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Sex Interview por Luna Mustang

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Notas del fanfic:

¡¡Hola a todos!! Aquí les traigo otro de mis fics ^^ mi primer one shot, espero que os guste.

EdxRoy

Notas del capitulo:

Ohayo!!

Aquí actualizando un nuevo fic para pedir disculpas por demorarme con los otros... gomenee!!! Os prometo que me pondré a seguirlo ya ^0^ Mientras espero que con este me perdoneis pero ya el tiempo es poquito u_u

Bueno espero que lo disfruten!!! Nos leemos abajoo

Los maestros tenían costumbres extrañas tratándose de trabajos o investigaciones, por esa razón las clases se suspendieron por el resto del día y ahora él y su grupo se encontraban con una libreta en mano e incomodando gente por la calle. Hace más de cinco minutos que habían terminado de entrevistar a veinte personas sobre la prensa: qué periódicos leen, su tema favorito, etcétera… Ya casi eran las seis y media de la tarde y el sol parecía que no quería irse de aquella calle concurrida de gente, algunos de compras, otros llevando a sus hijos a academias de idiomas e incluso algunos extranjeros de vacaciones.

 

 

Una idea loca pasó por una de esas cabezas rubias expuestas al sol - Oye, ¿qué os parece si seguimos con las entrevistas? - preguntó el más bajito del grupo a los otros dos compañeros.

 

 

- Pero si ya hemos acabado, pulga - le contestó el de ojos azules sentándose en una banca de la calle a descansar un poco.

 

 

- Ya, pero no me refiero a eso, Russel… - habló de nuevo sin darle importancia al insulto del otro - ¿qué os parece si le tomamos el pelo a la gente haciéndole una entrevista de sexo? - se atrevió a preguntar sin rodeos con una sonrisa pícara dibujada en su rostro.

 

 

- ¡De eso nada! - interrumpió al otro rubio antes de que pudiera decir algo la castaña con flequillos rosas - yo no quiero participar en vuestras perversiones…

 

 

- Vamos, no será tan malo, seguro que al final te diviertes. No le diremos nada a tus amigas mimadas, ¿vale? - intentó convencerla Russel levantándose de su asiento para ponerse manos a la obra.

 

 

- Esta bien… pero yo no pienso preguntar nada y si preguntan la idea fue de Edward…

 

 

- Que si, que si… tranquila, yo me encargó de las preguntas, sólo intentar meteros en el papel y no os pongáis a reír, ¿eh? - los otros dos asintieron mientras este sacaba un papel limpio y empezaba a escribir las preguntas que harían.

 

 

Estuvieron unos cinco minutos preguntando, alguna gente les decía que no tenía tiempo, otros pensaban que les estaban tomando el pelo y sólo a dos personas pudieron “entrevistar”, dos mujeres de unos treinta o treinta y cinco años. Edward se dirigió hasta la siguiente persona que vio, esta vez era un hombre, de pelo negro muy bien arreglado y ojos muy oscuros y pequeños.

 

 

- Hola, disculpe… ¿le importaría que le hiciésemos una entrevista? Sólo serán dos minutos - el pequeño rubio se paró enfrente del moreno dedicándole una hermosa sonrisa.

 

 

- ¿De qué? - preguntó el moreno deteniéndose frente al corro de niños.

 

 

- De sexo - contestó Edward sin mucho rodeos y como la cosa más normal del mundo.

 

 

- Esta bien - el rubio agradeció a sus adentros que por fin alguien aceptara.

 

 

- Primera pregunta… ¿es virgen? - leyó la pregunta que anteriormente había escrito él mismo.

 

 

- Es lógico que no… - contestó el único moreno con un deje de pesadez para volver su mirado al rubio que marcaba su respuesta en el papel.

 

 

- ¿Con cuántos años se quitó la virginidad?

 

 

 - Con los quince creo… o con los dieciséis… creo que fueron con esos si no mal recuerdo…

 

 

- ¿Ha tenido relaciones sexuales con hombres y o mujeres? - esta vez no quiso despegar la vista del folio temiendo cual fuera su respuesta.

 

 

- Ambos.

