Parados frente a frente den aquel claro del bosque cerca de las puertas de la aldea, pocos meses habían pasado desde que el azabache había decidido regresar después de que bajo sus manos, la sangre de su hermano fue derramada de la manera más cruel, por otra parte el rubio había dejado de perseguirle por que había alcanzado el grado Jounnin aparte de que estaba a próximas fechas de casarse ya.
-¿Me dices que la amas? –la voz ronca, definitivamente agresiva.
-Si, Sasuke, entiende que la amo y me casaré con ella – dijo sin inmutarse al tenerlo frente de él, a pesar de todo lo que había pasado en la vida de ambos, había tomado una decisión.
-¿Amarla?... ¿casarte con ella? ... es la broma más estúpida que has dicho desde que te conozco –la burla y la incredulidad eran lo que se reflejaba en su voz, sus ojos negros se habían afilado más de lo normal.
-Siempre gusté de ella, así que... –intentó ser conciliador y dar las razones pero ahora, a menos de medio paso estaba el azabache mirándole directamente a los ojos.
-¿Crees que eso me lo voy a tragar así de fácil...? –la mano de Sasuke se había posado en el rostro de Naruto en una suave caricia- ¿Después de todo lo que pasó entre nosotros...?
Sasuke le enterró sus dedos en la mejilla del otro logrando que se quejara un poco pero no se movió de su lugar ni desvió la mirada del rostro de Sasuke.
Era cierto que cuando fueron niños, apenas unos pequeños mocosos de doce años, las cosas entre ellos se habían dejado llevar demasiado rápido, Sasuke y Naruto habían tenido algo a lo que se llamaba “aventura” a pesar de que el rubio decía y repetía que le encantaba Sakura a pesar que de noche, gemía y gritaba el nombre de Sasuke debajo del cuerpo albino del azabache.
Sasuke no se creía cada palabra que ahora llegaban a él, Naruto le anunciaba su próxima boda con la pelirrosa ya que al parecer una relación de noviazgo se había dado mientras él estaba fuera de la aldea, al regresar, intentó retomar esa relación extraña con Naruto, pero este comenzaba a hacerse a un lado, con insultos, peleas sin sentido, reacciones y bastantes alejamientos.
Cosas que a Sasuke no le agradaban, después de casi acosar al rubio, este se entregó como antes y para Sasuke significaba una “reconciliación” entre ambos pero las cosas no cambiaron mucho después de eso, ahora, Naruto estaba ahí, frente de él, a solas, diciéndole que se casaba con Sakura en algunas semanas mas.
Era demasiado para él.
-Sasuke, por favor....
-No te casarás con ella... –sentenció de manera autoritaria.
-¡Pero que idioteces dices...! –el ceño fruncido de Naruto se hizo presente.
-Me perteneces... –la voz ronca de Sasuke se hizo presente en el oído del rubio erizándole toda la piel, si, gustaba también de azabache pero estaba perdidamente enamorado de la pelirrosa.
Se iba a casar con ella, iba a tener una familia, el amor de la que siempre fue su amor platónico, Sasuke no tenía el derecho de venir y descolocar.
-No tienes derecho a decir eso –la voz de Naruto, muy a pesar de sus esfuerzos, nació de sus labios en un hilo de voz.
-Creo que se te olvida con quien hablas... –la voz arrogante y la sonrisa ladina en el rostro del albino.
Sus dedos se posaron en el mentón del rubio para acercarse a él, intimidando al ojiazul de sobre manera, un estremecimiento general con solo un roce, Sasuke se sintió satisfecho por la reacción, conocía a Naruto de todas las formas posibles, sabía que tipo de caricias, que tipo de besos y exactamente donde debía de presionar para enloquecer al chico.
¿Qué puede tener esa chica a la que llamaba “primera amor” para que lo dejase por ella?.
Nada. Era simple y conciso, NADA.
Su mano se enredó en la cintura del rubio para atraerlo hacia sin soltar el mentón del rostro aturdido de Naruto pero no se negó, no se resistió y el aliento cálido de Sasuke chocó contra sus labios.
-¿Estás seguro de que ella puede complacerte en todo...? –su voz se volvió un ronroneo sensual- Yo soy el único que te conoce... conozco tu cuerpo, tu mente y tu corazón... –sus labios se dirigieron hacia su oído –No la amas...
Naruto cerró los ojos e intentó convencerse de que si amaba a Sakura, que ella lo era todo para él y su vida pero las siguientes palabras de Sasuke le hicieron dudar.
-Cuando tu estuviste solo... ella te hundía más en tu soledad... –los labios de Sasuke se paseaban por el cuello del rubio logrando que este suspirara despacio y se sonrojara – yo te saqué de la soledad, te entregué amor, placer, pasión... te mostré que no estabas solo... –esa voz, Naruto sentía que las piernas le fallaban.
