Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The playboy mansion por rina_jaganshi

[Reviews - 64]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Rina: Antes que nada, es la segunda vez que hago el resumen y aún así es pésimo. A lo que voy. Pues como ha sido este año, tres de mis fics desaparecieron, bueno, supongo que fueron borrados por no actualizarlos T_T

Rini: Si, supones bien ¬_¬

Rina: En fin, iremos subiéndolos poco a poco, otra vez.

Rini: Yo que ustedes no lo leería hasta que venga el nuevo cap XD ¡Castíguenla!
—¡Date prisa teme, quiero jugar! —salta emocionado de un lado a otro, provocando que las personas le miren con cierta ternura.

—Hn… —tuerzo la boca ante los ojos curiosos, él no se da cuenta, sigue ensimismado intentando hacer que me mueva más rápido, acción que no haré. Por eso, como siempre, me toma de la mano para salir corriendo, prácticamente arrastrándome, todo por un estúpido juego que acaba de comprar, de verdad que no entiendo porqué le gustan esas cosas, son tan fáciles de pasar, pero en fin.

Empieza a acelerar el paso, puedo ver nuestro reflejo en los vidrios de las tiendas, no hemos cambiado mucho. Yo sigo teniendo el cabello negro azulado hasta con el mismo corte, mis ojos negros, mi piel blanca como la leche según palabras de mi “amigo”, ¡Sí! El dobe que me está llevando a rastras, ese rubio de ojos azules, de piel canela tan distinta de la mía. Realmente somos todo lo contrario: él es escandaloso, yo serio, él ríe por cualquier cosa, ¡Ja! ¿Reír yo? Por favor. …l…

—¡Llegamos Sasuke! —grita sacándome de mis pensamientos, suelta mi mano buscando entre sus pantalones la llave, una vez que la tiene abre la puerta de nuestra casa — ¡Vamos! ¡Vamos! —me sujeta otra vez, corremos por todo el lugar hasta llegar a su cuarto, entramos, él se sienta frente a la enorme pantalla LCD colocándole todos los cables para poder jugar. Lo observo desde la puerta.

Once años, once años siendo amigos y aún me convence de gastar en ese tipo de chatarras. Recuerdo perfectamente el día que lo conocí, fue a los siete años, en el parque, ya era tarde y estaba lloviendo. Me había salido de mi casa porque tuve una riña con mis padres, iba caminando dejando que las gotas cayeran en mi cuerpo, no me preocupaba ya que traía una chamarra y apenas sentía el frío. No tenía a donde ir pues no se me daba el relacionarme con las personas o menos tener amigos; entonces lo vi.

Un pequeño rubio sentado en un columpio, temblaba muchísimo porque el muy dobe llevaba una playera sin mangas. Me acerqué a él, lágrimas, su llanto se perdía con el agua de la lluvia, se estrujaba los ojitos sollozando una y otra vez “¿Que tienes?” Le pregunté tratando de sonar indiferente, levantó su rostro y me observó, sus hermosos ojos azules me conquistaron desde ese día. Después, por más que quise alejarme de él ya no podía, me había enamorado de mi primer amigo, que poco a poco se convirtió en mi mejor amigo y en estos momentos es la persona que más amo.

—¡Sasuke! —grita.

—¿Qué quieres usuratonkachi! —exclamo desconcertado ante el brusco regreso a la realidad.

—¡Que tomes el otro control! —hace un puchero apuntando al susodicho control, suspiro pasándome por completo, me siento en el suelo a su lado, logrando agarrar la cosa esa—. ¡Esta vez te voy a ganar! —sonríe alzando un brazo como si asegurara su victoria.

—Si… —ruedo los ojos ignorándolo. Empezamos a jugar, no pasan ni veinte segundos cuando su mono ya está muerto —Por eso no me gustan estas cosas, son muy fáciles, dobe.

—¡No, hiciste trampa! —escandalizado aprieta el mando sobre su pecho, a la vez, infla las mejillas a modo de enfado.

—Creo que se le puede decir trampa al jugar con alguien tan malo como tú —digo con prepotencia.