 

- Yo mejor me voy ya… - intervenía Rose en la conversación sabiendo que esto no iría por buen camino…

 

 

- Ejem… esta bien… - un Edward un tanto sorprendido miró a aquel hombre más que extraño con cierto asco pero a la vez curiosidad… Mientras Rose se alejaba de los rubios - ¿cada cuánto tiempo tiene relaciones: una o dos veces al mes, cada quince días, una vez a la semana, dos o tres o casi todos los días? - siguió con la batería de preguntas ignorando los pequeños codazos que sus compañeros le daban en señal de que se fueran de una vez de ahí para dejar a ese hombre bastante extraño…

 

 

- Pues la verdad es que no hay una respuesta acorde conmigo…

 

 

- ¿Por qué? “No será que…” - se sonrojó sólo de pensar en la idiotez que había preguntado dándose cuenta de su metedura de pata, desde luego que no quería escuchar su respuesta…

 

 

- Porque si te refieres una vez al día no encaja nada o si es con la misma persona tampoco… - la sangre del pobre rubio se congeló y parecía que lo estuviesen estrangulando por su cara.

 

 

- Bueno… le pondré casi todos los días…. - volvió de desviar su mirada ignorando lo que acababa de oír para seguir con esa pequeña “entrevista”…

 

 

- ¿No tienes tres veces al día por lo menos? - le preguntó el mayor levantando una ceja sin comprender porque no estaba esa respuesta en el papel.

 

 

- “¡¿Pero quién lo hace tres veces al día?!” Mejor pasemos a la cuarta pregunta…

 

 

- ¿Cómo es su “modelo” para elegir una pareja… pelo rubio, moreno, rojizo…?

 

 

- Uhm… pués rubios, como no… y los ojos claros son hermosos… - la pareja de chicos parpadeó aunque sobretodo un aludido… que miraba al moreno con cara de…

 

 

- “¡¿Wtf?!” Ya veo… bueno quinta pregunta: ¿cuántas posturas sabe y hace? “ Que acabe esto de una vez, por favor…” - rogaba el pequeño llorando por ser tan desgraciado e ir a parar justo a quien no debía.

 

 

- La verdad nunca he llegado a contarlas…

 

 

- “Mejor ni lo hagas…”

 

 

- Supongo que unas… siete más o menos… si no acabarías cansándote de la misma siempre.

 

 

- Ah… “Se acabó la entrevista ¡¡¡Adiós!!!” bien… y la sétima preguntas es… ¿prefieres a la gente mayor o menor que usted? “Maldita vida que siempre quiero jugarme malas pasadas… no volveré a gastar bromas, ¡¡lo juro!!”

 

 

- Menor… sin duda alguna - Russel miraba a Ed con los ojos bien abiertos, dando las gracias por no ser él el que estuviera en su lugar y sobretodo ¡¿aquel hombre intentaba ligar con él?!

 

 

- “¡¡Pederasta!!” esto… a ver… optaba pregunta… del uno al diez ¿cómo marcaría el nivel de satisfacción?

 

- Un nueve… yo funciono genial, lo que falla es la otra persona… estoy buscando a alguien que lleve hasta el diez, mientras más estrecho e inexperto más placentero… - el moreno lanzaba unas claras indirectas que el rubio menor notaba perfectamente nombrando aquel día el peor de su vida…

 

- “Pero ¿qué me esta contando este hombre?” Vale… la siguiente pregunta es…

¿es usted de los que mantiene relaciones nada más conocerse?

 

 

- Si se da la oportunidad nunca hay que desperdiciarla…

 

 

- Tomaré eso como un sí…

 

 

- Por mí puedes tomártelo como tú quieras - dijo mirando al pobre pequeño con mirada seductora y sonrisa de medio lado. Todos quedaron en silencio hasta que Ed se atrevió a preguntas aquello que tanto pasaba por su mente

 

 

-Perdone… pero… ¿es usted alguna clase de prostituto? - preguntó un poco cohibido. El joven moreno se acercó hasta el rostro de Edward mirándolo bastante serio, cosa que asustó bastante al pobre que no sabía donde esconder la cara de vergüenza.

 

 

- Se dice gigoló… - tras decir esto volvió a cambiar su expresión por una seductora sonrisa - pero cobro barato y a ti por ser una preciosidad no te cobro nada…

 

 

- ¡No, gracias a mi no me va eso! ¡Adiós! - gritó el ojidorado alejándose de allí como si estuviera escapando de la muerte, dejando solo a su amigo…

 

 

- Bueno… gracias por todo, adiós - habló por fin Russel mientras marchaba en dirección a la nube de polvo y gente tirada por el suelo que dejó su amigo después de salir con el rabo entre las piernas.

