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Bésame… Dulce Vampiro por Dulce_Pena_Hime

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Notas del fanfic:

Mi ánimo no está muy bien y mi inspiración es pésima......... pero en fin...

Necesito hacer algo para salir del pozo en el que no sé cómo demonios me metí.

Este fic tiene mucho que lo escribí.... Solo lo estoy corrigiendo y ahora resulta que salió más largo de lo que esperaba... pero en fin. Ojala les guste.

Actualizare lo antes posible.

 

Desclaimer: Tsubasa Reservoir Chronicle es perteneciente, ni algunos de los personajes que aquí aparece; pertenecen al "UNIVERSO" CLAMP, derechos reservados a estas extraordinarias mujeres que tienen historias maravillosas........

Notas del capitulo:

Mi ánimo no está muy bien y mi inspiración es pésima......... pero en fin...

Necesito hacer algo para salir del pozo en el que no sé cómo demonios me metí.

Este fic tiene mucho que lo escribí.... Solo lo estoy corrigiendo y ahora resulta que salió más largo de lo que esperaba... pero en fin. Ojala les guste.

Actualizare lo antes posible.

Desclaimer:

Tsubasa Reservoir Chronicle es perteneciente, ni algunos de los personajes que aquí aparece; pertenecen al "UNIVERSO" CLAMP, derechos reservados a estas extraordinarias mujeres que tienen historias maravillosas.........

NOTA: Basado en "Tsubasa Tokyo Revelations" y "Tsubasa shunraiki"

01: NOS LIMITAMOS A OBSERVARNOS, EL UNO FRENTE AL OTRO, CONECTADOS PERO INCAPACES DE ALCANZARNOS

 

La vida da vueltas, gira y gira como una ruleta rusa... nunca sabe uno cuando se detendrá, menos, que sucederá cuando se detenga. Eso es lo que les había sucedido a ellos, todo estaba "normalmente" bien, y de repente, solo en un momento............... todo cambio radicalmente.

 

FLASH BACK

 

Resignación

La muerte no llega a todos

Nos abrazará en su momento

Que importa si la deseamos o no

Si le tememos o no

 

Kurogane tenía a un convaleciente Fye en sus brazos, respirando con dificultad, su blanca piel pálida, sudando frío y su vida pendiendo de un hilo a causa de la terrible herida.

 

A la muerte la veremos

De una u de otra forma

Tal vez no sea a nosotros a quien nos abrace

Cuando la tengamos de frente por primera vez...

Pero ¿Qué más da eso? Si su presencia está ahí.

 

Fye moriría... Aquel mago que se negaba a usar su poder, que tenía tantos secretos en su vida y tanto dolor es su corazón; ocultando su sentir tras una sonrisa y la máscara de despreocupación. ¡¡Iba a morir!!

No... no, por favor...... algo que lo salve, alguien que le ayude... ¡¡Auxilio!!

 

Una vida

Una muerte

Una última mirada

Un último suspiro

 

¿Qué hacer ante ella?

¿Resignarse ante su presencia

O rebelarse a su existencia?

 

  • - Bruja... - Llamo con su habitual tono de voz, a pesar de estar sumamente preocupado. No podía ¡No quería aceptar lo sucedido! Y debía agotar todas alternativas de solución. - ¿Hay algo que se pueda hacer para salvarlo?
  • - Sí. - Yuuko tan neutral como siempre, pero aún así, esa simple palabra lleno de esperanza a Kurogane tomándolo por sorpresa. - Pero si yo lo hago, el precio será muy alto

 

Un precio alto, de eso no le cabía duda, si habían pagado un alto costo por viajar entre dimensiones, que no pagaran algo más elevado por una vida... Pero eso era ¡¡UNA VIDA!!... ¿Cómo no pagar lo que fuera por una vida?

¿Pero que le pediría? Él no tenía nada de valor, puesto que lo que más apreciaba ya lo tenía la bruja: Ginryuu.

 

"Lo que más quieres es lo que yo te cobraré"

 

¿Lo que más quería? ¿Qué era lo que más quería? ¡¡Regresar a Japón!! Sí, eso era lo que deseaba. Pero ¿Estaba dispuesto a dar eso con tal de salvarle la vida a Fye?

Bueno, tal vez estaba adelantando los hechos y Yuuko le pedía otra cosa, debía escuchar la propuesta antes de decir que si... Estaba a punto de abrir la boca... pero......

