+[] +[] +[] +[] Introducción []+ []+ []+ []+
En una noche de Octubre un joven caminaba por una vereda que a su parecer se volvía más oscura a cada paso que daba.
Dejando atrás todo rastro de felicidad que tenia, aquellos recuerdos que lo mantienen en pie simplemente se desvanecian con el viento errante, diciéndole adiós a ese lugar al que jamás podra volver.
Solo había caminado unos cuantos metros y ya se sentía quebrar. Una gota cristalina nace de sus ojos castaños...ojos tristes que de ahora en adelante se resguardaran en la noche interminable de su existencia.
Dirige una última mirada a esa gran casa, en donde obtuvo el verdadero significado de la vida, donde tal vez experimento cada sentimiento ya sea bueno o malo, y de aquel que dicen es el mas hermoso y a veces, el mas doloroso.
Pero su pesar no solo era por dejar ese lugar si no que dejaba atrás su "vida", aquello que más lo había asombrado, esa mirada tan profunda que sigue presente en su mente...en su alma, por esa ternura que solo él sabe expresar, su inocencia, esa terquedad que lo saca de sus cavales enojandose solo por unos momentos pues no soportaba la idea de tenerlo lejos, por esas lagrimas tan hermosas y puras a la luz de la luna, su calidos abrazos, sus dulces palabras materializandose como un canto que salia no solo de su alma tambien de su corazón, su fragilidad, todo en una mismo ser, que lo hizo experimentar la alegria verdadera, sacandole hermosas sonrisas, al igual que en cierto momento causo que lo carcomieran los celos trayéndole noche de insomnio, aunque no le importaba ya que en esos días siempre tenia el mismo deseo "Ojala este dia fuese eterno" pues esa era la única manera de seguir al lado de aquel hermoso ser, aquel unico ser que en verdad había amado.
El único ser que le hacia sentir la vida dentro de el, renacer se esperanza perdida, matar sus dias de aburrimiento, desear protegerlo de todo, temer el día de su separación borrar toda tristeza de su mente, soñar con..su voz...su aroma...su cabello...su rostro...su cuerpo...su existencia, existencia que tenia nombre y apellido, un nombre tan hermoso que al ecucharlo sentia una calma e intriga inevitable que de verdad anhelaba jamas dejar.
Pero su realidad era otra, la verdad cruel de su anhelo solo podía definirse con tres palabras UNA HERMOSA QUIMERA, muy tarde entendió que su realidad era simple pero amarga "Quedarse no es una opción".
¿Por que se iba? No quería decirlo, ¿A dónde iba? No podía contarlo, ¿Por que no se quedaba? No podia permitirlo, ¿El motivo por el que se iba? No quería aceptarlo, ya que esas deciciones no eran suyas, las resuestas eran irrefutables, las preguntas absurdas, y las razones suficientes.
Pensaba esto sin dejar de caminar, acercándose a su destino perdiéndose en la noche. No supo cuanto camino hasta que sintio que sus pies subieron por una colina, sus ojos alcanzaron a contemplar esas enormes montañas alzándose imponentes hacia el manto estelar y entre ellas ese frío castillo al que odiaba regresar donde habitaban esos seres iguales a el, cuyo odioso sentimiento de necesidad se incrementaba al pasar los días.
Al levantar la mirada sus ojos se llenaron de un brillo rojizo emanado por la luna llena, que ahora tenía un color escarlata tan intenso como...la sangre.
-Si, sangré...de sus labios salieron esas palabras con un dejo de tristeza y enojo mezclados, ahora se daba cuenta, todas esas preguntas que acarreaban las mismas respuestas, puñales que se clavaban en su corazón cada vez que pensaba en el que debía de separarse de su amado niño, todas esas razones que no podian salir a la luz, ese desgarrador adiós, esa agría decisión suya, los recuerdos de aquellas palabras que su angel le había otorgado, palabras que tenía que guardar en su corazón y enterar en el pasado...TODO llegaba a un mismo punto SANGRE