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Un pacto sin razón por Algodon_

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Notas del fanfic:

Es una ide enferma, de verdad o-o, la tenía rondando en la cabeza desde hace mucho >>;; y pues aquí estoy de nuevo xD, he vuelto y tengo otra idea en especial para otro one-shot.

Ok, Ok, los que esperan actualizcion de Destino, Aferrate y Regression, intentaré no tardarme n_n. 

Titulo: Un pacto sin razón

Pareja: Uchiha Sasuke, Uzumaki Naruto

Autor: Algodón de Azúcar (Uchiha Shizuma)

Advertencia: NC- 17, Violación.

Disclimer: Ni Sasuke ni Naruto me pertenecen (todavía xP).

Notas: Inspirado en:

-Doujinshi de B-Plus “Mekakushi” (Cegado) y Canción “Un pacto entre los dos” de Talía.

Dedicatorias: a Kasuyo Fukao que te lo prometí xD

 

 

-Hmmm... –estiró sus brazos mientras que cerraba sus ojos y bostezaba después, intentando relajar cada músculo de su espalda. – Estoy cansado... buaaaah, Kakashi-sensei y Asuma-sensei me han enseñado muchas cosas...  –una sonrisa afloró en su precioso rostro marcado mientras que ahora sus pupilas azules se fijaban en un lugar inespecífico de su cuarto.

Solo, lleno de un poco de polvo, olor a ramen instantáneo, un desorden descomunal y su sonrisa se volvió melancólica.

Si bien extrañaba desde siempre una compañía que nunca tuvo, ahora más que nunca se sentía más solo que de costumbre, era una soledad abrasadora desde sus entrañas que le hacía sentirse vacío, era un hueco dentro de su estomago que aunque comiera y se atragantase de ramen, nunca podía llenar, era la soledad de la persona que siempre considero más importante para él después de Iruka-sensei.

Suspiró para después relucir una sonrisa nada afectada, actuada, completamente una máscara como siempre lo hacía cuando recordaba ese hueco en sus entrañas, de pronto sus ojos se giraron hacia un portarretrato que estaba descansado sobre su eterno hogar, una mesita de noche.

-Sasuke... –dijo tomando aquel portarretrato- voy a traerte de vuelta... –susurró como cada noche mientras acariciaba con el pulgar deliberadamente aquella imagen de unos ojos negros, una mirada afilada, arrogante como siempre la tuvo y sonriendo, la abrazó contra su pecho, siempre, el recordarlo, le hacía sentirse irremediablemente feliz, comprometido con esa promesa.

Dejó el portarretrato después de sentirse satisfecho y de darse cuenta que esa escena era tan irreal y vergonzosa hasta para su propia soledad, que decidió terminarla, fue cuando en una ultima mirada, se levantó de la cama para ir directamente a su armario.

Intentando saltar uno tras otro los objetos que se interponían en su camino, llegó al mueble para abrirlo y encontrar una pijama de color azul cielo con unas decoraciones algo confusas en toda la tela y un gorro que se encontraba sobre de este.

Jamás perdería esa maña de colocarse aquel gorrito para dormir.

Cuando regresó a la cama, primero bajó el sierre de su chamarra naranja con negro para deslizarla sobre sus hombros hasta, casi inexplicable y en un cuadro irreal, comenzó a doblarla muy suavemente dejándola en la cama, después, se quitó la camiseta negra que traía debajo, sintiendo el frío del dije en su pecho, en ese momento sonrió para tocarse el abdomen.

-Seguro que odias ese dije, Maldito Demonio... – y nada le respondió hasta que bostezando, recordó que tenía que dormir algo por que a la mañana siguiente tendría una misión de rango C-

Se colocó la parte de arriba de la pijama azul para después sacarse los pantalones naranjados y doblarlos igualmente que la chamarra y colocarse la parte de debajo de la pijama.

La camiseta negra, salió volando por ahí muy lejos acumulándose a toda la tanda de ropa que había amontonada en un rincón.

Su conjunto naranja, lo dejó sobre una mesita para colocar sobre esta, la bandana negra bien doblada y con una sonrisa se dirigió al refrigerador para sacar el bote de leche y abrirlo, tomando un trago para después suspirar hondamente. El sueño comenzaba a hacer estragos en él así que decidió el encaminarse a la cama, debía descansar, aunque realmente mañana tendría que levantarse temprano.