 

  • - No... no lo... hagas... yo... - Débil suplica por parte del rubio
  • - ¡¡Cállate!! - Ordeno Kurogane. - Si tanto deseas morir, seré yo quien te quite la vida, pero hasta que yo lo desee, mientras tanto vivirás. - Tomo la decisión; no importaba lo que le pidiera la bruja, no importaba que fuera no volver nunca más a Japón, haría lo que fuera por arrancar de las manos de la muerte a Fye.
  • - ...... - Fye ya no discutió más; simplemente le regalo una$ de esas detestables sonrisas que no expresaban ni alegría ni pena, y cerró los ojos, dejando que los demás decidieran que hacer con su vida, como siempre había sido.
  • - ...... - Kurogane solo le miro, no sabía si el mago se quedo callado por entender el significado de esas palabras o porque estaba tan débil que con trabajos podía permanecer "semiconsciente"
  • - Kurogane... pídeme el deseo de Subaru
  • - ¿Ehh?
  • - Pídeme el agua; y a cambio de eso, le pedirás a Subaru que le dé su sangre a Fye.
  • - ¡¿......?!
  • - La sangre de vampiro tiene un poder de regeneración muy superior al de los humanos, más aún el de ellos dos al ser sangre pura
  • - ......
  • - Si bebe su sangre, Fye se convertirá en un vampiro... y se salvará.
  • - ......
  • - Pero como es tu deseo el que Fye siga con vida, deberás ser tu quien cargue con la responsabilidad de hacerle vivir.
  • - ......¿Qué tengo que hacer?
  • - Te convertirás en su presa, solo podrá alimentarse con tu sangre.
  • - Pero... si algo le pasa a Kurogane... Fye...... - Mokona no pudo terminar aquella frase
  • - Él morirá. - Dijo la bruja.
  • - Está bien. Yo pagare el agua. - Soltó Kurogane sin más, sin terminar de escuchar las palabras de la bruja ¡¡Al diablo lo demás!! Ya tendría tiempo para escuchar los detalles de eso, ahora solo importaba salvar a ese mago de cabellos rubios y mirada azul
  • - Seré yo quien le de mi sangre, no dejaré que Subaru vuela a hacerlo. - Intervino Kamui acercándose a ellos mientras cortaba su muñeca. - Extiende tu brazo.

 

 Kurogane lo hizo sin más, dejando que el vampiro le hiciera un corte para mezclar sus sangres y dejar que estas cayeran a la boca de Fye.

Las gotas de aquel líquido carmesí llegaron directo a su garganta, tragándolas inconscientemente, sintiendo aquel sabor salino y metálico bastante desagradable......

Cuestión de segundos para que Fye se sintiera extraño......

El cuerpo le ardía, como si se estuviera quemando por dentro.

Abrió su ojo sin poder ver nada, su vista era tan opaca y borrosa que no apreciaba ni las siluetas de quienes estaban ahí

El aire le faltaba, simplemente le era imposible retenerlo en sus pulmones

Dolor... un dolor indescriptible, como miles de pequeñas y delgadas agujas clavándose en todo su cuerpo

Ese maldito zumbido que no dejaba de sonar en su cabeza y le crispaba los nervios, a tal punto de casi volverlo loco

La garganta le raspaba cada que intentaba pasar saliva

Quería gritar, suplicar que aquel tormento se detuviera, más sin embargo la voz no le salía

Su estomago estaba revuelto, provocándole nauseas

Quería huir, moverse, escapar, pero su cuerpo no respondía a su cerebro, solo se agitaba en violentas convulsiones sin control.

 

  • - Sujétalo. La constitución de su cuerpo está cambiando. Es normal que le duela. - Ordeno Kamui con frialdad al ver que Kurogane miraba a Fye con extrañeza y preocupación, sin entender que sucedía.

 

Kurogane le sujetaba con fuerza, evitando que se lastimara con alguno de esos espasmos, sintiendo como el rubio se enderezaba de la cama, como si buscara escapar de ese malestar tan intenso. Fye se aferro con fuerza a su camisa y arañaba levemente su piel; necesitaba sujetarse de algo.