Esa voz que ahora Sasuke usaba, era el mismo tono que formaba parte del acto de seducción, cuando le susurraba al oído que le necesitaba, que Naruto era todo para él y que por él estaba en la aldea una vez más, que le pertenecía, que le llenaba el corazón, que le quería y que le deseaba...
Nunca había logrado resistirse a él, jamás podría ser lo suficientemente fuerte para decirle que “No” a Sasuke y siempre conseguía algo, aunque fuese una tonta sumisión como en este momento, que su cuerpo se paralizara por su acto o que se erizara de deseo, muchas veces sus labios cazaban los del azabache, otras tantas sus manos terminaban rodeando el cuello de Sasuke sin poder evitarlo.
Pero los ojos verdes de Sakura se le venían a la mente, su sonrisa y reaccionaba.
-Sa-Sasuke... por favor... –dejó salir entrecortadamente.
-Dime la verdad, ¿estas seguro que vas a casarte con ella? ... –le dijo contra el oído- tu vida será una verdadera pesadilla a su lado... ¿cuánto crees que soportará estar a tu lado sin insultarte como antes? –esos susurros hacían que Naruto dudara, dudara de su amor a Sakura y el amor a Sasuke.
Lo peor que siempre sucedía, es que cuando estaba con la pelirrosa, no sentía ni la mitad de las sensaciones que Sasuke provocaba en él con un simple susurro como este, con su mano en su cintura, con su otra mano acariciándole la nuca, el deseo comenzó a despertar.
Sus ojos azules se cerraron y se dejó llevar, sus labios chocaron contra los de Sasuke en forma desesperada, ansiosa y sus manos se enredaron en el cuello del azabache, logrando que el contacto se profundizara, las manos de Sasuke ahora bajaban a sus caderas para apretar sus cuerpos uno contra él otro, el calor comenzaba a encenderse.
-Dime que me amas Naruto... –susurró entre el beso- Dime que no te casarás con ella... –Naruto se sintió entre la espada y la pared.
No quería perder a Sasuke, para él, el albino representaba muchas cosas, su primer amante, su primer beso, su primera pasión y su primera obsesión, quizá no su primer amor por que ese titulo lo sustentaba Sakura, pero a comparación de todo eso y muchas cosas más, Sakura no llegaba ni a la mitad de lo que Sasuke le hacía sentir.
Esta posesión que el azabache demostraba con él le hacía sentir de alguna forma alucinado, como su flotara en algún lado mientras que Sakura no demostraba algún signo de celos cuando estaba con Sasuke... comenzó a dudar del amor de la pelirrosa.
Sus manos se enredaron en el cabello negro de Sasuke, él era todo en ese momento, y cada recuerdo se apoderó de su mente en ese preciso instante, su primer y accidental beso, la primera noche que durmieron en el mismo lecho desnudos, la primera vez que escuchó de los labios de Sasuke un “te amo”, las veces que este le acariciaba con delicadeza, las veces que le erizaba la piel con una sola mirada, sus labios, sus besos, sus caricias, sus abrazos...
-Te amo... Sasuke... –susurró suavemente entre el beso- No... no me casaré con ella... pero quédate conmigo... –estabas perdido entre su propia alucinación mientras que el azabache con desenfrenada pasión y entera pasión, tomó al rubio en aquel claro del bosque entre sus brazos.
Sus manos se deslizaban lentamente por la piel que comenzaba a ser expuesta ante él y sus labios recorrían con placer su cuello, su cuerpo también terminaba siendo despojado de sus prendas y era recorrido por las manos inquietas, esas noches de pasión, esas sesiones de placer... las extrañaba.
Suspiros, gemidos, gritos, jadeos, Naruto se entregó a Sasuke como nunca en su vida, quería creer en él una última vez mientras que ahora le sentía en su interior, arremetiendo contra su cuerpo, poseyéndolo con pasión desbordada, con lujuria exagerada. Naruto estaba sintiendo que tocaba el cielo oscuro de los ojos de Sasuke mientras estaba debajo de él.
Sasuke por su parte, no podía detenerse, quería a ese rubio sola y únicamente para él, era suyo, era de su propiedad y no dejaría que nadie, ni siquiera una gran amiga como Sakura se lo arrebatara, él estaba aquí por él, el había regresado por Naruto y nada más.
Esa noche, después de entregarse mutuamente en el claro del bosque, después de descansar un poco, ambos se dirigieron a la casa del Uchiha donde la noche se les hizo larga entre una y otra vez, entregándose más veces, jadeando muchas más, gritándose que se pertenecían, Sakura saldría sobrando esta vez.
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