Al llegar a la cama, se metió debajo de las cobijas para mirar el techo unos segundos, una mirada negra, afilada, una espada, unos ojos rojos peligrosos, frunció el ceño y se preguntaba que estaría haciendo Sasuke, pero con un bostezo enorme, dejó que sus ojos azules se cerraran completamente.

Su mente se perdió en un difuso mundo que le hizo comenzar a soñar con árboles de ramen y ríos de caldo de ramen.

Una sombra, apareció en la ventana que estaba pegada a la cama de Naruto, detrás de la cortina que protegía aquella ventana, se podía ver que era un hombre, un ninja con una habilidad grande, poderosa y una sutil manera de acercarse a su enemigo.

En un movimiento suave pero seguro y rápido, la ventana se abrió lentamente para dar paso a una suave brisa nocturna y la cortina se ondeó por la entrada de aquel intruso a esa misma habitación. Una sonrisa, apenas un sonido salió de aquella garganta intrusa, una burla, como si fuese el sarcasmo de infringir en aquel sitio.

Acercándose a la cama, apenas viéndose la sombra en la noche, tomó en brazos a aquel rubio durmiente, para salir por donde había llegado.

 

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Apenas si su piel sintió el escalofrío que recorrió su espalda hasta llegar a su nuca, en ese momento sus ojos azules se abrieron delicadamente, pero la oscuridad en donde estaba, era parecida a cuando sus ojos estaban completamente cerrados.

-Ya despertaste... –esa voz, burlona, altanera, arrogante. Sus ojos se intentaron acostumbrar a la oscuridad que brindaba la habitación y fue cuando pudo ver esa silueta sentada frente a él, y podía distinguir un par de orbes rojizas que le miraban atentamente.

Intentó moverse, estaba totalmente amarrado sobre una cama. Podía sentir que era una cama por la suavidad del colchón frío que había debajo de sus piernas, sus manos estaban completamente atadas detrás de su espalda, sus pies igualmente atados imposibilitado completamente de movimiento.

Le dio temor.

Aunque no consideraba que estuviese en real peligro estando con él, tampoco creía que la situación era la más apropiada, estaba completamente indefenso ante las ideas que tenga aquel que le haya secuestrado a estas horas de la noche, y la oscuridad, esos rubíes destellando en la oscuridad hacía que su cuerpo temblara aún más.

-¿Qué...? ¿Qué es lo que está pasando? ... –preguntó mientras movía sus brazos  intentando soltar sus muñecas de aquella cuerda que las ataba, por lo menos intentando aflojar su agarre pero era imposible.

-Deja de moverte... –fue casi un gruñido pero en un tono que hizo que Naruto apenas si se alterara, las cosas comenzaba a ponerse peor de lo que imaginaba, así que intentó con más desesperación el liberarse de aquella atadura de sus manos, pero el ruido de unos pasos le hizo girar sus orbes azules hacia los rubíes que estaban totalmente frente de si.

De un momento, una pequeña lámpara se encendió, dándole un tenue luz a la habitación donde se encontraba, una tenue luz que dejaba ver aquellos ojos que ahora volvían a ser negros, afilados, arrogantes, un pecho desnudo debajo de una yukata blanca que apenas su cubría sus brazos.

Estaba tan cerca que podía oler su aroma, percibir ese calor de su cuerpo.

-Dije que dejaras de moverte... –volvió a susurrar roncamente, profundamente haciendo estremecer a Naruto hasta sus entrañas pero su ceño se frunció y comenzó a moverse y a dejar escapar unas cuantas palabras en contra de su secuestrador.

-Temee, no sé que mierda te traes pero ¡SUÉLTAME! –por alguna extraña razón, después de haber levantado la voz tanto, se quedó callado, angustiado, temeroso, como si esperara algo que en ese preciso momento llegó.

Un golpe, con el revez de la mano de Sasuke, directo a su mejilla, dejándola marcada, rojiza y que de la comisura de sus labios, un hilo apenas rojizo y visible, se escurriera intentando llegar a su barbilla, sus ojos estaban abiertos de la impresión.

