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Érase Una Vez por AthenaExclamation67

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…rase Una Vez…
By AthenaExclamation67


…rase una vez que se era, una princesa de un reino muy lejano vivia con sus padres, los reyes de Sweet Land. Felices, vivian en ese paraíso de una belleza sin igual en el que todo el mundo creía que nada malo podía pasar.

Ajenos a ello. Los regentes de un reino lejano al suyo, se preparaban para ir a Sweet Land, unos reyes malvados, carentes de sentido comun, carentes de bondad, compasión o cualquier otra virtud que se les pudiera atribuir relacionada con las buenas personas del reino de Sweet Land.

En Angry Land. La mala fama les precedia. Todo eran castigos, malos tratos y amarguras que se les atribuian principalmente a los reyes y su hijo aunque jamás se habia podido probar.

Estos mismos, los reyes. Anger y Fury, planearon una unión entre su hijo Death Mask y la hija de los reyes de Sweet Land. Querían esa unión para fortalecer sus reinos y la prosperidad de su hijo el cual sabian que cuidaria de su reinado y del que heredarían por la unión que se realizaría.

Un día, decididos a comunicarles su decisión, prepararon sus monturas y subieron los reyes y su hijo a sus preciosos corceles negros de pura raza y galoparon sin descanso a Sweet Land, para proponerles a los reyes la unión de sus hijos y la legitima fusión de los reinos para obtener asi más prosperidad.

Galoparon raudos a Sweet Land y cuando allí llegaron se encaminaron directamente al castillo donde residian los reyes y su hija para poder hablar en paz y poder asi acordar la unión y la prospera fusión de los reinos.

Cuando llegaron, encontraron al guardia principal al que anunciaron quiénes eran igual que su necesidad de hablar con los reyes para efectuar la propuesta.

- Hijo… - hablo Fury – entiende que es por vuestro bien, así teneís el futuro asegurado tú y todos vuestros hijos… debes comprender – finalizó viendo la mueca de desagrado de su hijo.
- ¡Madre! – exclamó enojado – no deseo esta unión, no la deseo. Si algun dia me caso, debe ser por amor, y esta unión no me traerá la felicidad. De eso estoy seguro.
- Mask… - suspiró su padre – tu madre y yo tuvimos que aceptar la decisión de nuestros padres. Mas bien la acatamos sin remedio. Y a pesar de que a ninguno de los dos nos agradó al final tuvimos que aceptar que la decisión nos hizo inmensamente felices por que cuando nos conocimos mejor. Descubrimos el amor – acabó Anger algo molesto por la falta de entusiasmo de su hijo.

Mask se cruzó de brazos y se apoyó sobre uno de los ventanales, esperando desanimado a que su futura esposa apareciera pensando que seguro seria espantosa y con alguna berruga en la nariz que aun la haría más horrorosa.

Esperaron pocos minutos, los reyes tomados de las manos y Mask renegando hasta que los reyes de Sweet Land, Sugar y Candy llegaron con su hija Shakkita y tras saludar correctamente a los reyes, Anger el padre de Mask lo obligó a salir de su escondite para que conociera a los reyes y a la que seria su futura esposa.

- Señor… Señora… - hizo una reverencia perfecta sin mirar siquiera a la muchacha – es un placer conocerles – se levantó y miró a sus padres con cara enojada – quiero que sepan que no piens… - callo repentinamente cuando la reina, Candy, hizo avanzar a su hija para presentarles.

La chica era preciosa. De esbelta y fina figura, con cabellos dorados que deslumbraban y de ojos azules como el mar que dejaban callado a cualquiera. Que fue justo lo que le sucedió a Death Mask.

Death Mask la miro de arriba abajo, apreciando su enorme belleza que quedaba perfectamente compensada con la de él que era de hermosos ojos rojizos y de tez morena, que adornaban su fuerte y escultural cuerpo bien contorneado por el ejercicio que siempre realizaba durante las mañanas y tambien por las tardes.

- Buenas tardes señorita… - volvió a inclinarse – es un placer – tomo su mano derecha y la beso. Haciendo que Shakkita se sonrojara y también él por la inesperada belleza de la muchacha a la que no podia dejar de mirar – mi nombre es Death Mask, aunque todos me llaman Mask – se presentó sin esperar a que sus padres lo hicieran.

Sus padres sonrieron. Entendieron que la belleza de esa muchacha le habia impresionado, pero aun los reyes de Sweet Land debian aceptar la unión y formalizar el compromiso para poder comenzar con los preparativos de la boda y asi podian dejar a sus hijos a solas para que fueran conociendose más.

- Bien Mask… - habló Sugar, el padre de Shakkita – si quereis podeis ir a pasear, nosotros hablaremos tranquilamente – indicó el camino a los reyes de Angry Land y se adentraron en los grandes salones del castillo mientras los jovenes caminaban tranquilamente hasta el jardín mientras se miraban de reojo regalandose sonrisas y miradas furtivas.

