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VENENO Y SEDUCCION por AnneJieJie

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Notas del fanfic:

Una comedia muy particular donde nada es lo que parece y los sentimientos se mezclan y entrelazan...

Notas del capitulo:

 

El lider de la familia Tanaka ha fallecido y cada uno de sus posibles herederos trama la manera de quedarse con la fortuna.

Un chico algo torpe y desaliñado acaba de llegar del extranjero, solo para descubrir que la persona más importante de su vida ha fallecido.

¿Qué tramaba el difunto antes de morir para darle una lección a los desalmados miembros de su "familia?

Esto era lo más lejos que podía haber llegado y sin embargo no se arrepentía, estaba convencido que la situación no podía ser peor, observó al jovencito de veinte años que dormía a su lado profundamente en la oscuridad de la inmensa habitación, sus brazos le rodeaban así que se movió cuidadosamente para evitar despertarlo.  

Se levantó de la cama, su piel bañada por la luz de la luna parecía brillante y hermosa, miró de reojo hacia donde continuaba descansando aquel ángel de alborotados cabellos cuyo cuerpo se encontraba envuelto entre las sábanas.

Cerró los ojos, se sentía algo asqueado y se preguntaba ¿Cómo había caído tan bajo?, pero aún así no se arrepentía.  Caminó silenciosamente hacia el baño, una vez allí se recostó contra la puerta, la pantalla de su celular brilló unos segundos, sin prisas revisó el aparato.

“Nuevo mensaje recibido…Total de mensajes:10…leer…descartar”

 

Una mueca de mal gusto se dibujó en su rostro, hizo una  llamada.  

- Hola…- Respondió susurrando.- No lo sé, yo estoy encerrado en el baño… Se ha quedado durmiendo… Te advierto que esto es lo más difícil que he hecho en mi vida… No, no sospechó nada, sigue pensando que lo amo, pero lo que ocurrió esta noche no volverá a suceder… Pero Aki…  

Terminó la llamada con enojo dibujado en su rostro y salió a la sala, se sentó completamente desnudo en uno de los sillones y mientras observaba la luz de la venta que se filtraba por los ventanales llevó un cigarrillo a sus labios y lo fumó lentamente…  

Cuatro meses atrás…

El velo cubría su rostro y de vez en cuando llevaba el pañuelo a su mejilla para secar las cuantas lágrimas que descendían por sus mejillas mientras recibía los saludos de pésame de los conocidos y personas cercanas a la familia. Su mirada vigilante, se posaba sobre cada nuevo rostro que llegaba a la sala funeraria, estaba segura que a partir de ese momento su vida cambiaría para siempre.  

A su lado su hijo mayor, un hombre de aproximadamente veinticinco años de mirar frío y rostro gélido saludaba con elegancia a quienes se acercaban a presentar las condolencias, el traje negro al igual que la corbata resaltaban la camisa blanca que vestía con distinción, observó de reojo a su madre quien continuaba gimoteando.

Lágrimas de cocodrilo, eso lo sabía muy bien, después de todo llevaban varios años esperando que este precioso momento llegara.  

Frunció el seño al reconocer entre los presentes al viejo mayordomo acompañado del serio abogado, los observaba como si se trataran de dos perros a los que debía echar a la calle, había trabajado muy duro para llegar a dónde estaba, ya no deseaba tener más nexos con esos dos hombres que de una u otra forma siempre conseguían estorbarle.

Lo tenía más que decidido, a Makoto, el anciano sirviente de la familia le esperaba un cheque con una pequeña cantidad de dinero que un hombre de su baja condición apreciaría como indemnización por sus años de servicio en la casa Tanaka, aprendería a apreciar la generosidad de su nuevo jefe, ya que los deseos de su madre simplemente consistían en echarlo a ala calle sin un centavo.  