Iba a decir algo pero estaba aturdido, estaba totalmente sorprendido, por mucho que Sasuke y él siempre estuviesen peleando, jamás le había golpeado así, jamás había sentido esa sensación cuando Sasuke le golpeaba ya sea con intención o sin querer.

Una mano fuerte le tomó de su mentón para hacerlo girar y se volvió a topar con esos ojos negros, Sasuke estaba diferente, sus ojos eran diferentes, su sonrisa era diferente, su aroma era diferente, Sasuke... no era Sasuke.

Intentó cerrar los ojos pero una lengua caliente se deslizó por la comisura de sus labios para llegar de lleno a estos y antes de besarlos, después de lamerlos, se separó, probando su sangre, el sabor metálico de aquel líquido rojo que le hizo sonreír.

-Eres inesperadamente dulce.... –ese susurro salió de su garganta más ronco quizá de lo que había querido que fuera, Naruto se le quedó mirando con sus ojos azules brillando intensamente con miedo por un instante, le había dolido, su labio roto estaba sangrando muy débilmente pero el sabor escandaloso de la sangre había inundado sus sentidos.

Sasuke le había golpeado, de esa manera tan ... deliberada.

-¿Qu-que pretendes...? –susurró aquella pregunta intentando retarlo con la mirada, procurando que su mirada fuese afilada, furiosa pero esos ojos tan seguros, tan decidida, le hacía estremecer, como siempre lo hacía desde que lo conoció, aquellos ojos negros, desbordantes de arrogancia.

De un momento, Sasuke acercó su cuerpo al de Naruto, aún dejándolo hincado sobre el colchón, simplemente se acerco a acariciar con la piel de su mentón y sus labios, la superficie de la piel de Naruto que había quedado expuesta en su cuello al desabrocharle apenas dos botones de la pijama azul.

Naruto se estremeció y se mordió el labio inferior sonrojándose, moviéndose para que Sasuke se alejara, lo que menos quería era sentir esas sensaciones con él, ¡Con Sasuke!... eran hombres, y Sasuke para él representaba algo mucho más alto que un simple acostón, Sasuke era su hermano, su camarada, su mejor amigo.

Apretó los ojos intentando desengañarse a si mismo pero en ese momento sintió un dolor punzante en su cuello, un dolor lacerante, un ardor carcomiente, ¡Sasuke le estaba mordiendo!

-¡Su-Suéltame! – gritó intentando moverse pero al sentir la mordida aún más fuerte, se quedó quieto gimoteando por lo bajo del dolor, dispuesto a soportar, aunque estaba seguro que esa mordida iba a dejar una marca, seguramente estaba sangrando ya- Ba-Basta... –dijo muy bajito donde vio el oído del Uchiha, haciendo que le soltase.

Sus miradas se cruzaron, Sasuke miraba de forma amenazante relamiéndose los labios sonrojados de la presión, Naruto con sus ojos brillosos por el dolor de la mordida queriendo tocársela, verse si estaba realmente herido. Sasuke sonrió.

-¿Qué tan dispuesto estás a dar tu vida por mi, Naruto? –esa voz, esa forma de hablarle, Naruto se estremeció y cerró los ojos- ¿Qué tanta pasión hay en tus promesas, Usuratonkachi? –ese sobrenombre, Naruto enrojeció, si bien extrañaba ese mote, no lo deseaba escuchar de esa manera, no en esas circunstancias.

-Sa-Sasuke... ya para... –Sasuke frunció el ceño, las cosas no estaban saliendo como realmente deseaba, no estaba realmente sintiendo esa presencia de Naruto, aquella fuerte, aquella desafiante, su único igual. Se enfadó.

Levantándose de la cama, se trajo consigo a Naruto por la solapa de la pijama semiabierta del pecho, los ojos de Naruto brillaron de miedo, ¿qué pensaba hacerle Sasuke?, en ese instante, Sasuke, afilando la mirada, amenazando al rubio con ella, lo dejó de parado al pie de la cama, Sasuke sonrió apenas.