Durante la mañana, mientras los reyes hablaban, ellos tranquilamente se sentaron a charlar, sobre todo Death Mask que por los nervios y la ansiedad no dejó hablar a Shakkita.

- Verás, en mi reino, todos vivimos en paz – explicaba mientras veía las reacciones en Shakkita – tiene muy mala fama, quizás por el nombre, quizás por sucesos que ocurrieron con nuestros antepasados. Pero desde los dias de mis abuelos, todo ha sido paz y tranquilidad, aunque supongo que la mala fama siempre prevalece… - sonrió mirandola, sintiendo un calor extraño sobre su pecho.
- Vaya… lo lamento… - susurró con voz muy suave y dulce – aquí pues aquí…
- ¡¡SHAKKITA!! – gritó su padre haciendola callar, llegando al lugar y provocando que se levantaran casi dando un salto por la rudeza con la que fue llamada la muchacha – bien hija – le miró severamente, como amenazandola – en una semana os casareís – añadió sorprendiendo a su hija que fue a decir algo pero su padre la abrazó tan fuerte que le hizo daño aunque nadie lo noto – acabamos de forjar una alianza entre los dos reinos que nos dará prosperidad a todos, esperamos que la acepteis igual que hicimos nosotros cuando nuestros padres nos comprometieron sin preguntarnos antes – acabó y quedó mirando a su hija, amenazandola con la mirada y esta vez si pudo verlo Death Mask cosa que no le agradó, pero dedujo que igual que sus padres, quisieron procurarle el mejor futuro a su hija para que nada le faltase el dia que ellos fallecieran.

Tras el comunicado de los reyes a sus hijos, se despidieron y regresaron a su reino, quedando Death Mask prendado de la belleza de Shakkita de la que no pudo despedirse por que casi se la llevaron arrastras al interior del castillo.

Mientras cabalgaban ya más tranquilos hacia Angry Land, Death Mask pensaba en que seria lo que deseaba decirle Shakkita cuando su padre los interrumpió de esa forma tan estrepitosa que cortó la conversación de cuajo y le dejó con la duda hasta que su padre lo sacó de su pensamiento.

- Hijo… parece que te agradó la princesa… - susurró el padre quedando a su altura, sonriendole mientras le hablaba.
- ¡¡Padre!! – exclamó regañandole al mismo tiempo que se sonrojaba – la verdad que no me esperaba encontrar a alguien de esa belleza - miró con vergüenza a su padre – gracias por obligarme a salir de mi escondite – sonrió.
- De nada hijo… - contestó - sabía que te gustaría, me habían hablado de su belleza sin igual, de las virtudes que esa joven princesa – continuó explicandole mientras la reina les escuchaba sonriente, viendo a su hijo feliz por la decisión – ahora deberás cortejarla, conocerla mejor en el poco tiempo que queda para vuestra boda – se tomo el mentón – su padre insistió en que fuera cuanto antes, y como no nos pareció mal aunque si precipitado, accedimos a la premura del casamiento.
- Hijo… te recomiendo que le lleves flores, que la agasajes con dulces, con chocolates y con otras cosas que puedas tentarle… - le dijo su madre – tienes muy poco tiempo para conocer a la que será la compañera de tus dias hijo mio… - le miró con ternura mientras llegaba a su altura y cabalgaban tranquilamente hacia Angry Land donde se celebraria la ceremonia una semana más tarde.

En la conversación que mantuvieron los reyes, acordaron que sus hijos se unirian en matrimonio y desde ese instante quedaban comprometidos.

Durante la semana que durarian los preparativos de la ceremonia, los reyes acordaron tambien dejar que sus hijos se fueran conociendo, que fueran al menos entablando una amistad para que así cuando tuvieran que estar juntos dia tras día pudieran saber alguna de sus virtudes y tambien defectos.

Los escasos encuentros que tuvieron fueron estrictamente vigilados por la guardia real del palacio de Sweet Land que vigilaba exclusivamente a la princesa y mucho más lo que decía por mandato firme del rey que insistió en que su hija no hablara demasiado cosa que empezó a extrañar a Death Mask y asi se lo hizo saber a sus padres.

