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Entre los recuerdos de mi corazón por Mitsuhiro

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Como me gustaría que nada de esto hubiera pasado, que el amor que siento por ti ahora, hubiera desaparecido como aquella misma mañana en la que tu me diste tan terrible noticia.

-"¡Ken-kun!, ¡Ken-kun!"- Me gritabas como el hermoso niño que eres, tu voz se escuchaba entusiasmada. Yo solo volteo ante tu llamado mientras tengo entre mis manos unas hermosas Fresias; ah, aquellas flores que te representan no lograran nunca describir tan hermoso cuerpo tuyo.

-"¿Qué es lo que pasa Omi?"- Te pregunto sin vacilar, mientras colocaba las Fresias con las demás flores, tu no dudaste ningún momento en decirme aquella tan terrible noticia, mientras cerrabas la tienda.

-"Conseguí la beca de estudios de la que te estaba hablando..."- Desee que tu respuesta no fuese lo que yo estaba pensando, pero me equivoque, en ese momento no tuviste compasión por mí para parar –"Dentro de tres meses me iré a estudiar a Nagasaki, ¿no es genial Ken-kun?; todo esto no lo pude haber logrado sin tu ayuda."- Tu volteaste a verme pero yo me encontraba mas que destrozado ante tu gran entusiasmo por irte, ahora no existía un grupo Weib que te detuviera en tu decisión, ese grupo ya no existía desde hace dos años.

Omi.-

-"¿Ken-kun?, ¿qué es lo que te pasa?"- Te pregunte casi al instante en que voltee al no recibir respuesta alguna tuya... Ken-kun ¿qué es lo que pasa?, me pregunto mientras observaba tu cuerpo que me daba la espalda, pero tu solo dijiste con tu voz un poco alegre.

-"Me alegro por ti Omi, sabia que podías lograrlo ya que eres todo un genio."- Tu voz en realidad no se escuchaba alegre, mas bien se escuchaba como si quisieras llorar de nuevo... de nuevo como tantas veces que te escuchaba sollozar solo en tu habitación...
Me acerco a ti, tan solo estoy a un pequeño esfuerzo por colocar mi mano en tu hombro, cuando escucho tu voz y tu respiración quebrarse.

-"¿Te iras de aquí?"- Esa fue tu pregunta, mientras disimulabas acomodar las plantas que se encontraban frente a ti, mientras aun a mi seguías dándome la espalda.


Ken.-

Esperaba alguna señal tuya, pero tu solo te mantuviste en silencio; como deseaba en esos momentos voltearme y tomarte entre mis brazos, no dejarte ir, estar así por la eternidad.

-"¿Quieres que me vaya de aquí?"- Tu pregunta me sorprendió, todo de ti me sorprendió, nunca pense que yo fuese tan importante para ti Omi.
Nunca lo pense y es por ello que no puedo responderte.






Omi.-

Espero tu respuesta con ansía, ¿por qué tardas tanto Ken-kun?, por favor di que quieres que me quede aquí, dime que quieres que me quede a tu lado para siempre.

-"Yo... yo deseo que tu seas feliz, por ello creo que será mejor que vayas a realizar tu sueño."- No, ¿por qué dices eso?, yo pense que realmente te importaba, yo pense que si te daba a decidir me dirías que me quedase, pero no, en lugar de dejarme hablar seguiste con tu cruel castigo.

-"Tu te esforzaste demasiado tratando de conseguirla, así que tú eres el que tiene que decidir, no yo... ya que seria muy injusto cortarte tan hermosas ilusiones."- Sin poder controlarlo lagrimas salieron de mis ojos ante tu cruel respuesta, yo seguía ahí parado observándote, mientras yo a cada momento sufría más.

