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A los caprichos del príncipe se sirve con gusto por sue

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Notas del fanfic:

 

Diclaimer: los personajes de Kuroshitsuji son creación de Yana Toboso (arigato kami sama por poner en mis manos una serie tan… yaoinizable!!! *¬*)

 

 

Notas del capitulo:

Konnichiwa!! ^o^ ya ha comenzado la cuenta regresiva para el estreno de kuroshitsuji 2, estoy ansiosa por conocer la pareja de Alois (“el que tiene cara de ser traviesillo” *¬*) y Claude (“el que tiene cara de que rompe la vajilla entera” XD), oh! No puedo esperar para teclear fics sobre esta pareja tan… *- * … ejem… volviendo a aquí… pienso que Agni y Soma son unos personajes demasiado lindos como para no hacer un fic donde salgan ellos ^o^ me encanta la fidelidad de Agni y el infantilismo de Soma, además que son como la pareja perfecta… ¡¡Agni ven acá que estoy dispuesta a ser tu diosa!! *o*

 

 

 

 

En la enorme mansión del conde Phantomhive, todos ponían de su parte para preparar la comida. Agni se sentía complacido de que la servidumbre se dispusiera a ayudarlo una vez más. Ellos estaban bastante contentos, ya que trabajando con él se sentían bastante útiles, no como cuando estaba el mayordomo negro a cargo, en esos momentos se sentían más bien como mulas de carga, lo que era casi todo el tiempo. Sin embargo, Sebastian ya se estaba cansando de su supuesta alegría laboral, y es que era demasiado op-ti-mis-mo…

 

 

 

- ¡Bien hecho señorita sirvienta! – El peliblanco observaba como Meirin pulía los cubiertos.

 

 

 

- … je, je gracias – La chica no pudo hacer más que sonrojarse.

 

 

- ¡Chef supervisor! ¡Chef supervisor! – Llamaba con una enorme alegría – ¿Podría venir un momento por favor?

 

 

- “Chef supervisor… él… él me ha llamado Chef” – Barck se sentía poseedor de un gran titulo, lo que le subía enormemente la autoestima.

 

 

- ¿Cómo lo hago? – Finny meneaba el contenido de una enorme cacerola. Deslizó una de sus mangas por la nariz.

 

 

 

- Por favor, trate de no hacer eso de nuevo, o al menos no aquí. La cocina es un sitio sagrado en el que se debe actuar con extrema limpieza – Como lo dijo con una sonrisa encantadora, Finny se disculpó no como si hubiera cometido un error, si no como si hubiera aprendido algo nuevo.

 

 

 

Todo era tan armonioso. Cooperando con alegría y de vez en cuando tatareando canciones e intercambiando sonrisas ¡Con amor, con amor, con amor se hace el curry!

 

 

 

Sebastian estaba que vomitaba, semejante comportamiento le ponía la carne de gallina. No soportaba que hicieran eso que denominaban “ayuda”, y menos que se comportaran así… tan extrañamente.

 

 

- Mayordomo-san, estoy agradecido de que me haya permitido realizar la cena el día de hoy – Realmente se veía complacido, demasiado complacido.

 

 

- No te preocupes – Tratando de que se acabara aquello. Ciertamente no lo había hecho con la intención de hacerle feliz al cumplir con su trabajo, sólo que Ciel le había ordenado con anterioridad: “Deja que haga lo que quiera” y las órdenes de su amo eran sagradas…si es que un demonio podía decir algo así.   

 

 

 

- Usted es un gran mayordomo – Cielos. Su rostro brillaba con enorme gratitud.

 

 

- …Gracias – Sebastian mostró su sonrisa chueca. Rápidamente se fue del sitio que le estaba intentando “purificar”.

 

 

 

- ¡Comer! ¡Comer!

 

 

- … - Ciel trataba de mantener la poca paciencia que le quedaba.

 

 

- ¡Agniiiiiiiiiiiiiiiiii! – El príncipe aspiró una vez más el delicioso aroma que se escurría hasta el comedor - ¡Wow! ¡Pero que rico huele!

 

 

- ¡Sebastian! – Llamó Ciel ofuscado, luego de dar un golpe a la mesa. Se hallaba sentado junto con Soma, pero debido al comportamiento del muchacho se notaba claramente enfadado, recargando sus codos en la amplia mesa aunque su mayordomo le replicara que era falta de cortesía – Dale algo para que se distraiga – Le ordenaba.