- No lo entiendo padre… - decia moviendose en circulos dentro de los aposentos privados de los reyes mientras agitaba sus manos dejando ver su nerviosismo – hace dos dias que nos vemos a todas horas y solo se de ella que le gusta dibujar, que le agrada leer y tambien escribir. Su hermosura es inmensa, supera mis espectativas, pero no entiendo por que cuando quiere decir algo más, llega el guardia y se la lleva con la excusa de que debe descansar.
- Hijo… - le detuvo su madre poniendose frente a él y tomando sus brazos para que dejara de agitarlos – entiende que una muchacha no puede expresarse con la misma ligereza que un muchacho – le sonrió – una princesa debe ser docil, recatada y con excelentes maneras para poder impresionar a su esposo y no hablar de más para que no haya disconformidad o discusión.
- ¡Pero madre! – exclamó Death Mask – usted no es así, siempre expresa todo lo que desea y nunca hablo de más que yo sepa… - frunció el ceño enojado, sin poder entender.
- Hijo… tu padre prefiere saber lo que pienso, y quizás tu tambien quieras saber lo que ella piensa – inspiró abrazandole – pero entiende que la educación de una futura reina, es más estricta que la que pueda tener un rey puesto que a un hombre jamás se le pondrá en tela de jucio – callo un instante – es diferente con una mujer… - le acarició el rostro queriendo tranquilizarle, viendo que su hijo estaba empezando a apreciar de una forma muy intensa a la princesa a pesar de no conocerla demasiado – cuando esteis casados, puedes decirle que deseas que se exprese libremente – le miró y besó su frente, viendo que su hijo lejos de estar más tranquilo lo que estaba era ansioso por no saber como proceder.
- Tu madre tiene razón Mask… - le habló su padre acercandose – camina conmigo, hay cosas que debo contarte que un hombre debe saber – le dijo mirando a su esposa que parecia tratar de contener la risa – verás hijo, tu eres muy joven y no has tenido experiencia con alguna mujer igual que yo cuando me casé, nosotros aprendimos solos, pero yo quiero ayudarte, asi que te daré unas pequeñas indicaciones para que sepas complacer a una mujer – se detuvo en seco y miró a su hijo que estaba completamente sonrojado.

El rey estallo en carcajadas y corrió escapando de su hijo que empezó a perseguirle completamente avergonzado mientras su madre, la reina, les observaba jugar como cuando Mask era pequeño y su padre lo hacia rabiar para que corriera hasta desfallecer.

Llegó la tarde en la que su padre realmente si le aconsejó sobre cosas importantes. Resolviendo todas las dudas que le planteó, con las que si quedó más tranquilo aunque no completamente por que la extraña actitud de Shakkita, el mutismo que siempre la cohibia cuando se presentaban los guardias junto a ellos le tenia más inquieto de lo normal y decidió ir a investigar por su cuenta dos dias antes del enlace.

Espero a que llegara la noche, y sin dar indicios de sus intenciones, preparó la montura de su corcel y cabalgo las dos horas que le separaban del reino de su esposa, pensando en como hacer, por donde ocultarse para ver si sus futuros suegros eran tan buenos como se oia por todas partes.

Cuando llegó, se metió por los jardines en los que paso alguna de las tardes que esa corta semana le daba la oportunidad de conocer a su futura esposa y se adentro por los arbustos y plantas que estaban cargadas de flores y se paró bajo unos ventanales de los cuales le pareció que se podia oir la voz de su futura esposa y la de su padre descutiendo acaloradamente.

- ¡No quiero padre! – se oyó gritar a Shakkita – no deseo unirme a ese muchacho, es completamente injusto – renegaba a gritos, deseando romper ese enlace.
- Harás lo que yo te diga – refutó - ¡No hay más que hablar! – se marcho dando un portazo, dejando a la princesa con la palabra en la boca que rompió a llorar desconsolada cuando se encontró sola en su habitación.

Mask salió de debajo de la ventana y admiró a su futura esposa llorando en la cama, quedando perdidamente embobado con su figura, pero lamentando lo que acababa de escuchar que le hacía sentirse incapaz de obligar a esa muchacha que no deseaba esa boda a unirse a él y ser infeliz por el resto de sus días.

Decepcionado, regreso a su caballo y analizó todos y cada uno de los encuentros que habian tenido mientras regresaba a su palacio, y se confundió por que le pareció que le correspondía cuando se miraban y se sonrojaban a la vez, como casi una vez en la que estuvieron un rato en silencio a solas, sus manos se rozaron y sintio un intenso estremecimiento, una extraña sensación que ya no abandono su cuerpo justo hasta el momento en el que la escucho discutir con su padre y rechazar la boda.