—¡Yo no soy malo! —hace una pausa levantándose para hurgar en una pequeña cómoda que tiene, enseguida, vuelve a sentarse—. Tú eres al único que no le puedo ganar —murmura.

—Hn…—Una sonrisa de lado es lo que respondo.

—¿Quieres? —pregunta ofreciéndome un caramelo.

—No, sabes que no me gustan los dulces.

—Más para mí —levanta los hombros despreocupado llevándose el dulce a la boca. Su lengua lo degusta como si fuera la cosa más exquisita. Sin pensarlo dos veces agarro el cuello de su camisa para acercarlo a mí juntando nuestros labios. Mi mano libre se desliza por su cintura, lo fuerzo a abrir la boca con un ligero mordisco en su labio inferior, meto mi lengua gustoso. Saboreo un poco esa cavidad bucal que tanto me gusta para, al final, simplemente pasar el dulce a mi boca. Me separo lentamente de él fijando mi vista en el videojuego.

—Anda dobe ¿O ya no quieres jugar? —me mira furibundo, obviamente por el dulce que le he quitado.

—Teme… —me insulta al mismo tiempo en que vuelve a su lugar para agarrar el control y escoger un nuevo mono. No puedo evitar que una sonrisita cínica se pose en mis labios mientras mi lengua disfruta del dichoso caramelo, de verdad que no me gustan los dulces pero si es de su boca cualquier cosa es de mi agrado.

Seguimos jugando sin tomarle importancia a lo sucedido hace unos momentos, para nosotros es como cualquier “jueguito de amigos” así como hay unos que se avientan o que se golpean, pues nosotros nos besamos, bueno, más bien yo soy el que lo beso. Esto comenzó cuando teníamos doce años, estábamos discutiendo muy cerca uno del otro, un chico pasó aventando a Naruto. Es verdad, ese es su nombre, Naruto Uzumaki. En fin, el tipo lo aventó y él calló justo en mis labios, para ser sinceros yo lo disfruté bastante así que desde ese día buscaba cualquier pretexto para repetir ese acto.

Para mi suerte el dobe es un poco ingenuo, entonces, recuerdo que le dije “Deberíamos practicar eso de los besos que tal que queramos besar a alguien y no sepamos” un poco apenado pero al final aceptó, claro tampoco es tan idiota como para dejarme hacerle algo más y yo jamás lo obligaría a algo que él no quisiera. Debí de habérmele declarado desde hace mucho ya ni mi orgullo interfería. El problema fue cuando llegó el temor, sí, tengo miedo de que me rechace o, pero aún, me odie.

—¿Por qué no te puedo ganar! —grita aventando el control, además, se cruza de brazos.

—Ya te lo dije dobe, eres malo —deletreo dando énfasis en cada letra de la palabra, logrando que mi amigo haga uno de sus pucheros, cosa que lo hace ver bastante lindo.

—¡No es verdad, Sasuke baka! —reclama apuntándome con su dedo índice, nuevamente me dispongo a ignorarlo pero se coloca frente a mí, yo niego con la cabeza—. ¡Retráctate! —ordena, haciendo sus gestos que sólo logran divertirme, hecho que lo enfurece más.

—Si no eres malo, ¿Cómo explicas que pierdas cada vez que jugamos? —sonrío de forma altanera mientras agacha su cabeza, siempre que hace eso es porque intenta pensar en alguna mentira. Lo conozco tan bien—. No…

—¡Ya llegué! —interrumpiendo lo que iba a decir se escucha ese horrible grito. Antes de que pueda siquiera reaccionar, el rostro del rubio se ilumina.

—¡Itachi! —se levanta rápidamente para salir corriendo del cuarto.

Maldigo mentalmente, con desgana me pongo en pie siguiendo su camino hasta la sala. Al llegar veo lo que obviamente me esperaba y por lo que alguien deberá morir. Mi “queridísimo” hermano tiene a mi dobe por la cintura, asimismo, lo levanta por el aire dando vueltas.

