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Cuatro para Dos por alechan

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Notas del fanfic:

^^ Mi primer hijo!!!

He esperado tanto para traerles mi primer Fic de SS en conjunto con SS Lost Canvas...´

Y claro!! Es para mi club Santísimo Pecado ^^

Disfrútenlo

Notas del capitulo:

Parejas principales

GéminisxVirgo

Los personajes irán apareciendo conforme avance el fic.

Dedicado a todo el Santísimo Pecado

Especialmete para Akira Hilar nºn

“CUATRO PARA DOS”

 

En la vida se puede encontrar muchas tonalidades de humanos.

Algunas veces tan parecidos, nunca tan igualados.

La vida esta repleta de diferentes matices. Colores primarios y secundarios. Lineales y torneados. En la vida hay muchos colores… tan oscuros tan claros. Combinados.

Y si así es la vida… ¿Por qué los humanos tienen que seguir un patrón?

Viendo la diversidad del color.

Tal vez sea rutina, convivencia, tendencia. Tal vez doctrina, modas o creencias.

Seguimientos dijera mi madre… Cerebros inutilizados decía mi padre.

Yo solo veo la falta de vista ante la vida.

Abre los ojos, quítate la cinta.

Encontrarás el color a la vida…

¿A que debo tanta reflexión del universo?

Solo quiero ver el mundo alterno….

Y por eso heme aquí filosofando en la cima… preparando las cartas, observando sus vidas.

 

 

 

 

 

 

Capitulo 1: Porque es nuestro destino

 

La Familia Géminis, una rareza entre las rarezas. No era una familia común y corriente. No podría serlo… no cuando era conformada por cuatro hermanos solteros… cuatro gemelos. Únicos. Esta “inusual” familia vivía en una acomodada casa de los suburbios en Atenas, Grecia. Casa no muy grande, no muy pequeña. Los hermanos eran gemelos de a par… Dos gemelos mayores, dos pares menores…

 

-¡COMO QUE SE MURIÓ LA VIEJA!-

-¡KANON! Tenle más respeto- ese había sido Aspros, el mayor de los hermanos.

 

Aspros y Kanon, el mayor y el menor. Dos hombres totalmente diferentes pero tan sutilmente iguales. Aspros, el hermano mayor. Hombre de 32 años, sereno, perfecto. Con un físico envidiable, dermis blanca y sagrada, cabellos azules revueltos, ojos azules hambrientos. Abogado por excelencia, había concluido sus estudios en la mejor Universidad de Grecia. Graduándose con los máximos honores. Él es el que lleva las riendas dentro de la casa, la máxima autoridad. Hombre sagaz e imponente. Antipático por naturaleza, pero con un fiero corazón. Ve la vida de un solo color, para el tiene que ser, porque así es. Su vida la lleva de forma estricta, no se puede permitir errores, el no puede fallar. Seguro de sus convicciones, tan ético, tan práctico. Amante de un buen café, vicioso del trabajo… La mayor parte del tiempo la pasa estresado. Mandar en una firma de Abogados y comandar al ejército de hermanos, es un gran trabajo.

Kanon, el rebelde con y sin causa. Simplemente para Aspros, Kanon no encaja. Con 26 años de edad. Es poseedor de una mirada jade brillante, al igual que los demás tiene cabellera azulada revuelta, aunque él cada mes se tintaba de un azul más débil. Hacía la excepción. Cuerpo arduamente trabajado, si él es amante de lo bueno, tenía que dar el ejemplo.  Es pasión pura, libertad andante, tan seguro de sí mismo. Kanon es de los que “No tienen nada mejor que hacer” simplemente por que ya lo habían hecho. Constantemente irritante para la mayoría, menos para él. Se dejaba llevar por el momento, nunca se arrepentía. Amante de la comida… Y escritor pervertido de novelas de amor, su “peor defecto”, decían sus hermanos. Padre del sueño, y de los reventones también. Su vida son colores vivos, resplandecientes como él.

 

-¿Respeto? ¡Tacaña vieja! Si ella nunca me lo tuvo, ya pareciera que le voy a tener respeto-

-Kanon deja de decirle vieja, por primera vez en tu existencia compórtate maduro y ve a llorarle al cementerio-

-¡JAJA!- soltó la carcajada- Aspros, Aspros tan iluso mi querido hermano Aspros… ¿llorarle yo?- con pose dramática- Que le llore Defteros, el era su favorito.

