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Midnight Love por Rayn Hiwatari Kon

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Notas del fanfic:

One piece, por mas que sufra, no es mío u,u . Le pertenece a Echiiro Oda ^^...éste fic es hecho sin fines de lucro. Dedicado a aquellos que leen mi fic y amantes del MiZo n,n.

Notas del capitulo:

Bien, como había prometido aquí está el fic que les debo a razón de Halloween ^^!!! tambien hare de Navidad, así que no se impacienten (como si lo hicieran XD) pero bueno owo. Tomaré las sugerencias que me den para hacer éste fic ^^. Sinceramente no se si saldrá largo o corto, lo escribí en un momento de inspiración pero como está corto, sólo será el prólogo.

Dedicado a Hashira y MaraLoneliness (dibujos pendientes XD) que siempre me leen n,n!!!

Sin más, ¡los dejo con el primer episodio!

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Midnight Love

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Prólogo

El resplandor de la luna llena causaba estragos en la mente de aquellos que la apreciaban a vísperas de noche de brujas.

Era de saberse que todas las criaturas místicas y nocturnas se dedicaban a observarla con detenimiento, incluso algunos más se mostraban tan alegres que la alababan por su impresionante belleza. Y es que nadie podía quedar fuera de su embrujo…Tan sólo aquellos monstruos que no veían la necesidad de ocultarse, los mismos que gustaban de ver muerte y destrucción, tanto como la tranquilidad y paz eran la excepción.

Largó un suspiro ante sus propias reflexiones, dándose media vuelta y tomando asiento en el amplio y lujoso sillón cercano a la chimenea, cruzándose de piernas y extendiendo la mano para tomar entre ella el libro que releía por enésima vez, uno de sus favoritos desde que estaba vivo. Y eso, siéndoles sincero, fue hace ya demasiado tiempo.

Su porte era elegante y esterilizado, fuerte y respetable; de cabellos cortos y oscuros, tal como el bigote y la curiosa barba que decoraban su viril rostro. Más había algo temible e intimidante en tan perfecta criatura: los ojos dorados de los que era dueño, penetrantes y exigentes…que lograban hipnotizar a quien lo viera directamente; siendo éstos los instrumentos que usaba para atrapar a sus presas, o más bien, como los seducía para que quedasen rendidas a sus pies.

-¿Por qué no varías un poco, Mihawk?-una voz alegre y animosa rompió el silencio que se había formado en la sala, haciendo al vampiro maldecir su suerte. ¿Qué había hecho él para no poder conservar una tranquila noche de lectura?-Haz leído ese libro desde antes que viviéramos juntos.

Torció los labios en una mueca de cansancio y se volvió a su diestra, encontrándose con un hombre alto, de piel morena y ojos azabache tan profundos como el ancho mar. Cabellera carmín como el fuego y pecho marcado, de gran atractivo. Pero había un defecto que llamaba la atención, las tres cicatrices que cruzaban su globo ocular izquierdo, causa de una pelea sostenida contra un lucano, misma que le ayudó a curar cuando le conoció, hacía más de unos seis o siete siglos.

-Shanks…-suspiró, dejando reposar el libro cerrado sobre su regazo-¿Cuántas veces te he dicho que no me interrumpas en mi lectura?

-Oh… ¡Vamos! ¿Es qué no te aburre leer y practicar todos los días, Juraquile?

-Que me llames Mihawk…

-¿Y por qué no te gusta que te diga Juraquile? ¿Eh…Juraquile?

Caminó hasta quedar a espaldas del pelinegro, abrazándolo por el cuello e inclinando el rostro para asomar su lengua, repasando las líneas marcadas por los músculos de los hombros.

Impasible, cual era su costumbre, se dejó hacer por la boca de su antiguo amigo. No había día que Shanks evitase jugarretas como esa para variar las actividades diarias; y siempre podían tomar una de las dos sendas: salir a cazar o compartir una noche pasional entre ambos.

-Simplemente me desagrada-murmuró en voz baja, entrecerrando los ojos para recargar sus brazos en los apoyos del sillón.

-Pero si cuando estamos juntos en la cama no te molesta que me exprese de ti con ese nombre.

-Estado de inconsciencia.

-¿Ó estás demasiado excitado para darte cuenta?

-Cualquiera de las dos.

Intercambiaron una sonrisa de cómplices, juntando el pelirrojo su frente con la ajena para posteriormente escucharse risas pequeñas y discretas que eran custodiadas por las paredes del castillo.