Naruto apretó sus manos juntas, sabía que esa mirada no era nada sana, conociendo a Sasuke, algo tendría planeado, algo que no le gustaría y sucedió. Sasuke, sacando un kunai de entre las mangas de su yukata blanca, se acercó al rubio para tomarle del rostro con su mano libre, como si fuese un muñeco de trapo, lo levantó un poco, haciendo que Naruto se pusiera de puntillas sobre el suelo y fue cuando el kunai comenzó a desgarrar la ropa de Naruto.

Intentando negarse a si mismo, resistirse ante lo que hacía el albino, Sasuke apretó su mano sobre su rostro para que se estuviese quieto, logrando su objetivo hasta dejarlo completamente en garras, su ropa desgarrada, su ropa hecha jirones y con esa misma mirada indolente, le aventó directamente a la cama, pasando a un lado de esta, azotando a Naruto sobre el colchón para subir su mano hasta sus ojos, cegando los cielos de Naruto.

Esos cielos que comenzaban a llorar.

-¿Qué pretendes...? –dijo apenas mientras que intentaba calmar sus temblores corporales, siempre frente a Sasuke se sentía debilitado, siempre se sentía desprotegido pero esta absurdo, era estúpida la situación que estaba sucediendo... ¿Qué ganaría Sasuke haciendo tantas cosas con él?

Apretando los dientes, Sasuke susurró roncamente sobre su oído un “Deja de lloriquear”, y dejando abruptamente y de mala manera el rostro de Naruto, haciendo que este se quejase del movimiento tan brusco.

Busco la mirada de Sasuke, la encontró teñida de algo que no supo entender, era algo que no pudo descifrar en ese momento, eran tantas cosas al mismo tiempo que no supo como interpretarlo pero había algo, una de todas esas sensaciones que identifico a la primera vista a esos pozos negros.

Sufrimiento, Soledad, Dolor.

-Sa... –intentó alcanzarlo y Sasuke, sentado en la cama, mirando a Naruto, dejó que este le tocase el rostro con delicadeza, cerrando los ojos, dejándose llevar al mismo tiempo que dejaba que Naruto tocase sus facciones, como si con eso quisiera entenderlas, comprenderlas y memorizarlas.

-Sasuke... –el susurro del rubio hizo que el albino abriera sus ojos negros para clavarlos en esos ojos azules cielo, e irse acercando sutilmente, suave, lentamente hasta rozar sus labios con los de Naruto, este, sonrojado, solo acarició como pudo la piel expuesta de Sasuke sobre su pecho.

Un beso, suave, tierno, la mano de Sasuke ahora sobre su mejilla, un roce de labios, las respiraciones entremezclándose, Naruto se sentía como en un paraíso, pensaba que siempre había deseado algo así de él, siempre deseando sentir a Sasuke de esta manera y sonrojado, algo confuso, logró escuchar las palabras de Sasuke.

-Esto... es un pacto... –Naruto abrió apenas los ojos fijando en los de Sasuke, determinados, fríos de nuevo, carcomidos por la venganza.

-Sa... –no pudo terminar, una mano le tomó de la boca para azotarlo de nuevo contra la cama, sus ojos se abrieron a la par.

-Es un pacto de dolor... –la sonrisa de Sasuke, simplemente hizo que Naruto temblase bajo el dominio del Uchiha. Sus ojos azules, suplicantes por una explicación, destilando el brillo de la desesperación y cubiertos por el manto del miedo, estaban clavados en esos pozos negros que si bien acompañaban una sonrisa, eran tan inexpresivos que parecían carecer de vida.

“Sasuke... ¿Hasta donde puedes llegar a ser tan  insensible?”

Sonriente, se acercó hacia Naruto, gateando sobre su cuerpo para llegar a quedar al nivel de sus pupilas azules que le miraban perdidas, sollozantes, sufridas. La sonrisa de Sasuke se extendió más, se hizo más profunda, más “real” y acercándose, su mano subió de su boca hacia sus ojos, cegando la vista nuevamente del rubio, pero sintiendo de nuevo su aliento cerca de sus labios, seduciendo, tentándolo a perderse de nuevo en su dulce sabor.

Uchiha Sasuke, tan tentador, tan sensual, tan ... tan él.

De pronto, su momento de tentación terminó al sentir como tanto sus ojos eran liberados como unas manos enterraban sus uñas en su pecho, arañando su piel hasta llegar a su abdomen, su pecho, rojizo por el rasguño, subía y bajaba ¿qué tanto pretendía Sasuke? ¿Torturarlo? ....