-Ehm…- Defteros, gemelo de Aspros... Había observado la discusión de sus hermanos, pero acostumbrado a tal espectáculo había decidido optar por mantenerse a distancia.  

-Cállate Kanon, apresúrate a vestirte  que nos vamos-  Ese era Saga, gemelo de Kanon. Aburrido de el tiempo perdido que los hacía pasar Kanon, estaba sentado a lado de Defteros, sintiendo la tristeza que embargaba a su hermano.

 

Defteros y Saga… los gemelos respectivos de Aspros y Kanon, la misma edad, misma sangre, más diferentes personalidades. Defteros, el artista de la familia. Corazón tierno y sensible. La mayor parte del tiempo se la pasa pintando, al aire libre. Es idéntico a Aspros, más en lugar de piel blanca, ésta es tostada. Él más tranquilo de los hermanos. Para Defteros no existían más que los colores oscuros. En sus cuadros son los tonos que predominaban. Defteros siempre se sumerge en su mundo, todavía no ha encontrado el verdadero sentido a la vida, y eso es lo que hace que se someta a su propia soledad. Un ente solitario, es como lo describe Saga. Para Defteros nada tiene sentido si sus hermanos no están presentes. Amante de la naturaleza… su mayor virtud: la nobleza. Admira fervientemente a Aspros, y por ahora sus hermanos son su única motivación.

Saga, es junto con Kanon el otro par de gemelos, idéntico a él, solo que Saga no se tiñe el cabello. Hombre excelente en todo lo que hace. Profesor de Física, el genio de la Familia. Pertenece al equipo Griego de Natación. Su vida es regida por dos colores, “Es o no es”. Le gusta la perfección. Amante de las noches de violín en casa y de las buenas costumbres. Realmente se puede considerar a Saga como un hombre completo, más el sabe que no es así. Está en la búsqueda de algo que le muestre a su vida el verdadero color. Para Saga, Aspros es el pilar de la familia, le admira y le sigue, cosa que a Kanon le molesta.

 

Esos son los cuatro integrantes de la Casa Géminis, cuatro hombres unidos por sangre, vidas de diferente esencias, diferentes colores… más que les falta descubrir la variedad. Sus vidas a veces rutinarias y sin sentido, no han podido ver más a allá del mundo en el que se encierran…

Pero eso cambiará.

 

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-Maldita seas abuela, hasta muerta me causas problemas- iban en el automóvil del mayor, Aspros manejaba, el copiloto era Saga, Kanon y Defteros atrás.

-Kanon deja de maldecir- decía Saga, al parecer es al único que Kanon le hacía caso.

-Pff…-  estaba cansado, había trabajado “arduamente” en una de sus novelas y ahora a su abuela se le ocurría morir, eso para Kanon no tenía madre.

 

Iban con destino hacia las afueras de la ciudad, un pueblo llamado Rodorio, cerca de la Acrópolis de Atenas. Ahí la matriarca de la familia se había asentado,  Serena Géminis. Dama distinguida entre la sociedad. Orgullosa de su familia y apellido. Dominaba en las alturas, más se desenvolvía en la tierra. Segura de sus convicciones, sabia, inteligente. Siempre cambiante. Se había mudado hace algún par de años después de la muerte de su esposo.  Se había aislado, más su alejamiento no había influido en los negocios Géminis. Seguía al pie de cada movimiento que daba su Familia, en especial de sus cuatro nietos. Serena Géminis, mujer madura de edad, sus arrugas ya marcaban su piel, la tez morena era señal del sol griego. Sus pequeños ojos verde azulados eran fieles testigos de toda su vida. Los cabellos largos y añiles recordaban la promesa hecha. A pesar de su edad, su cuerpo no lo resentía. La muerte la había asaltado repentinamente, la minoría de la Familia le respetaba y lloraba su muerte. La mayoría solo estaba a la expectativa de la lectura del testamento. 

