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Monster por Pandora

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Nana nunca tuvo una madre.

 

Simplemente apareció como por arte de magia en los brazos de Kurama y fue conducida hasta el laboratorio.

 

Nunca supo el color de los ojos, del cabello o la textura de la piel del ser que la cobijó durante nueve meses en su interior. Su padre fue una figura difusa tras un vidrio, que observaba a duras penas, como una distracción entre golpe y golpe.

 

Tal vez eso la hizo diferente de los demás, tal vez eso era lo que la apartaba. Tal vez eso la hizo entender con rapidez que estaba completamente sola en el mundo.

 

-Etto…..

 

-Uhm….-movió la cabeza hacia la izquierda en un gesto de aprobación.

 

Un tímido sonrojo coloreó sus mejillas, no se movió ni un centímetro, sin embargo el panecillo flotó en el aire y acudió rápidamente hacia ella, que por fin optó por estirar la palma para recibirlo- ¡Arigato!- la torpe reverencia que realizó con la cabeza delató el nerviosismo que se había esmerado  en ocultar a toda costa. Pensó que era ofensivo mostrar temor ante una persona que se había pasado la vida entera procurando no causarlo.

 

Dio un mordisco y observó la fogata improvisada que iluminaba con su luz rojiza la tibia arena.

 

Se sintió extraña, cálida. Y Nana supo en ese momento que no era precisamente por el fuego que la protegía de la baja temperatura. Era algo más, no era la calidez que la inundó cuando papá le regaló su primer vestido, tampoco la que experimentaba cuando alguna enfermera la cubría con una manta después de horas de suturar heridas y desinfectar cortes.

 

Era diferente, era algo que le daba la valentía suficiente para mostrar orgullosa al mundo sus cuernos. Era algo que solo al estar a su lado la invadía.

 

-¿Qué pretendes?

 

La voz carente de sentimiento interrumpió sus cavilaciones.

 

-¿Eh?

 

-¿Qué pretendes siguiéndome?

 

Nana miró los ojos rojos fríos y heridos. Podía darse mas o menos una idea del dolor que podía estar experimentando en ese momento Lucy, un dolor inimaginable, un dolor que solo ‘’monstruos’’ como ellas podían albergar y soportar sin necesidad de acudir a un puñal para remediarlo.  Odio, asco, repulsión, rechazo, violencia. Ella había sido protegida por papá de alguna forma y estaba inmensamente agradecida por ello. Pero nadie se había preocupado en tomarse la molestia de proteger a Lucy de ello.

 

Nana tenía demasiadas razones para mantenerse al lado de Lucy en su vacía búsqueda por un lugar en el cual establecerse, eran de la misma raza, no poseían nada más que ellas mismas, las dos estaban luchando constantemente por escapar de los hombres de bata blanca que las consideraban poco más que ratas de laboratorio.

 

-Nana…Nana pensó que a Lucy no le gustaría estar sola.

 

-Estúpida…-soltó sin sentimiento, anulando la intención de ofenderla- he estado toda mi vida sola…¿porqué crees que necesito tu compañía ahora?

 

-Porque…¡Nana puede serle útil a Lucy, Nana sabe hacer muchas cosas! ¡Nana es un monstruo!...-apretó los ojos- No puede permanecer al lado de nadie más…porque….no la quieren…

 

No pudo terminar de expresar su idea porque de pronto se sintió fuertemente sujeta por los vectores de Lucy que la elevaron en el aire varios centímetros y la aventaron contra el suelo sin ninguna clase de delicadeza.

 

Cerró los ojos ante el dolor del impacto en su cráneo, cuando volvió a abrirlos se encontró con el cuerpo de Lucy a gatas sobre el suyo.

 

-¡Eso le dolió a Nana!...-lloriqueó con voz aguda, pero la diclonius mayor pareció ignorarla.

 

-Muéstrame

 

-¿Ah?

 

-Muéstrame tu cuerpo de monstruo.