En cuanto al abogado, ya el difunto estaba en el otro mundo, luego de la lectura del testamento tomaría su lugar como cabeza de la familia y podría despedirlo, un abogado tan escrupuloso no le era de utilidad, mucho menos uno que anduviera comparándolo con el dueño anterior, esperaba con ansias ese momento, deseaba ver la cara del hombre que desde un inicio se opuso a su camino a la presidencia cuando lo sacara para siempre de su vida.  

Sonrió de medio lado, el gesto no pasó inadvertido para la mujer que de inmediato procedió a darle un ligero codazo…  

- Disimula… Todos los ojos de estos zarrapastrosos están puestos en nosotros… - Murmuró en voz baja, casi entredientes cubriendo sus labios con el pañuelo blanco.  

- Todo está bien madre…- Fue la respuesta del hombre.   

Un pequeño grupo de personas acaba de llegar, entre ellos distinguía una joven vestida con un kimono negro de seda pura muy elegante, sus largos cabellos recogidos con una trenza que al final terminaba con un juvenil listón del mismo color del kimono caían de forma agraciada sobre su hombro.  

- La señorita Tomoe también ha venido a saludarnos… Disimula que sientes mucha aflicción, a las mujeres nos agrada ver a un hombre sensible de vez en cuando.- Sugirió la mujer mientras inclinaba la cabeza en señal de aprobación a los recién llegados.  

La llegada de la joven del kimono tenía un significado muy especial en ese momento, no solo por el aspecto social, sino también porque le servía para reafirmar la relación que tenían, algo que resultaba muy conveniente ahora que estaba a solo un paso de convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo.  

La idea de casarse con aquella chica no le desagradaba, de hecho los sentimientos hacia Tomoe eran más especiales que con el resto de las mujeres, además esta mujer no solo era hermosa e inteligente, provenía de una familia respetable e influyente, un excelente partido a los ojos de su madre.  

La jovencita se acercó para saludarlos formalmente de acuerdo con las tradiciones, a su lado llegó rápidamente otro hombre que de inmediato se acercó al sitio donde la mujer del velo se hallaba sentada.  

- Discúlpame por llegar tarde…  - ¿Dónde has estado Yusuke?... Pensé que fui clara al ordenarte que no faltaras a esta cita, hueles a perfume barato, ya hablaremos después de eso…- Le susurró la mujer una vez que la joven se alejó un poco para conversar con su hijo mayor.  

- Sí madre.- Respondió avergonzado bajando la cabeza, sacó del bolsillo de su solapa los lentes negros y se los colocó.  

El nuevo cuadro familiar estaba completo y listo para partir rumbo al cementerio, todos hablaban de la unidad familiar que reinaba en la casa Tanaka aún después del fallecimiento de la cabeza de la familia.  

Una vez el sacerdote terminó las oraciones y los cánticos, él se colocó en pie para subir al púlpito, escondía tras sus lentes oscuros su mirada victoriosa mientras observaba al anciano y al abogado que aguardaban sentados en sus sillas el momento de darle el último adiós al hombre gentil que por fin había logrado abandonar este mundo.  

Un grito hizo que la solemnidad se interrumpiera y que él se quedara perplejo frente al altar. Sus ojos no daban crédito a lo que observaba…  

- ¡Ay! ¡Por qué tenías que morirte!- Gritó a todo pulmón desde su motocicleta haciendo un giro frente al altar para aparcarla frente a todos.- ¡Kaito! ¡Insensato hijo de puta! ¡No tenías derecho a morirte sin avisarme!  

La señora Tanaka sintió que se volvía pequeña ante tantos susurros y murmuraciones de los presentes, al igual que ellos estaba consternada, respiró profundamente en espera de que aquello fuera solo un sueño, pero estaba equivocada, la escena más bizarra y vulgar que jamás imaginó se desarrollaba frente a sus ojos en un momento en el que todo a sus ojos debía ser crucial.  