Ken.-

No se por que te dije eso, en lugar de decirte que no te fueras de mi lado, es por ello que me volteo para darte una disculpa, pero me encuentro con que estas llorando, ¿esas lagrimas son por mi?
Pero es demasiado tarde tu has salido de la florería, ahora me encuentro solo en ella, esas lagrimas fueron un dolor inmenso para mi.
La florería se encontraba casi sin luz a pesar de que aun era de mañana, aquella florería permanecía sola, solo el maullar de un pequeño gatito era lo que se escuchaba.
Arriba en la segunda planta de la florería vivero, en una habitación se escuchaban unos llantos, eran los de un joven rubio que sollozaba en su cama.

- ¿Por qué me dijiste eso Ken-kun?, ¿acaso no te has dado cuenta de lo que siento por ti?- Se pregunto el jovencito de cabellos de color miel, entre sollozos, imágenes de Ken pasaban por su mente.
- Omi... – Se escucho una voz intimidada por irrumpir en la poca iluminada habitación, inmediatamente el jovencito dejo de llorar para preguntar:
¿Qué es se te ofrece Ken-kun?- Pregunto con la voz aun entre cortada por el llanto.

Ken.-

Maldición, soy un estúpido por hacerte llorar, tus palabras las tengo muy presentes en mis pensamientos, no logro entender por que aun quieres hablarme.

-"Quisiera hablar contigo sobre lo que paso en la florería, yo no... – Tu me interrumpes con una voz un poco molesta, creo que te he ofendido y lo se mi hermoso niño.

Omi.-

Me gustaría estar solo, no tengo el valor suficiente para verlo y mucho menos hablar con el, pero no quiero que se baya, ¿por qué me dejo ir tan fácilmente?, ¿Que estoy diciendo?, sabia que entre Ken-kun y yo nada podría pasar y nada pasara, no comprendo por que aun me hago ilusiones con el, aun cuando me dijo que me marchase.

-"¿Hablar conmigo?, creo que lo que hablamos allá abajo fue demasiado claro, ¿no lo crees?"- Estoy molesto, molesto por que no te importo, sabia muy bien que solo te preocupabas por mi, por le bien de las misiones.

Ken.-

Me acerco mas a ti, adentrándome de ese modo a tu cama, te encuentras sentado en ella, supongo que estas molesto por mi respuesta pero... ah, ese dulce olor que siempre te ha caracterizado, acaricio tu cabeza mientras te doy mis justificaciones.

-"Lo que en realidad quise decir Omi, fue que no quiero que te bayas de aquí, no quiero que te bayas y me dejes solo... Omi tu... – Tomo tu rostro y lo levanto con un poco de fuerza y te obligo a mirarme, tu mirada es de sorpresa y dolor, tratas de controlar todo eso para decirme:

-"Ken-kun, ¡¿sabes que te di a decidir?!, ¡¿sabes por que estoy llorando?!, ¡Ken-kun yo te amo desde que éramos miembros de Weib!... yo..."- Mientras me decías todo esto tus ojos comenzaron a derramar lagrimas, yo me sentí feliz por escucharte decir que me amabas, ya no quise escuchar mas de ti y sin mas remedio deposite un tierno beso en tus labios.

Omi.-

Trato de alejarme de ti golpeándote pero mi puño se convierte en una suave mano que caricia tu rostro, mientras me dejo llevar por ti.
Las caricias por parte de los dos se hicieron presentes, pero tus caricias son desesperadas, es como si no quisieras dejarme ir, eso hace que me sienta incomodo, me estas haciendo daño.

-"Ken-kun detente, Ken-kun detente... - Te digo, pero tu me no me escuchas, sigues haciéndote mas pesado contra mi, trato de empujarte peor no puedo.

-"¡Dente Ken-kun!, ¡para!, ¡para!"- Mis gritos te hicieron parar; ahora solamente me mirabas sorprendido, mientras yo tomaba aire.

La habitación quedo en silencio, solo la respiración agitada de Omi era presente, Ken solo se encontraba estático encima de Omi. Solo observaba a aquel rubio de ojos azules; en aquellos ojos tan tiernos se encontraba reflejado temor, temor por segunda vez había visto Ken en los ojos de su amado.