—¡Naru chan! ¡Te extrañe mucho! —sin descaro, restriega su mejilla en la de mi rubio. ¡Sí! Soy posesivo compulsivo.

Me aclaro la garganta, al notar que mi aniki me presta atención le dirijo una mirada asesina que, al instante, interpreta. …l sabe los sentimientos que tengo hacia mi amigo. ¿Cómo es que lo sabe? No por mi gusto, claro está. Resulta que cuando me encontraba en la edad en que las hormonas están totalmente fuera de control, quince años, yo estaba muy feliz masturbándome en mi habitación, entonces, mi hermano mayor entró, no era la primera vez que me veía pero ese día en especial lo estaba disfrutando como nunca, ya que mientras me daba placer mis ojos estaban clavados en una foto que tenia de mi mejor amigo. Entiéndase: fantaseaba con que penetraba una y otra vez a Naruto. Esto no paso desapercibido por él, primero se carcajeó, después, me pidió prestada la foto, claro que le di una golpiza por eso, bueno, al final me dio toda una plática de sexo y me contó algunas de sus “aventuras”.

—Ototo no te pongas celoso —mi atención vuelve a ese inútil. Al razonar esa frase no puedo evitar sonrojarme. Mis ojos se cruzan con los azules que me miran sin entender iba a decir algo en mi defensa pero añadió—: ¡También te puedo abrazar a ti! —me siento aliviado pero no por eso voy a dejar que me lo haga.

—No es necesario —lo detengo por los hombros antes de que me toque, cosa que no le importa. Me acorrala entre sus brazos, al menos ya no está sobre mi rubio, el cual, ríe divertido.

—Me da gusto verte ototo y… —hace una pausa acercándose a mi oído— Dime ¿ya estrenaste a Naru-chan? —Susurra. El color rojizo regresa a mis mejillas, en un acto reflejo me separo de mi hermano, siempre hace comentarios de ese tipo.

—¿Itachi cómo te fue! ¿Ya terminaste la carrera? —desesperado, como sólo él puede serlo, empieza a preguntar mientras jala a mi aniki para sentarse en el sillón, yo bufo molesto, me siento en el mueble que es para una persona. No quiero escuchar sus tonterías pero, tampoco voy a dejar solo a mi dobe con él. Yo puedo ser un pervertido, sin embargo, mi maestro es Itachi.

—Me fue muy bien, conocí mucha gente. Unos mejores que otros —mi niño ladea un poco la cabeza al no entender el doble sentido de su frase, mi hermano continúa—: El punto es que ya no tengo que volver a esa fea ciudad, ahora puedo quedarme con —respira hondo preparándose para gritar—: ¡Mi zorrito! —sin perder el tiempo se abraza nuevamente a mi ojiazul.

Por si fuera poco sabe de sobra que me molesta que le diga zorrito, solamente yo puedo decirle así, el problema es que me escuchó, entonces, se le quedó llamarle igual; “Vas a ir con el zorrito que te pone. ¡Ah sí! ese zorrito que te gusta, ¿Quien? ¿El zorrito de ojos bonitos?” No puede referirse a él de otra manera sino “zorrito”. A todo esto ¿Por qué ese apodo? Eso es fácil de deducir con tan sólo mirarlo, sus mejillas son atravesadas por unas marquitas, las cuales se asemejan a los bigotes de un zorro. Realmente son cicatrices que se hizo a los cinco años, según me contó. …stas le han traído una infinidad de problemas.

El día que lo conocí, precisamente, lloraba porque unos niños le dijeron que parecía un monstruo, a la mañana siguiente busqué a eso tipos, les propiné una brutal paliza, fue tan gratificante. Hablando de eso, así ha sido durante todo el tiempo en que somos amigos, siempre término golpeando a alguien, ya sea porque se burlan de él o a otros que quieren con él, para mi desgracia es muy popular con los chicos.

—¡Sasuke! —el chillido retumba en toda mi cabeza— ¡Te estoy hablando teme! —salgo de mi trance para encontrarme con el pucherito de mi kitsune.