¿Quién era ese sujeto? ¿Cómo se atrevía a hablarle así al respetado difunto? ¿De dónde vino? ¿Cómo era posible que el distinguido y refinado señor Tanaka conociera a alguien tan vulgar e irrespetuoso?... Esas preguntas golpeaban la mente de todos, en especial la de la señora Tanaka y sus hijos, la mujer se levantó y avanzó hacia el recién llegado mientras este descendía de la motocicleta y caminaba resuelto hacia el altar.  

- Sé lo importante que fue el señor Tanaka en tu vida.- Le dijo colocando su mano sobre el hombro de ese sujeto vestido con una chamarra de cuero negro, temblando por el asco que esto le representaba continuó con su actuación.- Déjame asegurarte que nada va a cambiar y que las caridades de la familia para con la juventud desprotegida continuaran…Entendemos tu dolor, Tanaka ha dejado un gran vacío en nuestros corazones…  

Todos murmuraron a favor de la mujer, pensaron que posiblemente ese sujeto era algún huerfano desprotegido salvado por las donaciones de la familia, su gesto de solidaridad hizo que el público apreciara sus virtudes. Obviamente era el efecto que esperaba, ganar su favor, ya tendría tiempo para averiguar quien era ese tipejo y por que estaba allí.  

- ¡Sueltéme vieja loca!- Respondió el motociclista quitándose el casco.- ¡¿Entender mi dolor?!... ¿Quién es usted para entender mi dolor?...- Caminó con pasos firmes hacia el ataúd en el que descansaba el cuerpo del difunto, le echó un vistazo y se arrodilló llorando.- ¡Kaito estúpido!- Gritó con todas sus fuerzas sin ocultar su dolor.  

Todos estaban en shock, el hijo menor de la señora estaba dispuesto a llamar a los de seguridad para sacar a ese sujeto de ahí, pero el abogado se interpuso cuando llegaron los guardias, intercambiaron unas cuantas palabras y los hombres se alejaron permitiendo que el escándalo continuara.   

Sentían curiosidad por saber todo sobre ese aparecido, algunos le observaban como si fuese un bicho de circo, y no era para menos, se trataba de un sujeto gordo, sus mejillas estaban ligeramente rojizas y sus ojos algo irritados por el llanto, los largos cabellos sujetos con una coleta alta estaban compuestos de tantos tonos de tinte que era difícil diferenciar cual era el color natural, mechones rojizos, naranjas, rosados, verdes y azules descendían sobre sus anchos hombros, de su cuello pendían varias cadenas gruesas plateadas adornadas con crucifijos y calaveras, usaba además botas militares y bajo la chamarra de cuero se distinguía claramente una camiseta psicodélica que amenazaba con marear a cualquiera que la mirara fijamente sobresaliendo por fuera de los pantalones ajustados de cuero que no le favorecían para nada, sino que además resaltaban los prominentes gordos de sus piernas, caderas y glúteos.

Sus ojos estaban cubiertos por unos lentes baratos de color negro, sus manos en cambio eran pequeñas al igual que su estatura.  Parecía no importarle que las personas le miraran de esa manera, estaba acostumbrado y no le importaba, miró al hombre que tenía frente a él, un sujeto elegante y bien vestido que se preparaba para subir al púlpito a rendir los honores funerarios, caminó hacia él y pasó por su lado empujándolo ligeramente para tomar su lugar, cosa que provocó mayores cuchicheos entre los presentes.  

- Tanaka Kaito me enseñó muchas cosas…- Comenzó su discurso entrecortado por las lágrimas mientras poco a poco le prestaban atención.  

Después de las honras fúnebres el chico volvió a subir a la motocicleta y todos se retiraron, en el interior de la limusina la señora Tanaka no hizo más que quejarse ante sus hijos:  

- ¿Ahora qué dirán de nosotros?...¿Y ustedes, por qué no hicieron algo?  

- Ese abogaducho de quinta se interpuso.- Respondió Yusuke, como de costumbre eludiendo toda responsabilidad.  

- Esa clase de gentuza, es mejor dejar las cosas así, hubiese sido peor si usamos la violencia.- Respondió con frialdad mientras colocaba sobre sus piernas su laptop.  

