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Cassis por Algodon_

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× Cassis ×

 

¿Cuántas veces había corrido lo suficientemente fuerte como para intentar alcanzarlo?, ¿Cuántas veces intentó gritarle que no se fuese, que se quedase a su lado? ¿Cuántas veces se quedó sin voz para gritarle que lo necesitaba con él? .... ¿Cuántas veces habían sido...?

 

Ah, siempre lo mismo

La tristeza inevitablemente se aproxima

Ah, incluso te herí

Y tan solo te evité.

 

Sus ojos negros estaban clavados en el cielo profundo de aquella tarde lluviosa, su cuerpo estaba siendo empapado por aquella agua que al parecer estaba intentando acariciarle toda la piel aún debajo de la ropa que traía puesta, sus manos sin querer estaban temblando del frío que representaba estar debajo de aquella lluvia, su rostro estaba girado hacia arriba, como si el agua lavase su piel blanca.

 

¿Por qué?....  ¿Por qué siempre tenía que sentir esto cada que él venía a buscarle?. Cada que esos ojos azul cielo le encontraban, cuando esas mechas rubias como el oro se mecían frente a sus ojos, su pecho dolía, sentía la necesidad que olvidarlo todo, de volver junto a él y hacer como si nada en estos años hubiese pasado de verdad.

 

No le gustaba, no le agradaba en lo más mínimo el hecho de que siempre estuviese diciéndole que le dejase en paz, era algo que solo era parte de aquella máscara vengativa y frívola, esa capa que solo se habría levantado para una sola cosa en este mundo: Matar a su hermano.

 

Sabía que le dolía, siempre se lo hacía saber, siempre le hacía entender que le lastimaba cada vez que le rechazaba pero no le importaba... o eso quería creer.

 

¿Por qué son tan dolorosos

los sentimientos en ti?

Se repite lo mismo

Por miedo te perdí.

 

Y de nuevo estaba ahí, después de una gran batalla entre ambos por ver quien cumple su objetivo primero, si él de terco con vengarse del bastardo de su hermano, o su rubio amigo con llevarlo de regreso a Konoha, siempre luchando por ver quien ganaría la batalla, quien sería mejor, quien lo lograría.

 

Apretó los puños con fuerza, siempre le gustó competir contra él por que le hacía ver cuanto había mejorado pero siempre le vencía, ese rubio revoltoso siempre lograba impresionarlo con una o con otra técnica nueva no importando cuanto poder hubiese acumulado.

 

Y ahí estaba una vez más solo, debajo de la lluvia, mirando el cielo como lloraba después de una gran batalla, como su ropa estaba levemente desgarrada, su cuerpo cansado y algunas heridas pero no le importaba, simplemente sabía que se encontraba solo. El rubio se había ido después de haberle rechazado una vez más con las palabras más frías de lo que realmente deberían ser dirigidas.

 

Dolía.

 

Dolía verlo así, ¿Por qué tenía que insistir tanto?, ¿Cuál era esa razón?

 

Ya que me era tan cercano

Debí borrar el día que no puedo olvidar

Nunca escuchas nada

¿Tomarás mi mano, cierto?

 

Cerró los ojos con suavidad mientras que intentaba rememorar su objetivo, necesitaba la fuerza suficiente como para volver a retomar su venganza, seguir su camino y cumplir su objetivo sin importar más nada pero cuando sus párpados se cerraron, sólo un recuerdo se le vino a la mente...

 

Aquella pelea en el valle del fin, debajo de esa cascada, exactamente estaba lloviendo como esa vez, Naruto a sus pies, el dolor de su cuerpo, el cansancio de su ser, el poder gastado, estaba al límite.

 

Cayendo de rodillas, aquel acercamiento, verlo tan de cerca, verlo tan pegado, tan indefenso, tan a su merced y sólo hizo lo que más le hubiese gustado hacer en otra situación, marcando sin querer y queriendo el camino que él iba a llevar, el perseguirlo hasta el cansancio, hasta que sus fuerzas mermaran al grado de que sus ojos se cerraran, como esa vez.

 

Un beso, un Te amo y un Adiós.

