No puedo llegar a comprender, por que Mello siendo tan inteligente, llega a ser tan irritante e inmaduro... Ya tenia 18 años y aun así, no desiste, aun persiste en el, ese enfermizo deseo de derrotarme, en cualquier cosa, siempre compitiendo, para superarme, siempre buscando alguna oportunidad que pueda llegar a revelar su completa superioridad, pero desgraciadamente aun no lo ha logrado, lo e vencido, en cada prueba, cada juego y aun así insiste en continuar.
-¿ Podrías apagar eso?, intento leer- dije sin desviar la mirada de mi libro de Anatomía, tenia un examen en un par de días, no es que necesitara estudiar, solo era un habito.
-No- fue lo único que contesto mientras seguía viendo esa como llamarlo, "Basura" como odiaba cuando Mello se empeñaba en ver Porno, cuando yo estaba en la sala.
No replique, para que gastar saliva, discutiendo con el, si al final, no desistiría. Roger estaba realmente loco si creía que Mello y yo podríamos llegar a llevarnos bien, haciéndonos vivir juntos, aunque debo admitir que el lugar no esta nada mal, no es muy grande, pero hay suficiente espacio para ambos, dos habitaciones, una sala, la cocina y el baño, también estábamos muy cerca de la universidad, yo me decidí a estudiar Medicina Forense, Criminologia y Psicología al igual que Mello, claro que el también de esto practica deportes y ademas bastante popular entre las estudiantes del campus. Yo por otro lado me siento feliz en pasar desapercibido , de este modo nadie me molesta.
Aprender a vivir con Mello no había sido nada fácil, a diferencia de el, yo soy mas ordenado y meticuloso en todo lo que hago, me gusta mi rutina mientras que Mello siempre era una fiesta apunto de empezar, desordenado, impulsivo y descuidado, pero aun así un gran estudiantes con un gran cerebro, ¿quien lo diría?
El sonido que emitía el televisor era realmente insoportable, escuchar esos jadeos repulsivos, mezclado con un montón de palabras vulgares, y volví a preguntarme, que de interesante encontraba Mello en aquello, era asqueroso y a mi parecer doloroso... pero al parecer la mujer del televisor no estaba de acuerdo con mis razonamientos, sus rostro expresaba un placer tan profundo y febril, quise desviar la vista, pero no lo hice, un nuevo actor se unía a la pareja, la mujer introdujo en su boca el miembro de uno de ello, luego el del otro y ambos se rozaban entre lamidas.
En ese momento estaba un poco acalorado, nunca antes había experimentado nada al ver las películas, ademas de una profunda aversión, pero en ese momento sentí como mi piel ardía y una molestia en mi entrepierna se hizo presente.
La puerta del apartamento se abrió de golpe.
-Hola chicos, como es..... Arg!!! Asco Mello apaga eso, tu y tu pornografía procreadora- Matt entro, sus facciones se deformaron en una mueca de profundo desagrado- No puedo cree cada vez que vengo estas viendo eso, realmente me provoca nauseas.
-Vamos Matt, no dirías eso si fueran dos hombres únicamente.
Una sonrisa picara se dibujo en los labios del pelirrojo, Matt nunca había ocultado su homosexualidad, mas bien se diría que estaba orgulloso de ella, y se llevaba increíblemente bien con Mello, quien diría que el perfecto estereotipo de macho alfa, el capitán del equipo de soccer y el casanova entre las mujeres, seria tan inseparable del chico mas invertido de todo Oxford.
-Claro, eso seria diferente- contesto así el pelirrojo antes de acercarse al sillón que ocupaba y me revolvió el cabello- ¿Como esta el chico mas adorable?- sus ojos verdes se posaron en mi, a Matt realmente le gustaba hacerme sentir incomodo o quizás solo tratara de ser amable.
-Buenas Tardes, Matt- dije tomando nuevamente mi libro de Anatomía que había dejado olvidado unos segundo atrás
-Que frió eres Near- dijo este antes de desplomarse en el sillón junto a mi- Deberías divertirte un poco, yo puedo enseñarte, vamos a jugar- nuevamente esa sonrisa en su rostro, no me moví ni un centímetro, mientras mi mirada permanecía fija en las paginas de mi libro, realmente no creía capas a Matt de hacer nada que pudiera molestarme o desagradarme, en realidad no creía que se atreviera ni siquiera a tocarme, siempre hacia comentarios de ese estilo, solo para ver si yo reaccionaba de alguna manera, sin embargo el chico poso una de sus manos en mi rodilla y la subió lentamente, aparte mi pierna como si nada hubiera sucedido, pero en ese momento que percate que la molestia en la parte baja de mi cuerpo no había desaparecido, lo bueno era que los pantalones del pijama que llevaba era lo suficientemente holgado como para que nadie lo notara, pero no podría levantarme sin que nadie notara lo que me sucedía.
-Que aburrido- dijo este sin mas- Tu quieres jugar conmigo Mello.
-No eres mi tipo Matt- dijo este en un tono burlón.
-Lastima, se que lo disfrutarías- le dedico un guiño- Aunque me gustaría saber si..... no seguramente se negaran, aunque de verdad desearía ver quien ganaría.
Si Matt pretendía despertar la curiosidad de Mello, lo había logrado... por el amor de dios, es que no encontraría paz nunca, al menos no mientras tenga que convivir con ellos dos todos los días, ahora que estaría planeando el pelirrojo para hacerlos competir nuevamente, aunque competir con Mello no es lo que mas me disgustara, en realidad a veces llegaba a ser realmente divertido aunque no lo demostrara, en lo mas profundo de mi ser, a veces disfrutaba la importancia que me daba Mello, que el reconociera mi superioridad e intentara por todos los medios superarme afloraba en un el instinto competitivo que nunca demostraba, ya que si lo hacia ya no seria lo mismo, lo único malo era que al terminar, el siempre estaba muy molesto, y de vez en cuando no controlaba su ira, gracias a que Roger se encarga de nuestros gastos hemos logrado remplazar varias cosas que han sido destruidas por la cólera de mi rubio compañero.
