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Hasta Aquí por AthenaExclamation67

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Hasta Aquí
By AthenaExclamation67


Veía como su vida pasaba frente a sus narices sin hacer nada. Como una espantosa película en la que todo eran tormentos y desgracias.

Cada vez que se desesperaba, sentía que moría, que su cuerpo sufría una terrible agonía de la que cada vez le costaba más salir.

Agonía angustiante que le hacía llorar hasta desfallecer. Llanto que en ocasiones le privaba del aire de sus pulmones y lloraba sonrojándose, odiándose a sí mismo por no ponerle remedio, por no hacer algo que diera un cambio radical y le sacara de ese pozo en el que cada vez se hundía más.

No sabía qué hacer. Y mucho menos sabia como salir, pero desde hacía varios días, él mismo asumía que así no podía seguir.

Cada incidente que le ocurría, le proporcionaba más impotencia, más rabia, más irá que le atormentaba durante días y le dejaba medio ausente mientras trataba de pensar en qué momento se equivoco, en qué momento fue que hizo algo mal para merecer todo lo que le estaba pasando y se dio cuenta que el principal culpable. El único en realidad era él mismo ya que por capricho se fue a enredar con todo un Casanova que lo usaba cuando se le antojaba y después lo desechaba como si de un pañuelo de papel sucio se tratara.

- ¡¡YA BASTA!! – gritaba doliéndose de las caricias con las que Death Mask se ensañaba contra su cuerpo - ¡¡PARA TE LO SUPLICO!! – añadía mientras le penetraba con una violencia extrema que le desgarraba por dentro mientras que con las uñas le marcaba toda la espalda.
- Creí que te gustaba, venga no te quejes… - jadeó en su oído al tiempo que se derramaba dentro de él - ¡¡Ahhh…!! Delicioso Afrodita… siempre tan tierno, siempre tan estrecho, siempre suplicándome cuando quieres que pare – salió de él y se tendió en la cama, dejando que Afrodita cayera desfallecido, dolorido por todos los chupetones, mordiscos, rasguños y penetraciones que ese sádico había provocado a su cuerpo.

Death Mask le usaba como si de una muñeca hinchable se tratara. Como si fuera un simple objeto con el que divertirse durante un escaso lapso de tiempo y luego lo dejaba apartado hasta que sus apetitos carnales regresaban y volvían a ponerle en esas situaciones tan desagradables.

…l mismo había aceptado el juego. …l mismo acató las reglas en silencio puesto que lo disfrutaba al principio, pero con el paso de los días, Death Mask fue cambiando y se comportaba como un sádico. Más sádico y más salvaje que nunca. Cosa que le hicieron ver por más que le doliese que la culpa era totalmente suya. Y en su mano estaba cambiarlo, solucionarlo o seguir así hasta que un día a Death Mask se le pasara la mano y lo acabara matando. Una idea descabellada, pero a Afrodita no le desagradaba tanto. Acabar con todo el sufrimiento a manos del ser al que siempre había amado, ser para el que era un simple juguete pero lo sentía suyo en esos momentos en los que poseía su cuerpo aunque acabara destrozando.

Se ocultó por días, queriendo poder sanar sus heridas, deseando poder trazar un plan, algo que le ayudara a sobrellevar esas casi violaciones a las que se veía sometido por Death Mask.

Paseó por sus inmensos jardines privados en los que quedaba sentado por horas admirando a sus hermosas rosas y también otras plantas con las que hacia remedios y ungüentos para todo el santuario cuando quedó mirando a una en concreto fijamente durante un buen rato, recordando sus propiedades, recordando los efectos que tenia.

Tomo las flores y se las llevó a su casa, preparándolas para lo que él necesitaba, y cuando las tuvo deshidratadas y picadas hasta que fueron polvo las vertió en una botella de licor. Una que sabía que Death Mask solía probar y de la cual estaba casi seguro al 100% que tomaría un trago antes de empezar con sus vejaciones y abusos cosa que ocurrió entrada la madrugada en la que Death Mask llegó borracho al templo de Afrodita y violentamente lo despertó, asustándole más que nunca, aterrorizándole mientras rasgo sus vestiduras y separó sus piernas con la mirada llena de furia, con sus ojos casi rojos, con el aliento a alcohol cuando con más violencia desmedida le penetró desgarrando nuevamente las heridas. Haciendo que sangrara profusamente mientras le penetraba con fuerza sin darle casi tiempo a reaccionar, solo pudiendo llorar y aferrarse a las sabanas que también mordió para evitar que le escucharan gritar de dolor hasta que Death Mask terminó y le dio unos minutos de descanso antes de volver a violarlo. Descanso que Afrodita casi sin alma, casi sin fuerzas aprovecho.

