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West Lake por Hisue

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Notas del fanfic:

Hola! Un nuevo fanfic a mi lista!!! Yeee!!! Sobre este fic... ahhh como odio escribir cosas sobre el fic... es una historia cliche, pero, tal vez la resolucion no lo sea XDD

Notas del capitulo:

Hola, bienvenid@s al primer cap de esta nueva historia! Espero que les guste! Y si lo hace, dejen un comentario!

 

West Lake

Episodio 1

-Esto es lo que tienes que saber- decía la chica a su lado, mientras señalaba a los grupos localizados en la cafetería- Esta escuela, como todas las otras tiene sus grupos. Ya sabes, los futbolistas, las porristas…

Michael observó el grupo de chicas que reían en una mesa a metros de la suya, una de ellas sentada en la mesa, cuyo cabello rubio parecía revolotear a su alrededor mientras se reía. Era su primer día en el instituto al que había llegado cuando las clases llevaban cuatro meses de empezadas. El ambiente era diferente a todo lo que hubiera conocido hasta ahora, pero eso no le extrañaba. Su escuela secundaria se había ubicado en los suburbios de Detroit y esta, tenía todo un campus y un internado, para los alumnos, que eran la mayoría, que no regresaban a sus casas y estaba rodeada por un espeso bosque. Desvió la mirada de la mesa de porristas y la regresó a su compañera de almuerzo. Lucía unos ojos grandes marrones debajo de las gafas y vestía una simple camiseta gris, demasiado ancha para su cuerpo y unos jeans desteñidos y zapatillas. El cabello negro le caía en una trenza por la espalda.

-También tenemos el club de lectura y de ajedrez, ya sabes, los idiotas con las que el grupo de matones se mete. Pero no debemos hablar mal de ellos, porque nosotros, los becados, también somos sus víctimas potenciales. Ya sabes, freaks ratones de bibliotecas demasiado inteligentes para su gusto.

Michael levantó la cuchara y vio su reflejo en el espejo. Sonreía por la forma cínica de habar de Julie, pero sus ojos castaños seguían teniendo el mismo tinte de cansancio, después de todo, no había podido dormir bien desde que llegara.

-No creo que me debas explicar eso- sonrió Michael, sonriendo y arreglando los mechones de rebelde cabello oscuro que se negaban a permanecer en su sitio.

-Por eso te dije que esos grupos eran como las de otras escuelas- dijo Julie, batiendo su tenedor en el aire- Pero no es con ellos con quienes no debes meterte. En esta escuela está el grupo que comanda a todos. Nadie les dirá que no, tenlo por seguro. Tienen un líder nuevo este año, pero el efecto sigue siendo el mismo.

-¿A qué te refieres?

-Esta escuela está llena de niños ricos. Bien, ellos son los ricos de los ricos. Los que tienen las mejores familias. La mayoría de los que estudian aquí han estudiado juntos desde primaria, así que el liderazgo está asegurado. Mira, ahí están.

 Michael siguió la línea del tenedor de Julie, girándose en su asiento. Un grupo de dos chicas y tres chicos cruzaba la puerta de la cafetería en ese momento. Incluso aunque Julie no le hubiera dicho nada, Michael habría notado que mandaban en ese lugar, tal vez por la forma en que el resto se apartaba de su camino o simplemente porque se denotaba en cada uno de sus movimientos. Las dos chicas caminaban primero, una de ellas vestida con el uniforme de la escuela aunque no era obligatorio llevarlo y la chaqueta amarrada en la cintura, tenía el cabello castaño rojizo hasta los hombros y caminaba con una expresión de seriedad pétrea.

-La del uniforme es Ericka. Demasiado seria y el sueño de la mitad del instituto. No te metas con ella o su padre se encargara de que termines en Cuba o en Arabia.

Michael regreso a mirar a Julie, con una sonrisa que indicaba que no le creía.

-La otra- siguió diciendo Julie. Michael volvió a girarse para mirar. La otra chica vestía una falda pequeña color rosa y una blusa blanca. Era como una modelo de portada de lencería, pensó Michael, fijándose en el cabello negro y lacio que le llegaba hasta el final de la espalda- Es Katherine. Y luego vienen, de derecha a izquierda. El tipo con piercieng’s en la cara es Jeff. El que está a su lado, también de uniforme es Wade. Con él tampoco debes meterte.

Michael asintió, sin dejar de observarlos. Jeff tenía el cabello rubio corto y llevaba aros en la boca y en la ceja derecha. Wade, en cambio, llevaba el cabello largo hasta los hombros y pasaba un brazo por los hombros de Jeff. Al final de la fila venia él. Michael no necesitaba que se lo digan para saber que era el nuevo líder del que Julie hablaba. Sus ojos eran verdes, como un trozo de esmeralda y su cabello negro. Vestía de uniforme, con la corbata desanudada, la camisa fuera de los pantalones y las manos en los bolsillos. Caminaba sin mirar a nadie más que al frente y Michael sintió un vuelco en el estomago. Había aceptado su homosexualidad unos meses atrás, pero no esperaba que de pronto, le gustara alguien a primera vista.