- ¿Vas a trabajar en un momento como este Yukihiro?- Preguntó Yusuke con asombro.  

- Trabajar es un verbo que tú no conoces, el tiempo es dinero y ahora que Kaito ha muerto necesito saber como están hoy nuestras acciones.- Respondió con cinismo mientras revisaba a toda prisa los detalles de la bolsa de valores y llamaba a su asistente para darle instrucciones precisas.  

Yusuke miró a su madre que con rabia mordía el pañuelo, sacó de su bolsillo una caja de cigarrillos y se preparó para fumar uno, pero su hermano mayor se lo arrebató de los labios sin darle tiempo de encenderlo.  

- No en el interior de mi limusina idiota…  

- ¿Tu limusina?... ¿Desde cuando?... – Le miró sorprendido mientras sacaba otro cigarro de la cajetilla y repetía el mismo movimiento.  

- ¡Dije que no!- Le ordenó furioso.- A partir de hoy todo esto me pertenece, y si quieres seguir llevando tu vida de zángano será mejor que no me fastidies.  

- ¡Yusuke!- Le llamó la mujer.- Recuerda lo que siempre te he dicho, ahora que Kaito ha muerto Yukihiro se ha convertido en la cabeza de la familia, más pronto de lo que esperamos se casará con Tomoe, hasta entonces te pido que por favor te comportes; ya tengo suficiente con el incidente que acaba de suceder…  

Yusuke observó de reojo a su hermano mayor quien continuaba inmerso en su mundo de cifras y estadísticas; el mundo de los negocios le parecía un mundo aburrido, se recostó contra el cómodo asiento del vehículo que avanzaba lentamente hacia la torre corporativa del grupo Tanaka, esperando que un milagro lo sacara de la limusina y de la pesada reunión en la que tendría que estar presente.  

- Todavía no entiendo por qué hoy… - Se lamentó pensando en la hermosa mujer que había dejado horas antes en su apartamento.- ¿No podían esperar un día o dos?  

- No.- Respondió con firmeza la señora Tanaka.- Entre más pronto mejor. Así que por hoy tendrás que hacer acto de presencia, además una de las instrucciones precisas es que toda la familia debe estar presente.  

-No entiendo, si desde un comienzo se decidió que Yukihiro fuera la cabeza de la familia, entonces por qué me toca asistir…  

- Deja de quejarte, sacrifícate por una vez en tu desperdiciada existencia.- Respondió Yukihiro sin despegar la mirada de la pantalla de su computadora.- ¿O es que ni siquiera eso sabes hacer?   

Yusuke hizo un pequeño gesto de puchero, ese típico gesto con el que siempre convencía a mamá para obtener lo que quería, y lo que quería en ese momento era marcharse, tenía razón, sabía que el difunto nunca le quiso, por tanto no esperaba que le dejara algo, así que no tenía nada que hacer allí y mucho que hacer afuera.  

- Esta vez no.- Respondió la mujer retocando su maquillaje- Tenemos que estar presentes, somos una familia unida.  

La limusina se detuvo, el chofer abrió la puerta y tendió la mano para que la señora Tanaka descendiera, seguida por su hijo mayor, Yukihiro, el de mirada de hielo a quien todos temían por su fama de insensible y de últimas apareció Yusuke, quien miraba a las mujeres desnudándolas con los ojos.  

Abordaron el elevador, estaban a pocos pasos de cumplir el objetivo que se habían trazado los últimos años, solo los separaban unas cuantas formalidades para recibir la herencia tan codiciada, después de todo eran la única familia de Kaito, nadie más podría interferir, entraron a toda prisa a la sala de juntas y cerraron tras de sí la puerta de cristal.  

- Parecen aves de rapiña.- Murmuró el secretario principal a sus asistentes.

- No esperaron ni un solo segundo a que el señor Tanaka falleciera para aparecerse aquí por lo de su testamento.  - Será mejor que renunciemos, nadie soporta a Yukihiro.- Dijo una de las chicas.  