 

  • - ¿Qué pasará con su ojo izquierdo?
  • - Las heridas anteriores no se regeneran, su cuenca estará vacía.
  • - En verdad que jamás creí que algo así sucedería, ¿En qué te has convertido, mocoso? - Pensó. Aún así, no podía odiar a ese Shaoran, y menos sabiendo que Fye había dejado que le arrancara el ojo con tal de que el muchacho recuperara su corazón.
  • - Aceptaste aún sin saber todo lo que esto te conllevará. - Comento Subaru viendo a Kurogane y Fye, sintiendo algo de nostalgia en su interior a causa de los recuerdos de aquella persona.
  • - Si me lo hubiera pensado un poco más, habría muerto.
  • - ......... - Solo bajo la vista, sin saber que responder ante aquello que era cierto.

 

Fye lo soltó, dejando a Kurogane algo desconcertado. El rubio levanto la vista y miro a su salvador.

Respiraba algo agitado, con la piel pálida, leves gotas de sudor adornando su rostro, los cabellos desordenados y la venda mal acomodada sobre su rostro.

Por primera vez pudo enfocar, con aquel extraño ojo que parecía de felino, su vista era diferente, como si esta se hubiera intensificado ya que podía apreciar el color rojo de los ojos de Kurogane más intenso de lo que recordaba; pero no solo era eso; todos sus sentidos estaba un más activos: Sentía un sabor metálico en su boca a causa de la sangre, no sabía la razón, pero le resultaba sumamente exquisito; sus manos sentía aquella tela de la cama áspera debido a la región donde estaban y su nariz podía apreciar perfectamente el delicado aroma de las personas que le rodeaban, sumado al de la humedad del lugar.

Pero todo había sido cuestión de segundos, en cuanto su ojo regreso a su color azul, todos sus sentidos regresaron a la normalidad a pesar de aun tener aquel sabor en su boca, que ahora le resultaba desagradable

 

  • - ¿Por qué? - Solo pudo pensar la pregunta, antes de que sus fuerzas lo abandonaran y se dejara caer en la cama sin sentido.
  • - Paso la peor parte, ahora solo debe descansar. - Dijo Subaru con calma y una ligera sonrisa en el rostro para calmar al ninja.

 

Qué ironía

La vida no se sabe apreciar

Hasta que se va a dejar

 

FIN FLASH BACK

 

Sin duda alguna, después de aquello... todo se volvió demasiado extraño:

La princesa no solo no dudaba en lo que quería, sino que además, ya no mostraba su dolor ni pena cuando estaba con ellos, es más, buscaba estar sola la mayor parte del tiempo, y si no estaba sola, la acompañaba Fye.

Shaoran, bueno, esto era diferente. A este Shaoran los conocía pero al mismo tiempo era desconocido; era una sensación extraña, sobre todo para Sakura.

Fye. De cierta forma había dejado atrás esa mascara de felicidad y despreocupación. Ahora su sonrisa tenía un toque de amargura, como si le doliera algo que estuviera muy próximo a suceder. Y a Kurogane simplemente lo evadía.

Kurogane. Si bien era el que menos había cambiado, también estaba muy afectado con todo lo sucedido: sobre todo con Fye, al tener con el mago un trato sanguíneo.

 

"No quiero que nadie resulte lastimado porque se involucre conmigo"

 

Aquellas palabras no dejaban de sonar en la mente del ninja. ¿Tan malo era interesarse en ese chico? ¿Por qué? ¿Se debía a su pasado? ¿Qué ocultaba? ¡¡Maldita sea!! Ahora que ya estaba más vinculado con Fye - siendo cazador/presa  - sentía la extraña e incómoda necesidad de saber qué demonios era lo que ocultaba ¿Por qué? Si ya antes se lo había dicho.

 

"Tu pasado no me interesa"

 

Quizá el mago lo había comprendido de otra forma y por eso término pasando lo que pasó; aún así......... ¿Por qué demonios no dejaba de darle vueltas al asunto? ¿Por qué estaba tan inquieto?

Desde hacía días tenía una sensación que lo hacía sentir, hasta cierto punto, frustrado, era como si hubiera olvidado algo importante y simplemente no pudiera recordar que demonios era ¡Maldición!

Sentía que necesitaba aire, un espacio para poder pensar las cosas; y por esa razón se la pasaba la mayor parte del tiempo en el techo, mirando aquel desolado panorama... tal y como lo estaba haciendo en ese momento, en el que la lluvia había parado por unos momentos...