-De que hablas- ese brillo que hacia resplandecer sus profundos ojos azules, conocía perfectamente ese brillo, no importaría lo que Matt propusiera, Mello aceptaría sin vacilar, con tal de tener una nueva oportunidad de derrotarme. Yo en cambio no tenia muchas ganas de escuchar a ese pelirrojo pervertido, quería levantarme e irme, pero estaba condenado a quedarme ahí sentado hasta que nadie estuviera en la sala.
-Bueno ya que insistes- dijo Matt- Hace un par de días, asistí a un fiesta y presencie un juego que me llamo mucho la atención- hizo un pausa para observar a Mello y luego a mi- Lo jugaban dos chico heteros, se llama Gay Chiken, consiste en probar la resistencia de ambos chicos la única regla es acercarse lo mas posible a los labios del contrincante sin retroceder, aquel que se retire primero pierde.
Muy bien, esto esta mal... muy mal, como se le ocurre sugerir algo semejante, acaso Matt se había vuelto loco, por nada del mundo aceptaría algo así, no, no, no
-Juguemos, Near- la sonrisa de Mello era realmente aterradora, pero mantuve mi habituales facciones intactas.
-Esto sera divertido- dijo Matt claramente satisfecho por lo que había logrado desencadenar, se sentó en un sillón individual justo al lado de mi, mientras Mello me acorralaba entre su cuerpo y el sillón, así sentándose sobre mi regazo, ese desgraciado tenia una vista privilegiada de la situación.
-No empiezas Mello, tengo que estudia- me excuse intentado tomar nuevamente mi libro de Anatomía que al parecer estaba condenado a desaparecer de mis manos cada ves que lo tomaba- Ademas no estoy de animo para ningún juego tonto.
-Tu nunca estas de animo- dijo este acercándose hasta posar sus labios sobre mi oreja- Ademas sabes que me deseas- burlo el rubio logrando que la latente incomodidad que sentía en la parte baja de mi cuerpo aumentara de manera alarmante. Su mirada se poso en mi labios, su aliento chocaba contra mi barbilla, y se acercaba lenta, suavemente, una de sus manos se poso en mi pecho, haciéndome estremecer ligeramente y sus labios se curvaron en una nueva sonrisa, esta vez arrogante, estábamos tan cerca que podía percibir el calor de su aliento sobre mi boca, un poco mas y nada nos separaría.
-¿Te rindes?- pregunto susurrante, sin moverse un milímetro, pero aun así haciendo que sus labios rozaran los míos, eso estaba volviéndose insoportable, pero no podía moverme, no debía moverme, que pensarían si me levantara y descubrieran en el estado en que me encuentro, es que ya no podía negarlo estaba completamente duro, bajo el cuerpo de Mello.
-No- fue lo único que escapo de mis boca antes de que Mello se apoderara de ella, sus labios apretaron fuertemente los míos, esa cálida fricción estaba matándome lentamente, y sentí un gran alivio al darme cuenta que no era el único que estaba excitado, Mello también lo estaba ya que se había dejado caer sobre mi haciéndome sentir su virilidad sobre la mía, aunque esto no me ayudaba para nada a disminuir el dolor lacerante, un humedad ardiente, el estaba lamiendo mi labio inferior, Matt debía estar disfrutando mucho de esto, pero en ese momento una voz surguio en mi mente que decía: "No tanto como tu."
Mello estaba dispuesto a lo que fuera, con tal que lograra hacer que me separara de el, sus manos se escabulleron por dentro de mi camisa acariciando cada pedazo de piel que se le atravesaba a su paso, mis ojos se nublaban lentamente y un gemido escapo de mis labios para terminar en los suyos, había comenzado a mover la caderas tortuosamente, acaso pretendía volverme loco, por que lo estaba logrando, sin pesarlo pose una manos en su cuello y lo atraje a mi introduciendo mi lengua en su boca, sabia a chocolate.
-Estas loco- dijo jadeando separándose rápidamente- Me has dado un beso francés- quizás el no se esperaba que yo hiciera eso, y para ser sincero yo tampoco.
-Vaya Mello- Matt sonreía satisfecho de lo que había logrado- Near te ha vuelto a ganar
La mirada de Mello, por lo general se hubiera llenado de furia al escuchar las ultimas palabras de su mejor amigo, pero al parecer estaba algo confundido o aturdido, no dijo nada solo me miraba fijamente como si fuera la primera vez que me veía, en ese momento sentí que mi corazón saldría de mi cuerpo, con la fuerza con la que estaba retumbando en mi pecho, tenia las mejillas enrojecidas, igual que el y en mis labios ligeramente hinchados permanecía el regusto dulce del beso que fue una condena de muerte.
-Bueno ya vayámonos Matt- fue lo único que dijo Mello antes de levantarse- prometiste que me acompañarías al centro comercial
El pelirrojo parecía extrañado, y yo igual, por lo general Mello hubiera estallado en insultos, pero solo se limito a buscar su chaqueta, Matt parecía algo decepcionado, salí a esperar a Mello afuera, el salio sin mirarme aun estaba sonrojado, yo no podía apartar la mirada de el, pude observar antes de que cerrara la puerta que tocaba suavemente sus labios con sus dedos y luego desapareció.