 

 

 

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No supo cuando había llegado a su casa y menos cuando cayó rendido en el blando colchón brindándole algo de protección y seguridad. Una hora más se dio en aquel reloj colgado en el respaldo de su cama. ¿Cuánto tiempo estuvo así? Ni él podía afirmarlo, sólo quería pensar y es que sentía que algo no cuadraba, faltaba algo ¿dudas…? ¿Pero de qué?

 

 

Ignoraba todo ruido a su alrededor observando el techo tendido aun es su cama. Bastantes sonidos se oían en toda la casa mas ninguno fue tomado en cuenta, sólo un pequeño papel que sobresalía de la chaqueta que anteriormente dejó en su cama consiguió llamar su atención desviando su mirada.

 

 

No lo meditó mucho, ya se encontraba entre sus manos lo que era una pequeña tarjeta. En ella estaba gravada el nombre de Roy Mustang, una dirección que el rubio conocía y un número de teléfono. Seguramente fuera de ese hombre, le tuvo que dejar la tarjeta cuando se acercó a él sin que se diera cuenta…

 

 

Fue entonces cuando lo comprendió, quería saber quién era ese hombre y porqué le causaba ausencia hacia el las personas a su alrededor.

 

Metió de nuevo la mano, esta vez en el otro bolsillo, para sacar el aparato que andaba buscando. Sin pensárselo mucho marcó el número, al poco rato alguien contestó la llamada.

 

 

- ¿Sí? - preguntó el mismo dueño de la voz del hombre de esa tarde de nombre Roy Mustang.

 

 

- Disculpe… ¿es usted Roy? - se atrevió a preguntar el rubio en voz baja para que nadie de la casa pudiera escucharlo por el miedo que a veces sentimos sin saber de donde procede.

 

 

- Sí, ¿quién habla?

 

 

- No se si te acordarás de mi… nos vimos esta tarde… - Edward cerró fuertemente los ojos, hubiera sido mejor no haber llamado a ningún sitio.

 

 

- Esta tarde… - meditó Roy recordando momentos después lo ocurrido hace unas horas - ¡ah! Tú eres aquel muchacho, ¿cierto?

 

 

- S-sí… Yo quería decirle algo… - habló el pequeño con temor

 

 

- Vaya, no pensé que llamaras… Perdona, ¿cuál era tu nombre?

 

 

- Edward…

 

 

- Pues Edward ahora mismo ando un poco liado ¿te parece si te pasas en cinco minutos y me cuentas? Tienes la dirección a puntada, por lo que veo viste la tarjeta - explicó el moreno lo más amable que podía cosa que le simpatizó a Ed.

 

 

- Claro, en lo que tardo en llegar. Nos vemos - no sabía si lo que hacía esta bien o mal pero aquel hombre se veía bastante amable para hacerle algo malo y aun así la curiosidad le devoraba por dentro…

 

 

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El sonido del timbre resonó en aquella casa, no muy grande pero sí lo suficiente para una persona y sin contar su decoración minimalista.

 

 

El dueño de la casa dejó las tareas que en ese momento estaba realizando para atender  la puerta. Al abrirla se encontró de nuevo con aquel rubio que tanta impresión le había causado.

 

 

- Buenas noches Edward, pasa no te quedes ahí - ofreció el mayor moviéndose a un lado para dejarle paso.

 

 

- Gracias… sólo será un momento.

 

 

Ambos entraron en la estancia, Edward quedó maravillado por el decorado, aunque estaba un poco oscuro debido a la hora que era el sol ya empezaba a ocultarse dejando pasar débiles rayos.

 

Tras echar un vistazo alrededor entraron en el pequeño salón con unos sillones marrón chocolate que se veían bastante cómodos, algunas estatuas y cuadros sencillos junto con una alfombra tendida en el suelo de color naranja.

 

 

Roy le hizo una señal de que tomara asiento, después de sentarse quedaron en silencio hasta que el rubio se decidió a hablar ya que no podía perder mucho tiempo, de hecho dijo a sus padres que sólo saldría un momento.