Se levantó despacio, viendo a Death Mask con los ojos cerrados y caminó sin hacer mucho ruido, sintiendo como la semilla de Mask resbalaba por sus piernas mezcladas con su sangre de los desgarros que Mask le había ocasionado. Desgarros internos que tardarían en curar, desgarros que no se podían comparar al dolor de su alma cuando era humillado, violado y vejado de esa forma.

- ¿A dónde crees que vas? – preguntó Death Mask abriendo un ojo, mirándole.
- E… estarás exhausto… - dijo en un balbuceo - seguro que te apetece beber algo – dijo con el miedo metido en el cuerpo, casi temblando aunque Death Mask no podía apreciarlo.
- Así me gusta… que aceptes que soy tu dueño y me trates como merezco… - se jactó haciendo que Afrodita rabiara más y más por dentro, haciendo también que su decisión de apaciguar su deseo se convirtiera en algo peor.
- Sí Death… al fin me di cuenta… - dijo Afrodita abriendo la nevera, tomando la botella en la que había derramado el polvo de “Beleño Blanco” y le sirvió un chupito a Death Mask que de un trago lo engulló y pidió más.
Rápidamente, la droga empezó a hacer efecto y fue excitando pero de un modo extraño a Death Mask que se puso tonto y tras el segundo trago que le exigió a Afrodita su mentalidad cambió y fue más amable de lo normal. Todo lo amable que Afrodita quería aunque fuera en un solo instante.

- Ven amor… - le dijo susurrante – deseo hacerte mío toda la noche… - añadió levantándose, abrazando a Afrodita que se estremeció asustado hasta que Death Mask le besó despacio, enrollando su lengua a la de él, dándole un beso que jamás pensó que recibiría del Caballero Dorado de Cáncer – te amo – le susurró al separarse – ven… - le tomo en brazos y le llevó a la cama – estás sangrando – dijo casi horrorizado sorprendiendo más a Afrodita – yo te curaré – finalizó separándole las piernas, estremeciendo a Afrodita al ver un Death Mask tan diferente.

Death Mask besó todo su cuerpo, limpiando los rasguños que tenia, excitando involuntariamente a Afrodita cosa que vio cuando llegó a cierta parte de su anatomía y a la cual le procuró caricias. Unas caricias deliciosas que se repartían por todo su miembro, que se sentían divinas mientras le lamia, mientras le engullía y presionaba la punta con sus dientes delicadamente como queriendo exprimirle, como queriendo que todo lo que tuviese Afrodita para darle no se desperdiciase y cayera directamente en su boca para beberlo apresuradamente. Para degustarlo, relamerse cerrando los ojos apreciando ese sabor único de la previa semilla que salía.

- Mmmnnn… te das la vuelta amor… - le dijo erizando toda su piel – deseo curarte la espalda también. No sé qué salvaje te habrá hecho esto – añadió completamente drogado, sin acordarse de que él mismo le había regalado esos arañazos – pero yo pienso sanarte – finalizó esperando a ver si Afrodita se daba la vuelta.
- No importa eso ahora… - se giró lentamente, mostrándole la espalda llena de cortes. Cortes que Death Mask había dejado en la piel de Afrodita con sus uñas – quiero seguir sintiéndote aunque me dañe… - jadeo lleno de excitación.

Excitación que sentía por primera vez cuando Death Mask le estaba acariciando. Cuando despacio llego a su anillo y lo lamió, adentrando su lengua en las entrañas de Afrodita que se arqueo de placer mientras lo hacía, aferrándose a las sabanas apoyado sobre sus hombros, sobre su cabeza ladeada que de vez en cuando era visitada, abordada por los labios de Death Mask que lo besaba profundamente al tiempo que sus dedos le preparaban adentrándose en el cuerpo de Afrodita que no podía hacer otra cosa que corresponderle con jadeos y gemidos que se repartían por toda la estancia.

- Mmmnn… ahhhgghhhh… Mask… - jadeaba enloquecido por el deseo – quiero… quiero sentirte… Mmmnnn… no me hagas esperar más… - gimió para después llevar sus manos hacia atrás y separar sus nalgas, dejándole bien claro a Death Mask lo que deseaba.
- Tus deseos son ordenes Dita… - gimió entrando lentamente en él, dejando que sintiera su miembro completamente hinchado y endurecido, incluso sus venas llenas de sangre que le proporcionaron un placer extra al penetrarle.

