Sado Yasutora estaba a oscuras en su habitación, pensando... en realidad, tenía una vida privada muy reservada. Nadie sabía si alguna vez tuvo novia, si le gustaban los hombres... nada. Sado era, en realidad, un hombre muy hermético en su vida personal. Al único que le contaba algo de su vida era a Ichigo, su amigo más íntimo... aún así, se reservaba muchos detalles de su vida...
Pero ahí estaba... sintió la tentación de masturbarse. Se contuvo... no era el momento. Debía pensar muchas cosas... como que la noche anterior había soñado con Ishida. Y no era cualquier sueño, había sido un sueño húmedo. Y le había gustado, había despertado justo antes de llegar al orgasmo. Pero... ¿qué diría Ichigo si se enterase? No quería que se malentendiera, después de todo, sólo era un sueño, ¿no?. Cierto... desde hacía tiempo, Uryuu lo había estado observando con una mirada extraña... en clases, a la salida... ¿qué querría de él? No, nunca podría ser ese tipo de persona, Uryuu era muy conservador, no se imaginaba que tuviese algo así oculto. ¿Y si lo tuviese? ¿Y si de verdad Uryuu se sentía atraído por él? Ya eran las 12 de la noche...
Sintió unos pasos en la calle. Eran pasos indecisos, de alguien que viene apurado a un lugar y no está seguro de llegar. Al rato sintió que alguien tocaba el timbre. Sado se levantó a abrir la puerta (sin notar que había dejado el cierre de su pantalón abajo). Era Uryuu...
- Sa... do-kun. Perdona que venga a tu casa a estas horas pero, ¡oh, lo siento! No sabía que estuvieras ocupado... – dijo Ishida viendo el cierre abajo de Sado.
- ¿Eh? No, ¡no es lo que piensas! ¿Qué necesitas de mí, Ishida? – dijo subiéndose el cierre con rapidez.
Lo hizo pasar dentro, y se sentaron mientras Ishida miraba a su alrededor algo avergonzado... se notaba alterado, como si una preocupación le rondase desde hacía tiempo...
- Ishida, ¿quieres jugo? Te notas cansado, debiste caminar mucho... – dijo Sado tratando de “animar” el ambiente.
- ¿Eh? Ah, sí, sí... algo... lo que sea. Gracias, Sado-kun.
Se sentaron a tomarse el jugo, pero Ishida, en un momento de distracción lo dio vuelta en la alfombra....
- ¡Ah! Lo siento, ¡perdón Sado-kun! Yo mismo lo limpio... tienes algo con qué secar?
- Descuida, no importa... secaré con mi polera... hazte a un lado Ishida, podrías mojarte...
Sado se sacó la polera y se inclinó a ponerla en el piso cuando resbaló y cayó encima de Uryuu. Estuvieron así unos segundos, Sado se sonrojó, y, avergonzado se incorporó y le dio la mano a Ishida para que se levantase. Esto empezaba a parecerse a su sueño...
- Lo siento Ishida, no fue mi intención... ¿estás bien?
Ishida lo miró algo confundido, y... murmuró:
- Esto... Sado-kun...
- Sólo dime Sado, Ishida... ¿qué ocurre?
Uyruu lo miró... sus ojos se humedecieron, y, entre lágrimas, dijo:
- Me gustas mucho... me gustas mucho, Sado... no soportaba más, ¡tenía que decírtelo!