Llevo bastante tiempo sintiendo esto, tengo un vacio en mi corazón; por algún motivo me siento solo, y no puedo entender el por qué.
Sé que he estado así desde que me separé de Yami, mi otro yo, mi alma, mi corazón, mi... mi todo. Es irónico, a pesar de todo el tiempo que compartimos acabo de darme cuenta que desde el primer día, desde que nos conocimos, he estado enamorado de él, y vaya día en el que me dí cuenta... San Valentín...
El amor está en el ambiente, y esto me pone aún más triste. Cada uno está con la persona que ama... excepto yo...
No sé cuándo, cómo y por qué pero ahora estoy en un bello parque. Lo recuerdo a la perfección, este fue el primer lugar al que vine luego de que regresé a Japón luego de que me separé de ti... mi faraón.
Ha pasado un buen rato y creo que mi mente me está jugando una mala pasada, acabo de ver su bello rostro en el cielo, acabo de ver sus bellas orbes amatistas, creo que... este ambiente me está afectando mucho. Mi mente en verdad que me está jugando una mala pasada, ahora he visto su rostro con los ojos cerrados, esa extrema paz que demuestras así, siempre me gusto... ya no estás... lo sabía, mi mente me ha jugado una mala pasada, otra vez, luego de tanto tiempo sin que estés a mi lado.
No sé qué hora es, y no me interesa, pero creo que debe ser hora de la cena o algo así porque ya hay un bello atardecer.
En verdad me siento extraño, mi corazón por alguna razón ha comenzado a latir con fuerza, como si quisiera salirse de mi pecho. Estoy emocionado y no lo entiendo, sólo me ponía así cuando sentía su aroma o hablaba con él.
- ¿Por qué tan triste? - Su voz... no puede ser cierto...
Sin más me volteo para comprobar si en verdad eras tú... estás aquí... igual que antes... No puedo evitar que mis ojos se pongan vidriosos, aún con esta emoción que tengo, no puedo evitar que mis lágrimas caigan... me han traicionado.
No sé que es esto, pero ya te estoy besando. Has quedado sorprendido ante mi reacción, lo he visto en tus ojos... Tus bellos ojos... ahora se encuentran cerrados, en cambio yo no quiero hacerlo, siento que si lo hago te irás nuevamente y me daré cuenta de que es sólo un sueño.
La falta de aire se hizo presente, lo que produjo que nos separáramos. Te miro con atención, grabando nuevamente cada rasgo de tu rostro otra vez en mi mente.
- Te amo...
No he podido evitar que más lágrimas broten de mis ojos ¿Cómo iba a evitarlo? me has dicho lo mismo que yo siento por ti... me has hecho tan feliz... sinceramente te amo, Yami.
Me has tomado de la mano y me guías, no se dónde, mi mente está en blanco, estoy tan feliz, te tengo aquí conmigo.
Un segundo... ¿cuándo llegamos a la tienda? Me sonreiste... me encanta esa sonrisa, siempre me la has dedicado, y lo que más me encanta es que sólo me la dedicas a mi. ¿Estoy en mi cuarto...? Por favor no me sigas sonriendo así o me tiro encima tuyo para comerte a besos. Oh, Yami... como estrañé escuchar tu voz. Hace unos minutos has terminado de contarme lo que los Dioses te dijeron mientras ibas al parque, ahora no tengo miedo de que te alejes de mí.
- Cásate conmigo, tenshi...
No... no lo puedo creer lo que has dicho... ¿De verdad dijiste eso? no me lo creo, no puedo... Sin dudar más te abrazo y te doy un beso urgente, has sonreído debido a mi reacción, que malo eres.
- Supongo que eso es un sí.
- Entonces no te responderé... -le dije sonrojándome.
Sonrojado como un niño pequeño, estoy algo avergonzado, como si él fuese mi padre. No puedo evitarlo, aún soy un niño. Ha pasado un buen rato... los ojos se me cierran con lentitud y caigo en un sueño profundo... hoy dormiré tranquilo, dormiré a tu lado...
Ya es de día, pero no te encuentro a mi lado, creí que habíamos dormido juntos, creí que mi abuelo nos había arropado con una manta. Bueno, aquí está la manta, pero no veo a mi faraón.
- Buenos días -allí estás, con tu bella sonrisa, en la puerta.
- Buenos días -le respondo mostrándole una de mis sonrisas más cálidas.
- Tu abuelo acaba de regañarme, y todo porque nos quedamos dormidos sobre la cama.
- Lo siento... -le digo después de que me besa.
- No te disculpes -me dice en un tono... ¿sensual?- vamos, tenemos que salir, tenshi.
- ¿Qué? ¿A dónde iremos tan temprano? -esto no me lo esperaba- quería... quería...
- ¿Qué querías, tenshi? o mejor dicho, qué quieres -se sentó en la cama junto a mi delicadamente.
- Quería que nos quedáramos acostados todo el día...
A-ah... lo he dicho sin pensar...
- Esto te gustará más... -dijo otra vez en ese tono.
Luego de cambiarnos de ropa y comer algo, salimos de la casa y llevábamos casi una hora caminando y a pesar de mi insistencia él no ha querido decirme a dónde vamos.
- ¿Qué me dices? ¿o crees que es muy pronto? -me dijo con suavidad.
- Claro que no... -le respondí en el mismo tono en el cual él me había hablado.