 

 

- Lo primero quería disculparme por lo de esta tarde… le entretuvimos por una broma…

 

 

- No tienes porque disculparte, me divertí un rato además… no me arrepiento, así pude conocer a alguien hoy - dijo con una hermosa sonrisa en su rostro la cual Edward intentó corresponder.

 

 

- Perdone que me meta donde no me llaman pero ¿es verdad que usted es gigoló? - preguntó un tanto ruborizado por la pregunta tan atrevida.

 

 

- Sí, suelo ganar algo y ayudo a las personas que necesitan ese tipo de atención. Aparte de mujeres también suelen venir muchachos, la mayoría son jóvenes y no tienen muy claro su sexualidad o no encuentran a alguien.

 

 

- Ya veo… Me he estado preguntando varias cosas sobre eso… ¿le gusta hacerlo con ellos? Digo… ¿no es mejor con una mujer?

 

 

- No tiene porque, verás… también puede encontrarse el placer con un hombre si sabes como hacerlo. Para serte sincero, la primera vez es mejor que la otra persona este a cuatro patas, al no estar el cuerpo acostumbrado a ese tipo de posturas después dolerá más.

 

 

- Y ¿no duele mientras te penetran?

 

 

- Uhm… buena pregunta, aunque yo no sabría decirte por razones obvias, el que esta abajo no parece que le duela mucho jaja

 

 

- Eres malo ¿lo sabías? - le preguntó bromeando un poco mientras Roy se ponía de pie y se acercaba despacio hasta su rostro con una sonrisa de medio lado.

 

 

- Aunque si quieres… puedo hacerte una demostración - murmuró se su oído lo más sensual que podía.

 

 

- ¿Co-cómo? - preguntó un poco asustando mientras que el otro se separaba de él.

 

 

- Levántate y verás…

 

 

Edward hizo caso a lo que le pidió y se puso en frente de él, este después colocó ambas manos en las caderas de menor y lo fue girando con delicadeza a la vez que apretaba un poco para que el rubio quedara agachado en el suelo.

 

 

- Así es… ponte a cuatro patas - después de ponerse como le había sugerido sintió como el cuerpo del moreno se echaba encima del suyo. Con sus manos deshizo la trenza y apartó el cabello dejando su cuello libre el cual empezó a besar con gran dulzura que le transmitió a Edward quien disfrutaba de las caricias.

 

 

Poco a poco el ojinegro guió sus manos al borde de la camisa y la fue subiendo para en un segundo quitársela y explorar aquel pecho con sus manos. Arto de llegar su cuello y espalda de besos empezó con las lamidas en esta, viendo que el menor no se resistía decidió seguir con su tarea…

 

 

Una de sus manos se introdujo entro del pantalón encontrándose con la hombría de Ed quien al sentir aquella acaricia en su lado más sensible no pudo evitar dejar escapar un leve y entrecortado gemido. Mientras con la otra mano disponible bajaba con delicadeza el cierre de su pantalón para empezar a bajar este y los boxers a la vez lentamente mientras que las caricias en su miembro empezaban a hacerse mayores.

 

 

Con un poco de cooperación por parte de Edward el otro pudo terminar de quitar las últimas prendas de este. La excitación de Roy ya era bastante con lo que empezaba a dolerle terriblemente la entrepierna, se abrió a si mismo el cierre y bajó un poco los boxers y los pantalones oscuros para que su miembro dejara de dolerle.

 

 

Mientras tanto Edward no asimilaba la situación hasta que las caricias en su miembro pararon y pudo comprender donde y como se encontraba… Roy intentaba separar un poco las piernas para dejar más acceso.

 

 

El moreno fue metiendo poco a poco la punta y fue entonces cuando los ojos dorados se abrieron sorprendidos al sentir la hombría de Roy tocando su entrada e intentó ponerse de pie con intención de salir de allí, mas las manos del moreno lo sujetó firmemente de los hombros y presionó sobre estos haciendo que Edward se golpeara la mejilla al quedar tendido en el suelo menos por las caderas que rápidamente Roy sujetó con una de sus manos mientras volvía a retomar lo de antes ahora que el rubio no podría huir de ahí.

 

 

La hombría de Roy empezaba a palpitarle cada vez más deseando apoderarse de aquel cuerpo virgen aun ignorante de lo que todo esto llevaría. Así empezó a hundirse en aquellas estrechas y suaves pareces que lo envolvían de un placer embriagador.

