Déjame quedarme en ti...
-S-Seto…
No reprimas el deseo; eres tan mío como yo soy tuyo...
-Eres hermoso...
Desde la primera vez que existimos en este mundo nuestros destinos estaban sellados, es irónico que yo hable del destino pues cuando tu hablabas de eso a mi me parecía una tontería salida de cuantos de hadas pero desde que llenaste mi vida con tu calor podría creer en eso y en muchas cosas mas...
solo por ti...
Aquel día era como cualquier otro, el estaba trabajando en su oficina creando un nuevo sistema de juego de cartas, su vida estaba tranquila sin demasiada turbulencia, su pequeño hermano Mokuba, ya era un estudiante de secundaria, el primero de su clase, Kaiba Corp seguía a la vanguardia con toda su tecnología que cada vez llamaba mas la atención de los duelistas.
Su vida personal, no era mas de ,lo que las parejas normales pudieran tener, salían de vez en cuando charlaban y para ambos la intimidad no estaba del todo mal.
De pronto llamaron a su oficina, era una invitación para una fiesta de caridad, asistirían los mas grandes empresarios y figuras publicas, odiaba tener que ir, pero era parte de su trabajo así que iría.
Esa noche la cosa no estaba tan aburrida, el y su novio salieron del salón hacia el jardín trasero donde estuvieron platicando por unos instantes hasta que un chico de cabellos tricolor peinados en picos, bajito y de ojos amatista se acerco alegremente junto con otro igual a el solo que un poco mas alto y serio.
-HOLA!!! JOEY!!! KAIBA!!!! - dijo el pequeño caminado algo rápido para llegar hacia donde estaba su amigo.
-Que hay Yugi? Hace mucho que no te veo - dijo Joey estrechando la mano del tricolor
-Si, ya mas de dos años jejeje, ya veo que tu y Kaiba siguen juntos, que tal? no te maltrata mucho?- pregunto burlonamente
-Yugi!!! No digas eso - respondió con un sonrojo- ven vamos a platicar a otro lado, disculpa Seto - se llevo al pequeño jalándolo de la chaqueta
Kaiba solo se limito a ver a ese dúo que en un pasado le parecía un dueto de idiotas, por lo general le hubiera molestado que alguien le quitara la atención de su cachorro, sin embargo ahora estaba mas controlado pues el entendía que solo eran amigos. De un momento a otro se dio cuenta de la presencia del igual de Yugi, estaba serio, mirando a la nada con esa forma tan elegante y distintiva digna de un príncipe, no, no de un príncipe, de todo un rey, era curioso, nunca antes se había detenido a observar con detenimiento a Yami, cierto que era igual a Yugi sin embargo era diferente, su cuerpo emanaba un aire distinto que el pequeño, su presencia simplemente era mucho mas llamativa, su elegancia y su porte, simplemente lo admiraba como si fuera la obra de arte mas hermosa jamás creada por los hombres, o en este caso por los dioses, después de todo el era un hijo de los dioses. Un dios en la Tierra.
- Que sucede Kaiba?- fue sacado de su letargo por la armoniosa voz de su némesis
- Pensé que estarías muy ocupado como para venir a un evento tan aburrido como este- le respondió sin expresión en sus palabras, propio de el.
- Yugi quiso venir a Japón no podía negarme, después de la forma en que me lo pidió- dijo sonriendo un poco, recordando esa cara de conejito de peluche que le puso cuando intento convencerlo.
- A si que tu y ese enano son pareja?- pregunto con curiosidad, mas bien con un poco de coraje, no sabia por que pero eso fue lo que sintió al preguntar
- No, claro que no, el y yo somos como hermanos, no creo que pudiera haber algo mas entre mi aibou y yo - declaro cruzando los brazos sobre su pecho y girando un poco hacia Kaiba.