Death Mask se aferró a la cadera de Afrodita mientras suavemente le penetraba, mientras sentía como Afrodita contraía su interior haciéndole enloquecer, provocándole un placer inmenso.

- Ahhh… si haces eso me correré… - jadeó moviéndose algo más deprisa.
- Mask… Mmmnnn… es lo que quiero… - repitió la acción dejándose caer despacio.

Afrodita hizo salir el miembro endurecido de Death Mask voluntariamente de su cuerpo y se tendió en la cama de costado, llamando a Death Mask con un dedo y le ofreció un trago más que acepto encantado. Trago que fue tomado directamente de la botella, trago que fue compartido cuando Afrodita asalto sus labios girando su cabeza y acomodándose de manera que Death Mask le penetró de nuevo lentamente.

Ambos bebieron de esa botella hasta terminarla, hasta que no quedo nada y juntos se movieron semidrogados, excitándose cada vez más, sintiendo como el momento de culminar casi llegaba y se pegaron mucho más el uno al otro, disfrutando del calor de sus pieles perladas por el sudor, al tiempo que Death Mask tomaba con su mano el miembro de Afrodita y lo masturbó hasta que ya no pudieron más y estallaron. Afrodita derramándose en la mano de Death Mask y él haciéndolo en su interior hasta que su semilla rebosó y los mancho a ambos cuando descendía de la excitada y dilatada entrada de Afrodita no pudo contenerla.

- Ahhh… - jadearon al unísono, mientras Afrodita se giraba casi tambaleándose mareado y se abrazaba a Death Mask, empezando a llorar lleno de felicidad pero también de amargura al saber que cuando la droga dejara de surtir efecto en pocos minutos.
- Que te sucede… ¿Por qué lloras? – le preguntó Death Mask extrañado - ¿hice algo mal? – añadió con angustia en la mirada.
- No, no… es que no quiero que este momento termine. Yo te amo y… - sollozó.
- Y yo a ti, te amo y esto no tiene por que terminar Afrodita… - susurró Death Mask abrazándole, reposándole en su cuello, quedando dormido por el agotamiento y también por el efecto del narcótico.
- No… no terminará… - susurró incorporándose, tomando a Death Mask al que apoyo en su cuello usando uno de los brazos del adormilado Death Mask.

Afrodita cargó con su amado Death Mask hasta el baño, repitiendo una y otra vez… “jamás va a terminar, jamás me abandonaras… jamás me volverás a dañar…” mientras llenaba la bañera con agua muy caliente, metiendo en ella a Death Mask y luego entrando él, dejando que el agua caliente purificara sus cuerpos mientras con determinación hacia algo para solucionar el tormento que estaba viviendo.

- Ahhh… ¡¡Afrodita!! – gritó Death Mask, el Death Mask que siempre era, y no el tierno que amó a Afrodita - ¿Qué has hecho? – dijo mirando la bañera llena de sangre. Una sangre que salía de sus muñecas y que se derramaba en el agua tiñéndola de rojo.
- Amarte… eso es lo que he hecho, amarte desde el mismo momento en el que me sedujiste por primera vez – le miró fijamente – no te preocupes, no te dolerá… - susurró con una sonrisa extraña en los labios – tampoco a mi… - jadeo cortando con la misma cuchilla que había usado para él las venas de sus muñecas, metiéndolas rápidamente en el agua para que la sangre fluyera más rápido.
- A… Afrodita… no puedo moverme… - dijo Death Mask tratando de incorporarse.
- Es el efecto del “Beleño” te hace sentir diferente para luego adormecerte y dejarte sin fuerzas en todo el cuerpo… - explicó incorporándose, apoyándose en el pecho de Death Mask que de haber podido le habría estrangulado.
- No espera, cambiaré, no volveré a lastimarte… - decía tratando de moverse sin éxito.
- Ambos sabemos que eso no va a suceder… - susurró mientras se abrazaba al cuerpo de Death Mask – relájate… como te dije no te dolerá… será como dormirse para jamás volver a despertar…
- A… Afrodita… - fue lo último que dijo antes de dormirse eternamente.
- Mask… - le miró a la cara y le acarició despacio, desfalleciendo moribundo entre sus brazos – te amo…

-Fin-

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