- ¡Hijo! – corrio su madre hasta él cuando descendia de su caballo y vió su rostro desolado – hijo ¿Qué sucede? – le preguntó al verle en ese estado.
- Madre… yo… - miró al suelo triste – yo no puedo casarme con Shakkita, ella no desea esta unión…
- Hijo, ¿Dónde te habías metido? Estaba muy angustiada… - le reclamó abrazandole, viendo la inmensa tristeza en sus palabras, sintiendo que algo había ocurrido en esa escapada de su hijo – cuentame Mask, dime lo que te ha pasado – pidió haciendole entrar.
- Madre… - se sentaron en un gran sofa – fui a averiguar si todo estaba bien en Sweet Land, es que no sé madre… hay algo que me escama… - le explicó mirando a su madre fijamente – y escuche una conversación de Shakkita con su padre – continuó – ella no desea casarse mama – se abrazó a ella y cerró sus ojos sintiendose desdichado, sintiendo que su corazón había sido dañado.
- Hijo… ¿estás seguro? – le obligó a mirarla y siguió – yo creo que Shakkita te aprecia tanto como tu a ella hijo mio – acariciaba los cabellos de su hijo queriendo consolarle – verás que todo fue un malentendido… - se levantó y tiro de la mano de su hijo que la siguió mientras caminaban a los aposentos de Death Mask para que pudiera descansar.

Fury dejó que su hijo se cambiara y se metiera en la cama luego de asearse mientras ella se ocupaba de guardar unos enseres que habían repartidos por la habitación de su hijo que era algo desordenado.

Lo vio acostarse y le arropó, sonriendole tiernamente, dejando que se durmiera mientras ella velaba su sueño y le susurraba palabras alentadoras a su hijo.

- Verás que todo estará bien mi pequeño… es muy poco el tiempo el que tienen para crecer, pasado mañana serás un hombre casado, y futuro rey de dos reinos. Tienes mucho que hacer de ahora en adelante – terminó viendo que su hijo se habia dormido. Le arropó y se marcho deseando que lo que su hijo habia escuchado solo fuese una confusión y no lo que él estaba pensando.

La reina se acostó junto a su esposo y cuando este la abrazo le contó lo sucedido con su hijo, pidiendole que hablara con él cuando se levantara. Pero que le dejase dormir hasta que se cansara puesto que lo había visto cansado y decaído.

Death Mask durmió toda la noche, la mañana y parte de la tarde faltando a su encuentro previsto con la princesa del cual fue disculpado tras enviar los reyes de Angry Land un emisario comunicando su malestar.

Shakkita, al no verle llegar, se extrañó y lamentó la ausencia de su prometido al que ya no podia ni queria dejar de ver a pesar del corto tiempo que había transcurrido desde su primer encuentro, pero había algo que ocultaba, habia algo que necesitaba decirle antes de que Death Mask se enamorara más, antes de que ella misma lo hiciera. Los regentes de Angry Land debian saber una verdad que solo ella podia revelar.

Disimuló toda la tarde mientras tramaba como escapar hasta que llegó su padre y le sirvió la respuesta en bandeja de plata.

- Hija… - la miró severo – como acordamos con el rey Anger, vamos a partir para su reino para que por la mañana no haya que estar madrugando o haciendo traslados, y una vez casados ya vivirás alli con tu esposo – acabó esperando alguna respuesta negativa por parte de su hija.
- Está bien padre, empacaré todas mis cosas… - sonrio mirandole sin decir nada más, solo se limitó a escuchar a su padre.
- Al fin entiendes… al fin aceptas que aquí se hace lo que yo digo – habló satisfecho – no tardes en coger todas tus cosas – cabó y se marcho sin ver el gesto de satisfacción de Shakkita que vio las puertas abiertas al problema que tenia.

Rapidamente, organizó todo su equipaje y salio veloz hacia el carruaje, nerviosa por que ahora solo debia tramar como poder encontrarse con Death Mask a solas y tambien con los reyes Anger y Fury para que supieran todo lo que esperaba poder decirles.

Durante el trayecto, pensó y pensó como poder encontrarse con ellos, creyendo que hablar con Death Mask seria lo mejor para que luego él decidiera si proseguir o no con la unión.

Al llegar, salieron todos a recibirles incluido Death Mask que después de descansar se sintio renovado pero también confuso. Más cuando la sonrisa de Shakkita al verle se pronunció y pensó que todo era un sueño del que no queria despertar.

- Dejemos que estén un rato a solas – dijo Anger mirando a Sugar – hoy no han podido verse, asi podrán recuperar el tiempo perdido… - sonrió acompañando a Shakkita y su hijo, casi empujandoles a los jardines interiores para que pudieran estar a solas y que así su hijo resolviera todos sus temores – nosotros iremos a beber algun refrigerio antes de la cena. Dejemos que se conozcan…

Anger se llevó al rey Sugar casi arrastrandole mientras este, daba indicaciones a los guardias de que vigilaran a su hija, sobre todo lo que decia aunque no creia tener que temer puesto que con la recien cambiada actitud de su hija pensó que le obedeceria.

Shakkita en cuanto supo que no la veian ni los guardias ni sus padres tomo la mano de Death Mask sorprendiendole y corrió a ocultarse, deseando estar a solas con él, deseando poder hablarle sin interrupciónes.