 

Levantó su mano con parsimonia para colocarla frente a su rostro tapando sus ojos de aquella lluvia y después la estiró al cielo como si quisiera alcanzar algo, como si quisiera aferrarse a algo que no existía de verdad. La mano del rubio extendida hacia él, salvándolo de la soledad.

 

Mañana seguramente tus sentimientos estarán lejos,

Es cierto, eso nunca cambiará, Te amo.

Mañana seguramente no podré verte,

Es cierto, eso nunca cambiará, Te amo.

 

Sabía perfectamente que aquella declaración jamás fue escuchada y él sabía que nunca sería repetida de sus labios, sus sentimientos no volverían a aflorar tan inconscientemente como aquella vez, no podría verse débil ante aquel rubio de ojos azules, no podía permitirse ningún punto que le hiciera desfallecer.

 

Jamás le volvería a besar esos labios, jamás iba a tocar esa piel, no iba a recorrer su cuerpo ni tampoco podría ocupar su corazón, para él todo ese tipo de cosas estaban negadas, no había caso de perseguir algo que desde el principio había sido arrancado de su ser.

 

Sabía que no tenía el derecho de reclamar nada, sabía que no tenía el poder de hacerlo pero lo amaba, y ahí estaba ese sentimiento, esa forma tan egoísta de ser, de quererlo para él, pero seguramente no podría aspirar una vez más a tenerlo.

 

Estaremos juntos, el futuro no está predestinado.

Seguimos juntos, al futuro en el cual tú estás...

 

 

¿Cuántas veces le había escuchado decir que le llevaría de vuelta a su aldea natal?... ¿Cuántas más le escuchó gritar de que volviese hasta que su garganta se secara?, todas aquellas veces que le prometía estar juntos, que no lo dejaría, que no lo abandonaría, que le protegería y le cuidaría...

 

Siempre juntos.

 

Incluso con olvidar suficientes cosas dolorosas

Te estoy recordando

Al contar cada noche sin encuentro

Mi pecho anhela.

 

Se negó a si mismo el saber realmente lo que pasaba, se negó una vez más a su mente a pensar, quería olvidar, quería borrar y arrancar todo vínculo con él. Era necesario para su venganza, era imprescindible el arrancar esos ojos azules tan puros y brillosos de su cabeza, de su corazón.

 

Pero a pesar de todos esos recuerdos dolorosos que intentaba grabarse a fuego para borrárselo de la cabeza, siempre aparecía con esa sonrisa de tonto que le hacía sentir calidez dentro de los momentos de soledad. Esa soledad que sentía cada que se acostaba por las noches y sabía que al día siguiente no había equipo al cual unirse, no había misión a la cual acudir, tampoco había un dobe al cual salvar ni con el cual competir.

 

En ese momento anhelo el volver a ese pasado.

 

Juntando múltiples soledades

Por favor, no llores más en soledad.

¿Cuánto estaremos separados?

Confío en que es lo mejor para ambos.

 

Apretó los ojos con dolor dejando caer su mano pesadamente y sus piernas fallaron, su fuerza mermó hasta hacerlo quedar hincado sobre el lodo que ese valle le brindaba y la intensa lluvia sobre sus hombros, el dolor le carcomía, sabía perfectamente que era mejor así, sabía que también le lastimaba con cada palabra que le decía pero nunca le demostraba la verdad.

 

Quería ver de verdad como lo añoraba, que era de él que era para y por él nada más, que no era una promesa hecha a otra persona, que no era por orgullo ni por honor, y aunque sonase egoísta, quería saber si lloraba en soledad como el lo hacía por sus ojos azules, por esas sonrisas perdidas que sabía perfectamente que era su culpa.

 

¡Era su maldita culpa!.... y, y aunque quisiera remediarlo no podría, no rogaría perdón, no cabía en su orgullo y se maldijo.

 

Muchas veces le escuchó preguntarle un “¿Cuándo volverás?” ... que si su venganza se llevaba a cabo, volvería, pero no, sabía perfectamente que ya no había vuelta atrás, ya no podía siquiera el pensar en volver a una vida normal junto a ellos, junto a él.

