La brisa marina le daba en la cara mientras se fumaba un cigarrillo. Lo del día anterior nadie se lo esperaba.
Estubo durante mucho tiempo dandole vueltas al tema y la preocupación aumentaba cada minuto que pasaba sentado sobre la cubierta del barco, ¿qué pensaba ahora el marimo? ¿Habria malinterpretado aquello?
Se acarició su rubio cabello mientras respiraba profundamente varias veces, ahora mismo todos se encontraban en la cocina, riendo y hablando tranquilamente, todos, menos él.
Había salido fuera con la excusa de que queria tomar el aire pero la verdad es que no podía seguir aguantando que el peliverde lo mirase de esa forma, era una mirada que no sabía descifrar y que lo estaba volviendo loco.
********** Flash Back **********
Se sorprendió a si mismo espiando al peliverde mientras realizaba su habitual entrenamiento. Siempre le había fasciando la fuerza de Zoro, sus musculosos brazos, y le divertia ver como las pequeñas gotas de sudor que aparecian en su espalda salpicaban en el suelo, pero ahora no podía dejar que las chicas lo viesen en ese "trance" en el que se quedaba cuando miraba al espadachin.
Habría sido vergonzoso para él.
-¡¡¡Sanji!!!- Lo llamó luffy.
-¿Qué quieres ahora?- El joven capitán ya había comido hacía apenas media hora, era casi imposible que tubiera hambre. Aunque del capitán se podia esperar cualquier cosa...
-Una mujer pregunta por tí, y dice que es muy importante- Le informó el moreno.
A Sanji se le pusieron los ojos de corazoncitos y fué bailando hasta que bajó del barco. Cuando se encontró en tierra miró a todos lados.
Habían hechado el ancla en la isla mas pequeña que se habían encontrado hasta la fecha y solo habían bajado dos veces, la primera a hacer una ronda de reconocimiento y la segunda habían ido a un pequeño pueblo a comprar comida.
Pero en el pueblo no habían parado a hablar con nadie porque Nami estaba de muy mal humor ya que consideraba una estafa el precio que le habían cobrado por las provisiones.
El rubio estaba empezando a pensar que todo había sido una mentira de Luffy para poder entrar a escondidas a la cocina mientras él no estaba a bordo, pero una voz femenina lo llamó a su espalda.
-¿Sanji, eres tú?- La voz sonaba tímida y a la vez un poco emocionada.
Al rubio casi le da un infarto al reconoer aquella voz, desde que se fué con la banda de sombrero de paja había soñado volver a escucharla.
-¿¡Carol!?
Todo ocurrió muy deprisa.
El cocinero se giró de golpe y la muchacha se le abrazó al cuello mientras reía alegremente y decía " Te he encontrado, te prometí que te encontraría jejejeje"
Sanji abrazó fuertemente a la chica mientras una sonrisa se formaba en su cara, ese era uno de los mejores días de su vida.
Se separaron y el rubio cogió la cara de la chica con sus manos, mirandola fijamente a aquellos ojos verdes que tanto le gustaban.
-Dios Carol, te he hechado muchisimo de menos,¿cuánto hace que no nos vemos?¿Dos años?¿Tres?- El rubio estaba tan emocionado mirando a la chica que no se había dado cuenta que por el barco asomaban seis curiosas cabezas.
-Solo uno cejas rizadas jejeje- La chica sonreia muy divertida por la cara de confusión de Sanji.
-¿Uno? Pues se me ha hecho eterno.- Y dicho esto volvió a abrazar a su amiga.
********** Fin del Flash Back **********
Después de media hora fuera decidió entrar, no queria que Carol fuese a vuscarlo. Seguramente se lo estaría pasando genial con sus nakamas y con su loco capitán.
Cada paso que daba hacia la cocina podía oir mejor las voces. Carol les hablaba de todo lo que había pasado para encontrar a Sanji.
Cuando habrió la puerta encontro a su amiga tocandose el pelo, como siempre hacía cuando estaba contando algo que requeria concentración.
Sanji se fijo que se había dejado el pelo más largo y por ello se le notaban mucho mas los rizos con los que tantas veces había jugueteado.
Su pelo era castaño claro y muy suabe, Carol era de estatura baja y por eso siempre llebaba tacon, le gustaba ponerse vestidos aunque muchas veces llebaba pantalón. Estaba recordando esto cuando notó una mirada sobre él.
Levanto la vista y no encontro a nadie que lo obserbara, aunque habría jurado que Zoro se había sonrrojado un poco.
¿Qué pensaria el peliverde de su amiga? Ojalá pudiera hablar con Zoro todo lo que sentia, pero con el marimo, por mucho que lo deseara, no podría hablar de ello.
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