Ken.-

Tu te encuentras asustado... oh soy un maldito estúpido, creo que fui demasiado rápido para ti, tu mirada me lo indica, no debí hacerlo.

-"Omi... perdóname yo no quise..."- Tu no me dejaste seguir, colocaste tu delicada mano sobre mis labios para callarme mientras dices levemente:

-"No digas mas..."- Depositas un tierno beso en mis labios, para después obligarme a levantarme, ahora te encuentras sentado como un muñeco mirando fijamente la poca luz que entraba por la ventana; yo me levanto sin vacilar, me dirigí a la puerta, voltee a mirarte por ultima vez y después cerré la puerta.

Fuera de ahí me sentí la persona más estúpida e infeliz del mundo, ya no sabia que te estaba haciendo daño, un daño que no podrá ser irreversible.
Ken caminaba lentamente hacia su habitación, pero es detenido por la presencia del pelirrojo Aya.
Ken solo lo observa y trata de seguir su camino, cuando una fuerte mano toma su brazo.

-¿Te encuentras bien Ken?- La pregunta sorprendió al hombre mas joven, que rápidamente sin dudarlo le dijo:

-...si... me encuentro bien, gracias por preguntar Aya... – ken toma la mano de Aya, para así soltarse, pero el pelirrojo se acerco a su oído.

- Sabes que mientes... mientes al igual que todos nosotros... y le mientes a tu corazón y el ya no soporta mas... – Aya había susurrado todo esto en el oído de Ken, sin poder impedirlo lagrimas comenzaron a salir de sus ojos, se aferro al pelirrojo, mientras el le daba consuelo a su pobre corazón.
Aya solo guardaba silencio, mientras su compañero seguía llorando en el; una pequeña puerta se abrió casi a dos metros del de el; una figura joven salió de ella y al voltear hacia la dirección donde aquellas dos figuras se encontraban, su corazón se hizo trizas.

-Ken-kun... – Fue solo un susurro, mientras observaba como la persona a quien amaba lloraba en el pecho del que alguna vez fue su compañero de misiones en Weib y a quien había considerado como un hermano; no tuvo mas remedio que pasar por aquellas dos figuras, sentía que su corazón a cada momento que pasaba se desmoronaba.
No podía alejar de su mente las imágenes de Ken y Aya abrazados, no podia alejarlas por mas que lo intentase, mientras el se encontraba en el vivero sentado entre unos lirios, se encontraba mas que deshecho, se sentía como un objeto que solo fue utilizado para la propia burla de Ken.

- No... ¿por qué?... ¿por qué jugaste así Ken-kun?- Estaba sentado, tomándose las rodillas para poder llorar, todo el vivero lloraba con el.
Se encontraba tan distraído, tan sumergido en su dolor que no logro escuchar como la puerta del vivero se abría lentamente y una figura entraba en ella.

Ken.-

No... no puede ser que el... las palabras de Aya pasaron por mi mente, esas palabras me marearon.

-"Mejor ve por el o si no lo perderás"- Debe de tener razón, es el único que ha convivido mas con Omi, es el único que lo conoce mas... pero ¿dónde estarás?, no encuentro señales de ti, al parecer no estas, de nuevo tengo la culpa de que te encuentres de esa manera.
Dirijo mi vista a todos lados, pero no logro verte, hasta que logro escuchar tus leves llantos, rápidamente me dirijo hacia los lirios y ahí te encuentro llorando como un pequeño niño, oh dios te ves tan hermoso aun en ese estado.
Me acerco a ti cuidadosamente y me arrodillo frente a ti mientras te llamo suavemente.

-"Omi..."- Tomo tus hermosas manos y las alejo de tus rodillas, para dirigirlas a mis labios y depositar un beso en cada una de ellas.

-"Omi..."- Te llamo de nuevo sin recibir respuestas alguna, trato de tocar tu mejilla, pasando mi mano por tu oreja, tu alejas mi mano tomándola entre tus pequeñas manos.