 

 

Al mismo tiempo el ojidorado cerraba con fuerza sus ojos por aquel dolor tan punzante que sentía en su trasero.

 

 

Algunos minutos fueron los que quedaron en silencio y sin ningún movimiento que rompiera aquel suave sonido de sus respiraciones agitadas. Ambos intentando acostumbrarse al cuerpo del otro, el moreno debía de aguardar algunos segundos, si no preparó al rubio y empezaba con el vaivén sería una experiencia horrible para el pequeño, por lo que tuvo que hacer un esfuerzo por aguantarse aunque su cuerpo le pidiera todo lo contrario.

 

 

El dolor que al principio sintió fue desapareciendo cuando su entrada consiguió adaptarse rápidamente a la intrusión a la vez que de sus labios salía un gemido dándole a entender al ojirasgado que estaba listo…

 

 

Empezó marcando un movimiento de caderas que fue seguido por el rubio aun sin sacar su miembro. Cuando ambos llevaban un mismo ritmo sus cuerpos le fueron pidiendo más, empezando con un suave vaivén y en poco tiempo entraba y salía cada vez más a mayor velocidad.

 

 

Roy llevó la mano que aun sostenía los hombros de pequeño hasta su miembro para proporcionarle más placer aun. Ya empezó con las profundas embestidas que hacían gritar al rubio extasiado de placer acompañado por el moreno.

 

 

Las embestidas se hicieron mas rápidas, el mayor salía y entraba del pequeño cuerpo virgen hasta hace solo unas horas.

 

 

Ambos miembros iban a estallar de un momento a otro sin previo aviso.

 

 

Roy consiguió tocar aquel punto por primera vez en ese cuerpo que hizo llegar a Edward al orgasmo mientras Roy vaciaba su esencia en aquel pequeño marcándolo como suyo…

 

 

Miedo sintió entonces…

 

 

Jamás pensó que hubiese sido capaz de hacerlo con un hombre y menos en su primera vez… Mas lo que más consiguió asustar al rubio fue darse cuenta que realmente le había gustado aquello…

 

 

Edward se vestía lentamente sin mirar a ningún lugar fijo… Sólo deseaba descansar, su cabeza estaba a punto de estallarle…

 

 

- Ed… ¿me llamarás mañana? - preguntó antes de que el rubio de marchara, el cual ya estaba a punto de cruzar la puerta y mirando al suelo asintió cerrando la puerta por pos.

 

 

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Apresuró sus piernas ¿porqué no podían más? ¿Es que el destino se percata de la parte de nuestra vida llamada felicidad para arrebatártela sin pudor? El humano en la mayoría de sus veces comete estupideces ¿tan grave tuvo que ser la suya?

 

 

Maldito insensato, abre los ojos y apresúrate. Huye del abismo que se abre a tus espaldas, no caigas. Olvida lo todo lo que esta noche pasó y no vuelvas a mirar atrás…

 

 

Mientras otro hombre lo esperaría, esperaría su llamada, a que le entregara su corazón aquel que hizo fluir un sentimiento en su interior, siempre esperando a su amado preparado para vivir a junto a él el resto de sus días, los cuales cada vez se hacían más largos y pesados de tan solo pensar que al día siguiente su amor tampoco llamaría… Minutos que pasan a ser días que transcurren como agua en la estrepitosa cascada llegando a ser semanas, en las que estuvo enterrado en su pequeño refugio hasta que pasaron los años, aquellos sin el amor a su lado…

 

 

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Un pequeño equipo de rodaje se encontraba en medio de una plaza en aquella mañana soleada preparando los últimos arreglos para empezar con el programa en directo.

 

 

Rápidamente un hombre se acercó hasta al joven que terminaban de maquillas para entregarle el micro y avisarle que en breves segundos le tocaba. Les quedaba poco tiempo, el cámara terminó de ajustar todo y enfocar al periodista. Todos estaban ya preparados para recibir la señal…

 

 

- Y… ¡dentro! Empieza… - ordenó uno de los del equipo y comenzaron a gravar en directo.

 

 

- Buenas tardes, como bien os ha comentado Riza, ahora les daremos las opiniones de los ciudadanos sobre este asunto… - habló por el micrófono un rubio de pelo largo recogido con una coleta de unos veinte o veintitrés años más o menos.

 

 

El muchacho se acercó hasta una hombre con gafas que pasaba cerca.

