¿Y todo por…?
By SakuraChan
Corrían dos personas por entre el bosque. Ambos llevaban el cabello largo, se notaba, por su figura, que eran hombres, con un cuerpo muy esculpido, pero uno era más delgado que el otro. La noche, silenciosa y oscura, cómplice de la fuga de esos hombres. Unos gritos se oían, rasgando el silencio del bosque y atemorizando a los animales que vagabundeaban en busca de refugio.
- ¡Deténganse!- gritaba una voz.
- ¡Sufrirán si no lo hacen!-gritó otra voz.
Uno de los dos hombres que corrían, tomo la mano del otro y sonrió al otro alentándolo. El otro sonrió y dio un suave apretón, y aumentó la velocidad de sus piernas, hasta que ya no se notaban.
El viento se cortaba con cada avanzada de ambos. Los hombres que los perseguían quedaban atrás, más no los dejaban de perseguir. Pronto se sumarían ellos, los más poderosos de los 88 caballeros: los dorados. ¿Temían ellos? Del poder de ellos no, más si le temían al enfrentamiento, sería un derrame de sangre innecesario. Sin contar que a uno de ellos le molestaba mucho el batallar, aunque si era obligado a pelear era muy fiero…y eso, su acompañante lo sabía muy bien, no en vano llevaban 8 años siendo pareja.
Disminuyó su cosmos yle indicó a su pareja que hiciera lo mismo, este no demoró en hacerlo y siguieron corriendo, hasta que él lo empujó contra una formación rocosa. A simple vista parecía una pared de piedra con una hendidura por la cual no cabría nada. Pero ahí estaban ellos, apretados, juntos a más no poder.
- Esto es muy excitante…te tengo tan pegado a mi…- susurró uno de ellos.
- No digas eso, Shaka, me avergüenzas- susurró el otro tratando de llevarse sus manos a su rostro, sin éxito, quedando una a medio camino entre ambos.
Shaka acercó sus labios a los de su pelilila novio y los besó suavemente , degustando la boca de su amor. Mu soltó un suspiro en cuanto el rubio dejó sus labios.
- Sabes que Shion nos hará arrepentirnos de lo que hicimos…- dijo en cuanto bajo de la nube en la que se había ido flotando cuando su novio lo besó.
- No me importa, estar contigo así lo vale- dijo el rubio mirándolo con amor.
El rubio se movió suavemente y logró soltar sus manos, dejándolas a sus costados. Con dificultad logró apresar la cintura de su amado y lo pegó más a él.
- ¿Quieres dormir hoy afuera?- susurró en el oído del lemuriano.
- Suena muy tentador…pero aquí no hay espacio y si salimos nos encontraran…siento los cosmos de nuestros camaradas movilizándose de las doce casas…
EL rubio rompió con un puñetazo la piedra que se encontraba tras Mu y este hizo lo mismo.
Poco a poco la ranura fue transformándose en una cueva. Si bien, no era grande, si era suficiente para poder acostarse dentro. Shaka acostó suavemente al guardián de Aries en el piso y fue colocándose sobre él.
- ¿Me das tu permiso?- susurró suavemente, antes de besar sus labios y recorrer su boca dulcemente.
- Si me besas así, no puedo negarte nada…ni siquiera el cielo- con amor, busco los labios del rubio y los beso con dulzura ofreciéndole su boca para que este la recorriera a gusto.
Comenzaron a besarse suavemente, mientras se desprendían de sus ropas. Pronto iniciaron ese viejo ritual de amor tan conocido por ellos.
Al llegar el alba, ellos aún continuaban amándose, Shaka derramo por quinta vez su esencia dentro de Mu y este entre sus vientres.
- ¿Crees que ya se habrá calmado Shion?- susurró el pelimorado cuando sus respiraciones ya se habrían calmado.
- Solo si en el remoto caso de que Dohko se hubiera arrepentido de viajar a China a visitar a Sunrei, ya sabes como se pone Shion cada que va a verla….
- Creo que no fue buena idea hacer eso…tengo…¡Shaka, ya se acercan!- Mu se levantó rápidamente y comenzó a vestirse seguido del rubio.
Cuando terminaron de vestirse, se tomaron las manos y esperaron a que ellos llegaran.
Los dorados pasaron a tropel, pero Death Mask los encontró.
- ¡Aquí están el par de pillos!- gritó y sus compañeros se acercaron corriendo hacia ellos.
- Los tenemos cercados, ríndanse por las buenas- dijo Milo.
- Milo, no te metas…- lo regañó Camus.
- Ya, salgan de una…- iba diciendo Saga, cuando Shaka y Mu salieron de su escondite, ambos tomados de la mano, serenos.
- Vamos de una vez con el patriarca- dijo Shaka- que esto se termine pronto.
Largo y tortuoso se hizo el camino de regreso a las doce casas. Cada casa que subían, era un peso en sus almas. Ya no solo Mu se arrepentía, Shaka también lo hacía.
Al llegar al salón del patriarca, este se hallaba con el casco puesto. Su tono de voz fue frío como el cosmos de Camus.
- Déjenme solo con ellos- ordenó.
Los dorados obedecieron, dejando a los culpables al encuentro con su merecido.
- ¡¿En qué estaban pensando?! No, espera, ustedes NO estaban pensando- dijo molesto paseándose por el salón, frente a los dos caballeros, que, arrodillados, se mantenían en silencio- La próxima vez que quieran escapar del Santuario para irse de farra espero que pidan las cosas…¿Entendieron? ¡Pidan! Las cosas….
Shion se fue a sentar en su trono y los miró seriamente. Mu parecía un niño pequeño, asido de la mano de Shaka fuertemente, esperando un castigo. Shaka parecía un ángel, el ángel que protegía al niño pequeño. Suspiró, dejando de lado su enfado. No podía enfadarse viendo el amor tan grande que se tenían.
- Díganme….¿Quién les proporcionó el laxante que vaciaron en mi comida que me dejó en ridículo en la ceremonia de boda de Aphrodite con Death Mask?- susurró fastidiado de recordar tan vergonzosa escena.
- Nadie….lo cree yo- susurró Mu con voz trémula.
- Mu…estás castigado, no saldrás de tu templo en una semana….Shaka, lo mismo va para ti…
- Pero maestro, Shaka no podría…
- No Mu. No se podrán ver durante esta semana. Mediten su comportamiento y la próxima vez que pille laxante en alguno de sus templos, se los haré comer a ustedes y haré una reunión, ¿Me oyeron?
- Si maestro-
- Si, gran patriarca.
Ambos se fueron a sus templos. Aries y Virgo. A pasar, la que sería, la semana más larga de su vida. Todo….por un laxante.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español