 

  • - Hola, te estaba buscando. - Aquella voz a su espalda le hizo voltear.
  • - ... - Pudo ver a la persona que le hablaba, era Subaru, vestido con aquel extraño y elegante traje negro.
  • - Kamui me ha dicho que la lluvia de este lugar es muy peligrosa. Y se aproxima una tormenta; puedo olerla.
  • - ...... - Claro que ese chico podía olerla, sus sentidos estaban más desarrollados que los de un humano.
  • - Todo el mundo se ha refugiado, excepto tu; tal vez por ello me costó trabajo encontrarte, jamás creí que estuvieras en el techo, exponiéndote.
  • - ... - Sin responder, regreso la vista a aquella ciudad en ruinas, sin dejar de recargar sus brazos en la barandilla que servía como protección. - ¿A qué has venido?
  • - A aclararte algunas dudas que, estoy seguro, debes tener
  • - ......No sé que dé me estás hablando
  • - En verdad ¿No lo sientes?
  • - ¿Sentir qué?
  • - A pesar de ser un vampiro; yo también soy una presa.
  • - De ese sujeto llamado Seishihiro ¿Cierto?
  • - ... - Solo sonrió de forma amarga. - Lo que siente el cazador, lo sentirá la presa, pero de una forma diferente.
  • - ......
  • - Es algo incomodo, claro que el grado de incomodidad depende de las condiciones
  • - ¿Las condiciones?
  • - Del tiempo, para ser más específico.
  • - ...... - Era eso lo que sentía en ese momento ¿Los cambios que estaba teniendo su propio cuerpo al convertirse en la presa de Fye? Eso quería decir que ¿se sentiría así por el resto de su vida? Eso claro, si no podían recuperar el ojo de Fye.
  • - ¿Tú has sentido eso? - Se animo a preguntar
  • - Todo el tiempo. - Sonrió de forma amarga. - Y dudo que algún día esa sensación se quite.

 

No dijo nada más, y continuo mirando el cielo, notando como este se oscurecía cada vez más y más, mientras luces blancas relampagueaban ocasionalmente.

Pensó en las palabras del joven vampiro, maldiciendo por lo bajo, ya que la sensación que estaba sintiendo le estaba fastidiando el poco humor que tenía, y saber que esa sensación sería mientras ellos dos tuvieran ese vinculo era algo que no le agradaba mucho, pero bueno ¿Qué le quedaba sino acostumbrarse?

Resoplo de forma hastiada, resignándose y esperando a que pronto su cuerpo se adaptara a esas sensaciones.

Subaru se dio cuenta de que el otro no parcia muy contento, se había dado cuenta del significado que el ninja le estaba dando a esas palabas, y también sabía que la decisión de haberse convertido en la presa de ese mago era en contra de este; algo que, sin duda alguna, era muy difícil de sobrellevar.  Pero eso no era lo que había ido a decirle.

Una gota cayó sobre la barandilla y en ese mismo momento esta se quemo, dejando un espacio corroído por el ácido.

Kurogane miro hacia arriba, sabiendo que la tormenta comenzaría en ese momento, y no sería bueno exponerse.

 

  • - Será mejor que entremos. - Soltó el ninja pasando al lado del joven vampiro, quien no se movió de su lugar.
  • - ¿Sabías que, a pesar de tus intentos, él puede morir?
  • - ¡...! - Se detuvo en seco, impresionado por aquellas palabras. - ¿Qué quieres decir?
  • - Esa sensación que tienes; ese molesto hormigueo que corre por tus venas, es una advertencia
  • - ......
  • - ...Es porque él tiene hambre.
  • - ¿Hambre?
  • - No ha probado tu sangre desde que se transformó ¿o me equivoco?
  • - ... - No, no se equivocaba.
  • - ... - Giro el rostro y lo miro. - Un vampiro debe consumir la sangre de su presa por lo menos una vez a la semana; y eso es muy esporádico
  • - ¡¡...!! - Saco cuentas mentales, dándose cuenta de que hacía 20 días que Fye se había transformado.
  • - Fye no va a buscarte para pedirte sangre.
  • - ......
  • - Se está dejando morir.
  • - ¡¡...!! ...Ese imbécil - Gruño el ninja.

 

ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

 

Sakura dormía profundamente, cubierta de vendas para que sus heridas no fueran visibles ni se infectaran, algunos rasguños ya había cerrado, pero los moretones y la hinchazón de su ojo continuaban siendo notorios; además de que no podía caminar, pues su pierna había sido terriblemente lastimada.

Esperarían ahí hasta que sus heridas estuvieran lo mejor curadas posible, probablemente sería un mes pero no les importaba, pues la salud de la chica era lo principal en ese momento.