-"...no... no me toques..."- Escucho eso de ti, realmente me quede estático ante tus palabras, tu te encontrabas temblando, yo no tuve el valor de hablar.
Aun seguías en la misma posición y con un suave movimiento yo alejo mi mano soltándome de ese modo para yo ahora tener tu mano entrelazada con la mía.

-"Omi... ¿por qué...? "- "¡Aléjate!"- Tu grito me sorprende ¿por qué lo hiciste?, te alejas rápidamente de mi al punto que tu cuerpo choca con el hermoso rosal de Aya y las hermosas espinas se hunden rápidamente en la piel de tu cuerpo, tu no gritas ante tan aterradora escena, solo un ligero gemido escapo de tus labios, mientras tu rostro demostraba dolor entre cerrando tus ojos a causa de ello.

-" Omi... ¿ te encuentras bien?"- Me acerco a ti, pero tu me detienes colocando tu mano en mi pecho, estas lastimado, yo tomo tu mano y te acerco a mi, estas temblando a causa del dolor. No puedo controlarlo mas y te abrazo, tu tratas de alejarte de mi, yo te lo estoy impidiendo...

Omi.-

¿Por qué ahora no quiere dejarme ir?, ¿crees que soy un estúpido que te perdonara nada mas así?, forcejeó contigo pero el brazo me duele, no tiene caso pelear contigo, poco a poco me estas llevando fuera del vivero,,, las escaleras están próximas y no quiero subirlas, pero tu me tomas entre tus brazos, nunca pense que lo harías, yo encontrándome en tus brazos y recargando mi cabeza en tu pecho, cerca de tu corazón; me deja sin palabras quedándome en silencio mientras tu subes las escaleras.
Ken subió con Omi en brazos y lo llevo a su habitación, abrió cuidadosamente la puerta, suavemente lo coloco en la cama, el chico rubio se encontraba en silencio mientras que el joven moreno cerraba la puerta de tras de ellos con cuidado; se dirigió a su escritorio de donde debajo de este tomo un pequeño botiquín entre sus manos.
Tengo que curar esas heridas...- Con cuidado toma el brazo de Omi, pero el chico rubio lo alejo rápidamente; Ken comprendió rápidamente lo que quería decir Omi, así que le ofreció el algodón.

-Grac... gracias- Le respondió titubee ante en sus palabras, mientras tomaba con cuidado el algodón de la mano de Ken. Y con cuidado comenzó a desinfectar la herida, su mano temblorosa y su rostro demostraban el dolor al cual no estaba familiarizado desde hace dos años.

-¿Estas bien?- La mano de Ken se poso ligeramente en la pequeña y temblorosa mano de Omi, el jovencito levanto la vista y encontró a un rogante Ken que le pedía que le perdonase y le permitiera ayudarlo.

El pequeño rubio alejo su mano y con un suave movimiento entrego el algodón a Ken.

-¿Podrías ayudarme... Ken-kun?- La mirada del jovencito era tranquila cuando la mano de Ken comenzó a curarlo, poco a poco Ken comenzó a acercarse mas a Omi, ya había olvidado su tarea de curar la herida, ahora se dedicaba a besar el cuello de Omi, mientras que aquel chico disfrutaba a cada momento los besos y las caricias de Ken, con cuidado recostó a Omi en la cama, poco a poco sus manos la camisa de Omi, pero al pasarla por los brazos del rubio, el chico grito, las heridas aun le dolían.

-¿Te encuentras bien?- Le pregunto a su pequeño he inexperto amante, el chico rubio hizo una seña con la cabeza que se encontraba bien, aquel joven rubio comenzó a desabotonar la camisa de moreno amante, mientras lo besaba en los labios, mientras exploraba la boca de Ken, la pernsa encontró su camino al suelo por unos movimientos desesperados de Ken por tomar mas espacio en la cama.
Lo que la principio fueron suaves caricias y dulces besos, se convirtieron en movimientos desesperados y desbordantes besos.
Pronto los dos se encontraban desnudos, uno encima de otro, Omi se encontraba extasiado ante las caricias que Ken había empezado a hacer, unos suaves gemidos se comenzaron a hacer presentes por parte de el.