—¿Qué pasa dobe? —cuestionó irritado.

—Tengo hambre, ¿No podrías hacer algo de comer? —pregunta haciendo ojitos, sabe que de esa manera no le puedo negar nada. Me levanto con calma encaminándome a la cocina, no obstante, antes de llegar me regreso por donde vine.

—Vengan a ayudarme —exijo, no los voy a dejar solos. Ambos me siguen mientras Itachi habla de lo que hizo en su ex escuela. Llegamos a la cocina, saco unas ollas, supongo que estaría bien hacerle su comida favorita, sirve que deja de prestarle tanta atención a las idioteces del otro.

—¿Vas a hacer ramen? —se acerca a mí con sus manos en su pecho asimismo en sus ojos brilla la esperanza.

—Si dobe… —como ya me lo esperaba pasa sus brazos por detrás de mi cuello, yo le tomo suavemente de la cintura, miro de reojo a mi hermano que sonríe pícaramente.

—Hace mucho que no me hacías ramen —se separa sonriéndome quedando a escasos centímetros de mi rostro.

—Porque no es sano comer sólo eso, te puede hacer daño —la frase salió de mi boca por sí sola, debí decir “Porque no usuratonkachi” pero el tenerlo tan cerca me confunde, iba a agregar algo más pero se acercó y depositó un casto beso en mi mejilla, después, saltó sentándose en una de las barras de la cocina.

—Ramen, ramen —canturrea balanceando sus pies al tiempo en que mueve su cabeza como un niño chiquito. Sonrío, me giro para ponerme a prepararlo.

—Ustedes siempre tan amigos —escucho como mi aniki recalca la palabra, a pesar de las ganas de golpearlo, no le doy importancia. Sigo con lo mío. La indiferencia es lo que más le duele a las personas como Itachi, aunque suelen hacer tonterías—. Zorrito, de pura casualidad ¿Sasuke no se ha metido a tu cuarto en las noches? —como esas.

—Mmm… —mi pequeño reflexiona un poco, enseguida, niega fervientemente con la cabeza— ¡No! A veces dormimos juntos pero porque al teme no le gusta su cuarto —contesta feliz, claro que me gusta mi cuarto dobe, pero me gusta más dormir a tu lado, pienso. …l da un brinquito sin bajarse de su lugar, al mismo tiempo, exclama—: ¡Como cuando teníamos nueve años! ¿Te acuerdas Sasuke baka?

—Si usuratonkachi, si me acuerdo. —Trato de sonar lo menos interesado posible para que mi hermano deje de molestar.

—¡Oh Claro! Pero, zorrito, no creo que…

—¡Itachi! ahora que terminaste tu carrera ¿Qué es lo que vas a hacer? —antes de cualquier otra cosa volteo interrumpiendo la próxima estupidez que amenazaba con salir de su boca. Me mira un poco molesto pero sé lo que viene.

—¡Sí, es verdad! ¿Qué vas a hacer ahora Ita —si mi rubio le pregunta, no puede ignorarlo, así que más tranquilo vuelvo a fijar mi atención en preparar la comida.

—Estaba pensando en buscar trabajo en esta ciudad. Además, los arquitectos son muy bien pagados aquí —se cruza de brazos pensativo.

—¿Entonces, vas a vivir con nosotros? —inmediatamente después de la incógnita, me adelanto a hablar.

—No. —sentencio, ambos me miran esperando algo más que esa simple negación, por lo que agrego—: La casa no es muy grande y no tenemos otro cuarto. —Naruto salta de donde está, en cuanto sus pies tocan el suelo se encamina en dirección mía.

—¡Pero Sasuke! —replica—. Es tu hermano, también es como si fuera el mío —mi kitsune realmente no entiende la gravedad del asunto, si Itachi vive aquí, no puedo ni imaginar la infinidad de cosas que haría.

—No cabemos usuratonkachi. —le miro intentando, en vano, que desista.

