Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

*~Agony~* por Reiko-chan

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todooooooooooos! Esta es una historia que lleva tiempo ya escrita en mi ordenador, aunque por pura vagancia no la había publicado. lo intenté, de veras... pero se me cascó internet (se que suene a excusa, pero es verdad... ^^U) y ya se me quitaron las ganas.

en fin. informaros!! este fic sale de una historia original mía. es un fragmento, por eso no creo que os enteréis muy bien de la historia, pero lo que quiero es que os centréis en lo que siente, sentir como ella... sentir su pena. y luego... ya os contaré unos detalles de la historia para que os centréis un poco más, espero que no os importe. ^^

Notas del capitulo:

cucuuu~ aqui me teneis de nuevo. recordaros nada más que, por favor, os centréis SÓLO en lo que siente mi personaje por la sombra de su antiguo amor. abajo os explicaré después de qué va este universo, y el por qué de algunos términos, etc.

gracias por leer! espero que os guste. ^^

 

-          No puede ser… no es posible…

Mis ojos no eran capaces de abandonar la imagen que se mostraba ante ellos. Estaba claro, había caído en una trampa de mi propio subconsciente, era imposible que aquella estampa fuera real. No… de nuevo.

-          Hola… Shinta.

Me quedé estática. Los ojos se me desorbitaron. Las piernas me empezaron a temblar y retrocedí hasta que mi espalda chocó contra la fría pared. Mis ojos se llenaron de lágrimas. No era posible, no lo era… no dejaba de repetirme para mí misma que era un sueño. O más bien… una pesadilla.

-          No te alegras de verme por lo que veo… aunque no te culpo…

-          Haa… tú… lárgate.

Apenas la pude responder. Pero os preguntaréis qué fue lo que vi. Muchos de vosotros no lo entenderéis, os falta gran parte de la historia por conocer. Pero os lo diré. Delante de mí se encontraba Akemi, la chica que me había hechizado con su belleza como si de una sirena se tratase. Como siempre, de pié, erguida, con los brazos cruzados. Su pelo largo, dorado como los rayos de sol hacían resaltar la frialdad que reflejaban sus ojos esmeralda, clavados en mí. Su camisa blanca, con algún botón suelto, me permitía ver el colgante que yo la regalé, ahora roto, descansando sobre su escote. Y su falta corta me recordó cuantas veces me había quedado embelesada mirando sus piernas perfectas… su estilizada figura.

Estaba más claro que el agua. Como estaba en un estado de ánimo depresivo, mi propio poder me estaba poniendo a prueba. Y había invocado ante mis propios ojos… mi mayor temor.

Me giré, dándole la espalda. No quería mirarla. La imágenes de la última vez que la vi, sonriendo de medio lado, fría, perversa, mientras veía cómo yo agonizaba ante el dolor intenso del veneno que destrozaba mi cuerpo por dentro… ahogándome en el incendio que ella misma provocó… al traicionarme al enemigo cuando le conté quién era.

-          Fuera de aquí… lárgate.-repetí, en lo que recogía la ropa del día anterior del suelo y sacaba la limpia para ponerme ese día.

Ella no dijo nada. Solo se quedó ahí, mirándome. En ese momento… me giré de nuevo… y las débiles murallas que había levantado alrededor de mi corazón cayeron. Noté cómo las lágrimas se arremolinaban en mis ojos, haciéndolos escocer. Un nudo se apoderó con crueldad de mi garganta y respiré hondo. Muy bien… si era una prueba de mi Señora Iriadna… la superaría. Lo que no sabía era que arruinaría mi vida al hacerlo.

-          Akemi… ¿por qué lo hiciste? ¡yo te quería más que a nada en el mundo, te di todo lo que tenía, todo mi ser, mi cuerpo, mi alma! Te conté… todo. Eras la persona que más necesitaba que me apoyara… te adoraba… ¡te admiraba! Incluso te envidiaba por la capacidad que tenías para mantener el control de ti misma en situaciones de las que sabías que no podrías salir. Recaí en ti… y me traicionaste.