 

-Parece que en verdad la odiaras Kanon-

 

Y ahí estaban, los cuatro sumidos en el silencio. Defteros había soltado las palabras como muy pocas veces se atrevía a decirlas. Kanon no habló, no debía. Ciertamente la relación con su abuela era difícil de entender. Aspros le respetaba por el símbolo que representaba en el lugar de la familia, más el sentimiento de amor no estaba concreto. Tuvieron rencillas a pesar de ser el nieto mayor, un mal entendimiento fue lo que los alejó. Defteros era el más cercano a ella, le amaba y admiraba, la quería y era el más afectado. No entendía porque precisamente él era al único que su abuela veía, eso le entristecía, porque los cuatro merecían estar a la par con ella. Para Saga su abuela, era como hablar de las hipótesis del origen del universo. No quería entrar en polémica con ese aspecto, era su abuela y él lo aceptaba y ante todo la reconocía. A veces acompañaba a Defteros para poder verla, ya que Aspros y Kanon nunca lo hacían. Y Kanon, él ciertamente “no tenía abuela”, no sabía exactamente el porque el rencor que le tenía, nunca se habían podido llevar bien, tal vez era el carácter duro de los dos. Le estresaba de sobremanera esa mujer. Así que se limitaba a verla solo en fechas importantes.

 

No hablaban.

Era preferible no pensar.

Llegarían directo al entierro.

Ya todo estaba listo, le darían la despedida, solo estaría la familia reunida y los amigos más cercanos. Esperarían para la lectura del testamento y regresarían al día siguiente. Y volverían a su vida normal… eso creían.

 

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Decenas de arreglos florales inundaban la lápida de Serena Géminis, mientras el Sacerdote la despedía, unos lloraban otros casi reían. Los gemelos habían llegado justamente cuando la velaban, no habían querido verla en el féretro, sentimientos encontrados tenían. Vestidos enteramente de negro, habían cargado el féretro hasta el cementerio. Era su penitencia, su carga. Los cuatro, a su modo, la despedían en el silencio. No lloraban.

Más el vacio les embargaba.

Ahora, solo estaban ellos alrededor de la inscripción…

“Serena Géminis: Mujer de legado”

Sobria expresión.

La observaron, esa fría piedra y sobre ella, su retrato… ¿Esa era su abuela?...

El primero en tomar camino fue Aspros seguido de Kanon, no aguantaban los sofocantes minutos en ese lugar. Llámenle conciencia. Saga esperó unos minutos más, tocó el hombro de Defteros y le apretó, señal de solidaridad, a pesar de todo los cuatro estaban en lo mismo. El mayor comprendió, se quedó un rato más… llorando en silencio. Siendo observado por el tempestuoso viento.

 

 

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Día domingo, la lectura del testamento estaba por darse. Los gemelos ya estaban en el despacho de la casa junto con su padre, Youma Géminis. Solo esperaban al abogado de su abuela, Sísifus Sagitarius, muy conocido por Aspros.

 

-¿Por qué tarda tanto?- Kanon como siempre impaciente.

 

Se podía palpar la tensión dentro del lugar, Youma estaba sentado frente el escritorio, los cuatro hermanos estaban regados en el salón. Otro minuto más con su padre y seguro estallarían.

 

-Siento haberlos hecho esperar señores- Sísifus había entrado, reluciente con su traje café oscuro, sus ojos azules brillantes y joviales, de la misma edad que Aspros y Defteros, pero su apariencia era mucho más aniñada -He traído conmigo la última voluntad de la Señora Géminis- decía mientras tomaba asiento frente al padre de los gemelos –Es mi deber hacerles saber los deseos de su abuela, por favor tomen asiento- Se refirió a los gemelos, vio al mayor, cosa que no pasó desapercibida para él. Abrió el documento y empezó a leer…

 

Sé con firmeza y entereza que mi repentina muerte fue algo que  sus normales vidas no esperaban… Yo ya lo venía presintiendo, y como se darán cuenta todo ha sido preparado para cuando llegara el momento. Y por conocimiento de sus personalidades, el de mi hijo con dolor de cabeza y el de mis nietos con ganas de esfumarse, seré breve.  Mí abogado aquí presente, y el cuál será el albacea de todos mis bienes, mientras la heredad sea entregada a mi hijo y mis nietos. La dirección de la empresa Géminis pasará a manos de mi hijo, Youma Géminis. El 6 % de los ingresos serán destinados en una cuenta para él. En cuanto a las propiedades, éstas serán repartidas para mis nietos e hijo. El resto de la fortuna será repartida entre mis cuatro nietos, Aspros, Defteros, Saga y Kanon Géminis. El 44% de los ingresos serán para ellos. Queda estipulado que inmediatamente Youma tomará el control de la empresa… solamente eso. El resto, no será entregado… no aún. ¿Qué quiero decir con esto?... Sí, mi querida familia, para poder acceder a toda la heredad, antes, deberán cumplirme un pequeño capricho…. Sé que deben estar confundidos, moriría por ver sus caras en estos momentos… ¡Pero por Athena!, que ya estoy muerta… No estoy bromeando si es lo que creen. Mis nietos e hijo no recibirán ningún ingreso, ni recibirán nada de lo que les he dejado… ¿El motivo? Solo yo lo sé. Pongan atención, durante un año, Aspros, Defteros, Saga y Kanon, tendrán que vivir con dos personas de mi entera confianza… Ellos no tienen un lugar a dónde ir y su abuelo me los ha confiado. Pero mi suerte ha sido tanta que no he podido ayudar a mi gran amigo, y es por eso que ustedes en mi lugar tendrán que cumplir la promesa. Deberán cuidarlos, atenderlos y procurarlos como parte de su familia. Si al término del año conviviendo juntos, todo ha salido como mis deseos, la heredad pasará a manos de ustedes. Queda estipulado que el otro 50 % de los ingresos será para ellos. Así que solo me resta decirles que más les vale que no les pase nada malo a los Virgo, sino regresaré del otro mundo para vengarme de ustedes… Con amor. Serena Géminis.”

