Prota: Taiga Yoshida
Hermana: Yuna Yoshida
"Sentir como la soledad te va posellendo cada vez mas en tu vida, minuto por minuto, dia tras dias, año tras año... Es insoportable. Tan solo me siento acompañado por esta simple libreta. Tiene el tamaño de una cuartilla, es rojo y tiene las hojas a cuadros. Pero sin embargo es lo unico con lo que he compartido mi dolor y mi sufrimiento. Tengo la sensacion de que naci para ser incomprendido, para estar solo, para no encajar con nada ni con nadie. Para ser simplemente uno mas de esos que lloran en silencio.
No creo que el mundo esté preparado para conocer mis verdaderas pasiones y mis sentimientos, tan complicados y profundos que ni yo mismo los comprendo. Pero ahi esta todo. Metido en mi cabeza. Recorriendo cada una de mis venas con fuerza, deseando salir a gritos para dejar las cosas tal y como deberian estar.
Quiero que la gente se dé cuenta de que no soy como los demas, pero al mismo tiempo ansio poder encontrar un refugio apartado de todos esos paletos e hipocritas que se hacen llamar sociedad. La odio sinceramente. Aunque jamas he tenido tiempo ni ocasion para conocerla tan a fondo como para sacar conclusiones logicas... Simplemente estan las mias.
Soy un chico incomprendido, de 17 años, algo distinto del resto de chicos, y creo que simpatico. Tampoco esa sociedad se ha atrevido a conocerme nunca... Creo que por eso la odio. Por que prefiere estrujarme hasta hacerme agonizar, a conocerme y tratarme como es debido. ¿No me lo merezco?"
Cerré el cuaderno y eché la cabeza hacia atrás, apoyandola en la cornisa de la ventana. A pesar de estar un par de pisos por encima del suelo, no me daba ningun miedo sentarme en el borde de la ventana de mi cuarto a escribir. Me relajaba sentir la brisa fresca entre mi pelo y ver la calle desde arriba. Creo que era el unico momento en el que nada podia molestarme. Cerre los ojos y aspiré con fuerza intentando purificar mis pulmones, algo un poco inutil en mitad de una ciudad como Berlin, pero no perdia nada excepto un poco de CO2. Echaba de menos Japon. De todas formas, Europa no estaba tan mal. Pero bueno.
Al cabo de un par de minutos abri los ojos y contemplé el reloj de pared que colgaba sobre la puerta. Dentro de poco me tendria que marchar al instituto. Nuevo para variar. Ya iban dos en lo que llevaba de año, y estabamos a julio. En lo que llevo de vida me he podido cambiar una decena de veces. Total, por dinero...
Como iba diciendo, me levanté apesadumbrado y guardé en el cajon de la comoda el cuaderno. Me miré al espejo y tras observar la jungla que tenia por pelo me froté los ojos intentando espabilarme. Tal y como me levanté de la cama, me dirigi al baño sin importarme con quien me encontrara o quien quisiera usarlo. Era mio durante la proxima hora en la que yo resucitaba, me duchaba, me peinaba, me aseaba y salia hecho un pincel. Un pincel muy guapo por cierto. Eso era algo de lo que nunca me habia quejado. De mi fisico. Creido me decia mi hermana, pero que se le va ha hacer, la envidia es muy mala. Al volver al cuarto, abri el armario y comencé a vestirme como la temporada veraniega requeria. Me vesti con mis pantalones, mi camiseta sin mangas blanca y mis pantalones largos de color negro desteñidos ya. Terminé dirigiendome a la cocina mientras me respingaba un poco mas el pelo, creyendo que la laca no habia hecho el suficiente efecto.
Tai: Buenos dias...- Bostecé mientras me dejaba caer en la silla.
Yuna: ¿Quieres cereales? - Preguntó mirandome de reojo.
Tai: Por favor.- Yuna asintió sonriente y sacó la caja para mas tarde servirnosla en un bol.
Yuna: Me gusta tu pelo hoy.- Comentó.
Tai: ¿Por que?
Yuna: A mi me gustas mas con el pelo corto.
Tai: Que bien...- Intenté sonreir.
Yuna: ¿Hoy conduces tu? - Se referia a la moto.
Tai: Como siempre.
Yuna: Podrias dejarme a mi algun dia... ¬¬
Tai: Sabes que no. Esa preciosidad vale mas que tu.
Bromeé llevandome una cucharada de cereales a la boca. Ella puso morros y yo le lancé un beso para fastidiarla mas. Entrecerró los ojos, ya finos de por si, y me señaló advirtiendo que me mataria un dia de estos. Miré el pequeño y sencillo reloj de encima de la encimera y terminé de comerme el bol de cereales, para luego lavarlo yo mismo en el fregadero. Lo puse a secar y me dirigi a mi habitacion, pensando que ya no quedaria rastro de laca en mi pelo, pero no fué asi, al parecer se mantenia. Sonrei y me puse de perfil, pensando que habia adelgazado ultimamente, debido a mi, ya habitual, falta de apetito. Quedaba poco para irnos, pero de todas formar, me senté en la ventana y me dediqué a mirar mis enormes y coloridas zapatillas de deporte. Otra vez tendria que presentarme ante una veintena de gente totalmente desconocida, otra vez acabaria atosicado por miradas y comentarios indiscretos y otra vez lo pasaria mal, para luego tener que marcharme, y repetir el proceso. En fin. Ya me independizaria tarde o temprano. Y me volveria a Japon de cabeza. Hasta entonces...
Yuna: ¡Tai, venga vamonos...! - Se oyó la voz de mi hermana desde el pasillo.
Tai: ¡Ya va...!
Respondi agarrando mi bandolera negra y mi gorra. Abri uno de los cajones del escritorio y cogi un chupon de los miles que podia haber dentro, ya que a mi me volvian loco los chupones; lo abri y me lo llevé a la boca sonriendo al saborear la fresa; luego me eché otro al bolsillo.
Yuna: ¿Quieres darte prisa? ò_ó - La antes lejana, voz de mi hermana, resono en mi habitacion, haciendome dar un brinco.
Tai: ¿A que te vas andando? ¬¬
Yuna: Coooooooorre. No quiero llegar tarde el primer dia a clase.
Tai: Que si pesada. ù_ú
Yuna: ¿Y tu tampoco verdad? :3
Tai: Supongo que no...
Murmuré sacandola de la habitacion a empujones. Tras cerrar con llave la puerta del bloque, bajamos en el ascensor hasta la calle, donde tenia aparcada la moto, justo en frente como durante esta semana habia hecho. Justo ayer terminamos la mudanza, aunque no sabia muy bien por que, si dentro de un mes o dos estariamos en otra ciudad distinta. Tenia la sensacion de conocerme mejor Alemania que mi propio barrio. En fin. Le pasé el casco a Yuna, quien me miró algo extrañada al ver que yo dejaba el mio enganchado al coche de papa.
Yuna: ¿No te pones el casco?
Tai: ¿Estas loca?¿Quieres tirar por la borda una hora de intoxicacion y dolor de brazos? - Me referia a peinarme.
Yuna: ¿Estas idiota?¿Y si nos estrellamos?
Tai: Conduzco yo, no nos vamos a estrellar.
Yuna: Precisamente por eso nos vamos a estrellar.
Tai: Callate o te vas andando. ¬¬
Yuna frunció el ceño mientra se colocaba el casco, aun sin quitar esa expresion molesta. Sonrei burlonamente y monté, para luego sentarse tras de mi mi hermana. Quité el apoyo de la moto y arranqué el motor dejando que esta y mi memoria nos guiaran hasta el nuevo y temporal centro.
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