 

 

- ¿Un poco de té? – Sebastian mostraba la tetera.

 

 

- ¡Que té ni que nada! Dale pan o cualquier cosa para que se lo trague.

 

 

- Ah… - El pelinegro suspiró. Era cierto que su amo era un mini cascarrabias, pero desde la llegada de la visita era como si no tuviera ni un gramo de paciencia.

 

 

- ¡¡¡Currrrrryyyyyyy!!! – Soma giraba al notar que Agni llegaba con la comida.

 

 

Sebastian se aproximó a ayudar, en eso el otro le sonrió y le pidió que le dejara atenderle. El mayordomo negro dio un respingo ¿Qué le dejara atenderle decía? ¡Pero si el era el único que podía mandar en los quehaceres de la mansión!

 

 

- No es ningún problema – Tomó la bandeja de un lado.

 

 

- Pero usted nos ha servido tanto – Jaló el indiano del otro.

 

 

- Ya te dije que es MI trabajo – Con un tic en una ceja – Además te dejé preparar toda la comida. Es lo menos que puedo hacer.

 

 

- Pero yo quiero compensarle. No se preocupe.

 

 

 

Ciel tocaba la mesa con sus dedos, mientras se divertía al ver a un Sebastian sacado de quicio. Le fascinaba ver al demonio tratando de ser el centro de atención. Con una sonrisa veía aquello como si se tratara de alguna función privada. Soma por su lado los miraba con un puchero, girando la cabeza de un lado a otro como si estuviera en un partido de tenis.

 

 

- ¡YAAAAAAA! ¡Quiero mi cu….!

 

 

La bandeja fue jalada con tanta fuerza que salió disparada ¿Saben hasta donde fue a parar? Pues a la cabeza del príncipe.

 

 

- ¡¡Príncipe Soma!! - Agni voló hasta donde estaba el muchacho empapado en comida, no literalmente, de verdad voló. Totalmente sonrojado de la pena - ¡¡Príncipe!!

 

 

El pelilargo comenzó a lamer de lo que se escurría por su rostro, total, tenía hambre.

 

 

- Umm… que rico – Se pasaba el dedo por la cara y se comía lo que había – Soy delicioso. 

 

 

- Disculpe… Disculpe… Disculpe… - El peliblanco parecía disco rayado.

 

 

 

Pasado el incidente, la comida fue servida. Sebastian terminó haciendo el resto como quería, ya que según Agni, debido a lo ocurrido no tenía el valor para mirar a la cara a su príncipe, que necesitaba pensar en lo que había hecho, rezar, meditar y esas cosas… al demonio poco le importó, él estaba haciendo lo que quería y punto. Soma se hartaba de todo lo que tenía en frente, sin prestarle mucha atención a lo que su arrepentido mayordomo hacía o decía ¡Se trataba de curry por los dioses!

 

 

 

- Hey, Sebastian

 

 

- ¿Si joven amo? – Se aproximó hasta el conde.

 

 

- ¿Por qué no impediste que aquello pasara? – Le preguntó mientras degustaba de su té.

 

 

- Porque no iba a caer en usted. Además que Agni se ocupa de todo lo que tenga que ver con el príncipe – Le sonrió – No se preocupe que de haber ido en su dirección, lo hubiera detenido en el acto.

 

 

- Eso no era lo que me preocupaba. Ansiaba ver un poco más tu rostro de aquella manera.

 

 

- ¿Cuál manera mi señor?

 

 

-  No te hagas el tonto.

 

 

- ¿Quién es el tonto? – Preguntó divertido, sabía que haciéndose el loco lograba enfadar a su señor… cosa que le encantaba de sobremanera.

 

 

 

- Usshhh… ¡cállate y sírveme más té! – Mostró la taza  totalmente sonrojado.

 

 

- Le ruego que me perdone príncipe Soma – Por centésima vez el peliblanco se disculpaba – Todo fue por mi imprudencia.

 

 

-  No te preocupes – El moreno se hallaba “echado” en su cama - Además que el curry estuvo ¡Para chuparse los dedos!

 

 

 

Continuará…

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

Como de costumbre, aviso que las personalidades de los personajes a veces estarán distintas a  como son en la serie (Ataques de la inspiración). El fic está pensado para durar unos 10 capis n_n Gracias por leer y por si acaso fue de su agrado dejar un rr, espero que continúen leyendo las historia… hasta pronto mis amores!!! ^3^  Bye Bye!!

 

 

 


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