-Hoy hay una luna preciosa…-Mihawk habló, haciendo gala de la voz ronca y varonil de la que era dueño-saldré a cazar o entraré en frenesí apenas despierte mañana. ¿Vienes o tienes planes?

-Hm…Planes, precisamente…-mirando a su costado para presenciar la luz nocturna que penetraba por la ventana-porque es una noche espléndida. Casualmente tengo una cita con cierto licántropo infantil y de belleza incomparable-extendiendo una sonrisa sobre sus labios, palpándose la cabeza, desprovista de alguna protección que no fuese su cabellera roja.

-¿Te refieres al niño?-alzando una ceja incrédulo, no tanto porque fuese un licántropo ni un chico sino…-¿Es que la luna llena no desata sus instintos asesinos?

-No sólo esos…-paseando morbosamente su lengua por los labios pálidos para humedecerlos, haciendo memoria de las veces en que lo había visitado a plena transformación-es bastante salvaje, podríamos sostener una batalla campal de no ser porque, inclusive a vísperas del cambio que sufre su cuerpo en luna llena, es sólo un cachorrito entre mis brazos.

-Me sorprende que no te haya atacado-alzando una ceja, incrédulo-pero bueno… ¿Dónde se verán ahora?-devolviendo el libro a su sitio en vista de que no podía volver a concentrarse en su lectura-Sabes que si alguien de su clan se entera que tiene de amante a su enemigo natural, amerita la muerte.

-Luffy no tiene clan-aclaró enderezándose, dándole pauta a Mihawk de que hiciera lo mismo-vive con una panda de criaturas de distintas naturalezas; tan sólo su mejor amigo comparte el mismo destino.

-Eso es extraño-poniéndose de pie y dirigiendo sus pasos a la pared, para retirar de ella la enorme espada negra que colocaría en su espalda-¿qué clase de amante tienes?

-Uno muy interesante-riendo animadamente, sin dejar que la sonrisa nacida del recuerdo de su cachorrito se borrara-además de tierno, inocente, ingenuo, apasionado, decidido y con estómago de ballena.

Ahora si no sabía que pensar del pelirrojo. Si antes pensaba que Shanks era extraño y algo raro en su selección de parejas, ahora reafirmaba sus sospechas. No sabía ni quería enterarse de quien era ese tal Monkey D. Luffy.

Shanks le había contado desde hacía casi 100 años que se estaba viendo con un niño menor que él, además de ser un licántropo. Lo describía de cabellera sedosa y oscura, ojos negros, hermosos y tiernamente seductores; sonrisa amplia y juguetona, de rostro infantil y dulce. Con una manera de pensar extrañamente noble, protegiendo a sus nakamas sin importarle que fuesen diferentes a él, como un verdadero líder de manada.

Del resto, sólo mencionaba que era otro licántropo, tres vampiros, un esqueleto, un hombre reno, un hechicero y una mujer felina, jamás le había dicho sus nombres; aunque tampoco le importaban.

-Entonces nos vemos hasta mañana-

-¿No me vas a extrañar, Mihawk?-caminando a su costado juntando ambas manos en su nuca-

-Al contrario, agradeceré a ese niño por entretenerte-sonrió para volverse a su amigo, aumentando su gesto triunfalmente cuando descubrió que aquello tenía inconforme a Shanks-vale, puedes traerlo aquí, pero no quiero escuchar sus gritos hasta mi cuarto. Enciérrense en el tuyo.

Los ojos del mayor se iluminaron, deteniéndose mientras el pelinegro continuaba su caminata hasta la salida, celebrando silenciosamente su victoria.

-¿Jura, sabías que te amo?-alcanzándolo e intentando revolverle los cabellos, pero cedió cuando casi fue asesinado por los ojos de halcón. Si las miraras mataran, esa habría sido su última…

-No, pero siempre me lo dices cuando te hago un favor-se levantó de hombros y detuvo frente al perchero, tomando la gabardina negra que colocó sobre su blusa blanca y un sombrero negro de pluma para cubrirse los cabellos. Vete a cambiar antes de que cambie mi opinión.

-¡A sus órdenes, señor!-alegre y obediente, Shanks abandonó la estancia como alma raptada por el demonio, dispuesto a arreglarse para la celebración del siglo juntos que compartiría con su adorado Luffy.

Se mantuvo estático por varios minutos, sintiendo una amarga felicidad por su amigo…él tenía a alguien con quien compartir su eternidad, eso lo apartaba paulatinamente de su lado y él volvería a sumirse en la oscura soledad. Era la desventaja de la vida eterna, tal y como ser un parásito que se alimenta de otros para sobrevivir.