Mokona estaba paraba sobre la almohada, viendo a la chica, y preocupándose por todos los sucesos que cambiaron el rumbo de ese divertido viaje a un viaje de inesperados y crueles sucesos. Le dolía lo que estaba pasando pero nada podía hacer para cambiarlo.

Fye estaba a su lado, velando su sueño, cubriendo su cuenca vacía con un parche negro y manteniendo  una discreta sonrisa en su pálido rostro. Y mientras miraba a la joven princesa, el vampiro pensaba............

Todo lo sucedido desde la llegada del verdadero Shaoran eran cosas de un destino ya prediseñado: cosas que pasaron, cosas que sucedían y cosas que iban a  pasar.

Conocía el plan, sabía más a menos la situación y casi podía jurar que sabía en donde se encontraba la otra pluma o los mundos que visitarían.

Aún así... el destino le jugo la mala pasada de unirse a Kurogane, de una forma que él jamás imagino. No sabía que iba a terminar ligado a él, menos de esa forma tan íntima, mira que depender tanto de una persona. ¡¡Por Dios!! Acostarse con él hubiera sido un problema mucho menor, pero ¿Eso? Era algo contra lo que ni él mismo podía pelear. ¿Por qué las cosas tenían que ser así? ¿Por qué no podían ser más sencillas?

Se sentía mal en toda la extensión de la palabra. Por un lado, se sentía peor que escoria, por todo lo que había hecho, por engañar a las personas que viajaban con él y con los que se había encariñado; a diferencia suya, ellos no se merecían lo que les estaba sucediendo; no tenían porque sufrir esas penurias, ni mucho menos tener de compañero a un ser tan egoísta y despreciable como lo era él; porque solo los estaba utilizando para poder cumplir su único deseo, lo único que lo mantenía con vida. Era un ser ruin y despreciable, una persona que no merecía vivir y que sería más desdichada en cuanto los demás conocieran la verdad que se ocultaba detrás de su mirada azul; ero ya había aceptado eso, lo aceptaba con resignación si su propósito podía ser alcanzado... porque por él, lo daría todo.

Era un fracaso como ser humano ¡¡Por Dios!! Ya ni humano era, pero eso no quitaba que fuera la desdicha en persona.

 

  • - Mi alma está podrida. - Fue todo lo que pensó, fijando su vista en la joven, sintiendo su corazón comprimirse.
  • - ¿Fye? - Musito la pequeña Mokona mientras veía al mago.
  • - No me pasa nada, Mokona, solo estoy un poco cansado.
  • - ¿Por qué no duermes un poco?
  • - No tengo sueño
  • - ¿Y hambre?
  • - ......tampoco. - Le puso la mano en la cabeza. - Descuida es solo que han pasado muchas cosas.

 

Eso era una verdad a medias, ya que a su malestar emocional se le sumaba también una espantosa sensación física. Sentía sed, tenía la necesidad de beber sangre; y lo sabía, pues tenía la boca ligeramente seca, no importando cuánta agua consumiera, la sed no se mitigaba; y esa misma sed le estaba causando algunos problemas: se sentía cansado, débil, mareado, con sueño. Así que a eso se refería Kamui cuando le dijo que por más que se negara su cuerpo le pediría que se alimentara.

Pero no importaban las advertencias que le diera el vampiro que lo transformo, él estaba dispuesto a cumplir su objetivo: no beber la sangre del ninja, porque sabía que hacerlo traería más consecuencias:

= Arrastraría al ninja a su pequeño, vil y oscuro mundo.

= Los lazos que ya los unían se estrecharían más.

= Le arrebataría lenta y agónicamente la vida al moreno; porque poco a poco, muy lentamente lo iría desangrando y eso lo debilitaría.

 

No, no podía ni debía hacer eso, el ninja no merecía eso, era una buena persona, aun cuando buscaba parecer todo lo contrario. Ojala y él tuviera por lo menos una pequeña fracción de la fuerza y tenacidad que tenía Kurogane, así tal vez y solo tal vez, su persona valdría una pizca.

 

Sintió una presencia acercándose a él, pero no era solo eso, también estaba el hecho de que sus sentidos estaban un poco agudizados... podía sentir el palpitar de su corazón y oler el aroma varonil que desprendía su piel...... no había duda alguna, Kurogane se acercaba.