 

Nana nunca llegó a saber que fue lo que la impulsó en ese momento a dirigir sus pequeñas manos hasta el borde del destrozado vestido negro que alzó luego con lentitud revelando ante los ojos de la mayor sus muslos pálidos, su ropa interior infantil, su vientre liso atrapado entre las femeninas curvas de su cintura pequeña. Después y para impaciencia de la mayor subió el vestido hasta el pecho, descubriendo un par de pechitos blanquecinos y apenas formados. Dos pequeñas montañitas que denotaban el poco desarrollo característico de su corta edad.

 

Las manos de uñas largas tantearon entre los frágiles senos de la niña sin mucho interés.

Se deslizaron por su vientre que se erizó bajo el toque y terminaron su recorrido en el borde de las bragas blancas, que se deslizaron apenas hasta la mitad de los muslos de la pelirrosa.

 

Sus mejillas se colorearon nuevamente, el aire frío despeinó sus cabellos, Lucy se mantenía examinándola de rodillas entre sus piernas.

 

-Lucy…Nana…¿Nana tiene algo raro en el cuerpo?-su voz temblaba-...¿Nana parece un monstruo?....¿eso hace que los demás se alejen de ella?

 

Apartó sus dedos de pronto y clavó sus ojos rojizos en los de ella, cuando chocó con el rostro de Nana, distinguió su expresión de tristeza, tristeza por el inminente rechazo.

 

-Miren…ahí viene la de los cachos ¡la fenómeno!

 

-¡La que no es humana!

-¡Fea! ¡Monstruo! ¡anormal!

 

-Deberías morir…¡no perteneces aquí!

 

Nana se estremeció por segunda vez bajo su toque y su rostro femenino serio- ¡Por favor déjame permanecer a tu lado!- chilló, ocasionando que Lucy se apartara rápidamente y le diera la espalda.

 

-Nana..Nana siempre ha seguido obedientemente a los demás- apretó los puños y cerró los ojos, acomodándose la ropa interior y colocándose de rodillas sobre la arena con el vestido semi-levantado- Nana nunca ha tomado decisiones , pero…ahora que no debe seguir órdenes, está dispuesta a permanecer al lado de Lucy!...-pareció captar la atención de Lucy que ladeó el rostro y la observó de reojo con su afilada mirada sangre- ¡No importa si Lucy asesina a Nana , porque ella es muy fastidiosa! Nana no le teme a la muerte pero….

 

-Pero sí a la soledad…-interrumpió la mayor- todos le temen a la soledad…-finalizó para girar el rostro justo como antes dedicando su atención a la fogata.

 

-Yo también soy un monstruo….y me agrada serlo.-continuó la mayor con voz suave- es mejor que ser un débil humano.

 

Nana se acomodó el vestido y caminó lentamente hacia Lucy, tomando asiento a su lado, recogió las piernas y las rodeó con sus brazos, escondiendo el mentón en el hueco que formaban las rodillas al juntarse.

 

-Ne…Lucy, no debe estar triste porque desde ahora, Nana tan solo se dedicará a cuidarla.

 

Pareció distinguir una mueca imitando una sonrisa en el rostro de la mayor, antes de que esta dejara caer ocasionalmente su mano muy cerca de uno de sus costados.

 

Entonces Nana sonrió y deshaciendo el agarre de sus piernas sostuvo esa mano de uñas largas entre la suya.

 

Tal vez ser un monstruo no era tan malo, pensó mientras el fuego se consumía lentamente, porque justo ahora entendía finalmente que dos monstruos no solo espantaban a la gente, si no también a la soledad.

 

 

Notas finales:

 

 

Notas de Pandora: xDD...Ahh hace taanto que no publicaba un yuri, y a decir verdad es lo que más adoro escribir *-* este fic es algo viejo, no sé porqué hasta ahora no me había animado a publicarlo x.x y no sé si a alguien le importará leerlo...pero ayer ví nuevamente unos capis de Elfen Lied que adoro y tuve que hacerlo *___* el Kouta/Lucy jamás me convenció ni me gustó -.- demasiada mujer para Kouta...y el Lucy/Nana *__* adorable!!...

  


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