—Y si… —no puede terminar su propuesta puesto que el timbre resuena por toda el lugar. Siendo honesto, jamás había estado tan contento de que alguien llegara. Prácticamente corro a la puerta, no obstante, mi pensamiento anterior comienza a desvanecerse al ver quien es la inesperada visita. La vieja me avienta sin consideración alguna para pasarse como si fuera su casa. Va de un lado a otro preguntando en dónde está su nieto, hasta que da con la cocina encontrando así a mi niño. Al instante se lanza a abrazarlo, acción que hubiera durado una eternidad, sino fuera porque le hace saber que no lo deja respirar. Ella lo suelta disculpándose.

La mujer rubia pasea sus ojos color ámbar por todos nosotros, sonríe, cosa que obviamente no es nada bueno. Recuerdo que la abuela de mi rubio sólo venía por dos cosas; uno: Necesitaba dinero para apostar o dos: Se le ocurría una forma de explotar a Naruto y así conseguir dinero para apostar. Sinceramente prefiero que sea la primera, de esa manera, tan sólo habrá que darle algo de dinero.

—¿Oba chan que haces aquí? ¿Te acuerdas de Itachi? —pregunta el ojiazul apuntando a mi aniki el cual se limita a sonreír.

—¡Claro que sí! — exclama ella con falsa alegría— ¡Y también de Sasuke! ¿Cómo olvidar a los Uchiha si son de los hombres más apuestos que conozco? —frunzo el ceño, ¿Nos está halagando! Las ideas pasan velozmente por mí cabeza, lo que busca debe ser mucho peor.

—Tsunade-sama, ¿A qué viene? —me olvido de los modales lanzando la cuestión directamente. La mujer sonríe regresando a su típica postura que denota su fuete temperamento, con calma, camina hasta quedar al centro. Cruza los brazos sobre su pecho.

—Tengo un nuevo negocio y ustedes tres son perfectos para él —hace una pausa, yo trago en seco al ver como sus ojos brillan, esto va de mal en peor—. La paga va a ser simplemente millonaria, además, viajaran por todo el mundo, conocerán gente de todos lados.

—¿Es en serio Oba chan? —mi niño brinca de alegría al ver que ella asiente— ¡Qué bien! Acep…

—¡Espera dobe! —le tapo la boca con mi mano antes de que hable, mi mirada se fija en la vieja, estoy seguro que no está diciendo todo—. ¿De qué se trata el trabajo? ¿Qué hay que hacer?

—Siempre tan listo —sonríe de manera burlona—. Empezaré una nueva revista, ésta se dedicará a sacar fotos de hombres apuestos cada mes, pero necesito siete hombres que sean los mejores. Ellos representarán a la revista en sí, se mudarían a una mansión conmigo, la cual está equipada con todo para poder ambientar las fotos. Al decirles que viajarían sería para encontrar más chicos y para poder tener diferentes escenarios.

—¡Eso está bien, sólo hay que posar para las fotos! —nuevamente mi ingenuo niño habla.

—¿Qué tipo de fotos? —interrogo, estoy seguro que mi aniki ya sabe o se debe imaginar algo pues esta sonriendo como el pervertido que es.

—¡Oh! Pues toda clase de fotos, pueden ser desde con ropa normal, ropa sexy, ropa interior o sin ropa si se diera el caso. —¡Lo sabia! Pienso para mí.

—¿Sin ropa! ¿Y toda la gente nos va a ver así! —protesta sonrojado mi kitsune, ya era hora de que entendiera. No hace falta que la rubia responda, pues su cara lo dice todo—. ¡Oba chan! ¿Desde cuando te volviste tan pervertida! Obviamente no vamos a aceptar —se cruza de brazos haciendo su cara “enojada”.

—Pero, pero… —ruedo los ojos con cansancio al saber lo que viene— ¡Naru, yo te he cuidado desde que tu padre murió! —grita escandalizada, asimismo, se abraza melodramáticamente a mi rubio —¡Tienes que ayudarme! ¡Tú eres perfecto para este trabajo! Es lo que tu difunto padre querría. —pocas lágrimas resbalan de sus ojos, siempre tan buena actriz.