Omi.-

No puedo creer que esto este pasando, el de estar de esta manera con Ken... mmm.... sentir como explora mi piel mientras poco a poco me vuelvo uno con el.
El como mis manos acarician la espalda de Ken, mientras el besa mi pecho y poco a poco baja besando mi vientre, acaricia mi estomago delicadamente...
Conforme el tiempo pasaba, los gritos de Omi se incrementaban mientras Ken besaba uno de sus pezones y con su otra mano exploraba el pequeño cuerpo del joven florista.

Ken.-

Me gustaría estar de esta manera con el para siempre, el que esto nunca terminase pero... posiblemente nunca mas vuelva a tenerte de esta manera ya posiblemente te iras de mi lado, quiero que solamente seas mío pero...

-"¿Qué pasa Ken-kun?"- Me preguntas mientras alejabas unos cuantos mechones rebeldes de mi rostro, pero yo solo me mantenía en silencio mientras te observaba.
Pasas tus manos por mi cuello y me obligas a recostarme en tu pecho.

-"Omi... ¿aun así te iras de aquí?"- Me aventuro a preguntar mientras mi vista se posa en la ventana de la habitación, tu tardas en darme una respuesta.

-"... no... no me iré, tu eres mi razón de estar aquí"- Me abrazas delicadamente, mientras cierras tus ojos, estas sufriendo interiormente ¿es acaso culpabilidad?, ¿es por que no cumplirías tu promesa verdad?
Omi derramo una pequeña lagrima, mientras se aferraba mas a la piel de Ken, se acerco a su oído y susurro:

-¿Podrías continuar...?, quisiera ser tuyo, pertenecerte solo a ti por la eternidad"- Le dijo ahogadamente a un Ken un tanto sorprendido mientras acariciaba su espalda; el chico moreno sintió un pequeño escalofrío ante la pequeña caricia de Omi.

-"¿Estas seguro?, yo no quiero obligarte si acaso yo...- tan solo respondió ahogadamente mientras se levantaba hacia Omi, el pequeño niño lo hizo callar con un dulce beso y comenzó a acariciar al chico moreno, Ken comprendió lo que Omi trato de decirle y comenzó a hacerse uno con el dulce chico.
Los gritos de Omi se hicieron presentes en la habitación, cuando Ken comenzó a entrar en Omi el chico araño la espalda de Ken en un reflejo, mientras gemía plácidamente, Ken al sentir las uñas de Omi clavarse en su piel, se excito, colocando mas fuerza en el, los gritos se hicieron mas fuertes cuando Ken hizo un ultimo esfuerzo por adentrarse mas en el niño rubio.

Ken.-

Me siento tan culpable por hacerte esto, puedo escuchar tu corazón y respiración aceleradas, mientras yo descanso en tu pecho.
Estas acariciando mi cabello mientras yo no tengo el valor para verte.

Omi.-

Perdóname Ken-kun, pero no podré cumplir mi promesa, lo siento si te obligue a esto.
Unas lagrimas salen de mis ojos recorriendo mi mejilla, me siento culpable, lo siento, peor es la única manera que tengo para recordarte y decir libremente que solo te pertenezco a ti, solo a ti.
Tu mano se posa ligeramente en mi mejilla, secando de ese modo las lagrimas; no puedo evitarlo y comienzo a romper en llanto, rápidamente te haces a un lado para tomarme entre tus brazos y decirme:

-"No llores... por favor Omi, no llores..."- Me decías tranquilo mientras me abrazabas con mas fuerza, no comprendí él por que de tu preocupación, sabiendo que mentí en mi promesa.