Apretando los ojos, apretando sus manos, apretando su corazón que comenzaba a tener heridas que seguramente Kyuubi no curaría por si solo, intentó concentrarse en cualquier cosa que no fuese las sensaciones que Sasuke le provocaba pero a su mente, se vinieron las aguamarinas de Sakura llorando cuando tenía trece años, cuando le suplicaba que regresara a Sasuke a la aldea, los ojos asustados, miedosos que gritaban por que el amor de su vida volviera.

Abrió sus ojo para girar a ver a Sasuke que estaba ahora besando su vientre donde, el símbolo de Kyuubi había aparecido inexplicablemente. Naruto, enrojecido por la vergüenza y las sensaciones placenteras, la ira, el desconcierto y todo lo demás, intentó ser coherente.

-Sa-Sasuke... –el susodicho, apenas giró su mirada oscura a la suya azul- ... Vuelve... –el ceño fruncido de Sasuke hizo que Naruto también se enfadara- ¡Vuelve a la Aldea!... ¡Regresa a Konoha y olvídate de la estúpida Venganza!

Los labios de Sasuke así como sus caricias y atenciones, se detuvieron, se relamió los labios lentamente mientras se incorporaba para ver directamente a Naruto desde su altura, arrogante, altanero, molesto, ¿por qué no lo entendía y se limitaba a sentir? ... afilando la mirada, Sasuke, se inclinó hacia Naruto quedando completamente sobre de él apoyado en sus brazos.

-Solo cállate... –Naruto iba a decir algo pero fue interrumpido- ¡Que te calles! –Naruto creyó que le iba a golpear de nuevo pero en vez de eso, sintió como Sasuke se bajaba de la cama para darle la espalda-

-Sasuke... –dijo bajito.

-No te entiendo... –Naruto le miró dudativo- ¡No entiendo mierda!, ¿Como es que puedes entregar tu vida a seguirme?, ¿No se suponía que querías ser Hokage? ... No... –le dijo dándose vuelta para sonreír- No me digas que si no salvas a un “amigo” no serás un buen Hokage... –los ojos de Sasuke destilaban odio – Entiende Naruto, no soy tu amigo, y un Hokage, solo sacrifica a las demás vidas como piezas de un ajedrez.... solo son los peones bajo las ordenes de un rey... –esas palabras hicieron que Naruto reaccionara intentando levantarse.

-¡Mientes! – pero el fijo de Kusanagi ya estaba en su garganta, fijó su vista desafiante en la arrogante de Sasuke.

-Me enfermas... –Naruto frunció el ceño- Me enferma que seas tan idiota como para no ver más allá... –empuñando más fuerte su espada-... me enferma el haber deseado hacer esto, me enferma el querer retenerte aquí... me enferma que seas tan cabeza hueca... –

Bajó la espada lentamente su mente era un torbellino de pensamientos, si tanto le enfermaba, ¿por qué le tenía ahí? ... Sasuke cerró los ojos, Naruto le miraba, entre sorprendido, asustado, frustrado ¿qué debía hacer? ....

De un rapido movimiento de su muñeca aún con Kusanagi empuñada, cortó la soga que estaba impidiendo los movimientos de Naruto, sus pies y sus manos fueron liberados, Naruto estaba intentando discernir entre si asesinar a Sasuke por lo traidor y bastardo que era, o rogarle que volviera una vez más.

Apretando las manos, se hincó en la cama dirigido hacia Sasuke. Lo que no esperó ver, fue la mirada de Sasuke escondida, y unas lágrimas desentiendo por sus mejillas. Naruto se quedó... literalmente sorprendido.

-¿Sasuke...? –preguntó con cuidado.

-¿Por qué no puedes entenderlo...? –su mirada seguía escondida debajo de la sombra de su fleco- ... ¿por qué no entiendes que la venganza es parte de mi vida?... Nací para ello...

-No es cierto... –la voz de Naruto quiso intentar sentirse mejor, pero Sasuke negó.

-¿Cómo actuarías si ahora yo... matara a Kakashi, a Sakura, a todos ellos...? –Naruto abrió los ojos. Sorprendido, asustado.