—Oba chan. —llama Naruto seriamente. Respira hondo, después, aleja a su abuelo por los hombros. —Mi padre no está muerto, se fue a Inglaterra a atender unos negocios este año —suspiro al ver como la mujer maldice y nos da la espalda.

—Plan B —los tres presentes escuchamos a la perfección eso, por lo que una gotita resbala por nuestra sien—. ¡Naru estoy en la ruina, gasté todo! Mi dinero se fue en la mansión que compré para este negocio —nuevamente se cuelga de su cuello— ¡Tienes que ayudarme!

—Yo si acepto. —Inmediatamente volteamos hasta donde esta mi aniki, ya que de él salieron esas palabras. ¿Escuche bien lo que dijo? No sólo yo me lo cuestiono pues la rubia le mira incrédula. …l se encoje de hombros agregando—: Estoy seguro de que va a ser muy divertido, además, necesito trabajo y un lugar en donde vivir —sonríe pervertidamente. La mujer salta de emoción, pronto, nos mira esperanzada.

—Yo no acepto —me apresuro a decir de manera tajante. Pese a todo el teatrito de antes, mi amigo parece considerarlo por culpa de mi estúpido hermano, el cual, camina posicionándose a su lado.

—Zorrito, acepta, ya verás que nos la vamos a pasar muy bien —intenta convencer, pero conociéndolo si yo digo que no, él no me dejará solo, justo ahora me mira.

—Muchas gracias pero no, mejor me quedo con Sasuke —sonríe tristemente, la abuela insiste.

—¡Pero Naru! ¡Te quiero conmigo en este trabajo! —nuevamente los ojitos azules se fijan en mí, yo hago como que no le prestó atención. Me pongo a terminar de cocinar.

—Tsunade-sama, ¿por qué no deja que lo piense? —sugiere mi aniki.

—Está bien, sirve que arreglo todo el papeleo, entonces, mañana vendré por Itachi y para ver si Naru cambia de opinión —lo abraza, se gira hacia mí— Sasuke si tamb… —antes de que termine la interrumpo.

—No, gracias yo ya dije que no, no tengo que pensarlo —ella niega con la cabeza, se despide, enseguida, sale de la cocina junto a mi hermano que la acompaña a la puerta.

No digo ni una sola palabra, sigo en lo mío, a pesar de que no lo demuestro estoy un poco nervioso. Naruto debe estar pensando en la maldita propuesta ¿Cómo lo sé? Simple, sus en mi cabeza se repiten sus exactas palabras: “Ne Sasuke ¿No te gustaría conocer gente de todo el mundo? Oye ¿Cómo crees que duerman en España? Dicen que la comida Italiana es muy buena” …l es demasiado curioso, quiere saber muchas cosas, lo cual, en estos momentos no es nada bueno.

—Sasuke. —Me llama —Con excepción de las fotos de desnudos, creo que el trabajo no está tan mal —rápidamente se sienta en la barra donde yo estoy preparando todo. Al no obtener ningún comentario de mi parte, pregunta—: ¿Por qué no quieres aceptar el trabajo?

—Porque no dobe —contesto sin preámbulos.

—Eso no es una razón, debe de haber una razón —comenta despreocupadamente balanceando los pies. Esto se pone peor, si él me lo pide hoy mismo hago las maletas para mudarnos a la mansión esa. Sin detener su acción, se inclina un poco en dirección de mi rostro — ¿Teme, por qué no quieres aceptar? —indaga. Ante el acercamiento yo me doy la vuelta para colocar las cosas en la estufa, en un claro intento de huir.

Debo pensar en algo, no puedo decirle que no quiero aceptar porque no pienso soportar que otras personas tengan fotos suyas, que se enamoren perdidamente de él como yo lo estoy o que alguien lo aleje de mi lado.

—Porque no pienso convivir con otras personas, sabes que no soy muy sociable dobe. —recurro a la excusa más patética— Aunque, si tú quieres puedes aceptar, no tienes que quedarte conmigo, usuratonkachi.