Ken continuaba abrazando a un Omi que poco a poco se estaba desmoronando en sus brazos.
El chico mayor no sabia que decir; solo pensaba en como calmar a Omi, no quería escucharlo llorar por que sabia de algún modo que todo esto era su culpa; todo lo que había pasado en estos dos años sin el grupo de Weib había sido su culpa; el seguir escuchando al chico de ojos azules lo lastimaba seriamente.
Cuando sintió había sido vencido por el sueño, el comenzó a llorar silenciosamente, mientras que el pequeño Omi descansaba en su pecho.
Unas horas mas tarde, el sol se había ocultado para que una hermosa luna plateada apareciera e iluminara el vivero, el chico moreno despertó y noto que el pequeño rubio aun seguía durmiendo en su pecho, trato de levantarse pero el chico se acurruco mas en el impidiéndole de ese modo que se levantase.
Se quedo por un momento en la misma posición, e intento de nuevo levantarse, consiguiéndolo de ese modo, recogió su ropa y comenzó a vestirse, voltea por un momento mientras se acomoda la camisa y observa a Omi quien duerme, una leve sonrisa aparece en sus labios mientras continua contemplando el hermoso cuerpo del chico rubio.
Ken se acerco a la cama y coloco una sabana en el cuerpo desnudo de Omi, se inclino y beso los tiernos labios del niño rubio, para tan solo salir de la habitación.
Ken camino por el pasillo de las habitaciones, bajo las escaleras y dirigirse a la sala, donde se encontró con la imponente figura de Aya.

- Aya... - susurro débilmente mientras observaba los ojos amatista del chico pelirrojo, el cual se encontraba en la oscuridad de la habitación, el chico pelirrojo levanto la mirada al sentir una presencia en la habitación.

- Ken...- Dijo pasivamente mientras observaba al chico que se encontraba en la entrada del extenso comedor.- ¿Todo esta bien? – pregunto al ver el rostro de Ken, el cual contesto inmediatamente.

- Si... todo esta bien... ya arregle todo con el.- Aya se levanto de su asiento, miro fijamente a Ken y salió de la habitación, Ken cerro su puño en furia y golpeo la pared mientras lagrimas se hacían presentes en su rostro.
Por la mañana Aya y Omi se encontraban atendiendo la florería; era el día de Ken y este había decidido dar un paseo por la ciudad, mientras que Youji se había escabullido para no presentarse a trabajar.
El chico rubio se encontraba regando algunas plantas cuando Aya lo interrumpió con su trabajo.

- Omi... – dijo el pelirrojo el cual se encontraba arreglando el elegante rosal, el pequeño chico rubio contento le pregunto:
¿Si Aya?- Había preguntado sin dejar de prestar atención a su trabajo.
¿Hablaste con Ken sobre lo de la beca de Nagasaki?- Pregunto Aya, mientras arreglaba la tierra del rosal, el rubio guardo silencio por un momento, después solo le contesto:
... si... hable con el ayer por la mañana, ¿por qué lo preguntas?- le pregunto aun dándole la espalda.
No seria bueno que le hubieras confesado lo que sientes por el, justo antes de irte...- El chico se encogió de hombros al escuchar las palabras de Aya, había acertado en lo que había hecho, además de que le había engañado.
Lamento si no cumplí lo que te había prometido... Aya-kun... yo no quería irme sin que el supiera lo que siento por el yo...- El chico se sonrojo ligeramente al recordar lo que había pasado el día anterior, Aya lo observo y dijo:

- Omi... ¿por qué lo hiciste?, Ken va a sufrir demasiado cuando te marches...- Miro al chico a los ojos - ¿Por qué? ¿por qué lo hiciste?.- Le dijo mientras observaba al chico, Omi se sintió mal consigo mismo y con lagrimas en los ojos le respondió molesto:
¡Crees que no lo se?, le hice daño al pobre de Ken-kun pero...- Bajo su cabeza mientras apretaba sus puños.- Yo lo amo Aya-kun... el no solo será el único que sufrirá, yo también sufriré... pero... pero... quería ser feliz con el aunque sea por esta semana, quería tener buenos recuerdos de este amor... como tu los tuviste con tu hermana, quería depositar una esperanza como tu lo hiciste con ella... para que un día el y yo volviéramos estar juntos...- Había perdido el control, solo las lagrimas recorrían sus mejillas.