 

Ya no sabían que pensar, prácticamente les había dejado todo y nada. ¡Por los Dioses griegos! Hasta muerta los torturaba. Sísifus les entregó la copia del testamento y se marchó dejándolos solos. Youma solo les dedicó una mirada parcial.

 

-Más les vale tratarlos como a las niñas de sus ojos…- había dictado. Géminis había amenazado.

 

Se quedaron pensantes, convivir con dos personas totalmente extrañas no les alegraba en nada. Si a penas se soportaban ellos. Decidieron que no había nada más que hacer, esa misma noche salieron hacia Atenas.

 

-Esto no puede ser posible- decía Saga- Dime que es una broma Aspros

-Me temo que no…- el mayor manejaba, sereno, perdido en sus pensamientos. No sabia de que forma les afectaría todo esto, no quería ni pensarlo.

 

Siguieron todo el camino así. Por todo lo vivido a Kanon se le había acabado la batería y ya no tenía ningún sagaz comentario. Defteros prefirió dormirse, estaba muy cansado. Después de un par de horas manejando, llegaron a casa. Querían descansar, ansiaban descansar. Tendrían que prepararse mentalmente para la aparición de aquellas personas. Entraron a la casa, todos visiblemente agotados, cada uno se fue para su habitación. Más no se percataron que la luz de la cocina estaba encendida…

Kanon, por naturaleza, moría de sueño, ya quería tirarse a la cama y perderse por una semana, llegó prontamente a su habitación y sin encender las luces se tiró a la cama, estiró la mano para abrazar a su oso Kanunchis, más eso no fue lo que encontró…

Una masa suave fue lo que tocó…

Encendió las luces con el control remoto…

Abrió los ojos y ahí le vio…

Una virgen rubia acostada a su lado… con una bata blanca de seda…

La virgen abrió sus párpados, mostrando sus atrayentes zafiros.

Y entonces gritó.

 

-¡KYAAAAAAA!-

-¡KYAAAAAAA!-

 

Se escuchó el unisonó grito de ambos… Los demás gemelos corrieron hacia la habitación. El primero en entrar fue Saga, seguido de los otros dos. La visión: un joven rubio montado sobre el griego menor.

 

-¡Pero que haces tocándome viejo pervertido!- habló la melodiosa voz del chico

-¿Pervertido yo?- gritó indignado- No se quien diablos seas tú pero yo estoy en MI casa y en MI habitación

 

El joven entonces se dio cuenta de la situación, él montado sobre aquel cuerpo siendo observado al fondo por otros tres idénticos. Se sonrojó.

 

-Disculpen a mi hermano-

 

Y entonces otra voz se escuchó detrás de ellos, los hermanos voltearon y lo que vieron los descolocó. Otro hombre igual al primero pero con más años estaba parado en el umbral de la puerta. Les sonrió.

 

-Nosotros somos Shaka- señaló al joven montado en Kanon- y Asmita Virgo, somos nosotros quienes vivirán con ustedes- se inclinó- Por favor cuiden de nosotros…

 

Silencio…

Mortal silencio…

Ya habían llegado…

Y ellos ya estaban espantados.

 

Notas finales:

¿REW? waaa sería tan feliz ^^

http://www.my-forum.org/descripcion.php?numero=10462&nforo=402983


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