-Nada es perfecto-se dijo a sí mismo para bajar la parte delantera del sombrero y llevar una mano al picaporte. Lo giró y abrió las puertas para avanzar al exterior.

Nuevamente sería una hermosa noche hundido en la soledad de su raza.

 

**********************

A las afueras de la aldea Mitsuoko se hallaban los habitantes de la pequeña pero acogedora casa soportando el revuelo que su líder armaba ante la alegría del momento.

Luffy no dejaba de correr, gritar, celebrar y comer al saber lo que ocurriría dicha noche. Hoy, una noche antes de la fiesta de las brujas, vería a su amado pelirrojo para celebrar cien años de haberse conocido y estar juntos; aún no eran pareja oficialmente por mas increíble que sonara, pero estaba seguro de que Shanks no tardaría en proponérselo.

-¡¡YUJU!!-exclamó ilusionado mientras se abrazaba al sombrero de paja que el vástago le obsequió cuando cumplieron una década-¡Shanks…! ¡Hoy veré a Shanks!

-Luffy, ¿no te preocupa que sea luna llena?-una hermosa mujer llamó la atención del cachorro de lobo, quien detuvo su jaleo para volverse a verla.

Nami, una atractiva y sensual mujer-gato, a mitad de su transformación. De cabellera rojiza y sedosa, ojos marrones que se dilataban al momento de correr la adrenalina por su cuerpo; piel de porcelana y curvas exuberantes; asomándose por un par de accesorios entre sus cabellos y por encima de sus glúteos.

-Tiene razón, Luffy-reprendió una voz sensualmente varonil proveniente de Sanji, el cocinero y uno de los vampiros del grupo, mientras servía otro plato repleto de comida especialmente para el líder del ‘clan’. -estás en medio de tu transformación-señaló la felpuda cola negra y las bellas orejas que salían del cabello oscuro-a media noche serás un lobo completo

De cabellera rubia y ojos rojos, como la sangre de la que se alimentaba; piel pálida y tersa; con su porte elegante y esterilizado, de músculos marcados a discreción; luciendo una curiosa ceja en espiral que llamaba la atención de quienes la vieran.

-Mo… ¡Pero Shanks dice que le gusta verme así!-respondió con un puchero, dando pataletas insistentemente antes de tomar su lugar en la mesa.

-¿Qué clase de novio tienes?-cuestionó el hechicero del grupo, extrañado de que a un vampiro le gustase estar con su enemigo natural con su transformación más peligrosa a flote. Ussop, de cabellera rizada y oscura, piel morena y ojos negros como la misma noche en la que vivía; tenía el cuerpo delgado pero los músculos no pasaban desapercibidos en su cuerpo, sólo ante la túnica larga y holgada que solía vestir.

-Déjalo-Animó Franky, otro de los vampiros, cuyos cabellos azulados se alzaban graciosamente en un peinado funky. De ojos oscuros ocultos bajo un par de espejuelos negros, piel trigueña y músculos marcados, con una extraña manía de no utilizar pantalones.

Movió su mano para restarle importancia al asunto, manteniendo sentada sobre sus piernas a quien era su compañera: una preciosa dama de cabellera oscura, cuerpo esterilizado y fino, piel morena pese a su estado de no-vida, ojos azules, que miraban dulce pero penetrantemente a sus presas. De sonrisa envidiable y amabilidad nata; misma que acarició la mano de su ‘esposo’ con una de las propias, entretenida ante las múltiples muecas del lucano menor.

-Ustedes dos están muy calmados, Franky, Robin…-susurró nuevamente el hechicero mientras que trataba de ignorarlos, volviendo su vista hacia abajo para encontrar a un pequeño renito de nariz azul y sombrero rosa parpadeando constantemente con el pelinegro en la mira-Chopper, ¿tu también crees que la pareja de Luffy es algo rara?

-Pues…si, algo-colocó una de sus pezuñitas cerca de su rostro, alzando los ojitos al esqueleto con afro que estaba del lado opuesto al hechicero-¿Tu que piensas, Brook?

-Yo no se nada-negando varias veces mientras su líder se atragantaba felizmente con la comida, ignorándolos olímpicamente-pero supongo que si están contentos con ello, dejémosles en paz.

Ussop suspiró resignado al ver que no tenía a quien mas pedirle su opinión, pues su última opción tenía tiempo los había abandonado para adentrarse en el bosque.

-Luffy-san-la morena llamó al cachorrito, quien se palmeaba satisfecho la pansita tras ingerir descomunales kilos de carne-¿No es acaso su cita en 15 minutos?