—¿Me estás corriendo Sasuke baka! —dice con falso enojo— No pienso irme y dejarte todo amargado aquí. ¡Imagínate! No podrías vivir sin mí teme —suelta una risita sin saber lo ciertas que son sus palabras.

La cena pasó tranquila con los relatos de mi aniki sobre lo que hizo en la ciudad de Kyoto. Realmente ni siquiera prestaba atención, estaba más concentrado pensando en lo de la propuesta de la vieja Tsunade. Vieja, uno se imagina a una anciana pero no tengo ni la menor idea de cómo haga para conservarse joven, en fin, no quiero que mi kitsune acepte ir porque entonces yo también iría, no se lo voy a dejar a mi hermano. Como dije antes es un pervertido. Tal vez yo también lo soy, no obstante, no lo demuestro tanto, además, yo sólo lo soy con Naruto mientras que Itachi con cualquier cosa que se le ponga enfrente. Por eso es que quiere ese trabajo, es decir, va a ver a muchos hombres desnudos por ahí.

—Claro que no me molesta Itachi —habla mi pequeño haciendo que mi atención vuelva. Miro a ambos, maldición, han hecho planes cuando yo estaba perdido en mi mente.

—Que bueno zorrito, pero de verdad puedo dormir en el suelo —afirma.

—No, eres el invitado, así que dormirás en mi cama —poco a poco voy agarrando el hilo de la conversación.

—¿Qué tal si compartimos la cama? —Propone quitado de la pena, ahora entiendo a lo que va este idiota.

—Itachi Uchiha. —le llamo involucrándome de lleno y tronándome los dedo— Dormirás en mi cuarto. —le hago saber sin siquiera dejarle derecho a réplica. Obviamente él no se da por vencido.

—Ototo, no es necesario, el zorrito ya me dejo dormir con él —sonríe cínicamente, sabe que esto me molesta, es por eso que lo hace.

—No, debes venir muy cansado como para compartir la cama con el dobe, él se mueve toda la noche —mi niño hace un puchero, entonces, me da un ligero coscorrón. Indignado se levanta llevando su plato a la cocina.

—¿Por qué no simplemente dices que no me lo quieres prestar un ratito? —comenta mi hermano resoplando cansado.

—Itachi, no hables de él como si fuera un juguete —le advierto molesto.

—Tranquilo, sabes que no lo veo así, es solo que si no te le declaras alguien más lo hará y entonces ahora si puedes darlo por perdido, dime ¿es por eso que no quieres aceptar el trabajo? —Cuestiona. Eso es lo malo de que hayamos crecido juntos, pues me conoce perfectamente.

—No es de tu incumbencia —me pongo en pie dispuesto a irme, no obstante, él me imita dirigiéndose a mi persona.

—No es justo que el zorrito no vaya sólo porque tú no lo dejas, sabes que si por él fuera andaría de un lado a otro y que no lo hace por estar contigo —me mira fijamente, continúa—: Que tus celos no le quiten la oportunidad de realizar sus sueños —termina de sermonearme y se retira.

Me dejo caer pesadamente sobre la silla, detesto cuando tiene razón. Siempre lo celo, le he arruinado varias amistades sin que él se dé cuenta y todo porque a veces acaparan su atención. Solamente he pensando en mí, no en lo que él quiere, además, únicamente somos amigos, que yo lo trate como algo más no quiere decir que lo seamos.

Notas finales: Rina: Ah —suspira—.

Rini: No digas nada, por el contrario yo, les prometo lectores y lectoras que muy pronto sacaré las fichas para quienes quieran golpear a Rina.

Sasuke: Yo seré el primero —cruzándose de brazos y mirando mal a la chica.

Rina: Que malos T_T

Naruto: Pobre Rina déjenla en paz, que sea irresponsable y descuidada no es su culpa n_n

Rina: Naru, mejor no me ayudes u_u Bueno, no tengo mucho tiempo así que sólo me disculpo por lo del fic, espero que les siga gustando y pues ya casi tengo la actualización, hablando del cap en el que se quedó XD. Nos vemos luego y como siempre es un placer.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).