“Vale, sí, en cuanto te dije que era el siguiente Guardián noté que algo cambió en ti. Pero no lo di importancia, todo el mundo me trataba con… un respeto que no me merecía en cuento lo descubrían. Pero tú… te acercaste a mí cuando peor me encontraba. Me diste la fuerza que había perdido para seguir luchando… para vivir. Te hiciste conmigo… y me robaste el corazón. Desde el principio supimos que tú eras un ser de la Oscuridad y yo de la Luz, pero me dijiste que desertarte, ¡por eso te aceptaron en nuestras filas para acabar con el Consejo, porque yo se lo dije a todos! ¡Confié en ti! ¡Lo arriesgué todo por ti! ¡¿Dónde se ha visto?! ¡Un Guardián… un futuro Guardián, enamorado de un ser de la Oscuridad, y además antigua mano derecha de Kratos! Si no fuera porque vieron que tu presencia hizo que me recuperara, que volviera a confiar en mí misma, me hubieran matado sin dudarlo mientras dormía. Cosa… que ya te encargaste de hacerlo tú.

“Esa noche… cuando me transformé en Kin en un intento de contactar con la Torre, en el momento en que quedé en trance recayendo en que tú me guardabas las espaldas… una tremenda sensación de asfixia me trajo de vuelta a la realidad. Fue cuando vi que una enorme serpiente alada había enroscado su cola en mi cuello y me estaba estrangulando. Caí inconsciente… ¡caí inconsciente justo al ver tus ojos verdes destellando odio! ¡¿Por… por qué no terminaste el trabajo, eh?! ¡Al fin y al cabo, me arrancaste el corazón esa noche, ya estaba muerta!

Me volví a girar. Las lágrimas habían empezado a caer por mi rostro ardiente, salpicando el suelo al caer. No tenía intención alguna de retenerlas. Ya no había marcha atrás. No tendría otra oportunidad de que Akemi me viera llorar por ella. Mi corazón… recuperado parcialmente gracias a Thiara, estaba sangrando de nuevo. Y aunque fuera una ilusión… en ese momento yo estaba enfrentándome a mi mayor miedo: arrancarme la espina que me impedía andar… poniendo en la balanza las dos posibilidades restantes, que recuperara la capacidad de caminar o perderla para siempre. Era hora de decir… todo lo que no dije en su día.

-          Fue por Thiara, ¿verdad? No te dejó terminar el trabajo. Ella era la muchacha que vi al despertar de nuevo en forma humana. La pobre chiquilla… estaba agotada. Supongo que lanzaría semejante descarga de energía contra ti que se quedó exhausta. ¿Sabes? Me recordó a ti nada más verla. Igual de rubita, pero con el pelo corto, los ojos verdes… Sólo que en versión mini, ya que ella era sólo una niña de 16 años que contrastaban con tus 23. Se habían cambiado las tornas… ahora era yo la que debía hacer de canguro por alguien más joven.

“Se desmayó. Thiara se desmayó en cuanto mis pupilas hexagonales y huecas se posaron en ella. Y yo… me vi ante un dilema moral enorme: ayudarla a ella, que se había quedado conmigo hasta que desperté… o perseguirte a ti, que no estabas por ninguna parte, para preguntarte… por qué lo hiciste. Gracias a Yashiir acerté con la decisión y fui con ella. Mira que era joven… y lo sigue siendo… pero se empeñó en que quería luchar a nuestro lado, derrotar al Consejo y recuperar la Torre. Los Indicadores y yo nos dimos cuenta de su enorme potencial y la adopté como mi discípula personal. Su alegría al decírselo… hizo que un calorcillo recorriera mi cuerpo desde mi pecho.