- Ya tengo mi carta de renuncia lista, si me asignan a Yukihiro como jefe prefiero dejar este empleo. Además tampoco es sano trabajar con Yusuke, es un acosador… ¿Vieron como le miraba el trasero a la chica de la recepción?...  

- Es una pena que el señor Tanaka halla fallecido tan pronto.- Se lamentó el secretario quien no apartaba la mirada de esa puerta de cristal desde donde divisaba con claridad a los ocupantes de la sala.- Pero si esa era la única familia que tenía, son los únicos herederos, así que mejor vamos empacando nuestras cosas…  

La conversación se interrumpió cuando apareció el abogado, un hombre delgado de edad media cuyo cabello negro cepillado hacia atrás ya pintaba algunas canas. El hombre entró silenciosamente a la sala y cerró la puerta tras de sí.  

- ¡Ya era hora!- Se quejó la mujer.- Apúrese, tenemos prisa…  

El abogado la miró con algo de enojo, siempre supo que esa mujer era codiciosa, sonrió apaciblemente colocando su maletín sobre la mesa del cual sacó un C.D. posteriormente les miró a cada uno a la cara en la cual tenían la palabra dinero estampada, sintió repulsión y algo de temor,   ya no tenía ni la fuerza, ni el respaldo para hacerle frente a esas “aves de rapiña” que no se conformarían con la tajada del pastel, sino con la pastelería entera. Tragó saliva y con voz temblorosa anunció:  

- Lo lamento señora, pero el deseo de Tanaka Kaito era que estuviera toda la familia presente para leer su testamento…  

- Estamos todos, somos la única familia que tenía, así que muévase.- Interrumpió Yukihiro seriamente.  

- Como les decía debe estar presente toda la familia, así que antes de proceder con la lectura del testamento oficial les dejaré el video con las últimas instrucciones y voluntad de mi cliente.- Respiró profundamente mientras colocaba el C.D. en el reproductor y en la pantalla aparecía la imagen de ese hombre al que tanto respetó.  

La figura de un hombre maduro de unos treinta años apareció en la pantalla, la familia dirigió la mirada hacia él quien luego de un minuto comenzó el discurso.  La mujer sonrió mientras observaba a su hijo mayor, Kaito en efecto nunca se casó y nunca tuvo hijos, ellos eran la única familia que conocía y por al que existían lazos de sangre, después de todo ella era su tía política, y sus hijos los únicos primos que quedaban para perpetuar el apellido Tanaka. Satisfecha continuó observando el video…  

Yusuke entrecerró los ojos, tanta palabrería comenzaba a aburrirle y se estaba quedando dormido durante la proyección del video, ninguna recomendación del difunto se aplicaba a su caso, si el fuera presidente se dedicaría a despilfarrar el dinero en su vida de lujos y placeres, fiestas, mujeres y apuestas.  

Yukihiro en cambio era diferente, el alto de caballos castaños, prestaba atención al vídeo al tiempo que observaba su reloj, de seguro tendría cosas que hacer, si alguien podía hacerse cargo del emporio familiar era él, un hombre con cabeza fría para hacer negocios y por supuesto un completo adicto al trabajo que solo vivía para hacer dinero.  

“Tomar la decisión de quién será mi sucesor fue algo complejo, ¿Acaso debía dejar a la tía Aya?... Por supuesto que no, si mis cálculos son correctos, no habrán transcurrido más que un par de horas de mi sepelio y ella ya habrá ordenado la lectura de mi testamento, siempre fuiste tan avara tía Aya, pero no te preocupes, me aseguré de que recibas lo justo y lo que mereces por tus comprensivos cuidados.- Hablaba con tono de ironía, Yusuke abrió los ojos sorprendido, las cosas no estaban saliendo como esperaba.- Tía Aya, debes aprender a ser caritativa y dulce…¿Y si dejo a Yusuke como mi heredero?... Debería estar demente para hacer semejante tontería, él sin duda apostaría la compañía entera a un grupo de mafiosos dejándolos a todos en la calle en menos de una hora, Yusuke, a ti te corresponde aprender a tomar responsabilidad de tus actos y aprender el valor del trabajo… ¿Y si nombro a Yukihiro?... Sin duda alguna se trata de un hombre preparado que ha estudiado en las mejores universidades del mundo y que ha trabajado incansablemente para triplicar sus propias ganancias, pero, Yukihiro, ¿Dónde está tu corazón?... Mi decisión no ha sido fácil, por eso tuve que tomar medidas cautelosas en el asunto- Sonrió mientras el video terminaba y la pantalla se ponía lluviosa nuevamente.”  