- Mask… no tenemos mucho tiempo antes de que nos encuentren… los guardias de mi padre son realmente eficientes – añadió mientras se ocultaban tras unos arbustos – tengo que hablarte, tengo que contarte algo que debes saber antes de seguir adelante – decia pero Mask la interrumpió.
- SÍ, ya lo sé… - contestó Mask muy enojado – no quieres casarte conmigo, te oí perfectamente anoche… - se cruzó de brazos furioso.
- Me escuchaste…¿Qué hacias allí?
- Queria… queria averiguar algo, pero lo poco que oí fue suficiente para que todo quedase más que claro.
- ¡MASK! – le gritó haciendole callar, demostrandole en esta ocasión que se veia libre su personalidad – no quiero casarme por que hay algo de vital importancia que debes saber, y no quiero engañarte que es lo que desea mi padre… - siguió llamando su atención.
- Está bien… te escucho – le miró con el ceño fruncido.
- Mask… - suspiró – no es lo que tu piensas, a mi… a mi me gustas mucho, estos pocos dias me he dado cuenta, pero es necesario que sepas que… Mask mi nombre es Shaka… es el que me puso mi madre que murió a los pocos dias de yo nacer… - miró al suelo triste – yo no soy una princesa Death Mask…
- Y que más da eso, si no es tu nombre, si no eres de sangre real… yo te amo, y entiende que no voy a renunciar a ti por más nombres diferentes que tengas o por que no poseas bienes materiales – se calló de repente recordando las palabras que acababa de pronunciar.
- Mask… yo… yo soy un chico… igual que tú, soy varón y no mujer, todo esto es un plan de mi padre y… yo no podia casarme contigo sin que lo supieras, por que luego ya estaria hecho todo el tramite y de haber querido separarte de mi, habrian perdido su reino… - siguió más triste aun viendo como Death Mask se alejaba de él – lo siento… yo… yo debia decirtelo antes de que fuera tarde… - acabó viendo como salia corriendo y le dejaba solo en ese lado del jardin.

Shaka salió y buscó a sus padres, tratando de hacer ver que nada había pasado, temiendo el escandalo que se podia formar por el terrible engaño, temiendo que todo, sus ilusiones, sus esperanzas de salir de Sweet Land se habían ido volando en el aire.

Regresó sin que nadie se percatase de su ausencia y caminó por el gran palacio de Angry Land, apreciando toda la majestuosidad desde las paredes hasta los suelos que eran adornados por bellos tapices bordados a mano. Las enormes cristaleras, los grandes ventanales que hacian que todo luciera impresionante.

Resignado, sabiendo que después de eso su padre le mataria, regresó a su alcoba y comunicó a su asistente personal que no deseaba cenar, que estaba nervioso por la boda y que le disculparan, pero que no iría a cenar por no sentirse peor aun de lo que ya se sentía.

No deseaba presenciar el terrible escandalo que se formaria cuando Death Mask comunicara la noticia a sus padres, y sobre todo cuando los reyes de Angry Land fueran a pedirles explicaciones.

Agotado, cayó en un profundo sueño en el que tuvo pesadillas horribles. Pesadillas que reflejaban todos sus temores. Pesadillas en las que se repetian los malos tratos de su padre y de su madrastra para obligarle a que aceptara esos macabros planes.

- Shaka… Shaka… - se oyó una voz por fuera de la ventana que le despertó y corrió a averiguar de quién se trataba.
- Mask.. – se sorprendió al verle - ¿Qué sucede? – preguntó más angustiado aun.
- Mis padres desean verte para que les confirmes todo lo que acabas de decirme a mi… - acabó y se dio la vuelta, esperando a que decidiera.
- Está bien… ayudame a bajar… - susurró – esto está muy alto… - agregó viendo la altura que le separaba del suelo que no era mucha, pero si la suficiente como para hacerse daño.

Mask involuntariamente corrió a ayudarle, él mismo se regañó mentalmente por hacerlo, pero al ver como iba vestido Shaka cuando le ayudó a trepar por el entramado que había cerca de la ventana no pudo hacer otra cosa que preguntar y asombrarse de lo que veia por que le agradaba demasiado.

- Vaya… veo que no te ocultas, llevas pantalones… - dijo ironico, dañandose a si mismo con las palabras que había dicho.
- Sí, no creas que a mi me agradaba vestirme de mujer, estoy orgulloso de ser un chico, pero no lo estoy de lo que hacía mi padre… - le miró con un brillo diferente en los ojos – ¿acaso crees que a mi no me hubiese gustado hablar antes? ¿te crees que fue facil encontrar un momento para hablarte? – quedó mudo cuando se vió frente a los reyes.

Shaka se sonrojó al ver sus miradas interrogantes, pero se fue relajando cuando los reyes, más bondadosos de lo que jamás habria imaginado sorprendentemente le hablaron con mucha calma y le pideron que les explicara con todo detalle lo que tenia planeado su padre.