Y ahora, Akemi… estoy saliendo con ella. Como lo hacía contigo en su día. “Pero eso no ocurrió hasta que casi me mataras de nuevo.  Le contaste todos nuestros planes a Kratos. Que sus propios subordinados apoyaban a mi hermano, futuro Guardián Oscuro, y recuperarían la Torre por nosotros en lo que yo me infiltraba en la sala Bicónica para vincularme con ella de nuevo mientras Thiara y los Indicadores exterminaban el Consejo de raíz.

“¿Cómo iba a saber yo… que envenenaste la energía vital de Towrin… de la Torre… para que me infectara yo al vincularme con ella? Fue una agonía… exploté. Todo mi poder se desbordó y provocó el incendio, casi destruyo la Torre desde dentro por tu culpa. Mi garganta ardía por el veneno y el cuerpo se me quedó congelado. ¿Qué pensaste que sentí cuando vi de nuevo tu figura, con el pelo revolviéndose por las corrientes de aire que formaba el fuego a tu alrededor, mirándome como lo haces ahora, riendo a carcajadas en lo que yo me sentía morir…? Pura… agonía…

Mirando a la pared, empecé a desvestirme. Agarré el sujetador que me iba a poner y miré por encima del hombro. Me sorprendió lo que vi. Se había sonrojado y había despegado sus ojos de mi cuerpo, como si dudara. Vaya… para ser una ilusión estaba muy bien hecha…

-          ¿qué te pasa…? No me digas que aún no eres capaz de resistirte a mi cuerpo. Mírame. Gracias a ti, no tengo ninguna defensa. Estoy desnuda… en cuerpo y alma… ante ti. Mátame ahora si quieres… no te lo voy a impedir.

Apartando de nuevo la mirada de ella me empecé a vestir. Me dolía tanto el pecho… era como si esa agonía… esa tristeza… esa decepción… hubieran regresado. Era como si hubiera vuelto a ese lugar, a esa escena. Casi podía sentir el ardor en mi garganta y el calor de las llamas al envolverme. Terminé de vestirme… y me acerqué a ella. Incliné mi cabeza hacia atrás para mirarla, era más alta que yo. Había olvidado esa sensación… como con Thiara tenía que agacharme… tragué saliva y decidí terminar con aquello.

-          Muy bien… te lo diré. ¿quieres saber mi nueva debilidad, no? Bien, pues tengo dos. Una nueva y una que se remonta al día que te conocí. Desgraciadamente… la segunda es más fuerte que la primera.

“Una, es Thiara. La quiero… es lo más valioso que tengo ahora. Gracias a ella me convertí en Guardián, y es mi mano derecha. La pobre estuvo a mi lado, sin ser correspondida, años. Se acostaba conmigo a sabiendas de que yo no pensaba en ella. Un día murmuré en sueños tu nombre… y una caricia me despertó. Era ella. Sin embargo, mi sufrimiento la había llevado a transformar su cuerpo en el tuyo para verme sonreír en ese estado de flaqueza. Me acosté con ella así… la oí gemir siendo tú… me escuchó gritar tu nombre mil y una veces… No fue hasta que terminamos que no recaí en que su energía no era la tuya… Me levanté y me largué. Pero mira lo que aguantó… que hubo más de una vez, en que llevada por la pena la pedí… la supliqué que se transformara en ti de nuevo, solo para poder abrazarte y llorar en tu hombro. Y yo sabía… que su corazón se resquebrajaba cada vez que hacía eso… cada vez que la besaba, la miraba… estuviera transformada o no. Porque sabía que no sentía por ella lo mismo. Era… muy cruel.

“Pero aprendí a quererla. Tras el incendio, me salvó de nuevo vinculándose conmigo, diluyendo el veneno con su energía y envenenándose también. Pero no la importó. Mi hermano nos encontró y nos salvo la vida. Y con el tiempo… me enamoré de ella. Ahora no puedo vivir sin ella. Pero tampoco… sin ti.

