ¿Dejar lo que quedaba de su relación por sus caprichos? ¡No...! ¡Edward no quería! ¡No lo permitiría!

 

-¡N-no! ¡Esa no es la solución, Roy!- Negó el trenzado una y otra vez, queriendo borrar aquella propuesta. -¿¡... Quieres dejarlo todo?! ¿Dejarme? ¡Todavía no hemos perdido! ¡Hay mucho por hacer!

           

-¿Hacer?..... ¿Como que? -preguntó sin mucho interés, estaba igual de asustado que Ed, pero necesitaba saber si valía la pena -Yo no quiero dejar nada... pero ¿cuantos tiempos podremos estar así? -preguntó al aire -¿O que tienes en mente? -preguntó viéndolo por el rabillo del ojo, no le gustaba tener así a su niño.... sufría con el

 

Ed tomó el brazo de Roy y se acercó lo más que podía a él. -¡Lo que sea! ¡Haré lo que sea!- juró Edward con miedo. -¡Pero no dejemos que esto termine!

 

Roy sintió la mano tibia de Ed, mirando como lo sujetaba con fuerza, inclusive temblando, Roy suspiró un poco y se agachó hasta la altura del rubio -Yo no quiero que termine... claro que no, te amo -abrazó al rubio.

 

Un alivio fue lo que el rubio sintió cuando recibió aquel abrazo que no dudo en regresar. Había logrado salvar temporalmente aquella relación... ahora sólo quedaba conservarla así.-Yo también te amo... perdóname, me he portado como un tonto niño mimado...- Susurró Edward abrazándolo con fuerza.

      

-Edward.... eres un niño -le dijo con ternura al oído. Estrechándolo con más fuerza, pero siendo delicado a la vez. No quería lastimar a su niño, su precioso niño, que tanta felicidad le daba.

 

No, Edward no se molestó por el hecho de ser llamado niño... al contrario, sonrió feliz sabiendo que todo se había  solucionado por el momento. -Y tu eres un viejo.- Dijo de broma mientras cerraba sus ojos.

 

Roy sonrió por lo bajo, quedándose ambos abrazados, por alguna razón... no querían separarse, les aterraba si quiera pensar que con el final de ese abrazo... todo terminaría...

Continuará...

Notas finales:  

La cajita de Sorpresas de SupaMame

Aquí Syao9: ¡¡HOLAAAA!! Bueno, primero que nada, estoy muy contenta por este fic que estamos haciendo Akia y yo, ¡realmente me esta gustando musho! Este fic lo estamos haciendo por msn, yo hago el papel de Edward y Akia hace el de Roy. ¿Les está gustando? ¡¡Espero que sí!! Bueno, los dejo por que mi aire acondicionado esta tirando agua de nuevo y necesito cambiar la tina X_x

¡Nos vemos en el próximo capítulo!

Aquí Akia_Nekoi10: Si! Nuestro primer proyecto juntas sacado a la luz! Esperemos que les guste y que no se dejen llevar por las apariencias! Ya que... cualquier cosa que piensen puede dar un giro a la historia, que no?! Como dijo mi amiga Syao-chan, yo me encargo del papel de nuestro apuesto Coronel, Roy! Como les parece?! A mi la vdd me gusta como lo llevo, ya que no acostumbro a manejarlo tan comedia. Esperamos que les guste y recuerden!!

All: DEJEN SUS REVIEWS! PARA MÁS ACTUALIZACIONES! UN BESO!!


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