Esas palabras no habían sido para nada cordiales, estaban cargadas del veneno que siempre caracterizó a Kaito, la señora Tanaka se puso en pie furibunda, Yukihiro por su parte encendió su cigarro y Yusuke escasamente se estiró para continuar en el sillón tratando de conciliar el sueño.  

Una de las asistentes ingresó tímidamente a la sala y entregó una notita al abogado quien asintió con un movimiento de cabeza, la mujer se retiró y los tres miembros le miraron llenos de expectativa, necesitaban salir ya de la zozobra y resolver las dudas que  había generado el video del difunto.  

La puerta de cristal se abrió y tímidamente el joven de cabellos multicolor ingresó en el salón de juntas, levantó sus regordetas manos para saludar, la familia Tanaka le miró con horror. ¿Qué sucedió? ¿Por qué está allí? ¿Quién es? ¿Qué fue lo que hizo Kaito?...Tantos interrogantes juntos hicieron que pusieran la mirada en el abogado.  El hombre tembló mientras se acercaba al chico de infladas mejillas rojas.  

- Señores, señora… Él es Jin Soo-No, y está aquí por solicitud del señor Tanaka…  

Cuatro meses después…  

Terminó el cigarro, regresó a la habitación donde el chico continuaba profundamente dormido, miró su rostro rodeado por la seda blanca de los almohadones, no se trataba de un chico atractivo, pero su rostro sin duda era angelical, se sintió extraño, había compartido su cama con cientos de mujeres, pero era la primera vez en su vida que una persona le había mostrado la calidez de una entrega sincera así como un afecto puro.  

- Esta vez era necesario…pero no volverá a suceder…- Pensó. – Lo siento, pero no soy esa clase de hombres… no volverá a suceder.  

Estaba conciente que ese muchacho que tanto le desagradaba y por el que sentía repulsión no tenía la culpa de nada, aún así no se arrepentía…  

- Lo siento, no es nada personal, solo negocios.- Susurró mientras acomodaba su corbata y se preparaba para abandonar la habitación no sin antes dirigir un último vistazo al pequeño…  

Los rayos del sol se filtraban por el ventanal, anunciando la llegada de una cálida mañana, un par de ojos grisáceos se abrieron como pequeños botones de flor que florecen, volvió la vista hacia el lado vacío de la cama.  

- ¿Yuhiro?....¿Yukihiro?...- Le buscó pero no le encontró.- Sonrió como un tontuelo sonrojándose…

 

No entendía como un hombre tan atractivo y hermoso se había fijado en alguien como él y lo aceptaba sin condiciones.  Tomó un baño de agua tibia, los recuerdos de las caricias sobre su piel aún estaban frescos. Salió de la ducha y por accidente puso su pie sobre algo.  

Llevó la vista al aparato que yacía sobre el suelo, lo reconoció… Tomó el móvil de Yukihiro entre sus manos y miró la pantalla…”Nuevo mensaje de texto”…¿Qué debía hacer? ¿Revisarlo?....No, eso no sería lo correcto, pero la curiosidad mató al gato, leyó entonces el mensaje:  “Yuki. Solo concéntrate en sacarle la clave para transferir el dinero, luego podrás olvidarte de ese mocoso…”

Notas finales:

Se agradecen Rewievs!! ^^


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