Un Halloween inolvidable
- ¡Olvídalo Al! ¡No iré! - gritó Ed desde el otro lado de la habitación. - ¡Tu sabes que odio éstas fechas más que nada en el mundo! ¡Me niego rotundamente a ir! -
- Pero Ed, nos invitaron formalmente a los dos, no podemos decir que no. Nunca he entendido por qué te cuesta tanto trabajo festejar Halloween, desde pequeño te negabas a ir a cualquier fiesta de disfraces - decía Al mientras caminaba hacia éste.
- Es simplemente que me parece estúpido e incoherente tener que disfrazarme y más que nada tener que participar en juegos pidiendo dulces, todo eso es demasiado infantil para mí. De hecho no se como los alquimistas estatales pueden permitirse hacer el ridículo de esta forma, les he perdido el poco respeto que les tenía. - Ed comenzó a ponerse su chamarra roja para después cruzar la habitación en busca de sus zapatos.
- Ed, anda, nos vamos a divertir, nunca asistimos a ningún tipo de fiesta...- Agregó Al mientras miraba el frío piso.
- ¿De qué hablas Al? No es por que no nos guste ir a las fiestas, es por que tenemos mejores cosas que hacer, como recuperar tu cuerpo por ejemplo. No podemos perder el tiempo en esas cosas. Ve tú a la fiesta si quieres, yo estaré en la biblioteca.- Ed se dio la vuelta y salió rápidamente.
El edificio estaba vacío, todos se estaban preparando para la fiesta de Halloween, y lo más esperado por todos: La Casa de los Sustos que iba a ser llevada por Roy. Esta casa de los sustos era famosa, pues nadie podía lograr más gritos que él. Ed miraba hacia todos lados algo temeroso de encontrarse con alguien pues seguramente lo iba a tratar de convencer de ir, y eso es algo que no quería hacer.
El viento pegaba contra las ventanas, y éstas vibraban dejándose escuchar. En el corredor solo se escuchaba el eco de sus pasos mientras su respiración se agitaba conforme iba avanzando hacia delante. El pensaba que estaba completamente solo, sin embargo no se había percatado que estaba siendo observado por alguien.
Nervioso, siguió caminando por el interminable corredor, cuando de pronto vio una enorme araña en el piso que con sus múltiples ojos lo miraba fijamente mientras movía sus ocho patas peludas. Ed gritó de tal forma que se escuchó por todo el edificio y todos se preguntaron si la casa de los sustos ya había comenzado. Ed salió corriendo lo más rápido que pudo cuando de pronto se estampó directamente con Riza.
Ella ya estaba disfrazada, llevaba puesto un bonito corset morado con una falda rasgada y en la cabeza llevaba un sombrero puntiagudo de bruja. Separándose de él lo ayudó a recuperar el aliento.
- Ed, ¿Estás bien? ¿Fuiste tú quién gritó? - Dijo Riza. Su respiración se normalizó y agregó indignado:
- No fue nada - Pasándose de largo siguió caminando.
- ¿No deberías de estar ya listo? ¡La fiesta va a comenzar en unos cuántos minutos!- dijo Riza mientras Ed fingía no escucharla.
- No voy a ir - contestó Ed
- ¡¿Pero por qué no?! ¡Va a ser muy divertida! Podremos comer muchos dulces juntos...- Riza no recibió respuesta - ¿No crees que mereces relajarte por una noche? - Ed paró de caminar por un momento
- Si me relajo no llegaré nunca a ningún lado y nunca podré recuperar el cuerpo de Al - dijo Ed
- ¿No será que acaso al pequeño Ed le da miedo entrar a la casa de los sustos? - dijo Riza mientras Ed se voltea furioso
- ¿¡Pequeño?! - gritó Ed
- ¡Si! ¡Eres un pequeño miedoso! Además, si preguntas mi opinión a Al lo harías más feliz en este momento yendo a la fiesta... pero como tú quieras. - Riza se dio la media vuelta y se fue caminando en sentido contrario.
¿Qué va a saber ella de esas cosas? Pensaba Ed. De cualquier forma no iré. Y continuó su camino hacia la biblioteca.
- No quiere ir - dijo Riza sin obtener respuesta - ¡Roy! ¡Se que estás ahí!
- No te preocupes, yo me encargaré de él - dijo Roy mientras salía de las sombras - He descubierto por qué no quiere ir... el pobrecito le tiene miedo a las arañas, y como sabrás parte del festejo de Halloween las incluyen -
- ¿Entonces tu te encargarás de él? - preguntó Riza
- Si, descuida...tendrá la peor noche de su vida - agregó Roy mientras reía maliciosamente.