“Si, tú. TÚ eres mi segunda debilidad. Porque cada vez que te veo mi corazón se salta un latido para dejar de latir del todo al recordar el daño que me hiciste. Porque eres un espina clavada en mi alma. Porque mi alma… aun la tienes tú. Porque tus besos… me hacen estremecer cuando los recuerdo. El tacto de tus labios sobre los míos, de tus dedos recorriendo mi cuerpo, de tus uñas arañarme la espalda… todo el cariño que me diste… ¿fue real? ¿alguna vez lo… sentiste? ¿o realmente me odiaste desde el día en que te conocí… como de dijiste en el incendio antes de irte…?

No me respondió. Esperé pacientemente unos minutos a que su rostro de frialdad inquebrantable se ablandara. No sé qué esperaba, si un “perdón, no te odio.”, o un mero gesto de asentimiento. Pero eso… no tenía que resolverlo ella. Sino yo.

Me acerqué a ella, me puse de puntillas y la besé en los labios con toda la dulzura de que fui capaz. Y al volver a mi posición, llorando de nuevo, jadeando, con la voz entrecortada, la dije:

-          Yo… no te odio. Aunque lo dijera… no te odio. Nunca lo haré… ya que en el fondo… te querré siempre. Vete ya… no… no te necesito. No necesito estar a tu lado, no necesito tus sonrisas, no necesito tus caricias ni tus gestos de amor fingido… es hora… de que aprenda a vivir queriéndote… sin poder hacerlo.

Entonces… vi como Akemi me sonreía. Y la imagen se disolvió en el aire como si de humo se tratase. Yo cerré los ojos y sentí que el peso que tenía en mi corazón había desaparecido. Me sequé una última lágrima… y abrí los ojos. Entonces… agarrada al marco de la puerta… vi a Thiara. Me quedé blanca. “No puede ser… lo ha escuchado… visto todo…?” Sin decir nada, miró al suelo y salió corriendo escaleras abajo, sin darme oportunidad a reaccionar.

-          Vale… gracias por la prueba…-murmuré. Ya que ahora que había superado mi pasado… acababa de echar por tierra mi presente.

 

Notas finales:

hola a todoooos! os gustó? bueno, no creo que os hayáis enterado de mucho, así que procedo a aclararos algunas cosillas. ^^

a ver... por donde empiezo?? si. este universo esta gobernado por una corriente de energía magna que es el equilibrio. cada uno de los mundos tiene una Torre que ejerce de médium entre el mundo en cuestión y esa corriente. todas esas Torres forman un sistema dividiendolo en luz y oscuridad que se entrelazan... y estan gobernadas por Towrin, que es la Torre del Equilibrio, la gran Torre. y esa Torre necesita un Guardián, elegido por el Equilibrio, con un gran poder, quiera o no. Shinta es nuestro Guardián.

En el fragmento, le han arrebatado la Torre. El consejo de ancianos que antes solía ayudarla la ha dado la espalda y no le queda otro remedio que luchar contra él, prácticamente sola, junto a una pequeña resistencia, más los Indicadores, que son elementales de los dioses, manejan un elemento por completo y son mano derecha del dios de su elemento,como embajadores en tierra de ellos.

por otro lado, el dios oscuro va en contra suya, y maneja a una especie de serpientes gigantes aladas llamadas Shek (sí, lo he tomado de "Memorias de Idhún", con su permiso, usaré su nombre hasta que se me ocurra algo distinto.). Akemi es uno de ellos. Sin embargo, el hermano de Shinta, al ser guardián oscuro, los pide ayuda y traicionan al dios oscuro, aunque Akemi les traiciona a ellos. ^^U

etto... no sé que más contaros. que los Kin son como dragones muy poderosos, pero más sabios... más delicados... no sé. -.-

si teneis alguna duda más, preguntadme, estaré encantada de responderos. ^^

nos vemoooooooooooos! x3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).