Encuentro en el SuperMarket
Capítulo 1: Acosado visualmente.
Tic tic tic tic… (Supuestamente sonido del reloj molesto ¬¬)
La habitación estaba a oscuras mientras que algunos rayos del sol se colaban por las pequeñas hendijas de la persiana, alumbrando la cama sutilmente.
Sobre ella se encontraba un joven de cabellos rubios desordenados, durmiendo completamente despatarrado (n/a: xD), con la boca abierta mientras un hilito de saliva se escapaba de la comisura de sus labios.
-Naruuuuutoooo!!!!-
Se escuchó un grito desde la planta baja de la casa.
El aludido, por acto reflejo a semejante grito, quedó sentado en la cama con los ojos abiertos como platos, respirando agitadamente; y podría decirse que en alarma de defensa.
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Calmó su respiración ya entendiendo de qué se trataba.
Era su tierna madre despertándole con un abrazador “buenos días”…
-...na…nani-ttebayoo?- preguntaba medio dormido y desganado.
-Levántate. Necesito que compres algunas cosas.-
-Mnn…- el chico volvió a acostarse con el propósito de seguir descansando.
Sin embargo….
-LEVANTATEEEEEEEEEEEEEE!!- volvieron a gritar.
-Ya voy!!!…- grita fastidiado.
Se levantó con parsimonia de su cama, enredándose con las sábanas que estaban en el suelo y cayendo de cara a este.
-Kusooo…- refunfuñó y se dirigió con toda la paciencia del mundo al baño.
-Por qué demonios no va ella?!! Vieja molesta!!-
Se lavó el rostro y volvió a su habitación. Se vistió con una bermuda naranja y una remera negra, ambas bastante sueltas; en los pies usó unas zapatillas sport negras con blanco.
Fue hasta el espejo y acomodó un poco su revoltoso cabello.
Bajó las escaleras viendo a su madre al final de esta con los brazos cruzados y cara de hastío.
-Ya…- comentó bostezando.
-…Apunta.-
Caminó despacio hacia una mesita y tomó un pequeño anotador con una lapicera.
-Aja…- se preparó para escribir una gran lista como de costumbre.
-Bien… debes comprar: Leche, azúcar, huevos, harina […] tomates, papas […] manzanas […] frutillas, naranjas […] pimienta, […]
10 cajas de vino blanco, 8 de vino tinto […] licor de todos lo que encuentres...-
-Oe… okaa…chan no… te parece que es… demasia…do…?- comenta el rubio con un ligero tic en su ojo izquierdo.-Es más de lo que compras normalmente.-
-NO! Aún falta. No pierdas tiempo y escribe.-
-…-
Media hora después.
-Gaste las 80 hojitas del hermoso anotador…- comenta con aura depresiva y aún sin creérselo.
Se sienta en el sillón esperando que su madre le traiga el dinero.
Unos minutos después…
-Bien aquí tienes.-
-Imagino que me darás un millón de dólares para comprar todo eso que me pediste!-
-No seas exagerado. Me aumentaron el sueldo, así que a gastarrrrrrrrrrrrrrrr! ^0^ jajajajjaaj-
-Te aumentan el sueldo por no trabajar?- Pregunta algo incrédulo.
-Has dicho algo pimpollito de mamá?- pregunta irónicamente levantando su cartera en señal de pegarle.
-Jeje… no nada…Bueno me voy…- mientras por su cien baja una gran gota.
-Ah! Por cierto…-
-Hm?-
-Quiero que vayas al supermercado nuevo, que hoy inauguran, que está a una hora aproximadamente de aquí.- termina diciendo con una enorme sonrisa.
-EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEH?-
-Vamos, vamos, no pierdas tiempo!!! Yo iré a comprar ropa. Llévate las llaves. ¡Adiós hjijito!-
Pov’s Naruto
Salgo de mi casa y tomo un autobús hasta el dichoso mercado. Luego de 1 hora y 30 minutos llego a destino y como era de esperarse el maldito lugar está lleno.
¡Claro! ¡¡¡El primer día hay descuento en todos los productos!!! Maldita gente compradora compulsiva que se llevan todo lo que ven!
Las personas llevan los carros llenos y hasta hay algunos llevan 3 carros!
¡NO VOY A SALIR NI MAÑANA DE ACÁ!
Esa anciana maldita no vino por este jodido motivo… Agrrr!! ¡La odio! Se aprovecha de que ya cumplí la mayoría de edad para que pueda comprarle sus amados vinos/licores y todo lo que contenga alcohol.
¡¡Anciana demente y borracha!!
Mientras me quejo mentalmente tomo uno de los pocos changos que quedan y me pierdo entre la muchedumbre.
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Voy comprando las cosas de la lista mientras recorro todo el HIPER mercado. Me tardo una vida buscando los estantes y quedan pocas cantidades de algunos productos…ya lo dije antes: gente compradora compulsiva. Empujo a millones de personas, que también me empujan y pisan y todo. Hasta una/o ¡me tocó el trasero! Lastima que no lo vi, porque sino lo/a hubiese golpeado… aunque… si era una chica tal vez no…
Muchos se me quedan mirando y mirando mi carro debido a la cantidad de bebidas alcohólicas que llevo… ahora que lo estoy pensando… la vieja exageró. Ya veo que no me dejan llevar todo esto…y paso el papelón de mi vida, kuso.