- Solo encárgate de que se divierta - contestó - Por cierto Roy, ¿De qué irás disfrazado? -
- ¡De diablo! - gritó Roy mientras seguía riendo maliciosamente - Ya lo tengo todo planeado -
- Te va bien eh - dijo Riza mientras se volteaba para ir hacia el salón de la fiesta - Nos vemos en un rato -
Entonces Roy más entusiasmado que nunca fue en busca de Ed, para prepararle la noche más terrorífica de su vida. Mientras lo buscaba no podía dejar de pensar en su plan, que era perfecto. Decidió primero ponerse su disfraz, para sacarle un buen susto. Nada más bastó que tronara los dedos para que aparecieran en su cabeza un par de cuernos rojos y una cola puntiaguda. Ya que estuvo listo siguió su camino hacia la biblioteca. Pudo ver de reojo que Ed estaba sentado en la mesa, pero no estaba leyendo nada, su mirada se veía perturbada y perdida.
Roy se acercó lentamente a Ed, y mirándolo fijamente decidió tomarlo por la espalda mientras gritó fuertemente un alarido de horror. El pobre de Ed de un salto y con el corazón en el cielo llegó al otro lado de la mesa y estalló en furia.
- ¡Maldito sea el día en que te conocí Roy Mustag! ¡¿Qué no ves que casi me dio un infarto?! - gritó Ed que se estaba recuperando del susto - ¡¿Qué no tienes mejores cosas que hacer?!
- Entiende que siempre es divertido molestarte - dijo Roy con prepotencia - Los pequeños como tú son la fuente de diversión más grande que he conocido - En el momento en que pronunció la palabra "pequeños" Ed brincó al otro lado de la mesa y tomó a Roy de su camisa exclamando:
- ¿¡A quién le dices pequeño?! ¡Maldito! ¡Me las pagarás todas algún día! - Roy lo tomó de las manos suavemente, Ed comenzó a ponerse nervioso y no pudo evitar sonrojarse mientras bajaba la cabeza. Cuando Ed hacia eso Roy sentía una debilidad especial por él, sentía que era de su propiedad y que podría hacerle lo que quisiera.
- Ed, ven conmigo a la fiesta de Halloween, nos podremos divertir juntos... - le susurró al oído mientras Ed se sonrojaba aún más y se alejaba de él.
- Ya les dije que yo no me presto a esas tonterías - dijo Ed indignado (que seguía sonrojado). Trató de sentarse de nuevo cuando Roy lo tomó del brazo fuertemente haciendo que sitiera algo frío que recorría todo su cuerpo.
- ¿No será que al pequeño Ed le da miedo el Halloween? - Agregó Roy - Todos sabrán que eres un miedoso, pero bueno, como quieras. Nos vemos mañana. - Dio la media vuelta y comenzó a irse. Ed furioso no pudo contenerse y corriendo hacia Roy exclamó:
- ¡Ya te dije por qué no quiero ir! ¡No es por que me dé miedo! ¡Simplemente me parece tonto! Pero como tú quieras... si tienes tantas ganas de que vaya lo haré. - Ed comenzó a caminar y Roy no pudo evitar mostrar una pequeña sonrisa maliciosa.
- Por cierto, te ves ridículo con ese disfraz - dijo Ed mientras caminaban hacia la esperada fiesta.
- Sabes que me veo sexy - contestó Roy mirándolo fijamente a los ojos. Ed no pudo soportar su mirada - Se te nota -
- ¡Por qué lo dices! ¡Deja de decirme esas cosas Roy! - Ed podía sentirse cada vez mas sonrojado, a un nivel que comenzaba a darle calor en todo su cuerpo. Los dos siguieron caminando hasta que llegaron a las puertas del gran salón donde se llevaría a cabo la fiesta. Todo era mágico; había sido decorado con los mejores trucos de la alquimia, la tenue iluminación, las calabazas, las arañas, las velas, las manzanas colgando de bellos árboles secos y con velas adentro, además de sombras que se proyectaban en las paredes sin ser una persona la causante.
Todos estaban disfrazados: Huges estaba disfrazado de esqueleto, Armstrong era Frankenstein, a Al le habían puesto dos alas de murciélago, Bradley era una gran momia mientras Gran estaba disfrazado de vampiro. Ed puso una cara de disgusto y volteó a ver a Roy pidiéndole con la mirada que no lo hiciera entrar. Sin embargo le dio un leve empujón hacia delante que lo hizo caer en un gigantesco círculo de transmutación. Ed se vio envuelto en un aro de luz, trató de gritar pero fue demasiado tarde: ¡Apareció disfrazado con unas lindas orejas de gatito y una cola!
Fin del capítulo 1