-¡No serías capaz!

-Lo mismo pensé yo... –Kusanagi hizo estruendo al estrellarse contra el suelo, por fin los ojos de Sasuke, llenos de resentimiento, de dolor, de soledad, completamente vacíos, completamente sufriendo, la verdadera mirada de Sasuke se clavó en Naruto quien no daba crédito ante lo que veía.

-Pero...-

-¿No buscarías matarme? ... –Sasuke apenas sonrió con burla y desvió la mirada- Siempre que hieren a tus amigos, intentas defenderlos, buscar justicia... eso mismo hago yo –

-... –Naruto bajó la mirada mordiéndose el labio apretando los puños, era cierto pero... no era para llegar a esos extremos.

-Perdóname... –el susurro fue tan cerca de su oído que abriendo los ojos sorprendido, vio la mirada de Sasuke frente de si, tan cercana que se perdió en ella y en el calor de la mano de Sasuke sobre su mejilla... un beso, cálido, suave y lento.

Se dejó llevar.

La cama que estaba debajo de sus piernas ahora le parecía tan cómoda con Sasuke sobre de su cuerpo, sus labios sobre su cuello y el dejándose querer, mientras sus manos, ahora libres, recorrían la espalda desnuda y blanca de Sasuke con sus yemas, aprendiéndose cada músculo, cada marca, cada cicatriz... encontrando lunares y pecas que le hacían verse realmente sexy.

Sonriente, sonrojado, tomó entre las manos el rostro de Sasuke que besaba su pecho para ahora unir sus labios y con sus piernas abiertas y dispuestas, se enroscó en la cadera de Sasuke, frotando aquellas intimidades que hicieron que ambos gimieran entre aquel beso, ahogando sus exclamaciones de placer.

Entre aquel beso, Sasuke bajó la mano lentamente por el costado de Naruto para llegar a su cadera, donde se detuvo un momento, levantando un poco el cuerpo de Naruto para atraerlo hacia sí mientras comenzaba a moverse suavemente, estaba intentando encontrar aquel punto donde Naruto y él explotaran de un inmenso placer y encontrándolo con su dedo, lo penetró muy lentamente.

El beso se rompió cuando el segundo dedo irrumpió en su interior y cuando el tercer dedo hizo su aparición en sus entrañas, Naruto arqueo la espalda levemente haciendo que Sasuke sintiese el éxtasis de dominar al Uzumaki mientras devoraba su cuello antes de penetrarlo con mucha calma, con lentitud, disfrutando del momento.

Cuando estuvo en su interior, Naruto se aferró a su espalda, se aferró a esa vaga ilusión de saber que Sasuke aún dentro de su capa de hielo, seguía teniendo sentimientos, seguía queriéndolo y aferrándose a él como si fuese la luz de su camino de odio, venganza y soledad y quería hacerle ver que aún le querría con todas las consecuencias correspondientes.

Entre movimientos acelerados, lentos, suaves, rítmicos, desenfrenados, gemidos, las uñas de Naruto se enterraron en la espalda de Sasuke mientras que el espasmo preorgasmico le hacía sentir que tocaba el cielo y se preguntó mientras que el climax llegaba hasta su punto más alto.

“Sasuke... ¿Cuánta humanidad aún queda en tu corazón?”

 

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Sudoroso, se levantó exaltado con la respiración agitada, sus ojos negros estaba abiertos sorprendidos mientras que una de sus manos se tocaba el pecho frustrado, su ceño se frunció ¿qué fue ese sueño?....

Cerró los ojos antes de enfadarse y empuñar ambas manos, una sobre su pecho y otra sobre la sábana y sonrió, de aquella manera tan peligrosa antes de abrir los ojos satisfecho, se preguntaba el por que de aquel sueño, el por que de todo eso y entre sus entrañas, admitió que era una tentadora idea el secuestrar al dobe...

Sin embargo, recordando la poca platica entre ambos, sus propias palabras, sonrió ahora de manera irónica.

-¿Un pacto...? ... hmpf, es un pacto sin razón.-

Notas finales:

o-o ... -huye antes de que la aporren por no actualziar >>;-

Algodón de Azúcar
El dulce sabor de la Sangre Uchiha,

 


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