-Ah…¡¡¡AHHHHHH!!! ¡¡¡VOY TARDE VOY TARDE VOY TARDE!!!-exclamó corriendo energéticamente de un lado a otro antes de chocar contra la puerta y abrirla en su intento desesperado por evacuar-¡¡¡GRACIAS ROBIN!!!-aulló a distancia agitando su mano, esperando que Shanks no lo regañase por llegar tarde a su noche especial.

Todos los demás observaron curiosos, sonrientes o divertidos la puerta por donde el lucano había salido literalmente disparado en busca de su pareja. Era lo mismo desde cien años atrás, no había cosa que hiciera al pelinegro más feliz que saber que vería al pelirrojo. Aún les parecía extraño y algo irreal, pero conociendo la ‘familia’ que habían formado junto a su líder a través de los años…ya no había nada imposible.

-Por cierto-el rubio levantó los platos, dispuesto a preparar los alimentos del resto-¿Dónde se metió el estúpido marimo?

-Creo que Zoro fue a prepararse para la luna llena, como de costumbre-Franky lo miró desinteresado, acariciándole el vientre a Robin con una sonrisa pícara, besando su cuello y rasgándolo ligeramente con la punta de sus colmillos, permitiendo a la sangre correr libremente ante la disposición de la dulce morena; misma que le correspondió el gesto con uno mas calmado, dejándose apoyar en el regazo del vástago.

-¿Pero es necesario que se aleje tanto? Digo, estar con un lucano transformado es peligroso pero no…

-Zoro no es igual que Luffy-Nami estiró su cuerpo, encaminándose a las escaleras para llegar a su cuarto, dispuesta a cambiarse de ropa-Luffy no se controla, pero es fácil de controlar; Zoro en cambio mata a quien esté en su campo de visión, no trata siquiera de reflexionar de quien se trata.

-Mañana ya saldremos a buscarlo, Ussop-animó Brook alentadoramente, pues siendo un esqueleto era complicado saber los momentos en que sonreía-posiblemente termine tirado como de costumbre, en alguna parte del bosque.

Asintió sin más, largando un suspiro y sentándose en la mesa alejando toda preocupación por el momento. Zoro era un licántropo de edad mayor a Luffy, instintos espléndidos, menos el de orientación. Podría cuidarse solo… ¿ne?

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Sacó un pañuelo de entre sus elegantes ropas, dirigiéndolo a sus labios y limpiando con elegancia las manchas de sangre que habían sobrado sobre sus labios ante la previa comida.

No cabía duda que la sangre de damiselas era mucho más exquisita que la de las personas corrompidas por el dinero y el placer carnal. Amaba a los jóvenes vírgenes, el sabor de su pureza nublaba sus sentidos hasta puntos que él mismo prefería no nombrar.

Lo mejor era regresar lo más pronto posible al castillo, no tenía ánimos para presenciar una pareja devorándose literalmente a besos en el recibidor, pues conociendo la impaciencia de su amigo pelirrojo no esperaría a llegar al cuarto, o siquiera la sala, para degustar el sabor del licántropo.

-Me hubiera negado a su pedido…-se dijo a sí mismo antes de detener su andar y observar la maleza analíticamente.

Sentía una presencia peligrosa y mortífera acercándose a velocidades inhumanas, lo que daba a conocer que la presa próxima compartía sus monstruosos poderes. Que fueran de la misma raza, era dudosa la respuesta, pero no pretendía bajar la guardia y dar pauta a un ataque directo.

A la distancia, un cuerpo moreno se estrellaba contra ramas y arbustos al haber presenciado el aroma de un vampiro muy cerca de su posición. Sus garras se asomaban, deseosas de que la sangre corriese por ellas; la cabellera verdosa se confundía con todo lo que había a su paso, más era delatado por el tintineo de los pendientes dorados en su oreja izquierda, dándole poca importancia ante los momentos, donde su prioridad era descuartizar a la presa.

Salió precipitadamente, atacando al vampiro con ánimos de destazarlo con sus manos, pero fue detenido sin mucho esfuerzo por su contrincante, quien le neutralizó apretándole de las muñecas, siendo acorralado por un árbol…e hipnotizado ante la mirada dorada del vástago…

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Bien, ahí está owo. ¿Cómo les pareció? espero que bien, o al menos aceptable. Si les gusta o nó me lo hacen saber, please u,u. Abierta a sugerencias.

Ahora, tardaré un poco mas tanto con éste como el de FEARLESS porque mi compu tiene problemas, así que perdónenme, trataré de traerselos lo mas pronto posible ^^

De aquí nos separamos, nos leemos de nuevo!!


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