-Ya veo- dijo el CEO sintiendo alivio por dentro
- Parece que la vida te pinta bien con Joey cierto?- pregunto sin mirarlo
-Si, las cosas van bien entre el y yo- se le hizo increíble tener una platica tan tranquila con esa persona, en el pasado ellos simplemente peleaban y gritaban, pero desde que el CEO se había retirado de los duelos y Yami y Yugi se habían ido a Estados Unidos las cosas le parecían mas tranquilas, no sabia por que su reencuentro después de dos años le parecía tan extraño, seguía siendo el, sin embargo no podía evitar observarlo de esa manera, le parecía tan delicado y hermoso, pero a la vez fuerte y perturbante, no dejaba de admirar su figura, su cuerpo simplemente lo estaba incitando demasiado, observaba su rostro y el movimiento de sus labios al hablar, sentía nostalgia y un deseo muy grande por el antiguo faraón. - Cuanto tiempo piensan quedarse?-
- No lo se, tal vez un par de meses, después de todo ahora salimos de vacaciones de la Universidad y Yugi ha estado extrañando mucho a su madre y a su abuelo (N/A: Si, Yugi tiene mamá).
- Comprendo - se formo silencio, solo se escuchaban los murmuras de las personas y en la lejanía el sonido de la música instrumental ejecutada por los músicos, de pronto escucho un sonido diferente, la voz del rubio que lo llamaba.
- Seto, disculpa, jeje, es que después de dos años teníamos mucho que hablar Yugi y yo- dijo agarrándolo del brazo pegándose a el, gesto que al antiguo faraón pareció no agradarle mucho pues hizo un gesto de disgusto.
- Yugi, es hora de irnos, ya es tarde- dijo dando unos cuantos pasos hacia la entrada al salón principal agarrando de la muñeca a Yugi.
- Si, esta bien, hasta luego Joey, adiós Kaiba- dijo con su sonrisa de siempre sin darse cuenta del malestar de su "hermano"
- Nos veremos luego- dijo moviendo la mano en forma de despedida - no te parece genial que los hallamos visto después de tanto tiempo? Jeje me dio algo de nostalgia, recordé viejos tiempos- dijo mirando con un brillo de alegría a su pareja
- Me da gusto que estés feliz - dijo devolviendo la mirada a su cachorro.
- Te quiero Seto- dijo abrazándose al CEO
-Que gusto que hallamos venido, es genial que podamos ver de nuevo a nuestros amigos no lo crees Yami?- sonrió tiernamente el pequeño Yugi, haciendo que su contraparte también sonriera un poco
-Si, es genial- después de decir esto viro hacia en frente, reflejando tristeza en sus ojos, creyó estar listo para volver, creía que ese sentimiento se había borrado por completo, comprendía que Kaiba era pareja de Joey y que debía respetar eso, pero mucho antes que ellos comenzaran su relación se había dado cuenta que el lo amaba, mas que a nadie en el mundo, al principio creyó que solo eran los vestigios de su antiguo amor por su sacerdote, Seth, sin embargo se dio cuenta que era un sentimiento totalmente nuevo, no eran las sobras de su antiguo amor, era una nueva llama encendiéndose en el, pero cuando por fin lo tuvo claro fue muy tarde pues fue cuando Joey les conto que él y Kaiba al fin eran novios, esa noticia le había caído como balde de agua fría, ese día solo había fingido felicidad y se fue del lugar con el pretexto de que tenía algo importante que hacer.
Total falsedad pues lo único que hizo fue perderse entre los arbustos en un rincón abandonado de un parque de Domino y lloro amarga y desconsoladamente. Por eso cuando les llego a el y a Yugi una invitación para estudiar en una Universidad en América, no lo pensó dos veces, convenció a Yugi sin mucho esfuerzo y se fue pensando que la lejanía lo haría olvidar.
Pero ahora comprendía que su amor por el era mas fuerte que en aquel entonces; no lo negaba, apreciaba mucho a Joey porque era su amigo pero no podía evitar sentir celos. Por eso antes de ver alguna escena incomoda para el decidió irse para no arriesgarse a que su ya de por si, confundido y maltratado corazón, fuera lastimado una vez mas al ver una escena romántica por parte de aquella pareja que envidiaba tanto.
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