Sigo caminando hasta llegar a los estantes de ramen. Voy tomando varios de cada tipo, y de repente siento un escalofrío recorrer mi espalda.
A decir verdad, hace un tiempito estoy sintiendo algo extraño… como que alguien me mira… o me persigue… no se. No le di importancia teniendo en cuenta la cantidad de personas en este lugar y mi carro con mucho alcohol, no sería extraño que alguien me mire, pero cada vez siento esa cosa rara con más intensidad… es como si me clavaran una aguja en la nuca lo que siento.
Me giro lentamente hacia la derecha y trato de ubicar el motivo de mi incomodidad y logro dar con él. Sí, es un “él”, un chico de tez pálida y cabellos oscuros al igual que sus ojos, que no quita su mirada de mí ni se inmuta aún sabiendo que lo observo.
Está recargado con pose de “sexy” sobre su carro con cara de pocos amigos y viste unos jeans negros bastante ajustados y una remera de igual color, además tiene un peinado bastante particular… parece un “emo”…
Mis ojos azules comienzan a perderse en esos orbes negros tan profundos…es como si por un instante me fuesen absorviendo y creo que le empiezo a tener miedo.
Reacciono girándome y sigo comprando, tratando de ignorar su presencia.
Fin pov’s Naruto
-Ototo-baka… ¿qué quieres comer?- pregunta un joven acercándose al chico ya mencionado.
Éste es muy parecido al anterior, salvo porque es un poco más alto y con algunos años más. Su cabello es azabache y lo tiene recogido en una coleta baja, los ojos también son oscuros con la diferencia de que posee unas marcadas ojeras, que endurecen sus rasgos y lo hacen ver demasiado bien.
-…-
-¿Ototo…?- pregunta extrañado el mayor, al no obtener respuesta de su hermano.
-Ramen…- susurra el, hasta ahora, callado chico.
-¿¡Ramen!?- vuelve a preguntar sorprendido. Que él supiera, a su hermano no le agradaba esa “comida”.
-Le gusta el ramen… y encima es un alcohólico…-
El mayor se acerca a su hermano que sigue con la misma pose y su mirada fija a lo lejos por donde, hace un rato, se ha ido el rubio.
-Sasuke… ¿estás bien?- dice poniendo su mano en la frente del otro.
-Itachi no molestes- gruñó quitando rápidamente la mano de su aniki y comenzando a alejarse.
-Mmm… Yo pedí un hermanito tierno con quien jugar, conversar, vivir una vida normal…¡¡¡ no pedí un hermano antipático que me ignore!!!!- murmura con cascaditas en los ojos y una enorme aura depresiva.
Por otra parte, Naruto trataba constantemente en vano, de tomar una gigantesca bolsa de papas fritas, pero debido a su mediana estatura y a que ésta se encontraba en el último estante, no la alcanzaba.
Para su mala suerte estaba solo o eso creyó.
De la nada unos firmes brazos, pálidos como la nieve, pasaron a los lados de su cuerpo, alcanzando la dichosa bolsa y colocándola en sus manos. Ante ese acto hubo un pequeño roce entre ambas pieles.
El rubio tomó el producto con firmeza, sin embargo la persona que estaba detrás de él no la soltaba aún.
Giró un poco el rostro mirando por encima de su hombro encontrándose con lo que más temía. Aquel chico que no paraba de observarlo y lo incomodaba e incluso intimidaba. A diferencia de hace unos momentos, el pelinegro tenía dibujada una media sonrisa en el rostro, que no le agradó para nada.
Se quedaron viendo por un par de minutos que para el rubio fueron eternos.
Las manos del azabache soltaron la bolsa de papas por fin para posarse sobre las manos del ajiazul, quien se tensó e intentó zafarse delicadamente.
El moreno, no lo pensó dos veces, y se acercó lentamente al rostro del ojiazul provocando que ambas respiraciones chocaran.
El rubio abrió sus orbes desmesuradamente, estaba casi en shok. No entendía NADA: un chico extraño lo observaba, lo perseguía y ahora se le acercaba más de lo que era debido.
El rostro de Naruto estaba sonrojado y trataba de echar su cabeza hacia atrás, pero con los nervios que tenía y esos ojos que lo hipnotizaban, no podía manejar su cuerpo a voluntad.
De repente un grito sorprendió a ambos chicos.
-¡¡¡Otoooooooooooooootooooooooooo!!! ¡¡¡Te encontreeeee!!!-
Pov’s Naruto
De la nada apareció un sujeto muy, muy parecido al que está conmigo. Y sí, evidentemente son hermanos. Observo al recién llegado y luego al que tengo cerca de mí. Éste último suspira con pesadez y dirige una mirada de odio fraternal al mayor. Por mi frente baja una gota de sudor, mientras veo como el ambiente se pone tenso. El pelinegro de ojeras sonríe el otro, que con la mirada le dice constante y claramente: “te mato”. Siento de repente una presión sobre mis manos y predije mi muerte, o la de aquel chico mayor. Entendiendo a la perfección la situación en que estaba, me solté rápidamente del agarre y salí corriendo…
Continuará.