Poco a poco, sin olvidarse de nada, les explico cada punto del plan, cada detalle por más insignificante que pudiera ser hasta que terminó y fueron los reyes los que empezaron a hablar.

- Shaka… verás – le miró con seriedad, pero una muy distinta a la que su padre solia regalarle – hemos trazado un plan y puesto que nos has revelado hasta el ultimo secreto de Sweet Land, queremos protegerte, cuidarte y viendo que nuestro hijo desea seguir adelante con la unión, no tenemos inconveniente. Solo deberé hacer entender al parroco para que el enlace sea tambien un ritual de unión entre vosotros dos – acabó con una sonrisa en los labios – te doy las gracias. No creo que Mask te hubiese dejado, pero habia que detener a tu padre – callo y se marchó junto con su esposa para dejarles a solas.

Shaka estaba completamente sorprendido. No creia que en el mundo existiera tanta bondad, no podia imaginar ni en el mejor de sus sueños que Death Mask lo iba a aceptar, y ahora que se sentia por primera vez inmensamente feliz no sabia que hacer, no sabía como reaccionar. Solo se limitó a preguntar.

- ¿Por qué?- susurró mirando a Death Mask - ¿Por qué lo haces?
- Por que te amo Shaka, hombre o mujer, principe o princesa… es de ti de quién me he enamorado… - acabó mirandole directamente a los ojos – solo necesito saber si tu tambien deseas seguir adelante y todo estará bien Shaka.
- Death Mask… Mask… - se acercó lentamente a él – ¿te crees que si no deseara seguir adelante te habria dicho toda la verdad? ¿crees que si no te amara hubiese hablado? – acarició sus dedos muy despacio, entrelazandolos con los de Mask, sintiendo de nuevo esa sensación tan especial, igual a la que sentía cuando Mask le iba a visitar todos los dias.

Mask acarició sus mejillas con la otra mano, sonriendo de felicidad antes de inclinarse y besar por primera vez sus labios. Labios que le supieron a miel, labios que cuando le correspondieron le hicieron sentir el hombre más afortunado sobre la faz del planeta.

Lentamente, se separaron y abrazaron, dejando que sus pieles se acariciaran suavemente, dejando que sus olfatos se impregnaran del olor del otro para después acordar lo que faltaba y se despidieron en esa ventana de la que Mask le había ayudado a bajar enla cual se volvieron a besar hasta que no quedó más remedio que separarse para que Mask pudiera acabar de relatarle a sus padres como realizarian el escarmiento a los reyes de Sweet Land.

Pero Mask, antes de marcharse, quedo mirando a la ventana que daba a la habitación de Shaka y esperó a que todas las luces se apagaran mientras sonreia feliz imaginando lo que hacia Shaka, pensando de vez en cuando en el preciso instante en el que se habia enamorado. Llegando a la conclusión de que fue en el mismo momento en el que le vió por primera vez.

Cuando la luz de la habitación de Shaka se apagó, marcho a los aposentos de sus padres a los que les explicó que todo habia salido bien, pero sin dar demasiados detalles aunque el rey Anger intuyó algo y aprovecho nuevamente la ocasión para hacer rabiar a su hijo unos minutitos antes de que se fuera a dormir.

Agotado, Mask se fue a dormir y cayó rendido en la cama. Habia sido un dia demasiado emocionante. Repleto de cosas que jamás esperó que sucediesen, pero finalmente, un dia que le hizo sentirse inmensamente feliz al salir todo bien.

Por la mañana, bien temprano, empezaron los nervios previos a la ceremonia sin que los reyes de Sweet Land sospecharan lo que iba a pasar.

Shaka se vistió sin ayuda de nadie, poniendose un precioso vestido de novia que le quedaba precioso a pesar de ser hombre. Esperando ansioso a que llegara la hora en el que su padre le recogiese y le acompañara hasta el altar. Esperando tambien que esa fuera la ultima vez que lo tendría que ver puesto que si todo salia bien, no tendria que volver a ver a su padre jamás.

El tiempo pasó y su padre toco a la puerta, viendo la belleza de su hijo aunque le obligara a travestirse y le tendió el brazo, para que cuando se aproximaran al altar no hubiese sospechas.

Mask esperaba ansioso la llegada de Shaka, deseaba poder desposarse con él, y no sabía demasiado bien lo que su padre había organizado, pero sabiendo que su padre era muy sabio y habria trazado un plan para dejar al rey Sugar en muy mal lugar sin desear más que pagara por todo lo que le había hecho a su propio hijo.