 

Era lo mejor, el estaba demasiado lleno de rencores, venganzas, dolores, un corazón podrido era lo que tenía en el pecho.

 

No quería manchar más esa hermosa cara inocente, ya no más.

 

Por favor, quiero que rías

No deseo seguir hiriéndote.

Al transcurrir las horas, los versos se marchitaron

No puedo recordarlos todos.

 

Suspiró hondamente pero aún así la respiración le falló haciendo su suspiro entrecortado, su rostro volvió a ver hacia el cielo mientras intentaba no desfallecer, estaba solo, estaba sin nadie quien le mirara y le preguntara si todo estaba en su lugar, no había ni una sola alma pero una sonrisa vino a su mente, esa sonrisa infantil, pura que el mismo manchó.

 

Quiso gritar pero su voz se le acabó, no quería ver esa mirada triste, ese rostro enfurecido, esos ojos con dolor y decepción, quería volver a ver esa sonrisa, quería volver a verlo sonreír como siempre lo hacía, ya no quería seguir hiriéndole más, ya no quería pelear desesperadamente cada que se encontraban para saber quien era más fuerte o quien podría lograr su meta.

 

Ya no quería dañar una vez más ese cuerpo ni ese corazón, sabía que con cada una de las heridas que causaba en su piel, eran dos o tres en su frágil corazón, ese enorme corazón que tenía para todos... esos todos que merecían tenerle, menos él.

 

Intentó recordar cada uno de los momentos en que estuvo con aquel rubio, pero como era costumbre, muchas quedaban incompletas, se le olvidaban frases que esa voz escandalosa le había dicho en esos momentos, aquellos insultos y esas peleas absurdas quedaban olvidadas en su memoria sin poder encontrarlas.

 

Quería recordar...

 

Mañana seguramente tus sentimientos estarán lejos.

Es cierto, eso nunca cambiará, Te amo

Mañana seguramente no podré verte,

Es cierto, eso nunca cambiará, Te amo

 

 

Intentó levantarse con mucha dificultad de aquel lugar, sin embargo sus fuerzas estaban mermadas, sus piernas no respondían como debía ser, sus brazos y sus rodillas le dolían, sus ojos le ardían y su cabeza parecía apunto de estallar.

 

Tantas cosas, tantos recuerdos, tantas sensaciones ocultas, tanto de todo y a la vez nada de nada, sabía que de nuevo lo volvería a encontrar, sabía también que de nuevo volverían a luchar, estaba conciente de que volvería a herirlo, de que le volvería a herir, de que esa batalla siempre quedaría inconclusa.

 

Él sin poder matarle, y el rubio sin atreverse a dañarlo de más.

 

Eso nunca cambiará.

 

Por favor, yo solo, quiero verte

Por favor, esta mano te dejará ser.

 

Sonrió como solo él puede hacerlo, con toda esa dignidad reflejada en su rostro, esa capa de hielo y soledad que nadie más podría perturbar, tantas cosas dentro de su cabeza, tantas cosas dentro de su corazón y nadie, nadie conocía, muchas veces él también no sabía de su existencia.

 

Escuchó tantas veces el “vuelve”, “regresa y prometo que todo cambiará...” ... “dejemos de pelear” ...

 

Como le hubiese gustado creer ciegamente en aquellas palabras, en aquellas promesas y olvidarse de todo, olvidarse de su venganza, de su objetivo y encontrar otro, formarse una vida, dejar que las sensaciones fluyeran libremente desde su interior, quería gritar, quería desgarrar su garganta por el dolor que sentía, quería desahogarse quería....

 

Quería...

 

Estaremos juntos, el futuro no está predestinado.

Seguimos juntos, al futuro en el cual tu estás...

 

¿Cuántas veces te dolía el corazón mientras mirabas por la ventana de ese hospital?... ¿Cuántas lágrimas más derramaste por el hecho de saber que no volverá?, ¿Cuántas veces más insistirás el perseguirle? ... ¿Cuántas mentiras más te dirás a ti mismo que puedes cambiar el destino de él? .... ¿Cuántas veces terminarás así de herido?


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