- Omi...- Aya se había acercado al pequeño rubio, mientras su mano se posaba en el hombro del pequeño chico, Aya solo le dijo:

- No llores mas... entiendo el por que lo hiciste... esto es muy duro para ti pequeño Omi... lo entiendo...- Omi abrazo a Aya aun con lagrimas en sus ojos, se sentía culpable de todo, del sufrimiento de Ken y del su suyo, del error que había cometido una noche atrás.
Aya solo lo tranquilizaba mientras la florería guardaba silencio al igual que el chico en sus brazos.

Los días habían pasado, la relación de Ken y Omi había progresado a cada día, enamorándose mas a cada momento, el chico rubio había olvidado su viaje por casi toda la semana al igual que Ken el cual por ello se sentía alegre; solo que la felicidad de ambos no duraría lo suficiente al pasar este día.

-"Me alegra que no te marches Omi, esta semana a sido la mas feliz de mi vida, espero que todas las demás lo sean" – Había respondido alegremente Ken, mientras observaba el atardecer en la playa con Omi recargado en su pecho, el chico recordó que este seria su ultimo día con el, y la escuchar las palabras de su querido Ken una gran punzada ataco su corazón recordándole que tenia que confesarle la verdad a su amado Ken.

"¿Qué es el lo que pasa Omi?"- Había notado que Omi se había sentido un tanto incomodo ante aquel comentario, el chico rubio tímidamente le dijo:

-"Ken-kun, tengo que confesarte algo referente al viaje a Nagasaki"- el chico se volteo a ver a su compañero, el cual tenia un rostro tímido ante aquel comentario.

-"Te iras ¿no es así?, te iras para no regresar..."- Omi quiso darle otra repuesta pero no había otra respuesta que darle, esa repuesta era la correcta, el nunca mas volvería a estar con el, el se iría y había forma de cambiarlo.

-"Si... me ire pero se que yo..."- Ken no le había permitido seguir lo había besado por ultima vez para tan solo abrazarlo.

-"¿Me escribirás?"- Pregunte un poco temeroso el solo me respondió afirmativamente, este día fue el ultimo que pude estar con el, fue la ultima vez que uní mis labios con los suyos y me regalo una de sus inocentes sonrisas.

No quise perderlo pero fue inevitable, ahora el se ha olvidado de mi, han pasado mas de dos meses desde que se fue y no me ha escrito, ni siquiera a los demás ¿por qué? ¿por qué me dejaste?

Nunca debí haberte confesado este amor, el cual me esta destruyendo poco a poco, ya es diciembre justamente mi cumpleaños, Youji tenia planeado hacerme una broma pero al verme se arrepintió y opto por tan solo felicitarme alegremente, Aya también me felicito diciéndome que no desanimara algo bueno pasaría en este día, yo solo se sonreí agradeciéndole por haberse molestado en darme un regalo, en realidad lo unico que yo deseo es que te encuentres aquí conmigo.

-"Ken-kun..."- Una voz familiar se hizo presente en la casa, cuando la escuche no pude creerlo, esa voz pertenecía a ti, tu quien se había marchado para nunca regresar, casi al instante de escuchar tu voz me voltee y ahí te vi, parado en la puerta principal de la casa con un regalo en tus manos tu solo sonreíste y dijiste alegremente con lagrimas en los ojos:

-"Feliz cumpleaños mi querido Ken-kun"- yo corrí a abrazarte sin dudarlo y comencé a llorar al igual que tu, mi deseo se cumplió, has regresado.


End

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