Finalmente, la gran puerta que daba al gran salón donde se celebraba la ceremonia se abrió y ante el asombro de todos, la “novia” avanzó. Dejandoles boquiabiertos con su belleza, sobre todo a Mask que no pudo dejar de mirarle hasta que el rey Sugar se la entregó y se aparto poniendose al lado de su esposa a la que le sonrio malicioso sin darse cuenta de que la guardia real de Angry Lans se situaba tras ellos estrategicamente.

El parroco se coloco frente a ellos y solemnemente habló.

- En el día de hoy. Nos hemos reunido para unir a estas dos personas en sagrado matrimonio – inspiró – se aman. De eso no me cabe duda. Con ver el brillo que tienen sus ojos no me queda otra opción más que unirles por siempre y hacer que cuiden el uno del otro mutuamente y por siempre hasta que la muerte los lleve – miró a todos los presentes y fijó la vista en ellos cuando terminó de hacerlo – si no hay nadie que se oponga… procederemos al enlace de estas dos almas enamoradas – se detuvo unos momentos esperando a ver si alguien hablaba y al no haber interrupción alguna prosiguió – Queridos hermanos, ante la sagrada bendición de la iglesia, y con el poder que esta me ha otorgado, quiero unir frente a todos vosotros que sereis los testigos a Death Mask, hijo de Anger y Fury del reino de Angry Land y a SHAKA – dijo alzando la voz – hijo de Sugar y Honey, su primera esposa que murió a los pocos dias de dar a luz – miró amenazante al rey Sugar y su esposa Candy que se vieron descubiertos en ese preciso momento.

Los reyes de Sweet Land corrieron queriendo escapar, pero fueron interceptados por la guardia real que estaba detrás de ellos y que los retuvo haciendo uso de la fuerza, dejando que el rey Anger les dijera su sentencia.

- Queridos consuegros… - miró con furia a los dos regentes – nuestros hijos han decidido vuestro castigo. Ellos son más venebolentes que yo, por que de haber sido mia la sentencia, esta hubiera sido muchisimo peor… -se apartó y dejó paso a su hijo Mask que tomo a Shaka de la mano y le ayudo a ponerse a su altura.
- Sugar y Candy de Sweet Land. Vuestro castigo será el destierro y sereís enviados a un castillo lejano en el que debereis procuraros vuestro propio alimento, cama. A ver si así experimentais lo que vuestro hijo a sufrido todos estos años – acabó y miró a Shaka que inspiró antes de decir unas ultimas palabras.
- Padre, Madre… os deseo lo mismo que vosotros habeis querido para mi, espero que en ese castillo podais ser tan felices como yo lo seré aquí… - calló y entrelazó sus dedos con los de Mask.
- ¡¡Vuestra unión no está permitida por los sacramentos!! – gritó el padre de Shaka, ademas, no podreís tener herederos, así que de que os sirve – rio a carcajadas mientras se lo llevaban del salón de la ceremonia.

Shaka quedó perplejo al escuchar a su padre, sabiendo que todo lo que decia era cierto, sabiendo que aun amando a Death Mask, jamás podria darle un hijo que heredara los reinos.

Asustado y confundido, salió corriendo, rapido, muy rapido, tanto que ni Mask pudo alcanzarlo.

Mask corrio, lo buscó por todo el palacio desesperado, asustado de que algo malo le hubiese pasado, asustado de que se hubiera dañado con alguno de los resortes que había en el jardin, con alguno de los pozos de agua o con las enormes y profundas fuentes que adornaban todo el palacio.

En un momento quedó palido. Se detuvo al ver el vestido blanco de Shaka flotando en una de las fuentes más grandes y corrió hasta ella, temiendo que Shaka se hubiese ahogado pero respiró más tranquilo por que solo era el vestido lo que nadaba en la fuente.

Lo dejó allí y salió corriendo hacia un lugar en el que aun no había estado, y se adentró en el jardín, metiendose detrás del mismo rosal al que Shaka le había llevado y lo encontró allí. Abrazando sus rodillas, llorando desconsolado.

- ¡¡SHAKA!! – gritó Mask – no vuelvas a darme un susto así – corrio y le abrazó muy fuerte, dejando que la cabeza de Shaka se ocultara en su cuello mientras acariciaba sus cabellos, sintiendo como Shaka se abrazaba a él y temblaba asustado – Shaka… ¿Qué sucede? – preguntó angustiado - ¿ya no deseas seguir adelante? – levantó el mentón de Shaka y le miró fijamente - ¿es que ya no quieres casarte conmigo? – deslizó sus dedos hacia las mejillas de Shaka y las acarició - ¿ya no me amas? – quedó callado, temiendo una respuesta que le rompiera el corazón en mil pedazos.

Shaka se incorporó suavemente y le besó. Tomando sus labios con los de él, presionando los labios de Mask con los suyos mientras profundizaba el beso dejando que su lengua timidamente rozara, acariciara los labios de su amado mientras se sentaban despacio en el suelo.

