Me siento mal, ya no se que hacer, quiero desaparecer y jamás volver, le prometí a Shou que jamás volvería a hacerlo pero simplemente no puedo resistirlo, ahora estoy en una habitación de hospital esperando mi destino, no puedo creer que justo Shou haya llegado, es como si tuviera un sensor que le permitiera ver todo lo que hago, lo hubiera logrado si le hubiera puesto seguro a la puerta. Se que el me ama y yo a el, pero no es suficiente, las ganas de dejar de sentir dolor son mas fuertes, todo lo que hago me lleva a sufrir, trato de terminar con todo y no lo logro, entonces viene Shou y me dice que no lo haga, que el me necesita. A el le duele todo esto, lo se, y verlo sufrir me parte el alma, es como un circulo vicioso. Ya me darán de alta, lo se porque siempre es lo mismo, me curan los cortes, me retienen un día y luego me dan de alta. Siento la puerta abrirse, me hago el dormido, no quiero sentir mas.
Alguien me acaricia suavemente la mejilla, es Shou, puedo reconocerlo fácilmente, se preocupa tanto por mi, desafortunadamente es el único que lo hace.
- Kyo… - abro los ojos
- Shou…
- Por que haces esto ¿?
- Ya sabes la respuesta, no preguntes más
- Me lastimas Kyo
- Lo se y lo siento pero no puedo evitarlo
- Trata, yo te necesito
- Lastima que eres el único, yo ya no quiero seguir
- No digas eso – dijo con unas lagrimas en sus ojos, me acerque a el lentamente y lo bese, el me correspondió al instante pero con mucho dolor, luego nos separamos – vamos, el medico ya firmo el alta.
Me levante con pesadez, Shou me paso mis cosas y me cambie en el baño, cuando salí Shou me abraso y luego se limpio unas cuantas lagrimas.
Luego de que mis padres murieron yo jamás volví a ser el mismo, siempre estaba deprimido y ya no sentía ganas de vivir y el que nuca tuviera amigos me hacia sentir peor, un día decidí terminar con todo, estaba llorando en un callejón con la sangre corriendo por mis brazos, era la primera vez que la hacia y me encantaba, adoraba ver caer gota a gota ese liquido color carmesí que corre por la venas, se sentía extrañamente bien, sin embargo, algo en mi corazón dolía, mas que las heridas que tenia en ese momento y ese dolor era lo que me hacia llorar, comencé a perder la noción del tiempo, ¿Cuanto tiempo llevaba ahí? ¿Minutos? ¿Horas?, ya no importaba. Mis sentidos se nublaron y mis ojos comenzaron a cerrarse involuntariamente, lo ultimo que recuerdo es la cara preocupada de alguien que gritaba algo pero no lograba escucharlo. Así conocí a Shou, desde entonces a estado conmigo y aunque se lo agradezco mucho, tal vez hubiera sido mejor que no me hubiera conocido. Llegamos a su cas, insistió en que me quedara esta noche y no pude decirle que no.
Desperté, eran las 2.00 A.M., Shou estaba en la otra habitación, mire mis muñecas, estaban vendadas, sentía que todo me dolía, me levante de la cama y fui a la habitación de Shou, se veía tan tranquilo así dormido, me acerque a el, lo bese en la mejilla y le susurre en el oído “adiós”, me gire y fui a la cocina, tome un cuchillo y una tijera para luego devolverme a la habitación , me quite las vendas y mire fijamente mis muñecas, tenia varios puntos, agarre un papel, un lápiz y escribí en el “Lo siento Shou…… Te amo”, lo deje encima de la cama, luego con la tijera corte los puntos de ambas manos y con el cuchillo volví a abrir aquellos cortes que aun no cerraban, nuevamente mi propia sangre se derramaba desde mis muñecas, por mis manos, hasta el suelo, esta vez no duraría tanto. Poco a poco me comencé a marear, me costaba mantenerme en pie, caí de rodillas al piso. “Shou”, dije mientras sentía una lagrima caer por mi mejilla……………
*Narra Shou*
Desperté a las 2.15 A.M., sentí una extraña sensación en el pecho, de inmediato pensé en Kyo, el estaba muy mal, lo he visto deprimido pero hoy ya era demasiado, incluso para el, corrí hacia su habitación y lo que vi me dejo destruido, estaba Kyo tirado en el suelo, sangrando, corrí hacia el pero ya era demasiado tarde, las lagrimas comenzaron a caer y yo empecé a gritar, Kyo no podía estar muerto, no puede estar muerto!! Estuve unos momentos así hasta que vi un pequeño papel.
“Lo siento Shou… Te amo”
*2 Años después*
- Todavía no puedo aceptar que te hayas ido, me haces tanta falta, se que no te gustaban las flores por eso no te traje. Solo quiero que sepas que te amo y que jamás dejare de hacerlo, espero que ahora, donde quiera que estes, puedas se feliz…
FIN