-Ese es el líder- dijo Julie-  Gabriel Barnett. Es el hijo del dueño de este instituto, aunque es sólo uno de los negocios secundarios de su familia. Esos cinco casi siempre están juntos y es casi ley obedecerles en todo. Te lo digo para que no te coja desprevenido.

Michael asintió y bajó la vista cuando la porrista rubia que había estado viendo antes se levantó, moviéndose grácilmente y se colgó del cuello de Gabriel para después darle un beso en los labios.

-Pero… ¿son malas personas?- le pregunto a Julie- Por la forma en que lo dices, parece que creyeras eso.

-Gabriel puede parecer un buen chico, pero a veces puede ser un completo…

-Cabrón- completó una voz detrás de Michael y este se giro para ver quién era, sorprendiéndose al ver que se trataba de Wade.

Wade jaló una silla de una mesa cercana y se sentó en ella, apoyando los codos en la mesa.

-Lo siento, ¿no ibas a decir eso? Entonces, desgraciado, puede que suene mejor- se giró a Michael y le sonrió- Hola, soy Wade y no le creas a Julie. Cualquier cosa que te haya dicho, no somos así- Michael le devolvió la sonrisa, amablemente- Somos muchísimo peores. Si quieres estar a salvo, cámbiate de escuela.

-¿Qué haces fuera de tu manada?- le preguntó Julie, con una mirada que decía claramente que Wade no era bien recibido.

-Oh, el gran líder está ocupado. Así que tengo permiso de ir un rato con la plebe. Y hablando del líder, me parece que ya tiene otro fan- agregó Wade, sonriendo burlonamente hacia Michael que había vuelto desviar la mirada hacia Gabriel. Este bajó la cabeza, tratando de ocultar su turbación- ¿Tienes nombre, novato?

-Soy Michael- contestó, levantando la cabeza- Y además, vamos en el mismo año. No soy novato.

-Vaya, vaya. Mike tiene garras- Wade alzó una mano y la dirigió hasta el rostro de Michael, pero otra mano lo detuvo antes de que llegara a tocarlo. Michael alzó la vista y vio a Gabriel allí, observando a Wade con el ceño fruncido, las pupilas verdes destellando y su rostro perfecto vuelto una máscara de furia contenida.

-¿Qué estás haciendo?- preguntó a Wade. Su voz no era especialmente gruesa, pero tenía un tinte de autoridad innato. Wade sonrió y se encogió de hombros.

-Saludo al nuevo recluta. Ya sabes, tenemos que practicar relaciones sociales de vez en cuando- contestó Wade sin abandonar su tono burlón.

-Tú no sabes nada sobre relaciones sociales. Deja de molestar aquí. Vámonos.

-Como tú digas, líder- dijo Wade, soltándose de su agarre y elevando las manos, en un gesto conciliador.

-No me llames así.

-Ok, Gabe. Pero que malas pulgas tienes hoy- se burló Wade mientras se levantaba y empezaba a caminar. Gabriel dirigió una mirada furtiva a Michael, que se arrepintió haber venido vestido tan desaliñado con su camiseta negra y sus jeans.

-Disculpa las molestias, Julie- dijo Gabriel antes de marcharse.

-¿Te pasa algo?- preguntó Julie, observando fijamente a Michael.

-Nada- contestó este, levantándose- Ya va a empezar la siguiente clase. Vámonos.

Julie asintió y fue tras él. Wade les hizo una señal de despedida con la mano que Julie ignoró.

---

Michael observó el gimnasio vacío sentado en el piso. El sólo pensar que debía limpiarlo le daba dolor de cabeza, pero había empezado a trabajar como ayudante del conserje. Incluso aunque tuviera una beca, aún necesitaba dinero, al menos para comer. Había pasado una semana en el campus, en donde la mayor parte de sus compañeros lo ignoraban,  lo cual era mejor considerando que la otra alternativa era ser molestado por su pobre apariencia. Se miró las manos, delgadas y largas. Su aspecto tampoco era el mejor, precisamente. Apenas llegaba al metro sesenta y cinco y era delgado, demasiado, pero los deportes no se le daban bien. Si lo miraba de forma positiva, tal vez tanto ejercicio limpiando le podría ayudar a sacar un par de músculos. Por lo menos, no compartía habitación con nadie, aunque las habitaciones en la escuela estuvieran diseñadas para dos personas, pero al parecer ya no había un alumno de más que cubriera la mitad de espacio en su habitación y Michael lo agradecía. Se levantó del piso, tomó el balde y el trapeador y empezó a limpiar recreando algunas cosas que le habían pasado en la semana. Nada fuera de lo común. Llegó tarde a un par de clases, se confundió al entrar en una y nada más. Su lista de amigos se seguía reduciendo a Julie y aun no decidía a que club unirse y para su desgracia, seguía pensando en Gabriel.