- Mask… sí deseo seguir, sí que te amo y sí quierp casarme contigo – inspiró – pero mi padre tiene razón, yo no puedo darte hijos, yo no podré darte un heredero que… que… - se vio silenciado repentinamente por los labios de Mask que lo hicieron callar mientras le besaba, mientras se apegaba a su cuerpo para sentir la calidez que desprendia.
- Te amo… y nada de eso me importa, nada eso me separará de ti, y si el parroco lo ha dicho, nuestro matrimonio es tan valido como cualquier otro Shaka… - volvio a besarle mucho más despacio, pellizcando los labios finos de Shaka que le correspondieron mientras las lágrimas caían de sus ojos – solo tu felicidad me importa, poder estar a tu lado hasta el día en que la parca decida llevarme, los herederos los buscamos, proclamaremos un sucesor y todo arreglado Shaka – sonrió mientras con la yema de sus pulgares le secaba las lagrimas.

Shaka se abrazó a Mask, sintiendose reconfortado, deseando vivir cada segundo de su vida al lado de Mask, el hombre al que amaba, mientras aspiraba el olor de su piel que se erizaba al sentir como le abrazaba, como su corazón latía al mismo ritmo que el de él.

- Está bien, así lo haremos… - le dio un besito suave en el cuello – pero deja que me cambie antes ¿sí? – le miró sonriente, llevando solamente una larga camisola blanca –quiero casarme contigo como lo que soy, y no como deseaba mi padre… - le besó los labios y corrió mientras le decia unas ultimas palabras – esperame en el altar… no tardo… - corrió más rapido y Mask extrañado se fue hasta el gran salon donde se estaba celebrando la ceremonia.

Mask le explicó a su padre en los pocos minutos que tenia lo ocurrido y se sintió más tranquilo cuando su padre le hablo y le hizo saber que no tenia de que preocuparse. Todo estaba dispuesto para esa unión especial, asi que no habia nada que temer. Solo debía dedicarse a disfrutar de un momento que seria unico y especial.

De pronto las trompetas sonaron por segunda vez, anunciando el momento esperado. La aparicion de la novia. En este caso novio que tras abrirse las puertas avanzó solo, a paso lento pero decidido, mirando al suelo timido y mirando al novio que le esperaba en el altar con una inmensa sonrisa.

Los pasos le llevaron a su lado y Mask como el mejor de los caballeros descendió los dos escalones que alzaban el altar para tenderle su mano a Shaka y caminar juntos hasta el altar frente al parroco.

- Te ves mejor así… - le susurró al oido de un modo complice – mucho mejor – añadió mirandole de arriba abajo, apreciando ese precioso traje blanco de gala que le quedaba espectacular desdela chaqueta con chorreras, hasta el pantalón con un filo de oro bordado.
- Gracias… - le contestó y miró fijamente a los ojos de Mask, sonrojandose después, oyendose pequeños suspiros emocionados por parte de los presentes.
- Como decia antes de que me interrumpieran – rompió el hielo nuevamente el parroco – con el poder que la propia iglesia me ha otorgado, declaro que esta unión tan especial sea consagrada por los santos sacramentos – tomo las manos de ambos y las unió con un hilo de seda blanco, entrelazandola por cada uno de sus dedos y formando un lazo sobre las muñecas de ambos – Death Mask… Shaka… ¿venis aquí por propia voluntad?
- Sí… venimos.
- ¿Jurais protegeros, cuidar el uno del otro, amaros y respetaros, en lo bueno y en lo malo, en la pobreza y la riqueza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte os separe?
- Sí juramos.
- Por el poder que pesa sobre mis manos al proclamar este enlace os declaro unidos en sagrado matrimonio, lo que Dios a unido, que no lo separe el hombre… - se separó de ellos sonriedo, dejando que con una sola mano, sin poder hacer servir la otra ya que aun permanecian atados se pusieran las alianzas mientras les veía luchar para lograrlo – muy bien pues ahora… - miró a todos los lados haciendose el despitado – ahora… - siguió tomandose el mentón – creo que se me olvida algo… - decia mientras aguantaba la risa, viendo como a Death Mask se le crispaban los nervios - ¡Ah! ¡Ya sé! – exclamó haciendo reir al rey que no pudo contenerse más – ¡ahora podeis besaros! – espetó viendo como Mask le regalaba una sonrisa asesina a su padre al cual pensaba reclamarle más tarde por su osadia hasta que Shaka le hizo olvidar por unos segundos su venganza cuando lo besó frente a todos los presentes escuchandose rapidamente los vitores y aplausos llenos de felicidad.

Y así vivieron felices y comieron perdices. Amandose, cuidandose el uno al otro por toda la eternidad sin tener más preocupación que hacer feliz a su amado esposo mientras los dias pasaron llenandoles de paz, amor y felicidad…


-Fin-

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