Mientras estemos juntos ya nada más importa...
Ya habías caminado hacia la casa, y al llegar le dijimos a mi abuelo que.. bueno que nos.. habíamos casado... Pero algo nos pareció extraño a los dos, no había reaccionado mal ante la noticia, más bien se mostro ligeramente feliz.
- ¿A dónde irás? ¿por qué has sacado tu abrigo? -le pregunté extrañado mientras que le veía venir de un lado para otro.
- A donde unos amigos... no quiero molestarlos...
Nos guiñó un ojo antes de salir de la casa, lo cual evidentemente nos hizo sonrojar a ambos.
Ha transcurrido ya una temporada, 36 días desde que me casé con mi faraón, pero han sido 38 en total el número de días que nos han pasado cosas locas, la peor de ellas fue el anuncio que nos dieron Joey y Seto, se casarán, pero lo peor de esto es que me han pedido planear la boda y no he podido negarme, no ante aquella mirada de cachorrito abandonado que siempre pone Joey.
Estoy exahusto, no sé cómo puede cansar tanto el planear una boda. No sé cuanto tiempo he dormido y ahora que tengo los ojos abiertos me he percatado que mi amor ha estado escribiendo en nuestro libro de memorias.
- ¿Qué has escrito? - mmm... como me gustan tus besos...- ¿Estás seguro de que quieres decirles?
- ¿Te parece malaidea? -me dice mientras que se sienta a su lado.
- No en realidad, va a ser divertido -le dije sonriéndole.
El anciado día llegó, 30 de marzo, la boda de Joey y Seto; ya han intercambiado los votos, lo cual me pareció demasiado rápido. Al cabo de un rato, cuando la ceremonia terminó Joey no podía quedarse quieto, Seto y Yami no hayan como calmarlo, pero luego con un pequeño soborno de chocolate se ha quedado tranquilo. Pasada ya una hora les reunimos a todos, ante lo cual nos han quedado mirando con interés. Por Ra, que apresurado es mi faraón.
- ¿Eso es verdad? -preguntó Tea evidentemente entristecida.
- Sí, así es... es la pura verdad... -le dijo mi marido tratando de actuar cuerdamente para no decir las palabras equivocadas y lastimarle.
No he podido evitar ponerme triste, desde hace más de un mes que no había estado así, desde que Yami volvió y me regresó la felicidad. Por Ra... son mis amigos, cómo es que no me entienden.
Joey... mi amigo del alma, realmente me has entendido. Has sido el único que me ha abrazado, me has entendido, y creo que los demás también pues han reaccionado ante tal sorpresa o shock que le hemos causado. Demasiados abrazos y Joey aún no se me ha despegado, lo entiendo, soy como su hermano pequeño, es normal que esté emocionado. De pronto he sentido un aura tensa, mi mirada se dirigió a Yami y a Seto, ambos estaban molestos; Joey también se dio cuenta de ello y ante tal acto ambos nos abalanzamos sobre nuestros respectivos maridos y los besamos con bastantes ganas. Yami me abrazó con fuerza y me dio uno de esos besos que me cortan la respiración y me hacen perder la cabeza, fue lindo el beso... eso no lo voy a negar... me encanta que se muestre tan posesivo conmigo...
Luego de una larga noche Yami y yo volvimos a nuestra casa, la cual Yami había comprado con los tesoros que los guardatumbas le enviaron a mi faraón de su lugar de reposo. Íbamos camino a la mansión cuando los parpados me comenzaron a parecer de plomo. Al llegar a la casa, fuimos directamente al cuarto y me dejé caer en la gran cama matrimonial, la cual hemos comparido por casi un mes.
Estoy cansado pero aún así siento sus manos que me quitan el traje de etiqueta blanco; sé que le gustó puesto que quedó boquiabierto cuando me vio modelarlo en este mismo cuarto. Debido a ese hermoso traje no se despegaba de mi lado ni un segundo, me apretaba tanto contra su cuerpo que no podía evitar sonrojarme, además de que me abrazara por la espalda no ayudaba mucho. Ahora por ejemplo estoy completamente seguro que me he sonrojado al sentir sus manos sobre mi cuerpo.
Cuando me he dado cuenta mi faraón se había acostado junto a mi ya con su pijama de ceda negro, me había cambiado a mi tambien, me había puesto el pijama de ceda blanco... ese que tanto le gusta. Sin pensarlo, me acerqué a su pecho a penas sentí su calor junto a mi, es una sensación placentera, me encanta estar así contigo. Cuando estamos así, siempre intento impregnar tu aroma en mi cuarpo e incluso a veces quiero que nos fundamos en uno pero entonces el que estés aquí conmigo no tendría sentido.
Me has abrazado y al igual que yo no quieres que nos separemos, y para ser sincero eso no está en mis planes y como me lo has dicho tantas veces, en los tuyos tampoco.
Ya no puedo más del sueño, estoy demasiado cansado pero no quiero dejar de sentirte, pero esos besos que me das en este instante hacen que me comience a dormir, le sonrío y digo tu bello nombre, sabes a la perfección que luego de decirlo me quedaré profundamente dormido, así que también comenzarás a dormirte ¿cómo lo sé? eso es algo que aún no me explico, pero agradezco el poder saberlo porque así sé que mañana amaneceré en tus brazos.