 

 

- Disculpe señor… ¿usted que piensa sobre la natalidad del país? Como sabrá últimamente se esta hablando mucho sobre este tema… ¿cuál es su opinión al respecto?

 

 

- La verdad es que creó que cada vez va bajando más, no era como antiguamente que las familias tenían mínimo tres hijos, ahora con los gastos, etc… cada vez se va reduciendo el número de hijos por familia…

 

 

- Muchas gracias por su colaboración… - este quedó en silencio cuando por fin aquel hombre apartó las gafas oscuras de sus ojos dejando estos a la vista - ¿Roy…? - murmuró apenas audible mirando aquellos ojos que hacía tantos años que no veía… Edward volvió su vista a la cámara - bien, esto es todo por hoy… les espero mañana, que tengan muy buenos días…

 

 

- Y… estamos fuera… - habló el mismo de antes anunciando a los demás para empezar a recoger las cosas.

 

 

Edward miraba fijamente aquel suelo sin atreverse a mirarlo a los ojos, como aquel día, la última vez que lo vio…

 

 

- Edward… por favor, mírame - pidió el mayor, este con duda fue levantando lentamente sus orbes doradas para cruzarse con las oscuras - todos estos años… te estuve esperando…

 

 

- Lo siento… - murmuró bajando de nuevo su cabeza mas el moreno lo tomó por el mentón obligándolo a verlo a los ojos.

 

 

- ¿Por qué? Ni siquiera una llamada… - Edward se sentó en el banco de la plaza bastante concurrida a un lado de ellos, el moreno lo imitó sentándose a su lado, ambos mirando al frente rendidos, había pasado tantos años… ¿y ahora que se supone que tocaba?

 

 

- Lo siento - volvió a repetirle - entiéndelo… yo sólo era un niño ¡sólo era un niño! ¿Cómo querías que me tomara esa situación…?

 

 

- Pudiste haber hablado conmigo si necesitabas hablar sobre lo que pasó… no tenías porque encerrarte… podía haberte ayudado…

 

 

- Lo pasé mal… y tenía miedo, no quería enfrentarme a la realidad e intenté huir, huir de ti, pero al parecer otra vez volví a equivocarme… - Ed sonrió un poco para después Roy cogerle del mentón y mirarse a los ojos, frente a frente, esta vez sin obstáculos…

 

 

- Me di cuenta de que yo también me equivoqué… te entiendo, eras sólo un niño. Pero Edward, ahora no hay vuelta atrás… ya no eres un niño - murmuró a última frase acercándose al rostro del rubio rozando sus labios, regalándole aquel beso que una vez debió darle…

 

 

Ambos se dejaron llevar por el amor que se brindaban en sólo un beso… el que siempre esperaron, el que ahora disfrutaban…

 

 

- Roy… siento no habértelo dicho antes, ahora me doy cuenta de que es imposible que intente esconder la verdad… te amo.

 

 

De nuevo unieron sus labios, ahora no importaban las miradas, no importaba el miedo ni tampoco el pasado… - Edward, te amo… vayamos a mi casa - pronunció aquellas palabras rompiendo aquel hechizo que los envolvían en un beso para después el de hermosas orbes doradas asentir volviendo a regalarle un beso más, una deuda pendiente…

 

 

Aquel preciso instante de sus vidas, aquellas huellas de su pasado esperando ser recordadas, por fin llegó la hora de desistir las innumerables emociones que invadieron sus cuerpos para impedir encontrarse y aceptar lo que sentían, ahora era el momento de dejarse fluir como aquel rojizo líquido de su cuerpo que los mantenían con vida al menos hasta su encuentro. Finalmente estarían con la persona culpable de noches de insomnio y tazas enfriándose por perderse en sus cavilaciones para vivir junto a su amor y responsable de esto, eternamente en el Edén de sus sueños…

Notas finales:

Hola de nuevo!!!

Qué les pareció mi primer one shot?? Y lemon ^^UU espero que no me haya salido tan mal como creo.

Bueno quiero dedicarle ese fic a las personas que siempre me apoyan, son un encanto!! vosotros ya sabeis quienes sois ^w^

También os doy las gracias por leer mi fic y espero que dejeis un review ^0^

Arigato!! Nos vemos pronto!!

Cuidense mucho, besos!! sayonara!!


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