Aquello lo irritaba un poco, pero lo superaba. Nunca le había gustado alguien a primera vista, antes de él. Se había sorprendido mirándolo en las clases que compartían y hasta una que otra vez había querido hablarle, sólo para comprobar que lo que decía Julie no era verdad. Quizás era amable, pero Gabriel nunca se encontraba solo. Uno de los cuatro chicos que parecían seguirlo a todas partes siempre estaba con él y si no era así, aún lo rodeaban la mitad del instituto que parecían saber, como por instinto, que él ponía las reglas allí, aunque hasta el momento, Michael no había notado que hiciera algo como mandar a alguien. Mientras pensaba, rememorando lo que más le sorprendía de su rostro; sus ojos, como dos gotas de verde liquido brillante, llegó a las gradas y empezó a limpiarlas, cuando llegó a la ultima, dejó el balde en el filo y se sentó, dispuesto a descansar un rato, pero al estirar su mano, esta chocó con el balde que cayó al piso, derramando su contenido.

-¡Mierda!- gritó alguien al mismo tiempo que Michael miraba hacia abajo. Sentado en el piso, con la roja mojada, estaba Gabriel. Elevo la cabeza y diviso a Michael- ¡Acaso quieres matarme! ¡Esta cosa me podría haber dado en la cabeza!- gritó, dándole un golpe al balde, que al parecer había caído sobre su estomago.

-Lo… lo siento- balbuceó Michael, conmocionado. Nunca se hubiera imaginado que encontraría a una persona en el gimnasio y mucho menos a él. ¿Qué estaba haciendo allí? La mayor parte de los estudiantes estaba planeando ir a la ciudad de fiesta- No me di cuenta que estabas aquí.

Gabriel se levantó y se sacudió la camiseta mojada, con una expresión de fastidio en el rostro. Michael bajó las escaleras en cuando vio que empezaba a caminar.

-De verdad, lo siento- repitió cuando estuvo de nuevo en el piso. Gabriel seguía mirando su camiseta.

-Como sea- dijo y lo miró- ¿No eres el chico nuevo?

-Ehmmm, si, lo soy.

-¿Qué haces aquí?

-Estoy trabajando- respondió Michael- No pensé que habría alguien aquí.

-Sí. No debería haber- Gabriel le dirigió una sonrisa traviesa y Michael bajo la cabeza, esperando no haberse sonrojado- Perdón por gritar, es mi culpa por dormir aquí.  

-¿Estabas durmiendo?- preguntó Michael- ¿Por qué aquí?

Gabriel se sentó en una de las gradas y se quito la camiseta mojada. Michael observó de reojo las líneas suaves de su torso, observando el movimiento de los músculos mientras elevaba los brazos para terminar de quitarse la camiseta. Michael se sentó a su lado, mientras él sacudía la camiseta, negando con la cabeza.

-Es bueno a veces escapar de la manada- contestó Gabriel- Por eso dormía aquí.

-Julie me hablo de ustedes- dijo Michael, solo por decir algo.

-Ah, Julie- dijo Gabriel- Bien, tiene razón en algunas cosas.

-Me dijo que tu padre era el dueño de esta escuela.

-Así es- asintió Gabriel- Los padres de muchos de los que estudian aquí tienen negocios juntos. Si me hacen caso, es porque no es conveniente ir en contra de mi familia. Pero a algunas personas no les importa, como Julie, Ericka o Wade. Especialmente a Wade.

-No puedo imaginarme como será eso- rió Michael. Gabriel regresó a verlo y sonrió.

-¿Quieres cambiar puestos?- le preguntó- Te advierto que Wade no es un súbdito fácil de manejar.

-No, gracias. ¿Ustedes son amigos?

-Sip. Desde hace años. Nuestros padres son socios y nos hemos criado juntos. Supongo que nuestras familias esperan que dirijamos los negocios juntos.

-¿Y estás de acuerdo con eso?- pregunto Michael. El tono de Gabriel había sonado levemente fastidiado.

-Oh, por supuesto. Estoy feliz de tener que pasar el resto de mi vida atado a un imbécil desgraciado.

-No te envidio- dijo Michael, aunque hubiera deseado tener una réplica más inteligente. Gabriel se levantó y le dio una palmada en el hombro.

-Nos vemos por ahí. Tengo que cambiarme de ropa y además interrumpo tu trabajo. Adiós.

-Adiós- dijo Michael en un susurro. Debió haber dicho algo más, como por ejemplo, su nombre. Pero no se engañaba, las posibilidades de que a Gabriel le gustaran los chicos eran más que remotas y aunque así fuera, él estaría a lo último de la lista de posibles candidatos. Michael se había fijado que más de uno lo miraba con demasiada libertad, pero se mantenían alejados.  

-Que problemático- susurró para sí mismo. Además, acababa de comprobar que Gabriel no sabía ni su nombre. Cerró el gimnasio cuando terminó de limpiar. Lo mejor que podía hacer era no hacerse ilusiones y eso haría.

Notas finales:

Nada que decir para el final...


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