La maltrecha cortina que separaba el cuarto se levanto, dejando pasar al moreno, quien pudo ver la espalda del mago, quien no se movió ni un milímetro.

 

  • - Kurogane. - Musito la pequeña Mokona al verlo, y después miro a Fye, quien había enfriado un poco más su mirada, haciéndolo lucir peligroso. Le asustaba que una persona tan amable como el rubio pudieras tener una expresión tan fría.

 

Fye sabía que el ninja se enteraría e iría a buscarlo para que se alimentara de su sangre, sin embargo el no quería, no quería por muchas razones, y eran esas mismas razones las que él justificaba para estar molesto con él moreno: estrechar los lazos, mantenerlo con vida, convertirlo en un parasito que necesita de otros para vivir...

 

  • - Oye. - Llamo el ninja.

 

El mago cerró su ojo y apretó levemente los dientes, su voz, le inquietaba escuchar su voz, porque debía molestarlo aun cuando, de cierta manera, no le enfadaba, sino todo lo contrario. Le resultaba irónico ¿Cómo podía querer a alguien más cuando él no se quería ni siquiera un poco?

 

  • - Te estoy hablando. - Le dijo acercándose un poco más.
  • - Baja la voz, Sakura-chan duerme. - Le ordeno en voz baja.

 

Se quedo callado, viendo al mago desde atrás. Mientras Mokona notaba como la atmosfera se tornaba pesada y molesta.

 

  • - ¿Qué quieres?
  • - Hace varios días que no comes.
  • - Repito ¿Qué quieres?
  • - Que comas
  • - No quiero
  • - Tienes que hacerlo
  • - ¿Quién lo dice?
  • - Yo.
  • - ¿y por ello debo hacerlo?
  • - Debes hacerlo porque es necesario.
  • - Ya dije que no quiero. - Añadió para ponerse de pie. - Mokona, por favor, cuida de Sakura.
  • - ¿Ehh? Ahh... si. - Dijo la pequeña sin poder decir otra cosa.

 

Fye se dio media vuelta y paso de largo al ninja, sin embargo el moreno se movió rápido y le tomo del brazo.

 

  • - Suéltame.
  • - ¿A dónde crees que vas?
  • - Quiero estar solo.
  • - Antes tienes que comer.
  • - Ya te dije que no lo hare.
  • - Harás que me enfade.
  • - Yo ya estoy enfadado. - Volteo a mirarlo de la manera más cruel que podía, haciendo que incluso Kuro se sintiera mal. - Suéltame.
  • - ... - Kurogane lo soltó lentamente, Fye dejo caer su brazo a su costado mientras lo miraba.
  • - No quiero que me sigas. ¿Te quedo claro? - Y tras esas palabras se fue, sin decir nada más.

 

Kurogane solo lo vio alejarse, mientras presionaba con fuerza sus puños. Había fallado en su intento por alimentar al mago, pero no se daría por vencido tan fácilmente.

 

  • - Yuuko lo dijo. - Musito Mokona. - Dijo que Fye podía elegir no beber tu sangre.
  • - Eso no es algo que sea discutible. - Miro a la pequeña Mokona. - Si él no come se debilitará gradualmente y después......
  • - ¡No lo digas! - Pidió Mokona. - No lo digas... no quiero ni pensarlo.
  • - Debo encontrar la manera de alimentarlo, aunque sea a la fuerza. - Pensó.

 

ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

 

Fye caminaba por los oscuros y húmedos pasillos de aquel edificio, pensando en su discusión de minutos atrás. Estaba consciente de que si no comía se sentiría mal, de hecho ya comenzaba a hacerlo, pues a últimas fechas estaba muy cansado y con sueño, perdiendo la visibilidad y mareándose en ocasiones. Pero aun así no bebería la sangre de Kurogane, porque al hacerlo......... sus vidas quedarían tan ligadas que terminaría por dañarlo, como a todas las demás personas que alguna vez lo habían rodeado.

 

Se detuvo en seco y miro a través  de la ventana como la tormenta empezaba a azotar la ciudad, con un cielo oscuro, rayos de color rojo, truenos que hacían retumbar los cristales y una densa lluvia que quemaba todo a su paso.

 

  • - Yo soy como esa tormenta: destruye todo lo que está a su paso; por eso no puedo perdonarte Kuro, porque hacerlo significaría dañarte en un futuro cercano.

 

CONTINUARÁ

Notas finales:

Ojala les haya gustado....

Nos vemos, kuidense

Matta nee!!


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